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Arte Románico. Arquitectura. Románico pleno
Remedios García Rodríguez
22/01/2007


En el ROMANICO PLENO la construcción más característica es el monasterio y dentro de él, la Iglesia es su parte esencial. Justamente lo que ha llegado a nosotros en mayor número y en mejor estado de conservación. No existe en este período una tipología uniforme de construcción, por el contrario, hay una falta de uniformidad como resultado de las particularidades constructivas de las distintas zonas geográficas, según la tradición prerrománica local o las posibilidades económicas de la comunidad que construía edificios. Por esta razón, para caracterizar a este estilo, no se puede analizar cada uno de los elementos, sino más bien comentarlos en común. Suele ser este arte familiar a todos. ¿Quién no conoce una iglesia románica?. Es atrevido, por tanto, caracterizarlo y ofrecer prototipos. Pero, de alguna manera, lo haremos.

El arco preferido es el de medio punto, que se utiliza en la bóveda, en las arquerías de las naves, en las portadas y en los vanos o ventanas. El movimiento de traslación del arco genera la bóveda de cañón que se apoya, por lo general, en dos muros paralelos que son a la vez de cerramiento y de apoyo. Tal tipo de bóveda ejerce un fuerte empuje lateral que tiende a separar los muro, por lo que se generó la tendencia a construirlos gruesos y no muy altos, para así no reducir su resistencia. También para fortalecer la bóveda se utilizaron arcos de refuerzos denominados fajones o perpiaños, los cuales van a tener una doble función, absorber parte del peso de la bóveda para dirigirlo a los soportes interiores y fragmentar la bóveda, que al dejar de ser continua, disminuye el riesgo de su deformación. En el exterior, se colocan contrafuertes,que son unos robustos macizos de obra, cuya función consiste en reforzar los lados del arco fajón, que es el punto de máxima tensión lateral, y contrarrestar el empuje lateral de la bóveda. Los contrafuertes tienen, por tanto, una función fundamentalmente constructiva, pero, además, contribuye con su resalto, verticalidad y paralelismo, a la decoración del exterior.

En las naves laterales se utilizó la bóveda de arista(4), aunque existen ejemplos en los que son utilizadas en la bóveda principal. Este tipo de bóveda surge del cruce perpendicular de dos de cañón cruzadas. Cuando el edificio es de una sola nave, se utiliza como soporte, el propio muro. Si es de varias naves, como suele ocurrir en la mayoría de edificios importantes, se precisa en el interior un sistema de apoyo más complejo. En este caso se utiliza de forma más generalizada los pilares compuestos, que reciben el peso de cuatro arcos: del fajón, de las bóvedas de cañón y aristas, de la bóveda central y lateral, y de los arcos laterales. O bien forman divisorios de las naves. Son las llamadas arquerías o hileras de arcos. Cada uno de estos arcos descansa sobre un resalte de pilar, por esta razón se le llama pilar cruciforme o compuesto. Los problemas de equilibrio son mayores cuando la iglesia tenga varias naves. Tales dificultades se intentan solucionar contraponiendo unas bóvedas con otras para contrarrestar los mutuos empujes, elevando las naves laterales hasta prácticamente la misma altura que la central. En este caso, la nave central aparece ciega, con poca iluminación, sin vanos, mientras que son las laterales las que dan luz al templo. Otra forma más hábil puede ser la instalación de una tribuna sobre las naves laterales, que además de aumentar la capacidad del templo, cumple una función constructiva, ya que la bóveda que la cubre, un cuarto de bóveda de cañón, hace el efecto de una superficie de descarga. En realidad, este cuarto de bóveda de cañón, actúa de arbotante al traspasar parte del empuje de la nave central a los muros y contrafuertes. Ahora la nave central queda en penumbra, pues las ventanas de las naves laterales dan una luz moderada aunque esta estructura permite abrir más vanos.

Arco de medio punto   bóveda de cañón   Contrafuertes   Bóveda de arista

Las columnas, por su parte, reducen su presencia en el románico, perdiendo, además, el sentido de las proporciones del orden clásico.

