En el período 2004-2009 se iniciaron distintas actividades en
el patrimonio de Montefrío, concretamente en algunas de las atalayas
que pertenecieron al sistema defensivo ubicado en la zona del Hisn
Muntfarid (castillo de Montefrío), gracias sobre todo al
apoyo del Ayuntamiento de Montefrío y el Instituto Andaluz de
la Juventud de Granada (IAJ).
Los principales fines de los campos de trabajo consistían en
recuperar parte del patrimonio histórico y arqueológico
y, al mismo tiempo, crear una conciencia en las gentes de Montefrío,
que generase el respeto, la conservación, el disfrute, conocimiento
y difusión de parte de esas atalayas, como resultado de la labor
desinteresada de jóvenes procedentes de toda la geografía
española.
Los diversos campos de trabajo tenían distintos objetivos y planteamientos.
Las primeras fases consistieron en la limpieza, documentación
y estudio arqueológico de los bienes afectados. En una segunda
fase, la intención fue la construcción de una torre a
escala, que imita la tipología y los distintos elementos constructivos
que formaban parte de la estructura militar, para ofrecer un conocimiento
gráfico de las torres atalayas. En una tercera fase, se señalizaron
algunas de las más cercanas al pueblo, en concreto las mejor
conservadas: torre del Cortijuelo, los Anillos y los Guzmanes. Para
ello, se limpiaron algunos de los accesos o senderos que conducen a
los distintos bienes a señalizar. Además se colocaron
varios hitos, con forma de torre de ajedrez, que marcaban los principales
caminos o accesos para que el visitante pudiese llegar sin problemas
a las torres. La última fase en la puesta en valor de las torres
de Montefrío, era la más ambiciosa, la que contemplaba
la restauración de algunas de las atalayas, ampliando así
la oferta en la creación de rutas sobre el patrimonio del municipio.
En el año
2010 se planteó la señalización del conjunto histórico-artístico
de la villa de Montefrío. Para ello, se colocaron en los principales
monumentos de la localidad las correspondientes señales, en varios
idiomas, para facilitar a los turistas la información relativa
a los edificios más emblemáticos: el Pósito, la
iglesia de San Antonio, la Iglesia de la Encarnación…
Posteriormente se ha creado una ruta por los dominios y espacios que
ocupó el antiguo castillo o Villa de Montefrío, para la
puesta en valor del entorno del mismo, con un recorrido en el que mediante
pequeños puntos de información, colocados sobre una base
maciza de hormigón y con una altura de 1,10 m, se informa sobre
los restos arqueológicos de la antigua fortaleza de Montefrío
y su entorno: sus barrios históricos (Arrabal, Solana, Erillas),
la ermita del Carmen y el Panteón o cementerio viejo, y algunos
elementos visibles dentro del recinto de la alcazaba cristiana, además
de viviendas, aljibes, etc. También se colocaron una serie de
paneles didácticos enfocados a cuatro aspectos principales: las
fortalezas del poniente granadino, las técnicas constructivas
de una fortaleza, el asalto a un castillo y, por último, uno
dedicado al antiguo castillo-fortaleza de Montefrío.
El proyecto denominado Acondicionamiento y Puesta en Valor del Conjunto
Monumental de la iglesia de la Villa se realizó entre finales
de 2010 y principios de 2011. Entre las diversas actuaciones planteadas
destaca la señalización de algunos de los restos que integran
la fortaleza del Castillo de Montefrío, que hasta el momento
pasaban bastante desapercibidos para los turistas y viajeros que visitaban
el municipio.
Así planteamos un recorrido sencillo por la fortaleza y su entorno,
con quince hitos informativos, relativos a los restos y demás
elementos patrimoniales por los que pasa el espectador en su ascenso
al recinto de la Villa.
1. Ermita del Carmen
A los pies de la colina donde se ubica la antigua fortaleza
se construyó entre finales del siglo XVIII y principios del siglo
XIX una ermita dedicada a la Virgen del Carmen. Así lo menciona
un documento fechado en 1817 y 1818, que nos habla de la existencia
de dicha ermita: …inmediatos al tajo que miraba al legido
otro torreón arruinado y desde el subiendo el taxo arriba a la
puerta que llamaban de la villa vieja indicios de haber estado amurallado,
y desde dicha puerta subia otro taxo profundo, que miraba a la Hermita
de Nuestra señora del Carmen e iba a buscar dicha iglesia parroquial
contigua a dicho castillo… (Gamir, 1956: 67-68).
