Gordon Matta-Clark
artista poliédrico, energético, dinámico, explosivo,
extremadamente inteligente e intuitivo, que cuando a finales de los
años sesenta irrumpe en la esfera artística de Nueva York,
lo hace con los títulos y avales de propiedad de primer beneficiario
de la herencia de los años sesenta: pop, minimalismo y conceptualismo.
1.- Gordon Matta-Clark; Anarquitectura y deconstrucción
Gordon Matta-Clark (Nueva York, 1943 -1978), hijo del pintor surrealista
chileno Roberto Matta, conocido por sus 'cuttings', transformaciones
de edificios mediante cortes o extracciones de fragmentos, y considerado
como uno de los artistas conceptuales más importantes de la segunda
mitad del siglo XX. Estudió arquitectura en la Universidad de
Ithaca en el Estado de Nueva York y literatura en París, pero
decidió ser artista y no ejercer como arquitecto, pese a todo
–y no sin razón– se ha descrito a Gordon Matta-Clark
como ‘el único y verdadero arquitecto decontructivista’.
Matta-Clark opera la des-composición como proceso entropológico
de desmantelamiento de elementos: paredes, suelos, ventanas, puertas
[Nota 1].
Una casa encierra,
nos acerca a las cosas, acentúa nuestra capacidad de intervenir
sobre ellas, dominándolas. En lugar de esta contención
y cierre arquitectónico habituales las intervenciones de Matta-Clark
permitían una abertura, de este modo un despliegue estos ‘gestos
deconstructivos que invocaban la dialéctica negativa del deshacer
[Nota 2].
Matta-Clark situado en el marco ideológico
de la hermenéutica marxista proponía la transformación
de las organizaciones ciudadanas en un moderno proyecto de emancipación,
mediante acciones de belleza convulsa, propias de los tiempos de crisis,
buscaba socavar las bases sistémicas del capitalismo tardío
y lo hacía cuestionando el concepto mismo de propiedad. Así
sus investigaciones con el grupo Anarchitecture [Anarquitectura] plantean
cuestiones históricas y filosóficas de amplio alcance
sobre la naturaleza del espacio social y de la propiedad, sobre el profundo
nexo entre propiedad e identidad [Nota
3], así como la relación entre el concepto
de propiedad y las condiciones de su uso, su consumo y, aún más
importante, su transformación en desecho.
Este proceso de consumo y desecho explorado
por el pop y el conceptualismo permitirá a Matta-Clark construir
ese originalísimo entramado reticular de política y arte
mediante el cual irrumpirá en la escena artística de Nueva
York emplazando críticas institucionales a partir de experiencias
colectivas en el espacio urbano. ‘Su preocupación se centró
en los nuevos modos de vida y las nuevas subjetividades e identidades
políticas posteriores a 1968: trabajando con basuras, ofreciendo
oxígeno a los transeúntes de Nueva York, abriendo un restaurante
gestionado y dirigido por artistas, poniendo en tela de juicio la propiedad
privada del suelo o subiéndose a la Clocktower para, colgado
de su reloj, proceder a afeitarse, ducharse y lavarse los dientes’
[Nota 4].
Todo aquél que quería
ver sus intervenciones de arte tenía que saltar, hacer equilibrios,
‘imaginarse la posibilidad de caer al vacío a través
de sus recortes...’, exponerse a la misma experiencia, tan espantosa
como estimulante, de suprimir la tierra firme bajo sus pies, soltar
casi literalmente todo aquello que supone un hogar esencial.
Todas esas acciones tenían lugar fuera de los sacralizados recintos
de galerías o museos [Nota
5]. Prácticamente todas sus intervenciones en edificios
fueron fotografiadas, filmadas o grabadas en vídeo, y el modo
en que las registraba estaba en perfecta coherencia con el discurso
general que trataba de construir o, si se quiere, deconstruir.
