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art XX-XXI
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Un paseo por la controvertida vida de Tamara De Lempicka
Susana Hermoso-Espinosa García
15/05/2004


Tamara Gorska nace en Varsovia en 1898, o al menos eso se cree. Su infancia transcurre entre San Petersburgo, Karlsbad, Marienbad, Montecarlo e Italia donde visita los museos de Florencia, Roma y Venecia. Se integró en la rica sociedad de San Petersburgo y allí, en una fiesta de disfraces conoció al que llegó a ser su marido Tadeusz Lempicki, al que debe su apellido. Se casan en 1916 en la capilla de los Caballeros de la Orden de Malta, en Petrogrado. Les sorprende la revolución bolchevique y él es hecho prisionero, Tamara consigue sacarlo de la cárcel y huyen a París. En esta ciudad, Tamara comienza a dedicarse a la pintura formándose al lado de Maurice Denis (artista próximo a los Nabis) y André Lothe (de formación cubista). Desarrolla un estilo enigmático y personal adscrito al Art Decó y en los años veinte se convierte en retratista de moda de la aristocracia, deslumbrando con la deliberada sensualidad de su arte.

Entre 1918 y 1923 viven en París, donde nace su hija. Pero Tadeusz no consigue encontrar trabajo. Pero a Tamara le empiezan a ir bien las cosas, da clases de pintura y su obra empieza a ser comprada, asi consigue recuperar su tren de vida, lleno de lujo y riquezas.

En 1925 tiene lugar la primera exposición de Art Decó donde expone con gran éxito. Consigue realizar una exposición en Milán y participa también en el Salón de Otoño de París. Conoce al poeta italiano Gabrielle d"Annunzio, con quien inicia una corta relación. Su matrimonio con Tadeusz, del que pinta su Retrato de Hombre Inacabado, cuadro que abandona cuando, en 1928, él le anuncia que se separa de ella.

En un viaje a Nueva York, descubre Harlem, un barrio con los mejores clubes del mundo, y los rascacielos de Manhattan, que encajan de maravilla en sus pinturas. De vuelta en París pinta algunos de sus mejores cuadros, entre ellos una obra clave, Adán y Eva (1931), dibuja la portada de la revista alemana de moda Die Dame y En 1933 se casa con el barón Kuffner, un aristócrata alemán y cinco años después se trasladan a Estados Unidos.

En 1941 su hija Kizette, se traslada a vivir con ellos, más tarde se casa con el geólogo texano Harold Foxhall, con el quetiene dos hijas. Dos años después la pareja Kuffner, se traslada a vivir a Nueva York. Continúa pintando pero en 1943 se presentan los primeros síntomas de arteriosclerosis. En 1962, Raoul Kuffner sufre un infarto. La muerte de su marido le provoca un desequilibrio psicológico. Por ello su hija decide que se traslade cerca de ella, en Houston. Pero su convivencia no es muy buena, Tamara domina la vida de su hija y tras varios enfrentamientos, Tamara se traslada a Cuernavaca (México) en 1974.

Cinco años más tarde muere el marido de su hija y al saber la grave enfermedad de su madre, se establece con ella en Cuernavaca. Finalmente, Tamara de Lempicka muere el 18 de marzo de 1980, mientras dormía. Sus cenizas por expreso deseo de la pintora, son esparcidas sobre el volcán Popocatepetl. Hermosa y elegante, mundana y sofisticada, se convirtió en el fascinante símbolo de toda una época.

El resurgimiento de esta pintora se dio el 19 de marzo de 1994 gracias a la subasta de la colección de arte de Barbra Streisand cuando, en la sala Christie's de la Quinta Avenida, apareció el cuadro Adán y Eva, pintado por De Lempicka en 1931. Esta increíble pintura fue comprada por dos millones de dólares. Con esto, el afán de poseer un Lempicka se apoderó de Hollywood, muchos actores como Jack Nicholson o Madonna ya han comprado sus obras.

Tamara de Lempicka es una de las principales pintoras del siglo XX, pero también una de las más olvidadas. Su nombre no aparece en ninguna de las principales enciclopedias de arte moderno. Influenciada por los cubistas franceses y por los maestros del Renacimiento, se inventó su estilo propio que etiquetaron como Art déco. Cuando vivía en París se pasaba horas y horas en el Museo del Louvre delante de los cuadros de sus admirados Bellini y Caravaggio para intentar captar el efecto translúcido de sus pinturas, recordando el viaje que a la edad de 12 años hizo con su abuela desde su Polonia natal hasta el sur de Italia. El descubrimiento de Boticcelli fue para su mirada ingenua un fogonazo, y su influencia la marcó para el resto de su vida. Eso, y las clases de pintura que recibió en Montecarlo mientras su abuela jugaba a la ruleta en el casino.

Los últimos años de su vida los pasa con más penas que glorias. Ya no es una mujer fatal, sino una vieja ridícula. Dejó como legado unas quinientas pinturas que han entrado en la Historia del Arte.


Índice bibliográfico

- NERET, Gilles, Tamara de Lempicka, 1898-1980, Cologne, Taschen, 1992

- Tamara de Lempicka, Milano, Franco Maria Ricci, 1988


Índice iconográfico

1. Fotografía de Tamara con dos años junto a su hermano Stanczyk, en Riga 1900

2. Fotografía de Tamara, años treinta

3. Fotografía de Tamara, años treinta

4. Tamara fotografiada en los años treinta

5. Tamara en los años setenta

6. Las muchachas jóvenes, 1928, óleo sobre lienzo, 126 x 82 cm., Colección Particular.



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DATOS DE LA AUTORA:

Susana Hermoso-Espinosa García (Málaga, España) es licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Málaga, y Master en Museología por la Universidad de Granada. Tiene una amplia experiencia profesional en diversas instituciones y empresas culturales. Directora de la Revista Científica de Estudios Histórico Artísticos SUMA. Es fundadora y codirectora del portal de Arte y Cultura Homines.com.