La ermita es de pequeñas dimensiones, planta de cruz latina,
con una nave central y otra transversal, que marca el altar de la misma.
En sus muros laterales presenta varias ventanas para la iluminación.
En los pies, se sitúa una espadaña con una cruz y una
campana. Su construcción es austera, de mampostería trabada
con barro y revestida de mortero de cal. Se enclava en uno de los barrios
históricos surgidos a partir de la conquista cristiana de la
villa de Montefrío, el de las Erillas.
2. El Panteón o cementerio
viejo
En el entorno de la ermita del Carmen está el antiguo cementerio
de Montefrío, conocido como Panteón o cementerio viejo.
Se conservan un total de dieciséis nichos o tumbas excavadas
en la roca, que serían panteones familiares de la clase pudiente.
Se sitúa extramuros de la antigua villa. Su origen no está
claro. Es posible que existiera ya a finales del siglo XVI; con toda
probabilidad estaría en funcionamiento en el siglo XVIII y hasta
finales del siglo XIX, cuando se traslada a varios kilómetros
del pueblo.
Estas tumbas están excavadas
en la roca, abovedadas y enmarcadas por arcos dobles de medio punto,
con las roscas estriadas. La profundidad que presentan es de unos dos
metros, aunque varía según el caso. Su altura supera el
metro y medio y su anchura es de algo más de un metro. En algún
caso aparecen varias tumbas unidas y comunicadas. Serían tumbas
colectivas en las que se podrían enterrar hasta tres difuntos,
según se deduce de las marcas o rebajes a modo de ranuras realizadas
en las paredes de las mismas. Existen otras más pequeñas,
que serían utilizadas para enterrar a los niños, así
como intentos por abrir otras sepulturas en la roca.
3. El arrabal y los barrios históricos
A los pies de la fortaleza, en su lado sur, se encuentra uno de los
barrios más antiguos de la villa de Montefrío, conocido
como Arrabal. Su nombre proviene del árabe al-rabad.
Los barrios con tal denominación normalmente se situaban fuera
del recinto amurallado de los castillos o ciudades. Su origen habría
que remontarlo a la época nazarí.
Tras la conquista cristiana de Montefrío, el 26 de junio de 1486,
se produce un aumento de la población y, por consiguiente, la
evolución de la antigua villa, con la creación de dos
nuevos barrios, en las inmediaciones de la antigua fortaleza: el de
la Solana, situado bajo el Arrabal, y, en la zona más noroccidental,
el de las Erillas. Los nuevos barrios se sitúan extramuros de
la ciudad y marcarán el crecimiento urbano en la zona más
llana a lo largo de los siglos XVI y XVII.
4. Aljibe del recinto bajo
de la villa de Montefrío
En la zona baja del Castillo de Montefrío, donde se asentaba
la población, se conservan los restos de un aljibe, a la derecha
del camino de acceso a la parte alta de la Villa. Su misión consistía
en abastecer de agua a la población no militar, que vivía
de la ganadería y del cultivo de los campos cercanos al castillo.
Es un gran aljibe de hormigón,
de forma rectangular, excavado en la roca por uno de sus lados; el resto
está construido con mampostería enfoscada, de la que se
conservan diecinueve hiladas. Las dimensiones son: 6,40 metros de ancho
por 13 metros de largo; la luz de la bóveda del aljibe sería
de 2 metros. En su lado sur presenta un peldaño en medio del
muro, de un metro de anchura, que se correspondería con la entrada
al aljibe. El interior presenta un acabado de mortero de cal de gran
grosor que cubriría la estructura, para una mejor conservación
del agua.
5. Cimentaciones de viviendas en la zona urbana del Castillo
En la fortaleza de Montefrío se identifica una serie de viviendas
a lo largo de la ladera que forma el recinto amurallado. Los restos
que podemos ver son las cimentaciones talladas en la roca natural. Se
localizan en torno a treinta viviendas excavadas, que formaban líneas
paralelas a la muralla exterior del castillo y se comunicaban mediante
varias calles.
Las viviendas conservadas fueron excavadas
en la roca, realizando recortes que eran utilizados como cimentación
de la estructura. Los muros eran de mampostería concertada en
hiladas, similares a los utilizados en el levantamiento de las torres
y murallas del castillo. Sobre la cimentación se levantaban cajones
de tapial o muros de ladrillo de gran consistencia, como se observa
en el Castillo de Moclín. Encima de los muros se construía
la techumbre de madera y la cubierta con teja árabe.