Los capiteles van a considerarse un marco privilegiado para el desarrollo de la plática románica. En ellos se concentran la decoración escultórica. El artista hace esfuerzos para convertir las volutas en cabezas de monstruos. En otras ocasiones escenas de hombres perseguidos por serpientes o muchos otros motivos de carácter mitológico y fantástico, así como escenas del Antiguo Testamento.

Capitel románico   Capitel románico   Capitel románico

La planta más generalizada en las iglesias de este periodo, es de cruz latina, con una o varias naves longitudinales, ábside semicircular en la cabecera y amplio transepto. En las iglesias de peregrinación, las naves laterales se prolongan alrededor del presbiterio formando una girola o deambulatorio, provisto de capillas, permitiendo a los fieles deambular por el interior de las iglesias sin interrumpir los oficios que pudieran desarrollarse en la principal. El origen de la girola es la cripta carolingia.

El pórtico es la entrada a la Jerusalén Celestial, es decir, a la casa de Dios en la tierra que es lo que se considera la Iglesia en la cultura románica. Es el lugar donde se concentran preferentemente también la decoración escultórica con un programa iconográfico muy concreto.

La iglesia románica no fue solamente una suma de elementos relacionados entre sí. Al ser la casa de Dios en la tierra, debería reflejar el orden universal de la Divinidad y seguir determinadas leyes simbólicas. La planta recuerda la disposición del cuerpo humano y más concretamente, la imagen de Dios-Hombre y Cristo Crucificado. De esta asociación se habla con bastante frecuencia a lo largo de la Edad Media. La cabeza se identifica con el ábside, que es el santuario de Dios. El corazón y los brazos extendidos, con el crucero. El transepto, con el torso. Las piernas con las naves. En algunas construcciones se ha relacionado la desviación hacia la izquierda, entre el ábside y las naves, con la cabeza caída del crucificado. Por ejemplo, la Iglesia de los Arcos de Cuenca.

En la definición y difusión del arte románico es fundamental la reforma monacal llevada a cabo por la Orden Benedictina. Su influencia en el arte románico fue decisiva. La realizaron principalmente mediante creación de los monasterios y la difusión del camino de Santiago.

Reconstrucción del monasterio del ClunyLa vida en los Monasterios estuvieron regidas desde sus inicios, por la regla de sus fundadores y entre ellas, la de San Benito de Nursia de finales del siglo V. A lo largo del siglo XI y XII, la regla benedictina se había alejado mucho de lo que se había propuesto su fundador. La carta de fundación de Cluny por Guillermo de Aquitania, 910 se constituyó con la idea de restablecer la disciplina estrictamente benedictina, sin ambición de crear un nuevo tipo monástico, al fin, produjo algo sin proponérselo, el centralismo monástico. Antes de Cluny se había hecho intentos de reforma monásticas, pero en casos individuales, como lo que ensayó Carlomagno con Benito de Aniane en doce lugares del Reconstrucción del monasterio del Cluny IIimperio, los efectos fueron de corta duración. Una vez desaparecido el fundador, las comunidades caían en los antiguos desórdenes. Era casi inevitable cuando los abades eran nombrados por el emperador o los magnates en cuya jurisdicción estaban los monasterios. Cluny por su carta de fundación era enteramente libre de las autoridades eclesiásticas y políticas. Los primeros abades fueron grandes por su santidad y piedad. Los del siglo X lo fueron por su discreción y consejo. Llegó un momento en el que los pontífices saldrían de Cluny o serían propuestos por Cluny. Pero el Cluny del siglo X no estaba preparado para este tipo de grandeza, la del poder y la autoridad, apoyada en la protección del papado. El primer monasterio denominado Cluny I se inició en el 910 y se inauguró en el 927. Conocemos muy poco de la apariencia de la abadía del siglo X. Debió ser un edificio estilo Reconstrucción del monasterio del Cluny IIIotomano. Más tarde se realiza una obra en el monasterio y se denomina Cluny II, que ha sido otro verdadero rompecabezas de arqueólogos. Consagrado hacia 981 y a finales del XI se ve la necesidad de ampliar Cluny II y hacer nuevas dependencia. Así surge la abadía de Cluny III que llegó casi intacto hasta la Revolución y del que se conservan restos y litografías que permiten una restauración sin género de dudas. Lo que se mantiene del siglo XI es poquísimo en relación con lo que aquella abadía era. Indudablemente fue una de las obras cumbres del románico europeo. Se construyó el edificio más impresionante de esa época con la ayuda financiera de los Reyes de Castilla. Cluny III tenía poder sobre 10.000 monasterios en toda Europa. Constaba de dos transeptos, cinco naves y cinco capillas absidiales, abiertas al deambulatorio. El galileo, espacio que hay después del pórtico, tiene tres naves de 187 de longitud. La nave central se cubrió con bóveda de cañón y las naves laterales con bóvedas de aristas. Se sospecha que la nave central tenía arcos apuntados. Se articulaba en tres órdenes, con arquerías de arco apuntado, falso triforio o muro ciego, que conecta con las naves laterales, y cuerpo de ventanas. El esquema general de Cluny con sus dos cruceros y torres, es germánico. El sistema de bóvedas y el ábside con girola y capilla, es más bien francés. Así el Cluny III, aunque resultado del centralismo monástico, es el románico internacional. Esta estructura va a ser copiada en muchas construcciones de la región.

