Marc Montijano Cañellas (n.
1978), es un artista polifacético. Nacido en Vic, una localidad
cercana a Barcelona, se traslada con muy poca edad a Andalucía.
Ha crecido entre pinceles, pigmentos y lienzos, por lo que muy pronto
se despertó su sentir artístico.
Su currículum no es el habitual de un artista emergente: estudió
la carrera de Historia del Arte en la Universidad de Málaga,
ha trabajado como gestor cultural y es un reconocido crítico
de arte. Pero en su pequeño estudio, dando forma a su inagotable
creatividad y con una amplia producción pictórica a sus
espaldas, reivindica su carácter de artista por encima de todo.
Esta entrevista que me he permitido hacerle ayudará a conocer
un poco más a fondo a este singular creador.
- Para conocerte mejor hay que comenzar por el principio, ¿de
dónde eres?
Soy un híbrido, un catalán andaluz o un andaluz catalán.
Para serte sincero, no sé de donde soy, en realidad me siento
de todas partes y de ningún sitio.
Nací en Vic, un pueblo de la
provincia de Barcelona, pero cuando tenía cinco años mi
familia se trasladó a Málaga. Y aunque he pasado prácticamente
los últimos veinticinco años de mi vida en Andalucía,
nunca he perdido el contacto con Cataluña.
- ¿Qué influencias
tempranas tuviste con respecto al arte?
En primer lugar mi padre ha sido mi
principal influencia, es muy buen pintor. Vivir con un artista inevitablemente
te marca. Y aunque mi casa no era la típica casa de artista bohemio,
lo cual es de agradecer, si había cierto ambiente artístico,
las paredes repletas de cuadros y muchos libros de arte. Los libros
han sido otra de mis grades influencias.
- ¿En qué momento empiezas a interesarte por la pintura?
Siempre me ha interesado. Desde muy pequeño me gustaba y se me
daba bien. En un primer momento me interesaba más el dibujo y
el cómic, más tarde, aunque a veces la vida me ha obligado
a serle infiel algunas temporadas, me he centrado en la pintura.
- ¿Cómo llegas al lenguaje de la abstracción?
Es una larga evolución, un proceso inconsciente que sigue abierto.
No es algo que decidiera un día y tampoco es un camino sin retorno,
en el arte las cosas son mucho más naturales, van sucediendo.
- ¿Trabajas por series temáticas?
Me gusta trabajar por series, porque una vez que comienzo en una línea
o con una temática me gusta investigar y profundizar en ella
hasta sacarle el máximo partido.
- ¿Qué hay detrás de la serie crucifixión?
Cómo nace la idea de este nuevo proyecto.
La filosofía de esta serie es fruto del descontento y de la decepción,
la miseria moral es la nota predominante en casi todo. Somos una sociedad
de caprichosos, egoístas e irresponsables. Pero no me he enfrentado
a esta problemática desde un punto de vista violento o ácido,
no busco culpables en el exterior. Es una pintura apasionada pero mucho
más interior o espiritual.
- Qué buscas con esta
serie, contra qué o quienes te rebelas, te lo has planteado.
Claro que sí. Mi obra reacciona
contra las cosas absurdas que perseguimos y los males innecesarios que
causamos o no evitamos por conseguirlas. Es un grito interior que me
reconforta y me da paz. Pero esto es la parte personal de mi trabajo,
cada persona puede sentir cosas diferentes. Mi trabajo fundamentalmente
es una metáfora de la sencillez de la vida, evidencia que lo
esencial son pocas cosas. Los adornos innecesarios son el problema,
el mundo de vanidades que elegimos voluntariamente es lo que nos atormenta
y por lo que atormentamos a nuestro entorno.
- Por lo que hemos hablado, esta serie pueden definirse como un grito
contra el materialismo.
No exactamente. Es algo mucho más íntimo y sutil,
y a la vez con un sentido más amplio. El materialismo y el consumismo
están evidentemente fuera de mi universo, como lo están
la intolerancia y la violencia. Pero estos cuadros son el producto de
un proceso de búsqueda interior, todo este entorno influye, nuestro
contexto es el que hace que busque respuestas en otra parte, pero no
son obras en contra de nada directamente.
- ¿Cómo definirías técnicamente tu trabajo?
Me muevo dentro de la abstracción matérica, en
la que incorporo diversos objetos al lienzo, principalmente cuerdas,
que son mi principal material de trabajo y el elemento que más
identifica mi obra. Aunque también utilizo telas, metales, retales
de lienzos, y papeles. Reduzco mucho los elementos empleados, no me
gusta recargar demasiado el cuadro, aunque algunas veces lo he hecho.
Mi objetivo es hacer aflorar la arquitectura compositiva de la obra
y todo el juego de equilibrios que la sustenta.
- ¿Cuál es tu método de trabajo?