Podían tener un pavimento de cal que aislaba la base o terreno
natural, aunque a veces, se dejaba el afloramiento rocoso regularizado
como suelo de la propia vivienda, como ocurre en los castillos de Íllora
y Moclín.
6. Muralla cristiana
El recinto amurallado cristiano tiene una longitud de cuarenta y ocho
metros, con una planta casi geométrica, que se adapta a la superficie
que ocupa. Está construido con sillares de piedra escuadrados
y unidos con mortero de cal. Presenta adarve, camino de ronda y foso,
además de diez troneras a lo largo de los cinco lienzos que la
componen.
La muralla es de sillería finamente tallada y en ella se abren
las troneras para uso de la artillería. Destacan diversos lienzos
que, partiendo de la unión con la torre nazarí, rodearían
todo el perímetro hasta cerrarlo con el otro extremo, que ocupa
la iglesia de la Villa.
7.
Cruces en el bastión NO de la alcazaba cristiana
En uno de los bastiones de entrada a la nueva alcazaba militar cristiana
se aprecian tres cruces grabadas en los sillares. Según la tradición,
las tres cruces fueron grabadas a punta de cuchillo el día de
la conquista por el rey Fernando y el Gran Capitán. Este hecho
es impensable que ocurriese realmente, ya que esta obra fue realizada
tras la conquista de la villa por los Reyes Católicos.
8. Planimetría del Castillo de Montefrío
El castillo de Montefrío tenía dos recintos amurallados
bien diferenciados, uno situado en la zona alta, ocupado por la Alcazaba
o recinto militar, y un segundo recinto, en el que vivía población
no militar. También había un barrio situado extramuros,
conocido como Arrabal.
La villa contaba con varias puertas, que daban acceso a las distintas
zonas de la antigua ciudad, como la puerta de Alcalá, la que
pudiera existir en el callejón del Fuerte, la mencionada por
Gámir Sandoval en la calle del Arco y la ubicada a los pies de
la actual iglesia.
La fortaleza contaba con una mezquita donde hoy se erige la iglesia
de la Encarnación o de la Villa. Además contaba con varios
aljibes y un silo que era utilizado, según el momento, como mazmorra.
9. Fortín cristiano del siglo XVI
El
fortín cristiano se asienta sobre la estructura militar nazarí,
aprovechando su buena situación defensiva. Separaba a la población
que vivía en la villa del destacamento militar que estaba a cargo
del fortín. Está formado por dos baluartes circulares,
que defienden la entrada situada entre ellos. Las torres tienen una
habitación interior abovedada, con dos troneras dispuestas en
ángulo recto. Los dos bastiones de la entrada flanquean una puerta
con dintel de sillares, que da acceso al interior.
No fue terminado, pues en 1531, con la proclamación del nuevo
estatuto jurídico de Montefrío, la fortaleza ya no era
necesaria desde un punto de vista defensivo. Se añadía
además la necesidad de ampliar la iglesia que se había
habilitado tras la conquista.
10. Adarve, paso de ronda y
troneras
Tras
la conquista de la villa de Montefrío, se construye un fortín
cristiano en el siglo XVI, tal como se acaba de comentar, en el que
se observan el camino de ronda, un foso, distintas aspilleras, adarve
y troneras, todo ello para facilitar la defensa del nuevo recinto militar.
Las troneras que forman el fortín son un total de diez y se desarrollan
por todo el perímetro de la muralla. Su forma es abocinada, con
arco escarzano en la parte baja. Eran utilizadas para disparar con armas
de fuego portátiles o ligeras.
La muralla conserva parte del adarve, al que le faltaba un parapeto
almenado, con acceso por varias escaleras que flanquean las correspondientes
troneras. Cuenta con un camino de ronda, que servía para facilitar
la defensa y el desplazamiento de los combatientes.
11. Torre nazarí
En
el recinto superior, ubicado en la antigua alcazaba árabe, se
conserva una torre nazarí de mediados del siglo XIV. La torre
es de planta cuadrada y está realizada en mampostería
de verdugadas de laja, aunque en la actualidad está muy alterada.
Su altura es desigual en cada uno de sus lados; la altura máxima
conservada es de 7,20 metros en la cara sur.
