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art XX-XXI
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Los objetos toman la palabra
Ramón Almela
02/08/2011


Un aspecto contemporáneo del arte se cifra en los objetos; las cosas diarias que nos rodean. El artista las interviene, las manipula, las descontextualiza. En México se ha venido a llamar desacertadamente ‘arte-objeto’: un género -cuasi escultórico- en el que el objeto mismo se incorpora como elemento primordial de la obra, dejando de lado el cuestionamiento taxonómico. Conviene constatar los parámetros definitorios del arte cuando el objeto se haya inserto en el ámbito de la creación escultórico-gráfico-pictórica, pues ya no puede limitarse a reducciones disciplinarias. ¿Qué es lo que le da a la obra el rango de arte cuando ya no llega a diferenciarse apenas del objeto original o, simplemente, es el mismo objeto sin otra injerencia por parte del artista que la de elegirlo y situarlo como objeto de contemplación?

Patricia Mosqueira "Paella"  Patricia Mosqueira "Feliz ama de casa" Patricia Mosqueira

El objeto se ha entronizado como recurso fundamental en la expresión contemporánea hasta el punto de no diferenciarse del objeto real... De la obra Brillo Box de Andy Warhol a la caja de zapatos de Gabriel Orozco, las cosas han tomado la palabra y hablan. Y este giro determinante en la producción visual desde finales del siglo pasado con las propuestas visuales que siguieron al Expresionismo Abstracto forjando el Arte Pop, junto a las aportaciones de principios del siglo XX con el Dada, constituyeron la tendencia de mostrar el propio objeto de representación deshaciendo la ideología estética basada en los valores de belleza y armonía de la forma.

Arthur Danto trató en profundidad filosófica la cuestión objetual y concluyó que lo que hacía que una obra pudiera ser abordada como arte es que encarnara un significado ‘Nada es una obra de arte sin una interpretación que la constituya como tal’. El artista crea algo como arte apoyándose en una compartida teoría de arte que la audiencia puede asimilar. De ahí deriva lo que George Dickie formula en su teoría para definir un artefacto como obra de arte, la ‘Teoría Institucional’, que permite abarcar un mayor de número de creaciones artísticas, acorde a la cual, lo que hace a un artefacto ser arte es el conferirle el estatus de candidato para apreciación por parte de una persona o personas actuando en nombre de cierta institución, que ha venido a identificarse como ‘el mundo del arte’. Es decir, tal objeto o artefacto es arte si se habla de él como arte, si se presenta en un espacio artístico o es tratado como tal en otros lugares. Lo que hace a una obra ser arte, no es intrínseca sino concedida, lo que resuelve la reticencia de cómo juzgar a propuestas que levantan las dudas generalizadas. El artista empuja la propia definición del arte a nuevos límites.

Patricia Mosqueira. Vista general de la exposición "De Nunca Acabar"  Patricia Mosqueira   Patricia Mosqueira "Mi comedor"  Patricia Mosqueira

Así, en esta tendencia del arte manipulando objetos se condensa con nitidez la esencia del arte contemporáneo que se construye no solamente por la habilidad técnica de imitación, la construcción de un símbolo, o la creación de un discurso plástico, sino también por la encarnación de un significado en la presentación del objeto que, del mismo modo, puede radicar en otro; no comportándose el objeto como la pieza artística, sino como mero medio físico por el que se comunica un sentimiento o pensamiento.

El ser del artista evoluciona unido a las circunstancias vitales y plásticas que experimenta. Por un lado, los hechos vitales, y por otro los procesos de su reflexión plástica; de las experiencias artísticas a las que se expone. La asimilación de esta conjunción crea las peculiaridades personales que caracterizan el estilo.

El crecimiento personal atraviesa por etapas en las que el individuo debe posponer objetivos para proseguir posteriormente en el camino de la intención inicial. Cuando estas circunstancias se imponen se experimentan como impedimento y obstrucción. Parecen desviar, pero resulta que apuntan y redirigen por caminos insospechados que consolidan una diferenciadora actitud estética al haberse cargado inconscientemente, o rescatado de su interior, aspectos que conducirán hacia el ajuste adecuado entre la persona y la obra.

César López y López (México) "Todo se parte y se comparte". 2010   Ulises M. Ascensión (México) "Huajolo-jet: Proyecto para un plan nacional de desarrollo". 2010 Ulises M. Ascensión (México) "Fuck Mickey". 2010

El acercamiento al objeto como detonador de una nueva conciencia plástica se muestra como uno de los resortes expresivos más significativos en el artista. Esto ha ocurrido en el proceso creativo de Patricia Mosqueira quien transforma su discurso plástico tras su etapa de dedicación intensa a la labor de maternidad y ama de casa. Patricia se desenvolvía en los procedimientos del grabado con los que desarrolló una obra de carácter narrativo de imágenes situadas en el espectro del dibujo caligráfico de texturas y efectos de impresión en aguafuerte, aguatinta y punta seca. La condición doméstica le impulsó a interpelar los objetos de su entorno desde su mirada artística involucrándolos en su discurso plástico originando una interesante obra que mostró bajo el título ‘De nunca acabar...’ en el Gabinete de Arte San Pedro (4 Norte 203, Centro Histórico de Puebla, México).

La condición femenina con las tareas domésticas persiste y Patricia, desde su obra, apela a la mente de la mujer que se siente condicionada al estatuto de ‘Feliz ama de casa’, y en la que la costumbre relega, todavía, la actividad de tantas mujeres en este siglo XXI. Patricia aborda este espacio como lugar de interacción objetual-gráfica: una instalación donde muebles y elementos comunes del hogar se vuelven superficies de grabado, intervenciones que en su cotidianeidad describen la frustración de una labor continuada ‘de nunca acabar’ que transcurre sin ser apreciada. Este espacio transcribe nuevos espacios de posibilidad, ámbito de reflexión en los que vuelca su interior que asume el consabido discurso de protesta, pero que lo vuelve satírico en su forma de comunicación.

