La persona.
La naturaleza esencial del ser persona se constituye desde la existencia
individual como persona física que, sin embargo, la dinámica
fiscal de impuestos contempla también la persona moral como un
ente colectivo. La determinación metafísica que caracteriza
la persona como concepto atraviesa la disciplina de la biología
desde la concepción ontológica volcada en la existencia
concreta de la persona como agente capaz de sentimientos que va decidiendo,
creando, y abriendo una brecha en el mundo.
La identidad aparece como esa noción
de fidelidad a la imagen de la persona misma, cualidad de la autenticidad,
identidad a sus características innatas;… identidad consigo
mismo. Se puede advertir en la actualidad una pérdida de identidad
por las alteraciones que el entorno produce en el esquema original de
la persona. Cuando en el presente aumenta la dicotomía entre
el ámbito local y la vivencia de lo global, tanto cultural como
económica, se estimula ese híbrido que busca lo 'glocal'
para orientar el consumo y demanda manteniendo los intereses de las
corporaciones mundiales.
Siendo ya un hecho imponderable en la sociedad contemporánea
esta transformación de la persona por efecto de la globalización,
se puede apuntar cómo se asumen máscaras que dan lugar
a personajes que ya no concuerdan con la persona. Se emplaza un antagonismo
entre lo real y lo imaginario ¿El personaje real y la persona
imaginaria, o el personaje imaginario y la persona real? ¿Cómo
distinguir en la actualidad lo que se es y lo que se representa? Este
conflicto alienta discursos en el arte actual y, al mismo tiempo también,
los creadores caen presos de la dicotomía existencial en su realización
plástica; es un dilema que el arte contemporáneo y la
estructura del mercado condicionan y orientan en las inclinaciones de
los individuos. La obra de muchos artistas se ve influida por la disponibilidad
de la información en la actualidad, no profundizándose
lo suficiente en el desarrollo de las coordenadas internas vivenciales.
La mayoría de las escuelas de arte se afanan por crear individuos
artistas enfocados a responder a los requerimientos de modas vigentes
y a saber desplazarse en las estructuras homogeneizadoras del mercado
del arte.
Se busca, sin embargo, como consigna en el arte, conservar la identidad
alejándose de la falsedad encubierta del mercado o de la cultura
impuesta. Cuatro exposiciones en Puebla, México, alumbraron individualmente
algunos aspectos del problema presentando en su conjunto un discurso
atrayente: en Galería Lazcarro, JJ Moyano hizo hincapié
en la huella abordando materia y espacio desde la existencia humana,
y Amílcar Rivera desplegó desde la cruda expresión
pictórica una anónima actuación del ser humano
como personaje. En Capilla del Arte de la UDLAP, el cuerpo se mostró
en su carga simbólica desde la obra en tela de Miriam Medrez
y, englobando todo ello, Arturo Elizondo, en Galerías del Palacio,
reafirmó la identidad mexicana con un trabajo colaborativo realizado
a través de varias juntas auxiliares en Puebla donde convoca
con su acción la conciencia de lo comunitario y sus valores,
reivindicando la persona como constituyente individual creativo.
La identidad es el asunto fundamental al abordar el concepto de persona
en el esfuerzo de mantener una actitud de idiosincrasia que identifique
al ser personal en sus cualidades innatas alejándose de la homogeneización
que es la imagen de la muerte, de la entropía radical. En el
proceso de intercambio energético, la heterogeneidad es vida
y sobre ella se edifica la personalidad del artista y su obra: un artista
idiosincrático es autónomo y auténtico, último
refugio de lo que se denomina individualidad: la convicción interna
del artista que prevalece sobre la convicción ideológica
que imponen el mercado o las modas y gustos imperantes en la homogeneidad.
Dos exposiciones iluminaron esta búsqueda
de la identidad desde varias disciplinas: una, de manera introvertida,
femenina, y otra, de manera extrovertida, masculina. La escultura de
Miriam Medrez ahonda en emociones individuales que conectan la presencia
del cuerpo y la figura de la mujer desde la propia existencia femenina.
Y JJ Moyano busca de modo extrovertido en la huella con la materia y
el espacio ahondando en experiencias del sujeto como individuo en su
entorno.
Miriam Medrez expuso en Capilla del Arte de la UDLAP,
Cuerpo Ausencia; hilvanando identidades un conjunto de más
de 60 piezas escultóricas que reafirman la identidad de mujer
a través del cuerpo físico y los pensamientos escritos.