Camino de Santiago desde FranciaLa orden Cluniacenses fue uno de los principales motores de expansión del Camino de Santiago, a lo largo del cual se difunde el arte románico, se proyecta la reconquista y la cristianización del mundo musulmán. Hay un grupo de iglesias románicas que se llaman de peregrinación que por sus características semejante se relacionan con el Camino de Santiago de Compostela. A través de esas rutas entra el románico en España. Cuatro eran las rutas francesas que conducían a Compostela. Una vez pasados los Pirineos, los cuatro caminos se unían en Puente la Reina. Desde aquí los peregrinos debían recorrer trece jornadas hasta llegar a Santiago. Entre las características principales, estas iglesias presentan planta de cruz latina de largas naves y transepto muy desarrollado para aumentar la capacidad del templo, sin provocar un alejamiento excesivo del altar. La cabecera está particularmente desarrollada y la forman un deambulatorio, al que se abren cinco capillas absidiales dispuestas generalmente de modo radial También en el transepto pueden aparecer dos o más ábsides. Las naves laterales se continúan sin solución de continuidad a lo largo de todo el perímetro del templo para permitir la circulación de los peregrinos ante las reliquias, sin que interrumpan las funciones de culto desarrolladas en la nave principal y facilitar así el acceso a los altares. Cada una de las rutas recibían un nombre distinto.

Vía Tolosana. Era la que tomaban los peregrinos de Oriente e Italia y que conducía a Jaca. A lo largo de este camino se encuentra la colegiata de San Saturnino de Tolousse. Es una inmensa basílica de cinco naves cubiertas con bóvedas de cañón y un gran ábside con girola. En el crucero se levanta una torre octogonal de siete pisos. Han sufrido muchas restauraciones. Su interior si está intacto y es uno de los principales edificios de la Cristiandad.

San Saturnino de Tolousse   San Saturnino de Tolousse   San Saturnino de Tolousse

Vía Podiense. Recogía los peregrinos que venían de Europa Oriental. A lo largo de esta ruta, se localiza la segunda Iglesia de peregrinación. Santa Fe de Conques. Es una versión abreviada del tipo de Cluny. Con tres naves, ábside con girola y capillas. Del tipo internacional de las iglesias de peregrinación.

Plano de Santa Fe de Conques   Reconstrucción de Santa Fe de Conques   Santa Fe de Conques

Vía Lemovicense. Procedente de la Borgoña, donde se va a producir la mejor arquitectura, que reunió en Vézelay a los peregrinos del norte. A lo largo de esta ruta se encuentra la abadía Benedictina de San Marcial de Limoges que corrió la misma suerte que la iglesia se San Martín de Tours y solo la conocemos por planos anteriores a su demolición.

Via Turonense. Partía de París. Era la más importante. A lo largo del camino se encontraba la colegiata de San Martín de Tours. Solo se conserva a nivel de planta. Se destruyó en la revolución francesa. Era muy grande. Se remodeló en la época del gótico.

