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La osadía como sinónimo de autenticidad: Claudia Apablaza
Elena Méndez
17/03/2008


Claudia Apablaza nació en Rancagua, Chile, en 1978. Reside en Barcelona, España. Es Licenciada en Psicología. Hizo estudios de Magíster en Teoría Literaria por la Universidad de Chile y de Escritura Creativa en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y en el Ateneo Barcelonés. Actualmente cursa el doctorado en Literatura Comparada por la UAB y es profesora del Laboratorio de Escritura [Nota 1] en Barcelona.

De 2005 a 2006 se desempeñó como encargada de Prensa y Relaciones Públicas en Lom Ediciones. Ha colaborado en las revistas Bilis, Los Noveles, Lanzallamas, La Siega, Letralia, Plagio, Letras.s5.com, Literaturas.com, Sobrelibros, Homines y Espiral, entre otras.

Relatos suyos han aparecido en las antologías Que el libro sea la llave (Asterión, 2004); Mi nombre en el Google y otros cuentos (Alfaguara), Lenguas: Dieciocho jóvenes cuentistas chilenos (J.C. Sáez Editor)-ambas publicadas en 2005-; Pozo (Lanzallamas, 2006); Bitácora perdida del Teniente Bello (2007); y EL ARCA: Bestiario & Ficciones de 31 cuentistas hispanoamericanos (publicada simultáneamente en Chile y Perú por Sangría Editora y La Buena Vida, respectivamente; 2008).

En el 2006 el Ministerio de Cultura de Chile le otorgó una beca para cursar estudios de posgrado en el extranjero.

Ha publicado el libro de cuentos Autoformato (Lom Ediciones, 2006). Este año publicará en Lima el libro Desmontaje, escrito en coautoría con Salvador Luis [Nota 2]. Tiene inédita una novela, Diario de las especies.

Desde enero del presente año funge como Editora de www.dadoroto.com.

Entre sus temáticas se encuentran la literatura, el Internet, el erotismo, la soledad, los trastornos psicológicos y la muerte. Suele recurrir al fraseo corto, la ironía, las discordancias temporales, la metalepsis, la intertextualidad, la parodia.


Conocí a Claudia Apablaza por internet hace algunos meses, cuando me escribió para pedirme información sobre narradores mexicanos jóvenes, debido a que preparaba un Álbum de Cuentistas Hispanoamericanos para Literaturas.com.

Al tener la oportunidad de leer material suyo, me sorprendió la osadía que caracteriza su narrativa y que la vuelve tan auténtica.

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Los invitamos a un viaje (virtual) alrededor de sus palabras.


- Vemos en su novela Diario de las especies cierta hibridez con lo ensayístico. ¿Qué objetivo tendría esto?

Bueno, más que un objetivo es una forma de mirar las cosas. La cercanía que siento hacia el mundo es esa. Un mundo ficcionable (sic) y ensayable (sic) a la vez; y muchos otros verbos a la vez que no se separan en subdivisiones observables. En Diario de las especies el personaje se acerca al mundo desde ambos polos; y son, seguro, dos polos desde los cuales me suelo acercar en lo cotidiano.


- ¿Qué género se le dificulta más: el cuento o la novela?

No lo tengo muy claro aún. Creo que ambos han tenido distintos procesos en mi vida. Antes solía escribir muchos relatos. Se me daba fácil. Escribí muchos cuentos entre el 2000 y el 2007. Desde el 2007 en adelante casi no he podido escribir relatos. Muy pocos. He trabajado más que nada en novela. Ahora, cuando he trabajado en ellos es porque no se me han hecho difíciles, no trabajo sobre la dificultad (por lo menos en escritura). No estoy años sobre una página en blanco. Si fuese así, creo que no escribiría. No siento que soy una escritora a la fuerza.


- En su ya citada novela y en el cuento ‘Pobre niño poeta’ los protagonistas consideran incurrir en el plagio literario. ¿Usted ha pasado por una vivencia similar?

En general ese cuento se ríe de los escritores que no escriben. O de esos que se dicen escritores. De un tipo anonadado frente a la página en blanco y que está esperando que le llegue la inspiración. No sé por qué se le da tanto valor a un tipo frente a un PC (o cuaderno) sin poder escribir. Es un cliché. Una figura romántica. Me molesta cuando un escritor además lo dice en voz alta. El trabajo de la escritura no es ‘no escribir’, sino que es ‘escribir’.

Bueno, yendo al tema del plagio, el año pasado fui a una conferencia que dio Piglia, dijo que él no creía en el plagio. Que el único plagio que existe es cuando un escritor le intenta copiar a otro su estilo. Si es así, creo que de seguro plagié cuando comenzaba a escribir. Cuando niña. Después creo y espero que no.


- ¿Por qué la tendencia a presentar personajes de escritores dentro de su obra?

Escribo desde lo cotidiano. Estoy la mayor parte del día leyendo o escribiendo. Mis grandes amigos son escritores. No me agrada pensar en generar mundos muy distantes a los míos. No tiene sentido. Y bueno, lo importante es que mi escritura no es ‘escribir sobre escritores’, como andan desparramando en pasquines algunos editores o escritores por ahí, sino que es la simple incapacidad de narrar acerca de lo cotidiano que no me pertenece. Las grandes novelas históricas o esa llamada historia, no tiene nada que ver con mi realidad (sea ésta precaria o no).


