La ciudad de
Guadalajara, Jalisco, México, representa una escena de arte contemporáneo
y cultural de intensa actividad entre lo emergente y lo consolidado.
La atención cultural en general, desde la música a las
iniciativas de artes visuales, se extiende en la interrelación
entre instituciones de la Secretaría de Cultura y las universidades.
El esfuerzo puesto en mantener una escena pujante se aprecia a través
de sus museos, radio, TV cultural y espacios autónomos (Instituto
Cultural Cabañas, Museo de Arte Zapopan,...) así como
la próxima construcción que inició en Junio de
la “Ciudad Creativa Digital” y la efervescencia de manifestaciones
culturales de interés.
Mientras, en Puebla desaparecen espacios
de arte contemporáneo y se eleva un anacrónico Museo Internacional
del Barroco sin base museográfica con fin meramente turístico,
al tiempo que surgen el Museo del Ejército, el Museo de Tesoros
de la Catedral, y el Museo de la Música siguiendo los intereses
de un gobernador preocupado de contentar, respectivamente, al Ejército,
al clero católico, y a TV Azteca con esas prerrogativas revestidas
de apariencia cultural buscando el apoyo en su carrera presidencial
y rodearse de súbditos plegados a su objetivo, que ha obligado
a renunciar ya a dos Secretarios del Consejo Estatal de Cultura bajo
la SEP.
Se llevó a cabo en Guadalajara del 25 al 28 de Febrero de 2015,
la 5° edición de FART (Festín del Arte Contemporáneo).
FART es una de las actividades anuales que surgen en el dinámico
panorama de Guadalajara, y al que en esta ocasión fui invitado
a participar. FART es un encuentro desarrollado por iniciativa de Ángel
Urzúa del “ITESO Universidad Jesuita de Guadalajara”
y su equipo que, convocando a intelectuales y artistas, brinda la posibilidad
de adentrarse en las ideas actuales del arte. En esta ocasión,
la reflexión se centró en el arte des-objetualizado desde
las cuestiones del espectador y el espacio público, el arte de
acción, la estética relacional y el arte colaborativo.
El Accionismo Vienés de los setenta dominaba el panorama discursivo
por la cancelación de la exposición de Hermann Nitsch
en el Museo Jumex, aunque se mantuvo la actividad paralela en el Ex
Teresa Arte Actual estrenando su “Sinfonía
für Mexico”. Al mismo tiempo, creo que al
reflexionar sobre la performance resulta ineludible considerar
las jornadas de manifestaciones al cumplirse los cinco meses de la desaparición
de 43 estudiantes y 3 asesinatos de Ayotzinapa, en el mismo día
de la nuestra mesa redonda.
En la mesa redonda “Arte Acción
y Performance” realizada en “Casa Museo Taller
José Clemente Orozco”, compartida con Miguel Rodríguez
y Hernain Bravo y moderada por Alejandra Jaimes y Alan Sierra, presenté
bajo el título “Cuerpo individual y social; figuras de
lo obsceno contra la política y el consumo” la idea que
el cuerpo individual, depositario y eje de acciones que aparece como
figura de lo incómodo y obsceno al desnudar las formas con las
que la política y el consumo oprimen al individuo, apunta hacia
el cuerpo colectivo como expansión de sentido e inmersión
en la experiencia del cambio social. Del cuerpo (Siguiendo lo planteado
por Jon Bearsley-Murray en su ensayo “Poshegemonía”)
como potencia de energía revelada en el encuentro entre los cuerpos
en los “afectos” que se transforma en “hábitos”
como “afectos congelados”, los cuales se proyectan a la
actividad de la “multitud” o cuerpo social, “afecto
en acción” donde el arte, un arte de contexto y compromiso
social se implica con sus estrategias en las tácticas de actuación
política y transformación social.
Ahondando en lo perturbador de la transgresión provocativa del
uso del cuerpo en el arte acción inicié mi planteamiento
desde la proyección de una performance de Otto Muehl,
que con Herman Nitsch destacó en el Accionismo Vienés,
con su confrontación extrema y esa vez, simbólica y brutal,
en “Oh
Sensibility” de 1970 del que vi la película
completa en la galería Baron/Boisanté de New York en 1998.
El mito de Leda y el cisne escenificado con seducción erótica
entre Otto, una mujer, y una oca que termina degollada a manera de rito
sacramental en el que continúan bañándose en la
sangre que fluye desde el cuello cercenado y masturbándose con
su cabeza; Eros y Tánatos fusionados. Ese impacto que deja una
actuación así se aúna a la impresión provocada
por Pierre Pinoncelli que se mutila el meñique en un festival
de performance en Cali (Colombia) en 2002 en protesta por el secuestro
de Ingrid Betancourt por las FARC.