Además de las iglesias de peregrinación, Francia conserva centenares de iglesias románicas. Durante los siglos XI y XII, estaba dividida en condados y ducados rivales. Así se explica la gran variedad formal de la arquitectura de las distintas regiones francesas. La Borgoña, la Aquitania, el Condado colindante de Poitou, la Auvernia y la Provenza.

En Borgoña, situada al sureste de Paris, la Iglesia de San Lázaro de Autún se comenzó en el 1120 para que se guardaran las cenizas de San Lázaro. Se accede a través de un pórtico de tres naves, que se corresponde con las tres naves de la Iglesia que se extiende a lo largo de siete tramos hacia el este. La nave central está cubierta por la bóveda de cañón apuntada, con tramos separados por fajones. Crucero poco desarrollado, ábside sin girola ni capillas radiales y coro reducido, cual conviene a una catedral, a diferencia de una iglesia monástica. A primera vista Tours no tiene nada de cluniacense. Su decoración es de imitación clásica. Está situada en el cruce de vías romanas y aunque interpretándolos desde el prisma de lo románico, copian los órdenes clásicos.

Iglesia de San Lázaro de Autún   Iglesia de San Lázaro de Autún   Iglesia de San Lázaro de Autún

En esta misma escuela de Borgoña hay otro grupo de Iglesias encabezado por la Iglesia de Sainte-Madeleine de Vézelay, en las que sustituyen la bóveda de cañón por la de arista, en la nave central, con la ausencia de triforio.       

En la región de Aquitania en el sudoeste actual de Francia, existe un grupo de Iglesias muy homogéneas cuyo elemento básico es una estructura espacial cuadrada, cubierta con cúpula sobre pechinas que se cambia de dos formas. Bien con el empleo sistemático de cúpulas que se suceden por yuxtaposición. Es el tipo de Iglesias que en algunos manuales se conoce como Iglesias con hileras de cúpulas, como es la Catedral de Angumela muy monumental pero restaurada. Bien uniendo este modelo en forma de cruz griega, adosando al tramo central, uno por cada lado. La más representativa es la restaurada de Saint-Front de Perigueux que corresponde al modelo de San Marcos de Venecia. Este tipo de Iglesia con cúpula, tiene su precedente en la Arquitectura Bizantina, que acentuaron su orientalización en las restauraciones. En la portada, se aprecia la aparición de dos elementos cónicos como remate en las torres, los cuales están recubiertos por escamas. Algo novedoso. Esta decoración aparecerá en España en la Catedral de Salamanca y Zamora.

Catedral de Angumela   Saint-Front de Perigueux   

Un modelo muy extendido en la zona de Poitou, al sur del Loire, es la nave de salón, debido a la igualdad en altura de sus tres naves. Se consigue una forma más dinámica que en lasiIglesias anteriores. Esto sucede en las Iglesias de San Savin y en Ntra. Sra. La Grande de Poitiers. La mejor conservada y la que más gala hace del gusto por la decoración, y aunque la humanidad ha producido cosas mejores en piedra, rara vez con tal profusión, sin caer en la ridiculez o monotonía.

Ntra. Sra. La Grande de Poitiers      Ntra. Sra. La Grande de Poitiers   Ntra. Sra. La Grande de Poitiers.

En la amplia región de la Auvernia, en el centro de Francia, encontramos el grupo de Iglesias las llamadas y comentadas de peregrinación. Marcan la estructura de planta y alzada, de otras de la zona, sobretodo en lo que respecta a la conformación de la cabecera, existencia de capillas radiales y girola, tribuna sobre la arcada de la nave central, y un alto cimborrio en el cruce de esta nave. Son ejemplos representativos, las Iglesias de Ntra. Sra. del Puerto de Clermont-Ferrand y Ntra Sra. de Orcival.

La región de la Provenza, situada al sureste de Francia, fue la región más romanizada, hasta el punto que adopta tipologías de la antigüedad clásica. Desde el punto de vista arquitectónico las obras románicas provenzales tienen poca originalidad. Las dos Iglesias más representativas San Trófimo de Arlés y San Gil de Gard, atraen fundamentalmente por sus esculturas para los que buscan grandes emociones estéticas.

