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Martín Poni Micharvegas: artista multidisciplinar
Alejandro Cavalli
11/10/2007


‘La poesía es pan para hoy y hombre para el maniana’

 

Debido a que el autor vive en Madrid, España, organizamos el reportaje a través de e-mails de ida y vuelta. Prescindimos de las preguntas en el resultado final porque las respuestas se dan a entender por sí solas.

-Me ha hecho unas 18 preguntas... así que las acomodo de 6 en 6 y en 3 días, en tres parrafadas, tendrá el material para organizarlas luego.
Para su nota, puede prescindir - si le parece - de ese toque coloquial anti ñ, anti ll y anti zeta, con que le escribo... es una actitud deliberada contra cierta hegemonía imperialista del academicismo espaniol, etc... La fonética del habla rioplatense es de un fuerte perfil identitario, y ya hemos perdido bastante como para seguir perdiendo, etc…

Primer envío:

Nací en san Fernando de la Buena Vista, a 28 kilómetros al norte de la ciudad de Buenos Aires. Un 30 de noviembre de 1935 (‘El día de san Andrés - como dicen en España -: cuando el mosto, vino es!’).

Mi madre, una joven de 17 anios, provincianita venida desde san Francisco, Córdoba, me parió en el hospital de la zona. Se informó sobre el santoral y quiso nombrarme como Andrés, pero una seniora de alcurnia, apeyidada Cullen Jacobé, y de la muy noble y alta beneficencia, la convenció de otra cosa: ‘¡Este ninio se yamará Luis María!’. Cosa que Irma aceptó sin rechistar, viniendo la sugerencia de quien provenía.

Padre, también muy joven, lugareño de 19 anios, Luis León Martínez, como siempre andaba en las cayes buscándonos la vida. O sea: no intervino en la nominación, dejó hacer, tal vez esta aristocrática dama ascética trajera, ¡eya! el pan bajo el brazo, etc...

Mi nombre civil resultó ser entonces la suma de todos esos sometimientos y equívocos: Luis María Martínez Cornaglia (que, ni bien puede y tomando ejemplo de los viejos revolucionarios poéticos y políticos -Darío, Neruda, Lenin, Trotsky, etc...-, hice lo mismo yo también: Martín Micharvegas, elegí yamarme en pleno ejercicio lúcido, autónomo y libertario. Y así me siguen mencionando hasta hoy y a instancias mías. Tenía 20 anios, cuando lo decidí... El Poni es un apodo más arcaico y de raíces azarosas, que no resulta fácil sintetizar. Al recorrer estos recuerdos, entre mis padres tan jóvenes, marginales, ingenuos, buscavidas, se me hace convicción que la poesía ya estaba todo el rato ayí, velando armas por esta buena gente senciya. Tanto Irmita La Gringa como Luisito El Risitas, garrapateaban, en esa precariedad y en aquel desamparo, sus lindas rimas verseadas. Y mi viejo, ¡era un excelente cantor de tangos y milongas! Apunto esto, para hacerle saber que no nací ni crecí en un repoyo...



Segundo

- La poesía entraba a nuestras piesas por la radio: los hogares humildes teníamos ese incalculable beneficio. La gauchesca de Fernando Ochoa, la urbana de Héctor Gagliardi, la voz cada tanto de ‘El amigo invisible’ o Carlos Arturo Orfeo y ‘su pluma y su palabra". ¡Eran chubascos luminosos en las noches cerradas! ¡Y las letras de los tangos! ¡Y los grandes romances de los bardos folclóricos: Atahualpa Yupanqui, Manuel J. Castilla, Jaime Dávalos, el Chango Rodríguez!’ Todo se hacia descifrable y lúdico para un muchachito inquieto. Las palabras cobraban sentido, referían cuestiones inefables, narraban historias y aventuras crueles o divertidas. La denominada ‘poesía culta’, proveniente de la lectura, vendría tiempo después…

Aqueya poesía popular era un beatífico bálsamo: senialaba cosas muy hermosas y de intensa fantasía y altos propósitos. Esa poesía, hacía mejor, más digna y buena a las audiencias. ¡Entraba por las orejas pero yegaba al corasón! La otra, -como escribía Raúl Gustavo Aguirre -, ‘para ser leída a la luz de una lámpara o a la luz del napalm’, entraría con el colegio secundario: Neruda, Mistral, Huidobro, Pedro Salinas, Rafael Alberti, García Lorca, Miguel Hernández (sus nombres resuenan en mi memoria como monedas de oro, decía Henry Miller de algunos bandidos amigos de su infancia). Mis resonantes monedas de oro también fueron y siguen siendo aqueyos poetas de mi juventud.

