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Miguel Ángel Martín.Introducción a su vida y a su obra
Marc Montijano Cañellas
25/4/2003


Quien conozca su obra sabrá que existe toda una leyenda en torno a su persona. Justificada, tal vez, por la temática de algunos de sus trabajos en los que explora el lado más oscuro del ser humano con títulos como Snuff 2000 [1], Psychopatia sexuales [2] o Anal Core [3]. Obras que bucean en la otra verdad, la que todos sonrientemente ignoramos, una sociedad macabra y cruel, que en ocasiones sale a la luz en periódicos y noticieros de televisión, pero que generalmente es cómodamente desoída y que él nos retrata aséptica y crudamente. Pero no debemos equivocarnos, no todo es sexo y ultra violencia en su trabajo, Miguel Ángel Martín es capaz de enfrentarse a cualquier género, e incluso, a lo que es más difícil, a cualquier público [4]. Sus trabajos imposibles de encasillar, abarcan amplios registros como, por ejemplo, en Kyrie o Ice Freak, desternillantes series, donde nos disecciona, explorando con acidez y un grafismo voluntariamente más amable, una realidad tristemente estúpida, vanidosa e hipócrita, la nuestra, que realmente todos cultivamos. Trabajos, todos ellos, plasmados sobre todo con mucha personalidad, enraizados profundamente en nuestro tiempo [5]. Un espejo en el cual, de vez en cuando, viene muy bien mirarse [6].

Nacido en León en 1960, vivió en esta ciudad hasta los veintisiete años [7], desde pequeño estuvo en contacto con el cómic, aunque, únicamente, como lector [8]. Cuenta Miguel Ángel Martín que cuando su hermano [9] y él eran pequeños, con cuatro o cinco años, su padre siempre les compraba, al salir de misa un cómic a cada uno que leían y luego se intercambiaban. El Pato Donald, Mickey Mouse, Mortadelo y Filemón, fueron compañeros de su primera infancia, y unos pocos años después, con ocho o nueve años, El Capitán Trueno a él y El Jabato a su hermano. Sigrid, Crispín, Goliat y el propio Capitán Trueno le acompañaron hasta la adolescencia e hicieron, junto a los demás personajes de los tebeos de su juventud, despertar en él una pasión por este medio que se mantiene hasta la actualidad. Pero Miguel Ángel Martín hasta muy tarde no supo que quería dedicarse profesionalmente al cómic, esta gran afición por los tebeos nunca se la planteó como profesión, él quería ser fiscal. Y con la intención de materializar esta idea empezó a estudiar Derecho en León. Pero en el ecuador de la carrera [10], desencantado y aburrido por el ambiente universitario, le comenzó a apetecer más dedicarse profesionalmente al dibujo [11]. Pronto se dio cuenta que no se podían compatibilizar ambas profesiones, así que cambió el rumbo de su vida abandonando la Universidad por el mundo del cómic.

Sus primeros pasos fueron a través de colaboraciones con los periódicos de León [12], primero con El Diario, luego con La Crónica. Su primer gran trabajo fue Keibol Black [13], iniciado a finales de 1987, para La Crónica de León. Fue una serie de tiras diarias que duró hasta que inició Kyrie para el mismo periódico. Keibol Black, ya apuntaba maneras, aunque el estilo de Miguel Ángel Martín no está todavía totalmente pulido. Su siguiente trabajo fue The Space Between [14]. Es una obra mucho más conseguida técnicamente y rompedora para su tiempo. Con una estética muy similar a la de su anterior trabajo, y que será constante en todas sus realizaciones posteriores, The Space Between es una gran obra en la que Martín nos despliega su insensible mundo con todo lujo de detalles, definiendo su iconografía característica y demostrando que ya domina su propio estilo. Un verdadero descenso a los infiernos o una salida a pie de calle, según se mire.