   San Trófimo de Arlés   San Gil de Gard

Normandía es otra región de Francia cercana a las costas de Inglaterra, norte de Francia. En la segunda mitad del siglo XI los normandos conquistaron Inglaterra. En la Normandía Francesa nos encontramos con dos iglesias representativas. San Esteban o Abadía de las mujeres y Abadía de la Trinidad o Abadía de los Hombres, de Caen. Presentan diferencias en la articulación de los muros de la nave central. Las fachadas son muy características por las altas torres y por no llevar adornos en el exterior. Delante de las ventanas hay un pasillo llamado audito.

San Esteban o Abadía de las mujeres   Abadía de la Trinidad o Abadía de los Hombres

En Alemania se mantienen el esquema básico de época otánida, en el románico pleno. Nos referimos a la existencia de un doble coro con su correspondiente tratamiento torneado de los dos extremos. Esta característica constituye la peculiaridad más significativa de la arquitectura alemán. Otro rasgo importante es que los primeros edificios románicos mantienen la techumbre plana de madera. A partir de fines del siglo XI y a lo largo del XII, estas techumbres se sustituyen por bóvedas las cuales por influencia de la zona, van a utilizar las de aristas en la nave central. Al igual que en San Miguel de Hildesheim, cada tramo central con dos de las laterales, según una forma que se llama sistema ligado. Otra característica es la existencia de unas galerías con pequeñas columnas y con arquillos llamadas galerías renanas. Su función es decorar los exteriores mediante efectos de luces y sombras. Buena representación tenemos en la Catedral de Womrs, la Catedral de Spira, la Catedral de Maguncia, que vistas de lejos, especialmente cuando está envueltas por la neblina del río, producen un efecto teatral, casi diríamos wagneriano y la Iglesia de Santa Maria de Laach, situada al borde de un pequeño lago, producido por un cráter apagado con márgenes verdosas, que capta al visitante.

San Miguel de Hildesheim  Catedral de Womrs  Catedral de Spira  Catedral de Maguncia  Catedral de Maguncia

La situación de Italia durante la Edad Media está marcada por la desmembración política y el empobrecimiento económico, debido a las continuas guerras entre las diferentes repúblicas. Incluso el momento se vio afectado por el ambiente, en general, de miseria, hasta el punto que la reforma cluniacense apenas tuvo aceptación. Esta situación y las tradiciones, matizan de manera muy singular el arte de diferentes territorios. La arquitectura de Europa apenas tiene repercusión en Italia. La arquitectura italiana es muy conservadora en estos momentos, como lo demuestra la existencia de cruceros, girolas y torres con campanarios exentos o aislados.

Vista aérea de Pisa   Catedral de Pisa   Torre de Pisa

Representativa es la Catedral de Pisa. Se trata de una Iglesia de cinco naves, con crucero destacado y rectangular, con cúpulas en forma de elipse. Tres naves en el crucero con pequeños ábsides en los extremos. Al exterior, aparecen unas galerías de arco, como elemento decorativo. Este elemento se va a emplear en otras iglesias, como la de Lucas, cercana a la de Pisa.

La Torre de Pisa comienza a construirse en el siglo XII, al igual que el baptisterio. Tiene dos pisos. En el siglo XIII, se renuevan las obras y se intenta corregir la inclinación. .


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Bibliografía

  • AA.VV.: Historia General del Arte. Arquitectura II. Ediciones del Prado.Madrid,1996.
  • DURLIAT, Marcel.: El arte románico. Madrid, Ediciones Akal, 1992.
  • KUBACH, Hans Eric.: Arquitectura románica. Madrid, Aguilar, 1989.
  • LERICHE-ANDRIEU, Françoise.: Iniciación al arte románico. Madrid, Ediciones Encuentro, 1985.
  • OURSEL, Raymond.: La arquitectura románica. Madrid, Ediciones Encuentro, 1987.


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    Texto basado en los apuntes de clase de la asignatura Medieval I impartida por el profesor Rafael Sánchez-Lafuente Gémar, Profesor Titular del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Málaga en 1996.