Cuando a los 20 anios me acerqué a un grupo de ‘creadores inéditos’ (Gianni Siccardi, José Peroni, Miguel Menassa, Alberto Cousté, Pablo Ananía), reunidos cerca de la Facultad de Medicina donde ya cursaba esa carrera universitaria, y en un resonante bar yamado Los estudiantes, me abrí a nuevas percepciones decisivas: César Vallejo, Cesare Pavese, Dylan Thomas, René Char. Y entró el primer torbellino fresco y rebelde de los poetas argentinos: Luis Franco, José Portogallo, Raúl González Tuñón y, especialmente, el entrerriano universal, Juanele Ortiz. Ni qué decir del crédito lírico y ético que nos abrió la proeza intelectual e internacionalista de la revista Poesía Buenos Aires. Siempre acariciaré a ese tiempo como a un tierno animal y de los más fieles amigos de los hombres bienintencionados...


Dos impromptus:

Me veo cantando con mi cumpita Coco Basualdo, en el umbral de ladriyos del convento de la caye Lavalle al 500, en san Fernando. Tenemos algo más de diez anios. Imitamos, como podemos, al dúo Carlos Dante y Julio Martel, vocalistas de la orquesta típica de Alfredo De Angelis. Otra vez: ¡la fuente inagotable de la radio! Las violas irán al frente…

Y el otro rapto:

camino a san Isidro (ayí funcionaba el Colegio Nacional donde asistía), leo en voz queda y en la cola del colectivo 60, mientras espero entre otros adormilados y madrugadores, los versos escritos la noche anterior. Quiero comprobarme que existen, que resisten, que no se han borrado ni disuelto, que son válidos, que soy poeta...



Tercero

-Aquel grupo de amigos poetas, escritores (Vicky Rabin – hoy destacada novelista dit Victoria Slavutzki -, Néstor Sánchez, Carlos Espartaco), pintores (Roberto Broullón, Pablo Obelar, Esperilio Bute, Alberto Cedrón), dramaturgos, músicos y cantantes, nos organizamos alrededor de una editorial autogestionaria: SUNDA B.A., donde publicamos nuestros poemarios experimentales y los de autores como Diana Macchiavelo, Ruy Rodríguez, Germán Leopoldo García, Enrique Molina, Daniel Ortiz, Gregorio Kohon...

Personalmente jamás conseguí establecer si el concepto de Inconsciente (Freud, 1900) nos yevó al surrealismo (Breton, 1924) o viceversa: un hombre desconocido para sí mismo, su vida, su arte, estaba dramáticamente en juego. Adherimos entusiastas al desciframiento de ese enigma. Y, por supuesto, a las propuestas nativas de Enrique Pichón Rivière y Aldo Pellegrini.

Hacia finales de los 60, descubrí que para acceder a los textos había que saber leer y la ambición de nuestra poética, era la de alcanzar la mayor cantidad de ciudadanos del pueblo, ¡aunque fueran analfabetos! De ayí, y de lo aprendido de una experiencia en Nueva York, donde escuché ‘cantar’ a Allen Ginsberg poemas de William Blake, me dije: ‘Si Allen, con esos poquísimos recursos, lo hace, ¿porqué no voy a intentarlo yo con mis propios textos y melopeas?’.

De regreso a Buenos Aires, escribí y compuse alrededor de 50 canciones en seis prolíficos meses torrenciales. Y, acompañado por las dos guitarras de los hermanos Albe y César Pavese, muchachos provenientes de la ciudad de Azul, comencé a cantar mis temas en bares, galerías de arte, unidades básicas, el Instiuto Di Tella y salitas de teatros independientes: Teathron, Payró, Kraft… Era uno más del fuerte movimiento de canción de protesta, cuyos representantes prodigiosos eran: La Nueva Trova Cubana, la Nueva Canción Chilena, la Nueva Canción Uruguaya, el Movimiento de Música Popular Brasilenia. América Latina se salía por los cuatro costados con sus ganas de una canción poética que representara nuevos sentimientos, compromisos, testimonios, ideales de cambio!