Antes de proseguir con este breve y rápido, aunque intenso, recorrido, por la obra y la persona de Miguel Ángel Martín, se imponen ciertas precisiones. Tarde o temprano, al leer sus cómics nos asalta la duda de por qué hace un uso tan frecuente del inglés en sus páginas. Las historias de Miguel Ángel Martín, se desarrollan rodeadas de vocablos y expresiones como: Biggest Crime, New Dark Age, Rubber Core, Pain Fuckers, Suture obsession, Live Attack, y un largo etcétera. Tal rasgo está motivado no por un capricho, sino principalmente, según el propio autor explica, por tres causas. En primer lugar, el entorno cultural en que se basa su obra es anglosajón, fruto del propio entorno en el que vivimos y del que se inspira. En segundo lugar, cuando Miguel Ángel Martín comenzaba a dibujar historietas [15] se basaba en títulos de canciones de grupos industriales o en conceptos pornográficos que o bien no tienen traducción fácil al español o su traducción no es del todo satisfactoria o resulta confusa. Y por último, en esa época, a mediados de los ochenta, en España no circulaban muchos fanzines y los editores españoles no estaban interesados en su trabajo. Sería entonces en Inglaterra donde le empezaron a publicar en los fanzines de un grupo de música electrónica extrema llamado White House. Sus trabajos los realizaba consciente de que iban a ser editados en el mercado inglés, en consecuencia, y pese a que los textos del cómic, muy pocos por cierto, estaban escritos en español, los titulares los hacía directamente en inglés. Esta tendencia que surgió en los inicios como una necesidad de mercado la generalizó y extendió a sus posteriores trabajos.

A finales de los ochenta La Crónica de León se asoció con El Mundo [16] y pasó a ser la Crónica del Mundo. Ante el cambió de imagen, el director pidió a Miguel Ángel Martín una nueva tira más amable, con menos violencia que Keibol Black. Fruto de este nuevo encargo, nació Kyrie, nuevo europeo, una tira de humor ácido con funny animals, animales antropomorfos, en la que desarrolla, sobre todo, temas sociales teniendo como base una empresa de informática, donde todos los personajes se reúnen alrededor de la máquina de café para charlar y holgazanear.

Muy semejante a Kyrie es Barny, empresas personas... o lo que sean [17], se trata de una tira de encargo hecha para la revista mensual Training & Development, que es la versión española de una revista americana sobre recursos humanos para la formación de ejecutivos. El director de esta revista, un antiguo dibujante de cómics al que le gustaba bastante Kyrie, le pidió a Miguel Ángel Martín que ejecutase una tira para su revista centrada en los recursos humanos. Uno de los personajes de Kyrie lo cambió levemente y así surgió Barny, como ramificación de Kyrie pero no tan agresivo socialmente y más centrada en recursos humanos.

Otra serie brotada de las páginas de Kyrie es la arrasadora Big Whack! [18]. Sus protagonistas, dos ratones,forman junto a Roland, una caja de ritmos, un grupo tecno metal, o ultra noise house llamado Big Whack! De ser unos personajes que aparecían ocasionalmente dentro de la tira Kyrie, nuevo europeo, pasaron a ser una página para Factory [19], centrada en temas más específicos de música. Estos ratones están inspirados en el grupo americano Big Black, el pequeño homenaje de Miguel Ángel Martín al mítico grupo tecno-hardcore de Chicago [20]. A raíz de Big Whack!, en Rockdeluxe quisieron empezar a publicar una tira de cómic, y le solicitaron a Miguel Ángel Martín, ya que estaba trabajando para Factory, que hiciera algo para su revista pero distinto a Big Whack!. Este nuevo trabajo lo centró en la música electrónica y las drogas químicas y así nació Ice Freak [21].

La gran pregunta que surge, inevitablemente, al ver sus obras es de dónde obtiene Miguel Ángel Martín tanta información.La explicación reside principalmente, en que posee un buen archivo de documentación sobre temas a tratar [22] y permanece muy atento a lo que sucede en el mundo.Pero, hay que aclarar, y esto es importante pues determina el resultado de su trabajo, que él dibuja de memoria, no maneja documentación gráfica. El mundo que ha creado, con su dibujo ágil y fresco, no requiere una exactitud precisa con la realidad. Por tanto, a diferencia de muchos dibujantes, él no copia la realidad a través de un archivo gráfico, sino que la recrea basándose en la memoria, su principal fuente de información. Incluso si alguna vez tiene que copiar con exactitud algún objeto, la falta de costumbre le juega malas pasadas y el resultado queda tenso y torpe. Su dibujo es eminentemente línea, abstrae la configuración básica de los objetos con trazos espontáneos y limpios. Como principal ventaja, su forma de dibujar le permite, trabajar con rapidez. Mientras por ejemplo, Charles Burns [23] dibuja una viñeta Miguel Ángel Martín ha hecho dos páginas.

