Beth Moysés (São Paulo,
1960) es una artista de las que te llegan, de las que te hacen pensar
en lo que pasa en el mundo, principalmente de lo que les pasa a esas
mujeres que son invisibles a los ojos machistas de nuestra sociedad.
Su obra es profunda, armoniosa y delicada, pero sobre todo necesaria.
Estudió en la Universidad FAAP (Fundação Armando
Alvares Penteado, São Paulo, Brazil), pronto comenzó a
trabajar en una agencia de publicidad en la que permaneció cuatro
años, hasta que retomó el dibujo y su carrera artística:
"Había estudiado Artes Plásticas, y un año
de Comunicación Visual, pero siempre tuve esta cosa del arte,
aunque tenía dudas sobre si seguir por el camino de la publicidad
o por el del arte. Cuando terminé la universidad noté
que el primero no era mi camino y retomé el dibujo. Empecé
a dar clases con Carlos Fajardo (artista plástico brasileño)
y de eso hace ya bastantes años.” En 1999 realizó
el Mestrado em Artes en la Universidade Estadual de Campinas, Campinas,
SP. Brasil terminando en 2004. Y se doctoró en Comunicación
y Semiótica en la Pontifícia Universidade Católica
de São Paulo
La obra de Beth Moysés es única, transgresora y universal.
Se enfrenta de una manera clara y directa al drama de la violencia de
género, desde la década de los noventa ha realizado innumerables
acciones sobre ello.
En un primer
momento exploró el potencial visual y semántico de elementos
como el vestido de novia, el velo, las rosas o la aguja, metáforas
de la mitificación del amor romántico, que según
la propia artista: “es una de las causas centrales de la violencia,
física y psicológica, en contra de la mujer.”
Pero ha ido más allá, empezó a trabajar con esa
terrible memoria común del sufrimiento, generando, con actuaciones
públicas, una especie de purgación del dolor, en la que
se vislumbra una fuerte connotación autobiográfica. El
clima de violencia entre los padres, vivido por la artista desde su
niñez, le ha servido como importante punto de partida en esa
evolución de su obra.
El lenguaje y los materiales explorados por Beth son bastante diversos.
De hecho su obra se puede dividir en dos grandes núcleos, uno
de carácter colectivo y otro más intimista.
En el primer grupo situaríamos las diversas presentaciones organizadas
por la artista en distintas partes del mundo como la acción “Memoria
del afecto” (2000), donde 150 mujeres, casi todas víctimas
de violencia, desfilaron vestidas de novias por São Paulo o “Palabras
anónimas” (2014) donde un colectivo víctima de violencia
machista pasearon por los jardines del Museo provincial de Jaén,
vestidas con túnicas blancas y con frases escritas en sus brazos.
En el segundo grupo estaría las creaciones como “Trans-bordando”
(2012), donde están presentes aspectos centrales de su poética.
El vídeo promueve una reflexión sobre la potencia semántica
de objetos (el dedal), atributos (el flujo, lacrimal o menstrual) y
colores (rojo y blanco) normalmente femeninos o “Despontando Nós”
(2003) donde pueden verse manos femeninas de distintas edades, que van
desanudando tallos de rosas con espina), pero la herida, aunque parezca
superficial, se revela más honda e incurable.
- Eres una artista muy reconocida, pero me gustaría saber cómo
te ves tú, ¿Cómo te definirías?
Estoy enamorada de lo que hago es mi manera de
comunicarme con el mundo.
No me preocupa mucho, si soy o no una artista muy reconocida y sí
seguir trabajando con seriedad y verdad.
-Empezaste con el dibujo y la pintura, ¿cuándo
surgió tu interés por la performance?
Cuando se me agota un medio, entonces, veo cual es la mejor manera de
expresarme. La performance vino cuando el trabajo me dijo: necesito
algo más, algo que tenga vida, que se mueva y que contenga sentimiento
de verdad.
No he tenido grandes influencias, soy una pionera, una de las artistas
que más ha trabajado en espacios públicos y con un gran
número de mujeres integrantes de algún tipo de colectivo.
Por ejemplo: en la performance “Memoria del Afecto” realizada
en 2000 en São paulo, conté con la participación
de 150 mujeres en la calle, después en Madrid con unas 200 mujeres.
Ahora veo a muchos artistas trabajando con colectivos, antes no era
así.
No hago solo performance, como ya dije: trabajo con muchos medios. Primero
surge la idea y después busco el mejor modo de expresarme, el
mejor soporte.
-¿Cuáles son tus influencias en este campo, el de la performance?
Algunas de las artistas que me interesan son: Marina Abramovic, Vanessa
Beecroft, Janine Antoni, Suzanne Lacy y Louise Bourgeois por su historia
de vida.