Francis Alÿs caminando por las calles de México DF con un
arma en la mano supone, como la mujer desnuda, quizás opositora
al gobierno cubano, paseando por las calles de Camagüey en Cuba,
una amenaza que termina con ambos protagonistas golpeados y encerrados
por la policía; el cuerpo desnudo como arma individual contra
el sistema. Este cuerpo individual se inclina a confrontar de manera
crítica las estructuras del mundo del arte y del mercado actuando
tanto sobre los espacios feriales como en el sacralizado museo, tal
como resultan los ejemplos de performance de Deborah de Robertis frente
al cuadro “El origen del mundo” de Courbet o la
confrontación activada por la propia desnudez de Milo Moiré
en “The script system” y “La vida desnuda”,
donde se pasea desnuda en un museo, el cual ha sido retirado de youtube
por infringir la política sobre contenido sexual.
La proyección del cuerpo-individuo
hacia la esfera de lo social forma el cuerpo colectivo que opera articulando
la disolución del sujeto aislado, impulsando en la difusión
y mediatización la extensión virtual de la “multitud”
en red agrupando diferentes unidades de resistencia. Se busca a través
de la co-implicación del ámbito social con el arte en
el entrecruzamiento de las tácticas colectivas con las estrategias
artísticas, que respaldan al arte como un dispositivo de conciencia
y percepción dirigido a impulsar los valores del humanismo, e
incidir de manera dinámica sobre la realidad.
Las acciones comentadas por los artistas
participantes en la mesa se centraron en la esfera reflexiva del cuerpo
y su agresión en el espacio socio-urbano. Miguel
Rodríguez Sepúlveda, que busca involucrarse
él mismo en las obras, mostró cómo transforma objetos
e imágenes mezclando sonido y materialidad subordinando su quehacer
disciplinario al concepto que plantea en la obra. Las obras de Hernain
Bravo contrastan con los planteamientos de Miguel Rodríguez
Sepúlveda: Mientras Miguel asigna al despliegue frente al espectador
o la construcción ambital por medio de la técnica audiovisual
un componente considerable del significado, Hernain suele hacer de la
actuación intempestiva en su entorno urbano, registrada en video,
la esencia de su actuación.
FART inició con la excelente conferencia “El espectador
en el arte” impartida por Dr. Alberto López Cuenca,
quien fue desgranando con claridad el modo cómo desde la apertura
de los Salones Oficiales en el siglo XVIII, que puso al alcance del
ciudadano la producción pictórica y escultórica,
se busca confrontar desde el respaldo de la razón y la palabra
escrita la realización plástica que el espectador contemplaba
en el espacio público y por la que se crearon las instituciones
características del mundo del arte hoy desde la Academia al Museo
con la crítica y las galerías, y que hoy se ha extendido
al dominante imperio del mercado, subastas y especulación invadido
de Bienales y Ferias con un espectador engranado con la situación
del arte convertido en espectáculo, que con su teléfono
absorbe como receptor digital propagando imágenes en virtud de
la extensión de la red de internet. Un espectador que surge en
la Historia desde el escrito y la razón reflexiva, y que sucumbe
hoy a la indiscriminada imagen irradiada. En el proceso apunta su evolución
desde teorías filosóficas y los procesos de creación
plástica donde el espectador, en actitud colaborativa o de índole
relacional, es cada vez más parte de la obra artística
haciéndose indistinto de ella, al tiempo que las prácticas
artísticas se subsumen en ese capitalismo cultural consecuencia
de las fuerzas económicas del post-fordismo.
Alberto pudo continuar su diálogo propositivo y revisionista
de la situación contemporánea del arte en una jornada
celebrada bajo el nombre “Alto Voltaje” en “Trama
Centro” con la que se abordaron temas relevantes planteados directamente
por los asistentes desde la creatividad a la Estética y la política,
la enseñanza del arte y la disolución del autor y el refuerzo
de los derechos de autor, que fueron desmenuzados desde sus planteamientos
epistemológicos.
FART continuó
con otras sesiones directas de participación de los invitados
en “Alto Voltaje” para dialogar con los interesados en ese
suculento festín abierto de ideas y experiencias, además
de la charla “De la estética relacional al arte colaborativo”
de Pablo Helguera, que llegaba desde el Museo de Arte Moderno (MOMA)
de Nueva York, y la mesa redonda “Arte en común”
donde participaron Sofía Olascoaga del DF, Miho Hagino de Japón,
y Carolina Caycedo de Colombia.
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Para
saber más
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DATOS
DEL AUTOR:
Ramón Almela (Lorca, Murcia, España,
1958). Doctorado en Artes Visuales por la Universidad Complutense de
Madrid. Tesis doctoral: ‘La Pictotridimensión. Proceso
Artístico Diferenciado’. Constatación en Nueva York,
1989-90. Revalidado como ‘Ph.D. in Art’ por ‘World
Education Services’. Licenciado en Pintura, Facultad de Bellas
Artes de la Universidad Complutense de Madrid. Revalidado como ‘Bachelor´s
and Master´s Degree in Fine Arts and Art Education’ en 1992
por ‘World Education Services’. Título de Profesor
de Dibujo por la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, Madrid.