Llego a ella
de casualidad y me quedo gracias a una trenza. Una trenza tricolor de
cabellos plateados, castaños y morenos. Los de una abuela, una
madre y una hija llamada Jessica Lagunas (Nicaragua, 1971). Desde
entonces comienzo a investigar sobre su obra, con pausas, no quiero
contaminarme de entusiasmo. Conforme avanzo en su universo tejido con
sencillez, vislumbro un trabajo ajena a delirios, pero con unas rítmicas
obsesiones. Una performace de la luz, delicada, elegante, profunda y
reflexiva, que se aleja de alternativas truculentas y pompososas.
Mi interés por esta artista
nicaragüense, que creció en Guatemala y vive y trabaja en
Nueva York [Nota 1],
reside en su facilidad de sintetizar un rico universo de significados
en un objeto o una acción aparentemente sencilla. Cuando busco
respuestas, siempre vuelvo a la obra con la que me lanzó el anzuelo,
llamada Abuela, madre, hija (Grandmother, Mother, Daughter,
Nueva York, 2005). Las tres edades, la vida, el tiempo, la familia,
los lazos afectivos profundos que arrancan del alma y que se entretejen
por vía materna. Es una obra que huele a abrazo intergeneracional,
a mirada cómplice, a añoranza, a raíces y a futuro.
Sorprende la simpleza de una trenza de 33 cm. de longitud, y la complejidad
de contenido que alberga, las lecturas que permite, las miradas que
soporta.
Entroncada con el componente temporal
de la obra anterior, se encuentra la serie Por siempre joven
(Forever Young), iniciada en 2004. Una pieza delicada e intensa
que bucea en los recovecos de un tema que nos afecta a todos: la aceptación
del paso de los años, sus manifestaciones físicas y el
modo que tenemos de enfrentarnos a ellas. Un conflicto que resuelve
en clave personal dando lugar a una obra, que supone una magnífica
celebración de la vida.
Este proyecto lo inició Jessica Lagunas con 33 años, en
ese momento decide bordar cada año, en una tela de seda negra,
su correspondiente edad, usando sus cabellos canos a modo de hilo. Como
en una reinterpretación metafórica de la fábula
de Ariadna, se da a si misma el hilo para hallar el camino de salida
del laberinto del tiempo y poder encontrar la paz y la armonía
con su edad.
En el trabajo de Jessica Lagunas afloran
el mundo femenino actual. Mira hacia la mujer en la sociedad contemporánea,
cuestionando sus obsesiones con la imagen corporal, la belleza, la sexualidad
y el envejecimiento. Se inspira en muchos de los fantasmas que merodean
en el universo femenino, y lo resuelve con un planteamiento minimalista
utilizando varios medios expresivos que van de las instalaciones a las
performances, pasando por la creación de objetos y el collage.
Pinceladas feministas, de una mujer
que nació artísticamente en un entorno complejo: Guatemala.
Un país que recientemente ha comenzado a vivir una liberación
tras largos años de conflicto armado, una paulatina normalización
política, en una sociedad con un fuerte lastre cultural en el
que la mujer era el último eslabón. En este contexto de
violines roncos y de aroma añejo, explotó por su juventud
Jessica Lagunas junto a otro grupo de creadoras, entre las que se encontraba
Regina José Galindo, enfrentándose con sus planteamientos
artísticos a una sociedad profundamente machista y retardataria.
Aunque en la actualidad su temática tenga un carácter
universal, esas raíces son trascendentales en la psicología
de la propia artista, pues le ayudan a ver todo lo gratuito que envuelve
a la mujer en otras sociedades más aperturistas y benignas. Mujeres
que gozan de alternativas para un crecimiento pleno y sin embargo se
someten voluntariamente a la tiranía de la belleza, la moda y
la publicidad, un universo de vanidades con las que son igualmente esclavas.
En ocasiones, como en su obra Para verte mejor [Nota
2], alza en silencio la voz, convirtiendo hechos cotidianos
en conductas absurdas por su repetición. En esta performance
Jessica Lagunas aparece maquillándose con máscara negra
para las pestañas una y otra vez durante una hora, registrado
la acción en video, con la cámara fija enfocando a los
ojos de la artista cada vez más cargados de pintura. Exagerando
las rutinas femeninas llama la atención sobre lo que encierran
estas conductas muchas veces asumidas como norma o patrón por
muchas mujeres y que no hacen otra cosa que cosificarlas como adorno
bello en busca de un ideal inalcanzable de belleza femenino. Ideal por
el que muchas llegan a comprometer su modo de vida y sobre todo su salud,
entrando en una espiral autodestructiva impuesta por una sociedad que
le hace rozar en ocasiones lo grotesco o patético [Nota
3]. En esta misma línea argumental se encuentra sus
obras: Para besarte mejor (The Better to Kiss You With,
Nueva York, 2003), Para acariciarte mejor (The Better to
Caress You With, Nueva York, 2003) o Retorno a la
pubertad (Return to Puberty, Nueva York, 2005) [Nota
4].
