Introducción
La obra de Hopper es típicamente americana y realizada
por un artista con un noble espíritu que está decepcionado
por las relaciones que ofrece el progreso social y sabe que no puede
hacer nada por remediar esa situación pero sabe que debe soportarla.
Hopper muestra la resignación del hombre hacia los beneficios
del supuesto progreso y por las supuestas ventajas del mundo moderno.
Su obra es realista pero con un pequeño trasfondo de ironía
pues muestra cómo el progreso que mejora el mundo hunde los sentimientos
del hombre. La tecnología lo perfecciona todo pero no se ha ocupado
del ser humano.
Las escenas
Hopper nos muestra cierto tipo de emociones en las personas. Esas emociones
que surgen del contacto con los demás. La escena
que los provoca es anterior o ajena al efecto emocional y no se recoge
en la representación. La representación es una reflexión
personal que no se muestra en los actos sociales, por ello, las escenas
ocurren en la intimidad. Su temática no es la soledad del individuo.
La soledad es el momento que un hombre aprovecha para reflexionar acerca
de lo que ha vivido o conocido.
Sus obras muestran
la reflexión humana que, expresada a través del arte plástico,
solo puede ser expuesta mediante la representación de una escena.
En la escena no ocurre ningún hecho que pueda ser digno de atención
a la vista de nadie. El conocimiento, que es de lo
que trata Hopper, es un hecho interno que no se manifiesta especialmente
de una forma externa. El desnudo de las figuras, cuando aparece en su
obra, solo hace referencia a la esencia humana en un momento en que
la figura reserva a su propia meditación. La escena nada tendría
de interés para un observador. El vouyerismo, del que a veces
se habla al interpretar su obra, debe hacer referencia a un acontecimiento,
lo contrario de lo que refleja Hopper, un sentimiento.
Hopper nos muestra una escena como forma necesaria en el arte
plástico para mostrar la reflexión del pensador.
Hopper es un conocedor del alma humana y ese hombre se lamenta de que
esa especie, aparentemente tan elevada, no perciba la realidad, ni tan
siquiera, ante la evidencia de sus actos.
La determinación de Hopper de mantenerse fiel a su estilo nos
permite justificar lo dicho. Su obra, Noctámbulos, de
1942, muestra, en una de las escenas más características
de su obra, las mismas cuestiones que en las demás pero sin entrar
en la intimidad de una habitación privada mostrando el interior
de un café en el que los personajes se reservan un minuto de
intimidad en la soledad que proporciona el anonimato de un local público.
Hopper no opone el espacio público y el privado. Expone los actos
de los hombres a la interpretación personal de las figuras representadas
y nos ofrece el conocimiento ante el sufrimiento del mundo, haciendo
referencia a todas las causas posibles que le originan.
El dolor del mundo
Hopper pinta los bastos paisajes
americanos, mostrando la grandeza de la naturaleza, pero una naturaleza
que, sin domesticar, resulta inhóspita para el ser humano. Es
precisa la intervención del hombre para que resulte soportable.
Pero, cuando se ha realizado esa intervención correctora supuestamente
necesaria, por ejemplo, mostrando el interior de las viviendas,
los hombres todavía notan la mano de la naturaleza y la temen.
Una mayor intervención del hombre sobre la existencia parece
no resolver el problema y bien parece que la ciudad
civilizada resulta ser un escenario artificial en el que se deben soportar
las mismas dificultades que en los escenarios naturales y demuestra
que la previsión de la razón solo ha logrado sustituir
un problema por otro.
Los fenómenos
Para entender una obra como la de Hopper es necesario encontrar un lugar
por el que entrar a buscar ese conocimiento. En Viento en la tarde,
de 1921, una chica, desnuda, mira la ventana de su habitación
por la que entra el viento. El cielo está iluminado, lo que indica
que no es tarde, pero ella se mete en la cama.
Parece que busca con las sábanas protección contra el
viento, como se observa, la postura de la chica es como de huir de la
dirección por donde éste entra. Sin embargo, no cierra
la ventana que sería una medida más efectiva. Esta actitud
y el título de la obra hacen pensar que la representación
tenga un carácter simbólico. Entonces, el viento debe
tener algún significado. El hecho de el viento posea una fuerza
que altera el estado de las cosas justifica que se le relacione con
la esencia del ser, que pudiera perturbar la existencia de la chica,
por lo que pretende huir. Cuando esas fuerzas dirigen ciegamente la
conducta humana, causando daño a otros seres, nos encontramos
ante la maldad. En general, los espacios naturales, muy propios de la
primera parte de su obra, tratan sobre la maldad ajena,
que se capta mediante la comprensión.
