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NOTICIAS | ARTE Y CULTURA

Adiós al cineasta Manuel de Oliveira

El cineasta portugués Manuel de Oliveira (Oporto, 1908-2015) se apagó a los 106 años. Desde que en 1931 filmara Douro, faina fluvial, su primer corto, no había fallado ni un año, el último El viejo de Belén, en abril de 2014.


HOMINES.COM | [10/04/2015]

Activo hasta 15 días antes de su muerte, la última cinta del director data de finales del pasado año («O Velho do Restelo»), que reinterpreta los textos de los clásicos Luís de Camões y Miguel de Cervantes, y de los portugueses Teixeira de Pascoaes y Camilo Castelo Branco. De Oliveira dejó una obra inédita en los cofres de la Filmoteca portuguesa.
Manuel de Oliveira acabó por parársele el corazón. Pero hasta el penúltimo latido sostuvo una lucidez deslumbrante y un talante optimista. Por su cámara han pasado desde actores anónimos hasta intérpretes consagrados como Mastroianni, Malkovich o Catherine Deneuve, o las españolas Pilar López de Ayala y Marisa Paredes.
Fue despedido en su Oporto natal por las principales autoridades de Portugal, famosos como John Malkovich y centenas de admiradores
Venía de los tiempos en los que el cine carecía de voz. Por entonces, su debut como actor fue en una cinta del italiano Rino Lupo a la que siguieron otras interpretaciones, entre las que destacó su papel en la segunda película sonora realizada en Portugal, A Cançao de Lisboa. A partir de ahí lo suyo fue la dirección, aunque fue habitual su aparición, casi siempre fugaz, en muchas de sus películas.
En sus primeros trabajos tras la cámara, lo social y la etnografía marcan el rumbo, como el reflejo del trabajo de los pescadores en el río Duero, tema al que dedica varias cintas.
Su salto al plano internacional se produce con Amor de perdición, basada en la novela de Camilo Castelo Branco, con la que también comienza una etapa que prácticamente ha llegado hasta nuestros días de revisión para el cine de obras literarias. Tal es el caso, entre otros muchos ejemplos, de Francisca, sobre la obra homónima de Agustina Bessa Luís; El zapato de raso, cuyo guion adapta la obra de teatro de Paul Claudel, y con la que gana el León de Oro en Venecia; La divina comedia, El día de la desesperación, en la que aborda el suicidio de su admirado Castelo Branco; A Caixa, siguiendo la obra de Alvaro de Carvalhal; Inquietud, que entrelaza tres relatos de escritores de diversas épocas y estilos, La carta, basada en el texto de Madame de La Fayette, Singularidades de una chica rubia, a partir de un cuento de Eça de Queiroz, o su estreno en la 69 Mostra de Venecia de O Gebo e a Sombra, particular interpretación de la pieza Esperando a Godot de Samuel Beckett.
También trataba otros temas importantes como la política, esto hizo que con la dictadura salazarista fuese detenido varias veces, y hasta la caída del tirano en 1974, sólo pudo concluir 12 películas en su país. Otro tema era la religión, en sus conversaciones solía incluir citas bíblicas. “Yo soy como Buñuel, otro creyente descreído. Sin el catolicismo no existirían las películas del genio aragonés”.
El hombre que colocó a Portugal en el atlas cinematográfico mundial, ha dejado para la historia planos largos, diálogos muy trabajados, puestas en escena minuciosamente estudiadas, ironía y un tipo de humor ácido que le provocó no pocas críticas. Oliveira entendió el cine “como manifestación cultural moderna, indispensable, necesaria, nunca como un simple espectáculo para distraer”.
Durante sus más de ocho décadas de producción, De Oliveira, que comenzó su carrera en el cine mudo con “Douro, Faina Fluvial” (1931), dirigió cerca de 60 películas y obtuvo varios reconocimientos internacionales, con galardones en Venecia (1985), Cannes (2008) y Berlín (2009).

El cineasta portugués Manuel de Oliveira (Oporto, 1908-2015)
  Imagen: El cineasta portugués Manuel de Oliveira (Oporto, 1908-2015).
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 



 

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