Las incursiones de Matta-Clark en los
subsuelos de Nueva York y París están concebidas desde
una visión organicista del mundo y de la vida que cuestiona el
establishment cultural. Este particular accionismo del que Matta-Clark
es partícipe –convencido del continuo arte/vida–
lo hace vincularse a los movimientos sociales. Los colectivos a los
que pertenece se organizan no para organizar exposiciones e iniciar
carreras artísticas de éxito sino para vivir con toda
intensidad el trabajo cotidiano, sin poner en duda la relación
que con el trabajo se podía tener en aquellos momentos en Estados
Unidos, sustancialmente distinta de la que se tenía en Europa:
el 'american way of life' adjudica valor no al tiempo libre,
ni al ocio creativo, sino a la productividad mercantil. Matta-Clark
es un revolucionario al situar la actividad artística dentro
de los problemas de la vida cotidiana, viviendo en grupo y articulando
modos de convivencia alternativos a la familia, al arte y a las organizaciones
institucionales. Desde la comida hasta la basura, desde el sótano
a la cubierta de los edificios, desde lo orgánico hasta lo inorgánico,
desde el oxígeno ofrecido a los viandantes hasta la excavación
en el suelo de una galería de París, asando un cerdo públicamente,
poniendo en cuestión la propiedad del suelo o afeitándose
colgado de las agujas de un reloj en lo alto de un edificio, Matta-Clark
pone en circulación unas formas de crítica de lo cotidiano
que, años más tarde van a ser referencia común
de las nuevas izquierdas [Nota
6].
2.- Sustracciones e historias
de construcción y estratificación
Matta-Clark el poeta del espacio que exploró sus vacíos
operando directamente sobre los sólidos construidos. Intervino
edificios –cortándolos, seccionándolos, troceándolos,
agujereándolos, desplazándolos – para materializar
sus ideas sobre el espacio que él intuía desde una dialéctica
personal (designar espacios, crear complejidad). Las dualidades que
fue descubriendo, impecablemente reflejadas en sus montajes fotográficos
(vertical/horizontal, interior/exterior, vacío/lleno) resumen
en términos de experiencia estética las principales ideas
filosóficas y estéticas sobre el espacio.
Esos cortes conforman una suerte de narración gráfica
y textual que explica tanto el proceso de la obra como su contexto interno.
Sus viajes al subsuelo de la ciudad pretendían descubrir espacios
sin nombre, lugares ocultos: ‘Tengo interés en una expedición
al subsuelo: una búsqueda de los espacios olvidados y enterrados
bajo la ciudad. Esta actividad debería sacar el arte de la galería
e introducirlo en las cloacas’, señalaba Matta-Clark.
A medida que se excava y se socavan
las capas cosméticas, las sustracciones de Matta-Clark revela
capas de información, historias de construcción y estratificación.
Matta-Clark explora los espacios olvidados que han quedado enterrados
bajo la ciudad, como reserva o como recordatorios supervivientes de
proyectos y fantasías perdidos. Estas expediciones incluirían
el trazado de mapas y la introducción o la excavación
en estos cimientos perdidos [Nota
7].
3.- La casa como dispositivo de memoria; naturaleza ritual de
lo doméstico y concepto de propiedad
Cada ciudad es un texto colectivo que vehiculiza y almacena una memoria
colectiva, una narración geográfica e históricamente
emplazada, cabe preguntarse por las formas de esa inscripción
en el imaginario colectivo y sus procesos de sedimentación en
el lenguaje, la forma en que se gesta la identidad, se conforman los
ideales y la formas del conformismo, en definitiva, como se magullan
los sueños. Cada transformación de la ciudad, cada re-organización
territorial, cada nuevo multicine o megamercado, articula nuevas formas
de relacionarnos o distanciarnos en la escena urbana. Con cada edificio
que desaparece o se transforma desaparece una forma ritual de vida,
se silencian ‘saberes’ y memorias colectivas, se apagan
los ecos de los fantasmas que pululan en aquellos lugares, los que hicieron
propios y en los cuales afincaron su memoria e inscribieron su huella
en el tiempo [Nota
8].