Otras obras, muestran ese mismo horror
ante la anulación de la existencia pero desde el punto de vista
de quien la sufre. En la primera parte de su obra, el origen del sufrimiento
del hombre estaba en la condición humana, en la segunda parte,
en las circunstancias del mundo, percibidas gracias
al entendimiento, y representadas por las construcciones
aisladas emplazadas en grandes espacios naturales como signo del devenir,
pues, a la vida individual, los fenómenos del mundo le afectan
como lo indeterminado, lo que se conoce como el azar.
Los grupos de figuras también indican un nuevo
problema, las diferencias personales. Los grupos suelen estar relacionados
con los edificios y la ciudad, lo que nos indica una forma racional
del pensamiento y, ahora, el conflicto surge de la razón,
cuyo cometido esencial debiera ser evitarle. Los intereses particulares
producen un enfrentamiento que se agrava por las consideraciones
racionales pues cada hombre actúa como su propio abogado, buscando
la forma de justificarse. La ciudad refleja la incapacidad de los hombres
por alcanzar una convivencia pacífica, aunque la ciudad sea pacífica
en apariencia.
En la obra, Resaca, de 1939, el viento que empuja al velero
y genera las olas del mar que agitan la boya y la nave, ya no causa
temor a los tripulantes del yate, como le causaba a la chica de su obra
Viento en la tarde. Parece como si los sucesos que pueden perturbar
a los individuos aislados no afectaran a las personas cuando forman
un grupo que pueden interpretarlo o enfrentarse a ello.
En una obra muy conocida, Habitación de hotel, de 1931,
y en otra anterior, Interior, modelo leyendo, de 1925, muestra
personajes leyendo. Un libro representaría el conocimiento
racional. Entonces, la luz, representaría la sensibilidad.
Ultimas obras
La luz que entra en las estancias, como el viento, hace referencia al
mundo de la voluntad, al ser. Las construcciones aisladas y la naturaleza,
a los fenómenos y al devenir. Las ciudades y
los edificios, así como los libros o escritos que ocupan la atención
de sus figuras, se refieren a la razón. El ser, el devenir y
el razonar generan la maldad, el azar
y el conflicto. El conocimiento de las consecuencias
se capta mediante la comprensión, el entendimiento
y la razón, que son las formas de conocimiento
De 1951 es el cuadro titulado Habitación al mar, en
la que vemos la habitación de una casa (razón) con una
puerta que se abre al mar (fenómeno). También resalta
en el cuadro la iluminación ya que la luz (esencia) es el tercer
elemento de esta composición con la que parece querer buscar
un equilibrio entre las formas de conocimiento para alcanzar una feliz
existencia.
Con referencias a esta obra, ejecuta
Sol en una habitación vacía, de 1963, en la que
la naturaleza apenas está representada por una escasa vegetación;
la voluntad, mediante la luz; y la razón, se refleja con la casa.
En esta obra, no hay una puerta al exterior, en su lugar, ha puesto
una ventana y nos la encontramos cerrada. Hopper parece haber renunciando
a dar valor al mundo y, si todavía confía en la razón,
mediante las sombras en las paredes, nos advierte que quedan muchas
cuestiones que afectan al hombre pendientes de resolver
En 1965 nos ofrece Dos comediantes. En un escenario artificial,
con un fondo negro que se va comiendo los restos escasos de vegetación,
mostrando de esas dos formas (con la falta de color y la ausencia de
naturaleza) la pérdida de esperanza, aparecen dos cómicos
que nos dicen que, ante el sinsentido del mundo, contra lo que no existe
ningún remedio, solo cabe la ironía que pone de manifiesto
la contradicción entre los fines elevados que se persiguen y
los efectos perjudiciales que se logran. ¿Qué es lo que
caracteriza a esta obra? La ausencia de la luz - Hopper había
comprendido
En el mundo social no tiene cabida la voluntad, Hopper se percata de
que ha estado hablando para sordos y de que todo lo que los sordos pueden
hacer es percibir las formas. El mundo es un teatro, concluye el artista,
en el que no es posible tratar de la verdad, a la sociedad le basta
y le sobra con la apariencia.
Hopper habla del conocimiento y los espectadores solo perciben los acontecimientos.
En la interpretación del hombre vulgar, la tragedia se muestra
como comedia, luego Hopper concluye que la representación podía
haberse reducido a una tragicomedia, por eso, los rostros de los actores
están tristes aún cuando son unos payasos que debieran
trasmitir, sino felicidad, sí alguna alegría. Los actores
se despiden de su público, pues ese cuadro es su despedida del
teatro del mundo y de la vida social, lamentando haber sido incomprendido,
pero saluda al respetable ¿Realmente debe respeto a un público
tal? Ni mucho menos, su gesto es una ironía -para honrar a los
necios.
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Para
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