- ¿Se
ha deteriorado la imagen que tenemos del arte? Si es así, ¿por
qué?
Creo que el arte representa a su tiempo, su historia.
Hoy hay de todo, pero creo, que estamos viviendo una época de
transición. Existe un problema muy grave, que es la inversión
de valores, hoy en día es el mercado es el que dicta las reglas.
- En ocasiones, parece que importa más la firma que la propia
obra. ¿Crees qué la autoría en el arte está
sobrevalorada?
Sí, creo que pasa eso, y también que hay una valoración
excesiva de los jóvenes artistas, aunque, no se sepa si en un
futuro seguirán o no siendo artistas.
- Dicho todo esto, ¿qué significa para ti ser artista?
Ser artista es una manera de expresarte, de hacer que la gente pueda
reflexionar y pensar de un modo al que no está acostumbrado,
de una forma simbólica
- ¿Qué te inspira en tu trabajo?
Hacer lo que me gusta, que me ayuda
y ayuda a los demás. Dar la oportunidad a esas mujeres a formar
parte del trabajo, mujeres, que en Brasil no tienen visibilidad, a las
que nadie escucha o mira.
- ¿Qué haces para que cada proyecto sea una nueva
motivación?
Si el proyecto es nuevo siempre es una nueva motivación. Cuando
me invitan a repetir un proyecto que ya hice en el pasado, aunque sean
otras mujeres y lugares distintos ,me gusta intentar algo nuevo, me
gusta el riesgo.
- ¿Hacia dónde te lleva en los últimos tiempos
tu constate investigación sobre la violencia hacia las mujeres?
Me lleva a sitios nuevos, camino como una peregrina por donde sea necesario,
me encanta trabajar en las casas de acogida, dar voz a esas mujeres.
- ¿En qué medida crees que este tipo de acciones logra
el cometido de concientizar sobre la violencia de género?
No estoy segura de nada, solo le propongo a ellas una participación
en la performance. Creo que el colectivo es fuerte y juntas pueden pensar,
sentir y moverse. Intentar cambiar los sentimientos. Se trata de un
rito y como todo rito promueve cambios.
- ¿Qué importancia tienen
los medios de comunicación en este tipo de manifestaciones artísticas?
Los medios de comunicación son muy importantes. Son ellos los
que llevan a la gente que no está allí, en el momento
de la performance, lo que quiero transmitir. Los medios de comunicación
lo invaden todo y amplían el conocimiento sobre el tema, haciendo
que más gente pueda reflexionar al respecto de la Violencia doméstica.
- En América Latina, en la última década, la performance
ha sido el lenguaje protagonista y la mayoría de las veces capitaneado
por mujeres. Nos ha enseñado a hacer una lectura de lo que está
pasando allí. La performance se consolida internacionalmente
al romper las barreras geográficas. Por ejemplo Regina José
Galindo y su León de Oro en la Bienal de Venecia, o Tania Bruguera,
quien convocó a los cubanos a acudir a la Plaza de la Revolución
para que, durante un minuto y bajo el lema #YoTambiénExijo, expusieran
libremente sus ideas . ¿Qué te hace pensar esto?
Creo que son artistas comprometidas. Estas son, las que con sus ideas
consiguen mover a la gente, crear polémica para que algo cambie,
como ya dije antes, el arte tiene ese potencial de transformación
y en concreto la performance está viva, mueve sentimientos.
- Para terminar me gustaría
que nos contaras de tus últimos proyectos, ¿en qué
estas trabajando ahora?
Sigo trabajando sobre la misma temática, pero busco maneras distintas
de hacerlo. El artista es un idealizador e intenta con sus ideas promover
algo nuevo, hace una semana, realicé la performance “Diluidas
en Agua” en una nueva versión.
Esta vez las mujeres no se quitaron los vestidos para lavarlos en las
palanganas. Los lavaron sobre su propio cuerpo, como si de una segunda
piel se tratase, al mismo tiempo que los lavaban, estos se iban ensuciando
. Los trajes blancos iban poniéndose rojos. Y escuché
decir a un espectador: ¿ellas están lavándose o
ensuciándose?
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Para
saber más
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DATOS
DE LA AUTORA:
Susana Hermoso-Espinosa García (Málaga,
España) es licenciada en Historia del Arte por la Universidad
de Málaga, y Master en Museología por la Universidad de
Granada. Tiene una amplia experiencia profesional en diversas instituciones
y empresas culturales. Directora de la Revista Científica de
Estudios Histórico Artísticos SUMA. Es fundadora y directora
del portal de Arte y Cultura Homines.com.