La operación de bordado, que forja el vínculo generacional
entre las mujeres con la costura como actividad ancestral del rol femenino,
sirve de pauta para propuestas destiladas en tres series encadenadas
por la acción de coser desde la mirada en su propia figura de
mujer: 'Lo que los ojos no ven', 'vestidos invertidos', y 'zurciendo'
donde exploraba la relación de diversas mujeres con partes del
cuerpo resaltadas a modo de retrato orgánico. Las figuras-maniquíes
como en otras de las series resultan atrayentes en un primer acercamiento,
pero no resisten una indagación más exigente. Sin embargo,
la serie 'vestidos invertidos' en la que con estructuras alberga huecos
llenos de parafernalia visual provocativa, o vestidos que recubren armaduras,
posee mejor acierto afirmando más la ausencia del cuerpo permitiéndole
invocaciones a través de materiales y otras técnicas de
bordado.
Jorge Juan Moyano en la galería Lazcarro de
'La Casa del Mendrugo' proponía Matter Matters en varias
reflexiones que el espectador encontraba repartidas en espacios del
lugar siendo el eje común, como María Torres afirma en
un interesante escrito, la experiencia y el sujeto desde su corporalidad
en la ciudad moderna. Desde imágenes pictóricas desenvueltas
en la serie 'Impasse' con el cruce del pasado con la historia presente
que el lenguaje escrito y la imagen organizan en un universo espontáneo
de trazos y manchas abstractas a las que adscribe intenciones de reflexión
de la realidad del inmigrante. Un despliegue de color y fuerza que se
reviste de intelectualización sin menoscabo de la calidad de
su ejecución, que en la serie 'Gray Matte'” resultaba más
convincente en su ensamble conceptual-material por la eficacia del sentido
de huella e inscripción: la representación en el cemento
húmedo del espacio público de las banquetas supone una
acción colectiva donde se reafirma lo individual en su voluntad
de dejar huella en la ciudad.
Movimientos vitales, introspectivo y extrovertido, que juntos integraban
un panorama de la búsqueda de la identidad de la persona a través
de la experiencia del sujeto y la ciudad, o la introspección
en lo esencial del cuerpo como sujeto sexuado.
Ahondar en la existencia humana tanto
desde la dimensión física como desde el ámbito
social conlleva fijar los parámetros de la dinámica de
la esencia de la persona y las construcciones que se elevan sobre ella.
El artista verdadero se vuelve consciente de la situación y en
diversas etapas de la evolución de su obra se inclina a tratar
esta realidad, unas veces como indicación vital en la atención
del cuerpo y de su huella social como analicé con las exposiciones
anteriores, y en otras como denuncia de las manipulaciones a las que
se ve sometida la realidad de la persona.
Esta problemática de la persona
a través de la ficción de la figura del personaje apunta
por un lado a la estructura de espectáculo como relación
en la vida actual dominada por la globalización y la tiranía
del consumo escurriéndose hasta la propia esencia de las prácticas
artísticas y, por otro lado, el conflicto del personaje como
eso presentado, enmascarando la autenticidad, como lo verdadero de la
presencia del individuo en la sociedad actual detectable en la imagen
proyectada por uno mismo desde los deseos y ambiciones impuestas. La
construcción de la imagen personal se sostiene en la convergencia
de varios aspectos tanto físicos, visuales y verbales doblegados
al objetivo buscado; finalmente, el montaje del personaje y la etiqueta
de conducta se imponen sobre las características propias de la
persona.
Amilcar Rivera profundizó en esta temática
de 'Personajes' con la presentación de su obra en la Galería
Lazcarro de La Noria donde el concepto se condensaba en una de las piezas
bajo el título 'Callados 2' que reunía a cinco individuos
de pie en similar corte formal de traje negro pleno de materia pictórica,
quienes volvían la mirada hacia la izquierda. El silencio parece
abrumar en esta pintura con su economía de medios; el claroscuro
domina en la expresión cromática bañada en fondo
de color sepia. Las formas contenidas de los personajes de todas las
obras, desde la agrupación a la aparición solitaria, sugerían
una misma sensación de falsedad y sombría amenaza que
pesa como una losa que el artista podría estar utilizando en
su denuncia de la parafernalia social para redimirse o para ocultarse,
sobre todo en la nueva realidad social a la que se vio sometido al regresar
de su periplo europeo con el encuentro de la sociedad poblana en sus
ámbitos docentes y económicos.
Rostros femenino y masculino de enorme
dimensión franqueaban la entrada confrontados desde los ojos
abiertos y cerrados; ensimismamiento contrapuesto a la observación.
Era en las obras de figura y medio torso femenino en acrílico
donde la representación resaltaba por su articulación
significativa y textural con la figuración. Amilcar recurre a
la fuerza del trazo denso y gesto intenso sobre la forma humana, la
cual deforma exacerbando ese sentir que, en su tratamiento, a ratos
evoca a Modigliani como a Cezanne, conexiones de esta inclinación
de recuperación modernista que toma de la vanguardia las ruinas
develando las intenciones aún vivas en lo contemporáneo
por una reafirmación de la utopía del ser humano. Amilcar
congrega los medios digitales con los recursos tradicionales pictóricos
de tal modo que la imagen mantiene la seducción caligráfica;
varias de estas obras que se presentaban como grabados resaltaban por
la válida combinación del tratamiento y síntesis
figurativa reivindicando la dimensión humana como lo hizo con
la temática de la masacre femenina en Ciudad Juárez.
