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ANTE TI
Como un niño ante una
estrella,
mirando en el firmamento,
con alcanzarla tan bella
sueño y tengo sentimiento
Imposible es este sueño
de cobijar en el alma
tu estrella, por más empeño
que hasta zozobrar mi calma
pusiera yo en ser su dueño
Quitas mi paz y la entregas
de tus manos soberanas.
Eres mi luz cuando llegas,
mi sombra si me abandonas
mi dolor si tu me niegas
con mis esperanzas vanas
Eres tan dulce y hermosa
que no verte es tormento,
jazmín pequeño, fiel rosa,
Dueña de mi pensamiento,
ave que tierna se posa
luz de dicha y de contento
Ante ti me quedo mudo,
pasmado ante tu belleza,
asombrado, anonadado,
te miro y mi alma reza.
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EL SECRETO DE UNOS VERSOS
Indaga en este poema,
niña dulcísima y pura,
misterio en algún fonema
al leerlo hallar procura.
Secreto de amor contiene,
Mi Amada, que te dedico
tesoro que mi alma tiene
en el que a Dios glorifico.
A ti tan sólo podría
mensaje cual este darte
o nadie merecería
Gozo de amor semejante.
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NANA PARA UN ÁNGEL
Duerme, mi Ángel, pues
sabes
que en los árboles mullidos
descansan las tiernas aves
calientitas en sus nidos.
Duerme y sueña, que mi alma
vela tu sueño sereno,
que cada flor guarda en calma
su color suave y ameno.
Duerme mi bien, que en el cielo
Mil estrellas extasiadas
Por ti detienen su vuelo
Y sonríen encantadas.
Descansa, Ángel amado,
y junto a tu rostro tu pelo
forman pétalo rosado
que duerme en dorado velo.
Cierras tus ojos privando
de toda luz a los míos,
dos conchitas custodiando
todo el azul de los cielos
Y a la mañana siguiente
tu cuerpo de cervatillo,
cuando juguetón despierte
al alba dará su brillo.
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NO SUFRAS, MI BIEN, NI
LLORES
Pues es tu rostro vergel
de mil deliciosos dones
y el dulzor que en mi alma pones
la más suave y pura miel...
No sufras, mi bien, ni llores.
Con perfume de mil flores
mi amor está ante tu puerta
y pues suplica que abierta
la tengas a sus olores...
No sufras mi bien ni llores.
Si
tú, pequeña princesa,
tienes transidas de amores
a mis estrellas mejores
cuya luz está en ti presa...
No sufras, mi bien, ni llores.
No hay gozo que no me otorgues
al mirarme, darme un beso
o sonreír, y es por eso,
ya que ante tus pies me tienes...
No sufras, mi bien, ni llores.
Y si una herida recibes
mi alma será tu asilo,
y como Dios ha querido
que en mi amor consuelo tomes...
No sufras, mi bien, ni llores.
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POR LOGRAR TU SONRISA
Del mar la más fresca
brisa
ante tu rostro despliego
y de la gaviota entrego
el vuelo que la desliza...
Si me das una sonrisa.
Del aroma que sin prisa
despliegan de sus corolas
las rosas que están a solas
mi amor para ti suaviza...
Si me das una sonrisa.
Del incienso que en la misa
a Dios se ofrece solemne
algún granito indemne
guardo por ti en mi camisa...
Si me das una sonrisa.
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AMOR SIN ESPERANZA
Trae tu luz
Mi buen Jesús
A este amor
Crepuscular,
Que el viento, el mar
Y
el corazón
Se alíen al fin
Sin más razón
Que el puro amor
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Amanecer
Retorna a mí
que quiero ver,
amar, sentir
que el existir
es devoción
que la emoción
no cesará
que triunfará
la 'sinrazón'
pureza y luz
de esta pasión.
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¿POR QUÉ TE ESCRIBO?
Porque a veces sin querer
me pierdo y vienes tú,
viento cálido del sur,
al rescate de mi ser...
Por eso te escribo...¡amor!
 Porque
anhelo tu presencia
más que nada en esta vida
porque es toda mi existencia
un penar por tu ausencia...
Por eso te escribo...¡amor!
Porque es tu dicha mi gozo
tu dulzura mi belleza
y tus ojos suave lazo
que de morir da pereza...
Por eso te escribo...¡amor!
Porque no cesa mi pluma
ni mi alma se me apaga,
en cumbre de amor es llama
abierta por ti su llaga...
Por eso te escribo...¡amor!
por eso siempre te escribo...
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Para
saber más
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DATOS DEL AUTOR:
Gabriel Wüldenmar Ortiz. Psicólogo,
teólogo, escritor de artículos y libros de ensayo, conferenciante,
invitado en programas de radio y TV, informático y técnico
en medioambiente.