En la torre destacan dos puertas o
vanos, uno orientado al norte, con arco de 1,45 m de ancho por 2,70
m de altura, que presenta la talla de la media luna; la otra está
situada en la fachada occidental, con arco de 2,70 m de alto por 1,35
m de ancho.
12. Aljibe de la alcazaba nazarí
En el recinto militar que un día ocupó la alcazaba se
conserva un aljibe para el almacenamiento de agua. Su nombre deriva
del árabe al-yub. Su función era garantizar el
abastecimiento de agua a los soldados que se encargaban de defender
el castillo.
El aljibe tiene forma trapezoidal y está excavado en la roca.
Se reforzó con un muro perimetral de hormigón de cal.
Presenta grandes dimensiones: 11,80 metros de largo frente a 8,25 m
de ancho. Estaba formado por tres naves paralelas, cubiertas por otras
tantas bóvedas de ladrillo. Su interior cuenta con un enlucido
para impermeabilizar el depósito y evitar fugas y filtraciones.
El arco de cierre del aljibe tendría unos 3,20 m, con una profundidad
de unos 3 m.
Este tipo de aljibe es similar a los de las fortalezas de Íllora
y Colomera, sobre todo por el sistema de cubierta con bóvedas
de ladrillo.
13. Silo o mazmorra
En
los castillos es frecuente que, junto a otras estancias y dependencias,
existan silos para guardar el grano, utilizados también habitualmente
como cárcel nocturna de cautivos cristianos.
Dicho silo pudo ser utilizado efectivamente como mazmorra, según
mencionan las crónicas con motivo de una posible sublevación
y toma del castillo por el Condestable don Lucas de Iranzo, a finales
de 1463 y principios del año siguiente (Soriano, 1993: 191).
El silo presenta una forma rectangular. Está excavado en la roca
y enlucido con mortero de cal. Sus dimensiones son 8 metros de largo
por 2,40 metros de ancho. Su techumbre posiblemente consistía
en un forjado de vigas de madera, ya que en los laterales quedan las
huellas para su anclaje.
14. Puerta de acceso a la alcazaba musulmana
Entre la zona del arrabal y la fortaleza se conservan los restos de
una posible torre-puerta, parcialmente excavada en la roca. Su acceso
sería a través de un recodo, con lo cual se dificultaba
el paso al interior del castillo.
Está construida en mampostería enripiada y en sus esquinas
destacan sillares que darían más solidez a la obra. Se
observa el arranque del arco que marcaría la entrada o vano,
labrado y construido en la roca. Podría ser un arco de medio
punto que utilizaría ladrillos en su construcción, al
igual que para la bóveda, dejando una abertura en la bóveda
o buhonera para facilitar la defensa de la puerta, como vemos en el
castillo de Íllora.
En un momento posterior, al construir la Iglesia de la Villa a mediados
del siglo XVI, los restos de la puerta son aprovechados como parte de
la cimentación en la construcción del nuevo templo.
15. Evolución de Montefrío
La imagen urbana de Montefrío es consecuencia de su evolución
histórica desde el siglo XVI hasta el pasado siglo XX. Tras la
conquista surgieron las primeras edificaciones en la zona llana: el
antiguo Hospital de San Juan de los Reyes, casa que fue de Juan de Carrión
(escudero de los Reyes Católicos), la Casa de Oficios o antiguo
Ayuntamiento, la ermita de San Sebastián, así como algunas
casas nobiliarias. En las centurias siguientes surgieron los demás
bienes patrimoniales que configuran la imagen actual de Montefrío.
Extramuros del núcleo urbano se erigió el Convento dedicado
a la orden de San Francisco (finales del XVI y principios del XVII),
situado al este, en el camino que va a la vecina Íllora. En el
siglo XVIII, se levantaron diversas construcciones: el actual Ayuntamiento,
la iglesia de San Antonio y el Pósito o almacén de cereales.
Entre 1786 y 1802, se construyó la demandada nueva Iglesia, la
Redonda o de la Encarnación.
A lo largo del XIX se colonizó el barrio del Calvario, con la
construcción de una ermita, y en la segunda mitad del siglo XX
se colonizó la zona de la Fuente de Íllora y el barrio
de la Capellanía, configurándose así la actual
imagen urbana de Montefrío.
16. Torre del Cortijuelo.
Situada a 1500 m. de Montefrío, en el Cerro del Cortijuelo (coord.