Era un tiempo feras que desafortunadamente, poco tiempo después, se hizo feros...

¡La poesía es pan para hoy y hombre para el maniana!

¡Yo no me fui! ¡Me fueron! La amenazante realidad argentina después del golpe militar de marzo del 76, hizo que cada cual que quisiera garantizar su vida y la de los suyos, se pusiera a recaudo. En 1972, había fundado Canto Popular Urbano (CPU), y los militares genocidas no perdonarían a esos cantamanianas que con versos panfletarios quieren esclarecer a las masas.

Fuimos denunciados y perseguidos. Dos de nuestros queridos companieros, forman parte de la larga lista de 30.000 detenidos-desparecidos: Héctor Rivera y Nazareno Greco. Cada vez que viajo a Buenos Aires (retorné en 1986 y luego volví otras siete veces), deseo intensamente reunirme con los familiares de estos artistas populares y revolucionarios para condolernos con eyos, pero no lo consigo... En marzo del 2006, realizamos con Norma Peralta, Thono Báez y Miguel Cantilo, un vibrante tributo al CPU, en el teatro La Máscara, del barrio de san Telmo. ¡La memoria de los cumpas cantó muy alto esa noche con nosotros!


A diferencia de los coetáneos exilios uruguayo (1972) y chileno (1973), el exilio argentino -una violación flagrante mas de los derechos humanos-, no ha sido hasta ahora debidamente evaluado ni estudiado ni reparado. Tal vez porque los dramas de los ‘presos políticos’, los ‘detenidos-desaparecidos’, la ‘usurpación y procura de hijos de militantes asesinados’, estremecieran y ocuparan un indiscutible primer plano acuciante.

O porque los ciudadanos desterrados, no provenían ni serían resguardados por los aparatos de partidos como el socialista o el comunista…

El exilio argentino se compuso de cuadros y simpatizantes peronistas radicales y de los de ultraizquierda… ¡O quisás, por la trágica suma de todo esto!

Hacia 1998, un grupo de congresistas nacionales, lanzó el proyecto de una reparación histórica, política, cultural, científica y económica del proteico exilio argentino. Todos elementos reivindicativos que deberián ser un solo elemento de unidad, resistencia y actitud hacia las generaciones futuras. Pero han surgido conflictos de conducción, de interpretaciones, de excusas inasumibles. ¡Al exilio argentino, el pueblo argentino no nos debe nada! ¡El Estado argentino nos lo debe todo!

Después de ocho anios de reclamos, testimonios y negociaciones, las reparaciones pendientes no solo están en punto muerto sino que también están en dique seco. Y eso que los DDHH en Argentina ocupan y preocupan a los actuales dirigentes.

Sin embargo... El exilio... ¡Es como si hubiera sido injustamente, otra vez, reenviado a un nuevo exilio! Exilio del exilio, sería la inaudita figura...

Lo que usted denomina 'años de plomo', para nosotros lo fueron también de ácido nítrico. El plomo, por pesado, deja güeyas. El vitriolo corroe, volatiliza las pruebas del delito. Sin cuerpo del delito, no hay culpables. Sin estos, imperaría la impunidad. Ese debió ser el proyecto criminal y delirante de la junta genocida. Necesitamos la cicatrización correcta de ese aujero negro para nuestro porvenir histórico. Nada estable se construirá sin esa plena sutura. Estos agravios a la memoria popular, no prescriben jamás.


Datos biográficos de Martín ‘Poni’ Micharvegas

Además de médico y psicoanalista, Micharvegas (San Fernando, 1935, provincia de Buenos Aires, Argentina), está considerado un destacado artista multidisciplinar: poeta, músico, pintor, compilador de poesía latinoamericana, periodista, editor autogestionario. Nada escaparía a los intereses culturales de este ‘prestidiagitador de la palabra’, como lo definiera Luis Eduardo Aute. Madrid, donde vive desde 1977, es para Micharvegas, su centro de operaciones desde el cual irradia su contagiosidad comunicativa. En la tesis doctoral del Licenciado Hernán Jaime Fontanet Villa:’Poéticas de exilio: Micharvegas, Constantini, Gelman, Lamborghini, Urondo y Sylvester’ (Universidad Autónoma de Madrid, agosto de 2002), puede accederse a un riguroso análisis de su producción escritural.