Me concentro muchísimo trabajando, hago sesiones muy
intensas en las que me vacío totalmente. Me agoto física
y psicológicamente por lo que necesito dejar pasar tiempo después,
para recuperarme. A veces horas, a veces días, a veces semanas
en las que sigo pensando, mirando, leyendo, pero que no toco un pincel.
Lo demás todo depende de las circunstancias. No me gustan los
métodos fijos, encorsetan demasiado, a veces preparo mis colores,
otras empleo directamente la pintura del tubo, en ocasiones compro los
lienzos preparados, en otras monto la tela en el bastidor. Y así
con casi todo.
- Pero si es cierto que tienes
una forma de trabajar muy directa.
No suelo hacer bocetos, en realidad nunca los hago, como mucho a veces
pienso hacía donde quiero ir pero nada más, unas líneas
generales muy básicas que voy modificando mil veces sobre la
marcha. No tengo paciencia para hacer un boceto, luego pasar esa idea
al lienzo, me saldría algo acartonado, falto de verdad. Me gusta
el trabajo más inmediato, más espontáneo, lo que
no significa que no sea reflexivo y meditado lo que hago. Reflexiono
in situ, mientras creo la obra, una y otra vez, con la pintura
fresca, tocándola, manchándome, sintiéndola, haciendo
y deshaciendo.
- No es muy frecuente que un artista joven emplee una temática
religiosa en su trabajo. ¿Por qué te has decantado por
ella?
Efectivamente esta serie gira en torno
a una temática religiosa, espiritual. Repito una y otra vez el
mismo elemento: la cruz, que es una simplificación de la crucifixión
de Cristo. Un elementos con muchas connotaciones y muy presente en la
cultura occidental. A veces aparece reflejada de forma más evidente,
otras más sutil, pero siempre parto de ese origen y es el motivo
central de cada obra y el elemento que le da sentido. No es algo premeditado,
surgió así, las cosas llegan cuando tienen que llegar,
sólo hay que saber escuchar.
- Una pregunta que tal vez no tiene mucho que ver con el trabajo en
sí pero es una curiosidad, ¿por qué empleas en
ocasiones unos títulos tan largos?
Depende del tipo de obras, las de papel
tiene títulos cortísimos (nº 1, nº 2, nº
3, etc), y las de formato pequeño también tiene títulos
breves y muy repetitivos. Los títulos largos están únicamente
en la serie Gran Crucifixión, que son piezas muy conceptuales
y formalmente ajustadas al mínimo.
Utilizo títulos largos y algo
poéticos, no tanto para describir la obra en sí, como
para ayudar a crear el clima que busco en el espectador. Interesan como
punto de partida para buscar respuestas y entender parte del significado
de toda la serie. Además es un elemento creativo más de
la pintura. Llamar a una obra 'Gran Crucifixión I. Es difícil
pensar en lo sencillo, respirar y sentir el aire. Oír su murmullo
descarado mientras entra y sale sin permiso' no es algo gratuito,
ni prescindible.
- Lo de ejercer de crítico de arte y artista simultáneamente,
es una forma curiosa de enfrentarse al arte, al menos esa es mi opinión.
En primer lugar quiero destacar que
no soy un pintor de Bellas Artes sino de Historia del Arte, y eso me
ha dado una gran base. He visto mucha pintura, muchos museos, muchas
galerías y conozco a muchos artistas de diferentes periodos y
estilos.
Todo lo creativo me atrae, disfruto pintando y disfruto escribiendo,
y aunque en primer lugar soy artista, creo que es una suerte poder hacer
ambas cosas, me dan un equilibrio que necesito. Además pienso
que me enriquece y como crítico entiendo mejor a los artistas
y sus obras, sus aciertos y sus errores.
- Y qué te parece el arte actual, crees que todo vale.
Todo vale, pero no todo tiene valor.
A lo largo de la historia ha habido muchos artistas mediocres que en
su momento estuvieron de moda y disfrutaron de notable éxito,
y este tiempo que vivimos no es una excepción. Cuando pasen unos
años y se puedan juzgar sus obras con mayor perspectiva y libertad
irán cayéndose de la lista muchos nombres.
- Pero, qué piensas de casos recientes como el de Damien Hirst
y la famosa subasta en Sotheby’s
Damien Hirst ha servido para evidenciar
algo que todo el mundo sabe desde hace tiempo. En el arte, en cotas
muy altas donde hay fuertes intereses económicos, cada vez importa
menos la valía. En demasiados casos es un mercado de frutas y
verduras, en el peor sentido de la palabra.
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Para
saber más
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DATOS
DE LA AUTORA:
Susana Hermoso-Espinosa García (Málaga,
España) es licenciada en Historia del Arte por la Universidad
de Málaga, y Master en Museología por la Universidad de
Granada. Tiene una amplia experiencia profesional en diversas instituciones
y empresas culturales. Directora de la Revista Científica
de Estudios Histórico Artísticos SUMA. Es fundadora
y codirectora del portal de Arte y Cultura Homines.com.