Entre la triada planteada entre 'huella', 'cuerpo' y 'personaje', que
varias exposiciones revelaban, surgió en el encuentro de estas
tres diferentes concepciones la idea de 'la identidad' como núcleo
fundamental y esencial que las reunía. Esta situación
señala la problemática actual donde la realidad/lo real
se acentúa como algo que se aspira a alcanzar. La exaltación
de lo real resulta paradójica cuando se supone que el individuo
se mueve en la realidad, aunque se evidencia el mundo imaginario que
prevalece sobre lo real donde prevalece el personaje sobre la autenticidad
de la persona.
Arturo Elizondo prosiguió
el proyecto iniciado hace tres años en Galerías del Palacio
del Ayuntamiento que cobijó de nuevo su obra de interacción
donde la producción propiamente de arte surge del encuentro dialógico
entre el artista y el público. Una práctica de participación,
que en las prácticas artísticas contemporáneas
se extiende regularmente, y que sorprende que los directivos del Ayuntamiento,
el IMACP, desde su visión estancada de la estética creativa,
ofrezcan atención sobre este modo de expresión actual;
creo que la difusión y cooperación a través de
las 17 juntas auxiliares de Puebla contribuyó a dar una oportunidad
expositiva a este tema. En las Juntas se armaron programas de Talleres
Culturales (curiosamente muchas se mostraron muy reticentes a recibir
el apoyo cultural) con la intención de impulsar la conciencia
del arte como parte integral del individuo contemplando los conceptos
de identidad, tradiciones y colectividad, defendiendo las características
de lo local frente a la hegemonía cultural global vigente.
Gran parte de lo expuesto en la muestra 'Estrictamente Público'
se realizó desde las fotografías tomadas de los individuos
que participaron activamente en el proyecto RIA (Retratos de Identidad
Alternativa) con la creación de un dibujo a partir de las propuestas
visuales generadas tras la lectura de un cuento de Juan Rulfo. Estas
son mostradas como un conjunto identificativo de los rostros mexicanos
con acentuación en rasgos indígenas, grupo que normalmente
resulta desdeñado en la actividad cultural. Ahondando en el imaginario
y en la apariencia exterior del individuo Arturo Elizondo construye
un amplio repertorio de retratos donde, precisamente, las concepciones
de huella, cuerpo y personaje se ponen en juego potenciando lo esencial
de la identidad. La posibilidad de la apropiación del espacio
de la galería reivindica el potencial creativo del público
visitante. La colaboración itinerante en las áreas menos
favorecidas del municipio poblano convocaba al individuo a las posibilidades
de realización artística desde cualquier nivel afirmándose
con su participación en la construcción de la imagen con
sus anhelos e imaginación que se incorpora en varias piezas y
en detalles alrededor de los muros de la exposición dando protagonismo
al usual ignorado grupo social.
Una idea de
colaboración y demanda social que en lo artístico queda
limitado mayormente por la actuación cooperativa, pero se revela
disminuida en la expresión por una inadecuada aproximación
a lo pictórico en las obras propias del artista. Arturo Elizondo
realiza un manejo destacable del dibujo en papel y acuarela, sobre todo
por esa conjunción entre el dibujo realizado por el individuo
sobre el que luego el artista superpone el retrato, aunque su realización
posterior en lienzo resulta ostensiblemente deficiente con el manejo
de la imagen de gran dimensión donde los detalles desajustados
del valor tonal sobre color plano preponderan de manera visualmente
desequilibrada tanto en las arrugas del rostro como en las pliegues
de las ropas.
La reivindicación de la identidad cruza los planos del cuerpo,
su huella y la máscara de la persona como se pone de relieve
en varias exposiciones que mostraron la presencia del individuo y el
efecto de su entorno que modifica las características idiosincráticas
de la autenticidad en medio de las influencias de lo global en lo local.
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Para
saber más
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DATOS
DEL AUTOR:
Ramón Almela (Lorca, Murcia, España,
1958). Doctorado en Artes Visuales por la Universidad Complutense de
Madrid. Tesis doctoral: ‘La Pictotridimensión. Proceso
Artístico Diferenciado’. Constatación en Nueva York,
1989-90. Revalidado como ‘Ph.D. in Art’ por ‘World
Education Services’. Licenciado en Pintura, Facultad de Bellas
Artes de la Universidad Complutense de Madrid. Revalidado como ‘Bachelor´s
and Master´s Degree in Fine Arts and Art Education’ en 1992
por ‘World Education Services’. Título de Profesor
de Dibujo por la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, Madrid.