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The Savages: Tragicomedia sin anestesia
Fernanda Bargach-Mitre
16/07/2008



FICHA TÉCNICA DE 'THE SAVAGES'

The savages+ Dirección y Guión: Tamara Jenkins
+ País: USA.
+ Año: 2007
+ Duración
: 113 min.
+ Interpretación
: Laura Linney (Wendy Savage), Philip Seymour Hoffman (Jon Savage), Philip Bosco (Lenny Savage), Cara Seymour (Kasia), Peter Friedman (Larry), Gbenga Akinnagbe (Jimmy), Tonye Patano (Srta. Robinson), Guy Boyd (Bill), David Zayas (Eduardo), Debra Monk (Nancy Lachman).
+ Producción: Ted Hope, Anne Carey y Erica Westheimer
+ Música: Stephen Trask.
+ Fotografía: Mott Hupfel.
+ Montaje: Brian A. Kates.
+ Vestuario: David C. Robinson.
+ Diseño de Producción: Jane Ann Stewart.


Tamara Jenkins, dirige y escribe esta intensa película por la cual recibió una nominación al Oscar por el Mejor Guión Original, además de la nominación de una de sus protagonistas, una sensacional Laura Linney, como mejor actriz. Completa el reparto el genial Philip Seymour Hoffman, para adentrarnos en el mundo disfuncional de los hermanos Savages, seres marcados por una infancia dura y que súbitamente tienen que enfrentar la demencia senil de su padre que se ha quedado sin lugar para vivir. El espinoso tema de la muerte es tratado sin anestesia pero con un toque de mordacidad y un guión tan inteligente que no da espacios para el melodramatismos, presentado el tema de manera cruda pero cercana a la realidad conformando una historia llena de matices sobre dos seres a la deriva en una situación límite.


Los hermanos Savages han vivido separados durante años en distintas ciudades, los dos tratando de sacar sus vidas a flote, llevando a cuestas la marca de una madre que los abandonó y un padre que represento el terror para ellos. Ambos son seres frágiles, sumidos en sus defensas para no cambiar la realidad gris que viven, e incapaces de asumir compromisos emocionales y que de pronto deben tomar la responsabilidad de cuidar de su padre, que se ha quedado sin casa y sufre de demencia senil. Esto generará que los hermanos tengan que vivir bajo un mismo techo, por primera vez desde su infancia, mientras su padre se ambienta al hogar de ancianos donde lo han ingresado. Así irán redescubriendo las excentricidades de cada uno que les sacaban de quicio, enfrentados con una agitación total y luchando por la manera en que deben hacerse cargo de los últimos días de su padre, se encuentran confrontados con el significado de la vida adulta, la familia y, lo más interesante, lo que significan el uno para el otro.

  

Wendy (Laura Linney) es una aspirante a dramaturga, que cosecha fracaso tras fracaso, vuelca su amor en un gato y se conforma con el sexo que le ofrece un vecino casado. Su hermano Jon (Philip Seymour Hoffman) es profesor de teoría del teatro y ahora estudia la obra de Bertolt Brecht y acaba de perder al posible amor de su vida, una polaca que ante la negativa de Jon de asumir un compromiso y casarse, debe volver a su país porque se ha quedado sin visa. Se trata de dos adultos aún en proceso de maduración que no han podido superar las cicatrices de la falta de afecto de su infancia. Es por esto que se ven completamente abrumados con su nueva responsabilidad, un padre que afectivamente poco les dio pero que ahora solo cuenta con ellos en el mundo y del cual deben hacerse cargo.

  

Lo que más destaca, además de las excelentes actuaciones, incluyendo al padre moribundo genialmente interpretado por Philip Bosco, es el consistente guión de Jenkins que no hace concesiones para hacer más digerible su propuesta, donde no se disimula el egoísmo de los hijos, la culpa que los consume, presentando la muerte y la vejez sin maniqueismos, dura, implacable…inevitable. Escapando de los laberintos emocionales, el guión se mantiene en el mundo de lo cotidiano, de lo real. No hay grandes respuestas ni resoluciones finales sino cuadros que nos pintan, con un toque de humor negro, cómo somos y cómo vivimos la muerte.

La película también nos advierte sobre que uno cosecha lo que siembra. Esta situación límite que deben enfrentar los hijos ante la decadencia física de sus padres, variará de acuerdo a la relación que hayan llevado estos. En este caso, los hermanos Savages, se ven enfrascados en un dilema moral, ya que ninguno tiene un vínculo fuerte de afecto con su padre sino amargos recuerdos.

     

Se trata de un cine que se agradece ante tantas propuestas comerciales vaciadas de sentido. Es en suma una cinta sumamente inteligente que rehúye los lugares comunes, contada con ingenio, humanidad y un toque de sentido del humor poco usual.

Tamara Jenkins nos propone un film honesto, desolador por momentos que con un sabor agridulce, nos produce placer ante la muestra de solvencia en tratar un tema tan espinoso con tanta sinceridad. Completando con un elenco que saca lo mejor de sí estamos frente a una cinta que vale la pena no perderse porque lleva el sabor del buen cine independiente que nos deja pensando y reflexionado sobre la vida misma.

Imperdible!