- Vemos también que sus personajes parecen estar condenados al fracaso. ¿A qué atribuiría esto?

En general trabajo con los simulacros de los seres humanos. Las ilusiones. Es parte de la experiencia básica. Simular ser. La simulación de lo otro.

El fracaso es uno de los temas que representa muy bien esa experiencia básica. Que tiene su contraparte en aquello que algunos llaman éxito.

Es decir, nadie es realmente un fracasado o un exitoso; son ilusiones que lamentablemente algunos se creen y hacen apologías de ellas y se comportan como si existieran. Es decir, aquello que alguna vez se llamó realidad.

(Además, sospecho mucho de los tipos tan exitosos. No como escritores, sino como seres humanos)

Y bien, el ‘simulacro de’ es lo que vivencio (sic). Personajes de personajes. Supongo que tú también y que todos. Cómo no.


- ¿Considera usted que la industria editorial se encuentra seriamente amenazada por el internet?

No, para nada. Creo que es una herramienta más para la difusión y el conocimiento de autores lejos de su metro cuadrado. Siempre han existido factores para que la gente no lea, llámese TV, paseos, fiestas, lo que sea; o para que la gente lea resúmenes o fragmentos de textos, que es lo que está en la web.


- ¿Vendría a ser una plaga que los autores jóvenes se antologuen entre sí –como se plantea en su cuento ‘Sor Juana y Pierre Bourdieu’-?

Sí, pero creo que está bien. Es una buena plaga. Mientras más libros existan, creo que es mejor para los lectores. Ya sean buenos o malos. Ahora, que eso suponga una amenaza para algunos autores que quieren estar en algunas antologías y no están, es otro tema. Y seguro que no es tu problema ni el mío.


- ¿Qué perspectiva sobre la literatura chilena contemporánea le otorga el radicar en el extranjero?

Creo que la que he tenido siempre. No es muy distinta a la que tenía allá. Podemos hablar de libros por una parte y por otra de sistema: editoriales, autores, grupillos.

Pensar que hay buenos libros publicándose, como por ejemplo los libros de Carlos Labbé, de Lina Meruane, de Alejandro Zambra, de Gonzalo León (narrativa). En poesía, se me viene a la cabeza Héctor Hernández, Germán Carrasco, Gladys González, Malú Urriola, Paula Ilabaca, Roberto Contreras. Ahora, es lamentable que a algunos buenos autores no les baste con ser buenos autores y generen grupillos de defensa. No me explico para qué, si un autor debería preocuparse de sus textos y además de intentar generar espacios de colaboración plurales tanto en su país como en el extranjero. Que su literatura se alimente de algo más que de hostilidad y de rabia y de premios de trasnacionales.

En general el sistema es muy hostil. Esa hostilidad dificulta la complejidad. Hay poco respeto hacia la diferencia y el arribo al poder que todo eso conlleva. Todavía se mueven desde el paradigma del éxito, que es vergonzoso y limitante desde donde se lo mire.

Esa es la forma en que se confunde la literatura con otras cosas. Y no es que sea purista ni nada de eso. Pero en esas confusiones que generan los autores se suben al carro tipos que nunca han escrito un libro en su vida (sobre todo periodistas o escribientes de suplementos culturales), que leen muy poco, que se suben pensando que esto es un evento social. Ahora, el problema no es de los que se suben, sino de los que permiten que eso suceda. Supongo que es por miedo, por cobardía.

Pese a dicha hostilidad, se consiguen publicar buenos y malos libros. No tengo idea por qué. Tal vez porque la literatura es otra cosa.


- ¿Barcelona es 'la Gran Biblioteca' [Nota 3]?

Puede ser. Creo que sí. Aunque también cuando hablo de la Gran Biblioteca, me refiero a esa biblioteca interna. A todos los libros que me he leído, a todos los libros que han pasado por mis manos.


- Háblenos acerca de Dado Roto

Dado Roto es una revista virtual que ha comenzado este año 2008. Con Iván Humanes, escritor, coeditor de la revista y gran amigo además, decidimos fundar esta revista de narrativa como una alternativa más a las que ya hay. He insisto en este tema de las alternativas. No es para ganarle a nadie ni para ser menos que nadie. Iván, que es catalán, vio que había pocas revistas españolas en que se rescatara a autores latinoamericanos contemporáneos de calidad que están fuera del circuito comercial y yo lo vi desde el lado opuesto. Es decir, qué poco sé de escritores españoles contemporáneos que andan fuera del circuito comercial aquél (ese simulacro); por lo tanto decidimos realizar esta publicación; él aportando lo que sabe de estos lados y yo lo que sé y que puedo investigar del otro.

Se publicará cada dos meses. Narrativa, poesía y ensayo.


(Entrevista realizada el 21 de febrero de 2008)



Nota 1: www.laboratoriodeescritura.com.

Nota 2: www.salvadorluis.net

Nota 3: Aludimos aquí a un pasaje de Diario de las especies.


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Para saber más

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DATOS DE LA AUTORA:

Elena Méndez (Culiacán, Sinaloa, México, 1981).- Licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Narradora. Redactora de www.homines.com Subdirectora de www.revistaespiral.org Ha participado en los talleres literarios de los escritores mexicanos María Baranda, David Toscana, Cristina Rivera Garza, Andrés de Luna, Federico Campbell, Anamari Gomís y Antonio Deltoro. Textos suyos han sido publicados en España, Chile, México, Estados Unidos y Colombia.