Los personajes de Miguel Ángel Martín nunca se agotan, vienen y van dependiendo de las exigencias de los editores ya que habitualmente trabaja por encargo. Normalmente una vez que tiene unos personajes hechos, las historias las va construyendo sobre la marcha. La base de la narración se la suele dar una palabra, una expresión o una situación que tiene pensada con unos diálogos y en torno a la cual estructura el resto de la historieta. Por ejemplo, escucha una canción y eso le da pie para desarrollar unas cuantas páginas. Una vez que tiene la historia clara, empieza a dibujar a lápiz las viñetas, aunque más o menos las tiene pensadas las va improvisando [24], coloca los diálogos y luego entinta. Finalmente le aplica el color, para pintar usa unas anilinas denominadas Ecoline. Estas tintas planas de colores luminosos se las recomendó precisamente hace unos diez años, Fernando de Felipe.

Retomando el hilo cronológico, en 1990, el mismo año que inició Días Felices, dibujó el cómic Atolladero Texas[25] con guión de Oscar Aibar, para la revista Makoki, y comienza también la publicación de Brian the Brain en Krazy Comics, serie que continuó al año siguiente en Makoki [26]. Las historias de Brian, un chico cuya cabeza ha adquirido la forma de su cerebro, comenzaron a reeditarse en 1994, junto a abundante material inédito, en su propio comic book [27]. Este paso vino motivado por la incorporación de Martín a la revista El Víbora, en cuyas páginas llevaba publicando desde 1989 Rubber Flesh [28]. También para El Víbora creó, a finales de 1996, a Cyberfreak, un niño con piernas metálicas cuya vida trascurría en una gasolinera situada junto a una autopista, y en 1998 inició en la misma revista la serie Surfing On The Third Wave [29].

Miguel Ángel Martín es un dibujante trasgresor por definición, no vive rodeado de escándalos pero sus obras le han acarreado algún que otro incidente con la justicia [30], de los que ha salido siempre bien parado. Realmente estas acusaciones no han hecho más que promocionar enormemente su obra y catapultar a su autor a la categoría de dibujante de culto. La causa de tanto revuelo siempre ha sido su interés por todo tipo de asuntos y especialmente por los temas duros. Temática que tal vez ahora es más tratada, pero que cuando Miguel Ángel Martín empezó a trabajar, por ejemplo, en Psychopathia Sexualis, a primeros de los noventa, no había nadie abordando.

Es un dibujante muy coherente con su tiempo, que nada tiene que ver con la imagen que se puede extraer de él a través de sus trabajos. Galardonado con el premio Autor Revelación del Salón Internacional del Cómic de Barcelona 1992, y con el prestigioso Yellow Kid, al mejor autor extranjero en el Salón de Roma de 1999,vive compaginando el cómic, con la ilustración y la publicidad, y realizando, entre tanto, algún que otro guión para cine y televisión. Ha creado la imagen de Subterfuge, la discográfica independiente más importante de España, y la mascota de Festimad; realizó el cartel de la película de Jess Franco Killer Barbys y las ilustraciones del press-book de La Lengua Asesina; ha colaborado con El País, Marie Claire, Maxim, Leer, CQ, Rolling Stone o Primera Línea, entre otras. Miguel Ángel Martín trabaja permanentemente escuchando música, considera al amplificador su electrodoméstico favorito. La música es su pasión, y de hecho, muchas de las páginas que ha dibujado están basadas o inspiradas en la música que iba oyendo. Le gusta pasear callejeando con su minidisc, por cualquier ciudad, con una mirada voyeur, examinando, como todo artista, el mundo que le rodea, analizando gestos, miradas y situaciones. En definitiva, recabando información, de la que nutrirá a sus nuevas historias.