Luiz Hernández (Colombia) "La vestidura del pueblo"  Luis Olguín (México) "Punto de partida". 2010  Michael López Murillo (Colombia) "Escalera". 2010

Patricia Mosqueira profundiza con sus medios gráficos en el espacio del hogar, el lugar al que se siente atada y a través del cual escapa a un mundo donde sartenes, sillas y mesas, microondas, mandiles y rodillo, expresan irónicamente inquietudes a través de los objetos que, mientras apuntan a sus convencionales significados, se contraponen en su propuesta artística.

El autorretrato, con elementos que identifica su estilo de imagen, se conforma de varios grabados en papel colgados con pinzas como tendedero, y remite a la frecuente tarea del lavado de ropa configurando espacios de posibilidad, lugares donde la grafía, el objeto y el espacio interaccionan basados en una aproximación realista. Su obra ofrece una realidad, al tiempo que posibilita la reflexión de la propia realidad del ‘hogar’. Este imaginario, al que Patricia invita a incorporarse, se nutre del quehacer doméstico impreso en objetos que lo identifican, desde el dibujo a punta seca sobre una sartén, a la xilografía sobre la superficie de una mesa de comedor en la que todo el servicio normal de platos y vasos aparece como representación plana, pasando por los mandiles, que se presentan como uniformes bordados de inscripciones. Objetos intensos que cargan un significado y detona en el espectador la rutina de vida que sufre el género femenino en el rol que la sociedad le ha marcado, y que Patricia desenmascara en una acción satírica y, al mismo tiempo, de acierto estético.

La intervención del objeto por parte del artista reviste múltiples actuaciones que comparten un mismo asunto: liberarse de la funcionalidad del mismo. Los objetos pasan a ser elementos de actividad crítica al entrecruzarse el orden funcional y simbólico; en cierto modo, una actuación perversa. Se establece un discurso subversivo a través del objeto que adquiere nuevos significados: se convierte en símbolo de algo y al mismo tiempo de su negación. El objeto pasa a ser una proyección fantasmal donde convergen objeto y sujeto aproximando la distancia semántica entre ambos, una cercanía que deja ver esa tensión hacia donde apuntan las cosas por su propia ausencia. Con la perversión, con la perturbación del estado de las cosas, el artista se sumerge en el objeto para hacerlo expresar su propio yo y hablar de la sociedad, del sistema.

Roberto Rugerio (Mexico) "Custodio". 2010 Kena Enriquez Peña (Mexico) "Portátil". 2007   Luis Olguín (México) "Transparencia politica"

Esto es lo que un grupo de artistas de México, Colombia y Venezuela, bajo propuesta de Ulises M. Ascensión, realizaron con la muestra ‘Para que las cosas tomen de nuevo la palabra’ que fueron reunidos en un espacio inusual nuevo: en Atlixco, en una plaza comercial poco transitada (La Central Galería. Plaza Mariposas Local No.3, Blvd. Niños Héroes).

En la exposición, destacados creadores en Puebla como Michael López dirigían su crítica al mercado del arte, o al consumo alienado como hace Bernardo Cintora sarcásticamente en un juego de suplantación kitsch, apuntando a la ideología imperialista global, con su ‘Fuck Mickey’, y que no cesa a través de varias de sus piezas que convocan la mirada a lo romántico surrealista mexicano ‘Huajolo-jet: Proyecto para un plan nacional de desarrollo’. Roberto Rugerio desde su verde inclinación desplegó un frágil velo en la metáfora de lo custodiado y encerrado que ha de brotar al exterior. La sutil y delicada construcción de una diminuta camisa de papel ‘La vestidura del pueblo’ en alegórica crítica social de Luis Hernández convocó el sarcasmo político que llegó en forma de crítica política aplastante con la simple exposición de una papeleta de votación de Luis Olguín, quien además apunta hacia la transparencia con el ingrato recorte de los espacios de los partidos, para hacerlos transparentes... y, por cortar, hasta la piedra compartida a machetazos en la escultura de César López que llevaba un sinfín de connotaciones sociales. La realidad social fue también abordada a través de fotografía de objetos o las fotos convertidas en objetos: Kena Enríquez con escalofriantes mastectomías, y Annijames Rivero con la denuncia de los robos de niños.

Annijames Rivero (Venezuela) "Proyecto: se busca". 2010  Michael López "Monopolio". 2010   Bernardo Cintora Gutierrez (México) "Rainbow brite twink sprite MIB BRFB". 2010

En fin, un punto de partida que como Luis Olguin plasma admirablemente en dos pares de tenis ensamblados por la parte posterior, no parecieran ir a ningún sitio en su posición de pisadas contrapuestas pero sujetas, como ocurre con la gran mayoría de los asuntos que el arte encara a través de estas piezas donde el objeto, un objeto pervertido, denuncia con valentía e inteligencia a través de la visión de estos artistas.


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Para saber más __________________________

DATOS DEL AUTOR:

Ramón Almela (Lorca, Murcia, España, 1958). Doctorado en Artes Visuales por la Universidad Complutense de Madrid. Tesis doctoral: ‘La Pictotridimensión. Proceso Artístico Diferenciado’. Constatación en Nueva York, 1989-90. Revalidado como ‘Ph.D. in Art’ por ‘World Education Services’. Licenciado en Pintura, Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. Revalidado como ‘Bachelor´s and Master´s Degree in Fine Arts and Art Education’ en 1992 por ‘World Education Services’. Título de Profesor de Dibujo por la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. Madrid.