En la misma línea crítica,
profundizando en las relaciones de desigualdad en la pareja, vinculada
fuertemente con la problemática concreta en Guatemala, posee
una obra muy significativa denominada Título de propiedad
(Ownership Title, Guatemala, 1999). Una pieza, en la que denuncia
el machismo impuesto como una única alternativa en muchas sociedades
y saca a la luz el mal que sufren estas heroínas anónimas
que malviven como presas domésticas subyugadas a sus maridos.
La instalación consistió en unas esposas colgadas en la
pared, custodiadas por un guardia de seguridad, contratado para velar
por ellas. En las esposas fue grabada la inscripción ‘Ella
de El’, refiriéndose a la tradición en muchos países
latinoamericanos tras el matrimonio de tomar el nombre del marido con
la preposición ‘de’, convirtiéndose simbólicamente
así en propiedad del marido (ej.: María de Andrés).
Además, en español la palabra esposas, refiriéndose
a unos grilletes, es la misma que el plural de las mujeres cónyuges.
Con lo que establece un juego dialéctico que amplia las lecturas
de esta instalación en las que surgen como flashes imágenes
de represión, sexismo, violencia y menosprecio. Palizas e insultos,
sociedades opresoras y cómplices, indiferencia, silencio y asesinatos.
Varios años después retoma
esta temática con un nuevo trabajo, en su vertiente más
dolorosa, abordando cuestiones como el asesinato y la violencia que
sufren las mujeres. En la obra In Memoriam (Nueva York, 2007),
realiza una conmovedora instalación consistente en un joyero
de madera hecho en Guatemala dispuesto sobre una montaña de que
contiene 572 casquillos de bala, el número de mujeres asesinadas
en Guatemala durante 2006. Un proyecto para honrar a todas estas mujeres
y denunciar la terrible situación que viven las mujeres y niñas
en gran número de países [Nota
5].
Tiende a trabajar con los elementos mínimos, a no sobrecargar
su obra, conjugando a la perfección estética y mensaje.
En esa búsqueda de efectividad a la hora de comunicar un mensaje,
trata de llegar a la esencia de lo que quiere exteriorizar o emitir,
expresando el máximo con lo mínimo. Jessica Lagunas sabe
prender con su trabajo la chispa que evoca en nosotros borbotones de
significados. Esta es la clave y la grandísima virtud que resume
el quehacer artístico de esta sobresaliente creadora.
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Para
saber más
Nota
1: Nacida en Nicaragua en 1971, Jessica Lagunas creció
en Guatemala, donde estudió diseño gráfico. En
2001 se traslada a vivir a EEUU, aunque con su trabajo ha mantenido
siempre un fuerte lazo con Latinoamérica y en concreto un diálogo
muy fluido con Guatemala, que es su punto de partida creativo.
Nota 2: Para verte
mejor (The Better to See You With, Nueva York, 2005).
Video digital de 57 minutos y 37 segundo, a color y en silencio. En
Nueva York, ha hecho únicamente video-performances en privado,
nunca ante un público. Esto responde a razones conceptuales.
Le interesa focalizar la acción para que la persona que mire
la pieza, posteriormente en alguna exposición, vea lo que ella
quiere que vea, con el encuadre idóneo, concentrando la mirada
del espectador en la acción determinada.
Nota 3: Sólo
hay que pensar en las dietas desmedidas y los desarreglos alimenticios
graves que pueden conllevar (anorexia y bulimia). O el abuso patológico
de la silicota, el botox y la cirugía estética que hacen
algunas mujeres obsesionadas por su aspecto físico, en una batalla
inútil contra la naturaleza.
Nota 4: Muchos de estos
trabajos le sirven a la artista, en primer lugar, para conocerse y liberarse
de sus ataduras. Son su manera de reaccionar frente a las presiones
que en general viven las mujeres para estar ‘bellas’. Con
su trabajo no pretende que otras mujeres reaccionen como ella, es simplemente
su manera personal de abordar esas presiones.
Nota 5: Según
el Informe 2008 de Amnistía Internacional, basándose en
datos policiales, en 2007 murieron de forma violenta 590 mujeres en
Guatemala.
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DATOS
DEL AUTOR:
Marc Montijano Cañellas (n. 1978, Vic, Barcelona)
es licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Málaga,
Experto en Organización y Gestión de Empresas Culturales,
y Postgrado en Gestión Cultural por la Universitat Oberta de
Catalunya. Tiene una amplia experiencia académica y profesional
en diversas instituciones y empresas culturales. Es fundador y
codirector del portal de Arte y Cultura Homines.com.