UTM: 411.488N -4.131.930E) y una altura de 915 m. Se accede a ella,
cogiendo una vereda que sale del Puente que hay justo encima del arroyo
Fuente Molina, una vez andados unos 400 metros, nos encontramos con
una torre atalaya de figura cilíndrica que presenta un perímetro
de 15,40 m, una planta de 5 m y una altura conservada de unos 5,75 m,
siendo su obra maciza. La construcción se asienta sobre una cresta
de caliza que se ve aflorar en dirección SE. La estructura constructiva
de la torre consiste en una mampostería enripiada de hiladas
concertadas y paralelas unas a otras, donde podemos ver el tipo de mampuesto,
algunos cajones constructivos, los huecos de los mechinales usados en
los cajones y parte del enlucido que recubría la torre.
La torre del Cortijuelo, tiene un claro
sentido de refuerzo en el control del territorio sobre todo de los puntos
muertos no controlados por otras torres del municipio. Es visible claramente
desde el Castillo, así como de las torres de los Anillos, Cabrerizas
y Espinar.
17. Torre de los Anillos
Construida
en el llamado ‘Alto de los Molinos’, a unos 2 km de Montefrío
(coord. U.T.M: 412442N- 4131303E) a una altitud de 995 m. La torre de
los Anillos se ubica en el paraje conocido como ‘Cruz Altera’,
en dirección a la vecina Íllora, en el cruce del cementerio
y dicha cruz, cogemos ésta última. La torre se levantó
sobre un afloramiento de rocas calcáreas. Presenta un perímetro
de 19,20 m, con una altura conservada de 3,50 m y un diámetro
de 6 m. En su construcción se observan dos fases constructivas,
así como un gran boquete al oriente, de más de 2 m de
altura y 1,60 m de longitud. Destaca una obra anterior realizada con
grandes sillares escuadrado de caliza sobre la que en otros puntos de
la misma torre, se levanta la característica mampostería
enripiada.
Desde la torre de los Anillos, se controlaba la parte N. de la Sierra
de Parapanda, su principal misión el aviso y control de las cabalgadas
procedentes de la zona de Íllora y Moclín, avisando al
Castillo y zonas rurales donde viviría la población campesina.
Además tiene visión directa con la torre de los Guzmanes.
18. Torre de los Guzmanes
Se
sitúa a 4 km de Montefrío, cerca de la carretera que comunica
este municipio con Tocón (coord. UTM: 412884N.-4.129.697E) a
una altitud de 1052 m. Su acceso se puede hacer a través del
Hotel La Enrea, siguiendo los distintos hitos o puntos que marcan el
camino. Es, al igual que las anteriores, de planta circular y maciza,
conservando 4,80 m de altura. Se encuentra en mal estado de conservación,
ya que presenta al E un gran agujero que la ahueca interiormente, posible
prueba de la acción de furtivos en búsqueda del tesoro.
Este hueco lo usaban recientemente los pastores como refugio, habiéndosele
adosado por este lado a la torre una pequeña construcción
de piedra en seco. La Torre de los Guzmanes tendría unas dimensiones
de unos 4,80 m de altura, la planta de la torre tendría 4,15
m y su perímetro superaría los 13 m. Al igual que en el
caso de la torre del Cortijuelo, se ven muy bien los mechinales y los
diversos cuerpos de fábrica.
Desde la torre de los Guzmanes se obtiene una gran visibilidad del entorno
inmediato, sobre todo, de sectores de la Sierra de Parapanda y especialmente
el Arroyo de los Molinos y el Cerro del Cerrajón, además
tiene visión directa con la torre de los Anillos.
A modo de reflexión
En el breve recorrido esbozado anteriormente, hemos visto cómo
los mecanismos utilizados en la puesta en valor del patrimonio histórico
y arqueológico deben ser asumidos por una institución.
En éste caso el Ayuntamiento de Montefrío, como principal
agente del desarrollo del municipio, debe tomar la iniciativa en este
tipo de actuaciones, además de otras muchas, como son la conservación,
la protección, la difusión, la concienciación,
el respeto y el mantenimiento, tanto del patrimonio como de los nuevos
hitos y elementos que se empiezan a ver en el horizonte de nuestras
calles, caminos y atalayas, junto con los hitos colocados en los distintos
monumentos que hoy forman parte del conjunto histórico-artístico
de Montefrío. Para hacer posible de este modo que el visitante,
ya sea europeo, japonés, español o emigrante montefrieño
que vuelve de vacaciones a su tierra natal, disfrute del conocimiento
de nuestra localidad.
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