                                                                       GAME OVER


[1] En septiembre de 1993, en el nº 100 de la revista Rockdelux, sorprendió a todos con dos páginas de lo que después seria su impactante álbum Snuff 2000, publicado en 1998 por La Factoría de Ideas.

[2] Publicadas por Tótem (Toutain Editor) a partir de 1991 y recopiladas en álbum por Arrebato/Camaleón en 1992.

[3] Anal Core, sale a la luz a la vez que Psychopathia Sexualis en la revista Tótem, alternando unas historias con otras. Fue publicado como álbum en 1999 por La Factoría de Ideas.  

[4] Ejemplo de ello es Días Felices. Página a color para el suplemento infantil Gente menuda del Diario 16. Magnífico y desconcertante trabajo que le encargó este periódico en 1990.

[5] Incluso en sus obras más futuristas como The Space Between o Rubber Flesh, Miguel Ángel Martín no hace más que estar informado de los avances de nuestra sociedad y trabajar con ellos.

[6] El texto ha sido elaborado, casi exclusivamente, asentando nuestras opiniones, sobre los comentarios y explicaciones que nos ha hecho directamente el propio dibujante, en la entrevista que le realicé, en su casa de Madrid, el 9 de febrero de 2002.

[7] En septiembre de 1987 fue a vivir a Madrid, hasta la actualidad en que sigue residiendo en esta ciudad.

[8] De pequeño no era muy buen dibujante, en el colegio aprobaba dibujo porque, según sus palabras, "como en esa asignatura aprobaban a todo el mundo, pues, me la aprobaban". Pero no fue especialmente bueno en dibujo e incluso en dibujo técnico, a partir de quinto y sexto de EGB, confiesa que fue un desastre.

[9] Tiene un hermano que es un poco más pequeño que él, capitán de la marina mercante. Y una hermana que es bibliotecaria.

[10] Los dos primeros cursos los culminó con éxito, pero estando ya en tercero empezó a entrar en contacto con grupos de rock, se implicó en ese ambiente y comenzó a hacer portadas para algunos discos, casetes, muchos carteles para actuaciones de grupos de rock en León y, por tanto, a dejar ya muy de lado la carrera. Consecuencia de todo ello, dejó Derecho al año siguiente, se matriculo de cuarto con parte de tercero, pero ese año no fue por clase. A pesar de todo, Miguel Ángel Martín reconoce aun ahora que le interesaba Derecho.

[11] Con veinte, veintiún años, empezaba a acometer algún proyecto profesional. Hizo una exposición en un pub en el centro de León, en el barrio Húmedo que ya no existe. Casualmente la vio un periodista del Diario de León y le encantó realizándole una entrevista para el periódico. A las pocas semanas conoció a otro dibujante de León, Antonio Benavides, ilustrador habitual de El Mundo y uno de los mejores ilustradores de la actualidad en España. Su carrera estaba despegando.

[12] En 1984 empieza a colaborar con la prensa de un modo más habitual haciendo chistes, tiras, ilustraciones.

[13] Estas tiras, protagonizadas por un investigador frío y violento, vestido de negro, que trabaja para el servicio de inteligencia, fueron recopiladas en comic book por Ediciones Camaleón, y más tarde La Factoría de Ideas reeditó este trabajo en tomos.

[14] Realizado para la revista Zona-84 a partir de 1990, aparece del número 57 al 67 de dicha publicación. Como curiosidad apuntar que el encargo le surgió cuando, en 1988, quedó segundo en un concurso, organizado por el editor Josep Toutain, con una historieta que le había sido rechazada en la misma editorial. Posteriormente se editó en cuatro álbumes incluyendo cada uno material nuevo del autor e ilustraciones de J. Olivares, F. De Felipe, Mauro Estriado y Mónica y Bea. Por último ha sido editado en tomo por La Factoría de Ideas.

[15] En concreto las de Psychopathia Sexualis que fueron de las primeras realizadas ya con una línea coherente.