Es autor de una veintena de títulos, entre los que destacan: ‘Las Horas Libres’ (SUNDA B.A. Bs.As., 1966); ‘La palabra es un hecho’, con prólogo de José Hierro ( Proletras Latinoamericanas, Madrid, 1980 ); ‘Dichosos los ojos que te ven!’, con prólogo de José Esteban (Proletras Latinoamericanas, Madrid, 1986); ‘Narrenturm: La Torre de los Locos’, con prólogo de Luis Eduardo Aute ( Proletras Latinoamericanas, Madrid,1994 ); ‘Parajodas (sic)’ (FPI -Fondo Poetario Internacional-, Madrid, 2002 ).

Fernando González Lucini le dedica un capítulo muy interesante en su reciente libro ‘El canto emigrado de América Latina’ (Ediciones Fundación Autor, Madrid, junio 2007), dentro del tercer volumen de ‘...Y la palabra se hizo música’, donde estudia el fenómeno de la canción de autor y sus significación e influencias decisivas dentro de la transición democrática española.

Como dibujante y pintor, realizó numerosas muestras individuales y colectivas, ya en España como en otros países europeos. Ilustra sus libros así como notas y comentarios que publica en prensas político culturales.

Textos y poemas de su autoría han sido traducidos al portugués, francés, italiano, inglés, alemán y sueco.


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Para saber más

 


Recuadro con algunos aforismos de su libro Parajodísimas (I Poeti Nomadi, Buenos Aires /Madrid, 2003 / 2007):

¡Felices edades!

*

¡Feliz banio nuevo!

*

¡Felices Reyes Pagos!

*

La historia contemporánea es más veloz

*

Aclarando:
’¡Es un prosaico que dice escribir versos
y un loco, que dice ser psiquiatra!’

*

Leído:
’Toda la literatura
se construye con 24 letras’.

*

Localización:
’El Infinito’ está
en el arroyo Caraguatá al 884!

*

Magistral:
La identidad es la memoria!
Pero quiénes son los que recuerdan?

*

Democracia totalitaria.
Dictadura mediática.

*

Quién monta un cabayo cansao
pa'ganar una cuadrera?


*

... o encontrar el espectro
del Trade World Center
en el rincón más florido
de los jardines de Babilonia...

*

Paco Almazán:
’¿Por qué no te vas a Tebas?’

*

La Bolita
’Se necesita esquizofrénico
para hermanas siamesas…’.


*

Variación Shingó, El Monje Nómade:
’¿Porqué si dudo que lo real lo sea,
creo sin crítica que el suenio es sólo suenio?’

*

¡Los esfuerzos que no hicimos
para araniar el cielo
y él estaba bajo nuestros pies!

*

Cuando aquí es hoy,
ayá todavía no lo es…

*

Como peces sacados del agua
aquí nos han dejado boquiando
al aire del exilio…

*

Anticabralista:
¡No sólo no muero contento
sino que tampoco hemos batido al enemigo!



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DATOS DEL AUTOR:


Alejandro Cavalli (Santa Rosa, La Pampa, Argentina, 1975).- Cursó el taller de poesía dictado por la poeta Aurestela Mini entre 1994-1999; y el de narrativa del escritor Guillermo Saccomanno durante 2004. Se recibió de Periodista y de Licenciado en Comunicación Social en la Escuela Superior de Periodismo, Instituto Grafotécnico, Buenos Aires. Ha trabajado para la Agencia Internacional de Noticias Literarias Librusa, el diario argentino Infobae, y para el periódico mexicano Excélsior, el sitio mexicano www.palabrasmalditas.net y el sitio argentino www.4semanas.com.ar, entre otros medios. Actualmente vive en Capital Federal, Argentina, y trabaja escribiendo para el diario pampeano La Arena, para el sitio de Internet Latinoamericano www.newpolitic.com y para la revista mexicana Replicante. Ha publicado, entre otras obras, el poemario El agua de la sombra (Editorial Extra, Argentina, 1997) y la novela El hombre de la pipa (www.amarilloeditores.com). Entre sus textos inéditos se encuentran Los orígenes del alga (poesía); Podrías decirle unas palabras, preguntarle cómo está la niña (poesía); Almejas profundas de la bella dona (poesía); Charango (obra de teatro infantil para títeres) y Berta (novela).