La casa es así un dispositivo de memoria, extrae de cada habitante
sus pensamientos inconscientes y les da cuerpo: entidades fantasmáticas
nacidas de los recuerdos, que resurgen en el presente, y que se producen
como un intento de vincularnos a ella, de acercarnos. Pero la memoria
le ha sido enajenada. Los edificios son entidades fijas en la mente
de la mayoría. La idea de un espacio mutable es tabú especialmente
en la casa de uno. Los que tienen una casa, por norma general, no hacen
mucho más que conservar su propiedad. ‘Hay que abrir la
casa para que pueda recordar, hay que moverla para poner de nuevo en
libertad esos recuerdos. Para abrir la memoria de la casa pondríamos
agua por medio, agua que nos apartaría de su visibilidad, que
nos desposeería de la seguridad de nuestra intervención
sobre los objetos que rodean nuestro cuerpo, ya no viéndolos;
porque, ¿qué otra cosa es el dominio -como realización
de lo doméstico- sino la costumbre que guía nuestros hábitos
útiles, la cristalización de una de aquellas entidades
fantasmáticas en siempre la misma reacción apropiada?
[Nota 9].
Así, para poder ver las intervenciones de Matta-Clark había
que caminar, internarse en ellas, ser tragado por ellas, hasta que la
dimensión, la forma, el color mismo de los objetos exteriores
perdiera su fuerza, su rotundidad, y con ello, nuestra capacidad de
actuar sobre ellos, de dominarlos.
Nota
1: WINES, James, ‘The Slippery Floor’, en Andreas
Papadakis (de:), Deconstruction, Omnibus Volume, Academy Editions, Londres,
1989, p. 138.
Nota
2 : Judith Russi KIRSHNER, ‘Non-uments [Non-umentos]’
en Gordon Matta-Clark, catálogo de exposición, IVAM, Centro
Julio González, Valencia, 1993, p. 57.
Nota
3 : LEE, Pamela M., ‘Objetos impropios de modernidad’,
En ¿Construir... o deconstrucción?, Textos sobre Gordon
Matta-Clark, p. 92.
Nota
4 : CORBEIRA, Darío, ‘Matta-Clark, el artista destructor’,
en El País, Cultura - Babelia, Madrid, 01-07-2006. / Darío
Corbeira es artista plástico y editor del libro ¿Construir...
o deconstruir? Textos sobre Gordon Matta-Clark (Ediciones Universidad
de Salamanca).
Nota
5 : VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, ‘El Arte abandona la
galería! ¿A dónde va?’, En RÉPLICA
21 ©, Revista Internacional de Artes Visuales, México, Abril
2008. http://replica21.com/archivo/articulos/u_v/542_vazquez_abandono.html.
Nota 6:
‘Gordon Matta-Clark: Designar espacios, crear complejidad’
/ Este artículo fue publicado originalmente por revista Brumaria
(Madrid) y fue cedido a Arte y Crítica a través del proyecto
Documenta 12 Magazines. / Thomas Crow: ‘Modern Art in the Common
Culture’. Yale University Press. Londres 1996.
Nota
7 : DISERENS, Corinne, ‘Gordon Matta-Clark: the reel world,
En ¿Construir... o deconstrucción?’, Textos sobre
Gordon Matta-Clark, p. 56.
Nota
8 : VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, ‘El vértigo de
la sobremodernidad: turismo etnográfico y ciudades del anonimato’,
En REVISTA DE HUMANIDADES, Nº 22, 2007, pp. 211-223 – Tecnológico
de Monterrey– ISSN 1405-4167, México. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=38402208.
Nota
9 : CARGOL, Josep, ‘Torre-silo de viviendas’, En
WAM: Web Architecture Magazine.
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DATOS
DEL AUTOR:
Adolfo Vásquez Rocca, Doctor en Filosofía por la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad
Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor
de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad
Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología
y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad
Andrés Bello UNAB. – En octubre de 2006 y 2007 es invitado
por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo
de Conferencias en México. – Miembro del Consejo Editorial
Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México.
Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista
de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Director
de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la
Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto
europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Ha publicado recientemente
el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas
de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial
de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia,
España, 2008.