[16] Son empresas periodísticas distintas que mantienen un acuerdo para publicar el periódico conjuntamente en León con la cabecera de El Mundo.

[17] El primer, y único hasta el momento, tomo de Barny ha sido editado por Griker en el 2001. Las tiras a color son las que se publican en la revista y las de blanco y negro se las encarga a parte el editor de la revista para completar un tomo. Miguel Ángel Martín entrega al editor una tira a color para la revista y dos en blanco y negro que guarda para cuando haya suficiente material sacar otro tomo.

[18] Desde enero de 1994 hasta octubre de 1998, desarrolló los personajes de Big Whack! en la revista Factory. Hace relativamente muy poco se han recopilado estas historias y otras que publicó en fancines (Idiota Diminuto, sobre todo) sobre Big Whack!, en un álbum publicado por La Factoría de Ideas, en el 2001. Este álbum incluye, al final, cinco páginas sobre la tira Ice Freak, de la que a continuación hablaremos.

[19] Difunta revista de rock alternativo de aparición trimestral, de la misma editorial de Rockdeluxe. Big Whack! apareció en esta publicación durante los veinte primeros números.

[20] CARRILLO, S.: "Cartoons about fucking", en MARTÍN, M.A.: Big Whack!, La Factoría de Ideas, Madrid, 2001, pp. 3-4.

[21] Ice Freak, apareció publicado en Rockdeluxe desde junio de 1996 hasta febrero de 1998. Sus dos personajes hacen tambalear al mundo con sus comentarios agudos, mordientes y demoledores.

[22] Vive rodeado de libros, revistas y numerosos discos que usa para inspirarse. Una colección de biografías de asesinos, libros de robótica, psicología, tecnología, etc.

[23] Es el dibujante de cómics preferido de Miguel Ángel Martín. Charles Burns (n. 1955), es un artista estadounidense que realiza obras con un acabado muy perfeccionista. Posee una estética que recuerda a la de las películas de los años cincuenta y desarrolla unas historias muy opresivas.

[24] No hace primero un guión, la historia la retiene en la memoria. La estructura mentalmente, incluyendo diálogos, y a medida que empieza a dibujar, desarrolla sobre el papel este esqueleto básico, aunque siempre improvisando un tanto.

[25] Atolladero Texas, ha sido recopilado por Glénat en un comic book, y fue llevado a la pantalla grande por Oscar Aibar.

[26] FRATTINI, E.; PALMER, O.: Guía Básica del cómic, Nuer Ediciones, Madrid, 1999, p. 125.

[27] Brian the Brain ha sido editado en siete pequeños álbumes, en blanco y negro, por Vibora Comix, Ediciones La Cúpula.

[28] Trabajo publicado en tres álbumes, editados por Vibora Comix, Ediciones La Cúpula. El tercer tomo ha salido al mercado en el 2001.

[29] FRATTINI, E.; PALMER, O., op. cit., p. 125.

[30] Su trabajo, en Italia es editado por Topolin Edizioni. Esta editorial, y su editor Jorge Vacca en concreto, ha sufrido varios reveses de la justicia a causa de la obra de Miguel Ángel Martín. Psychopatia Sexualis, no pudo ni salir de la imprenta, fue secuestrada por la justicia. La policía judicial precintó toda la tirada, se celebró el juicio pero el caso se sobreseyó. A la semana siguiente, de oficio, se apela la sentencia acusándole del delito de instigación al suicidio, homicidio y pedofilia. Sale el juicio y lo gana el editor, luego se apela y lo pierde. El editor y él apelan, después de casi cinco años de procesos, en marzo de 2001, el tribunal supremo absuelve a su editor y queda sobreseída la causa, Psychopatia ya puede venderse en Italia. Entre estos incidentes hubo un segundo secuestro, por iniciativa privada. Un ciudadano particular denunció, en Milán, a su editor por instigación a la pedofilia, por la obra Brian the Brain. Se llevaron todo lo que había de Miguel Ángel Martín, incluyendo originales. Ese juicio no ha salido, pero la posibilidad de perderlo es nula.