Introducción histórica
A la caída de Teotihuacán varias poblaciones de la cuenca
de México se fueron a otras regiones en busca de nuevas tierras.
Este fue el caso de los toltecas, que llegaron a Tulancingo, donde permanecieron
cuatro años, más tarde se trasladaron a un lugar que quedaba
junto al río Tula. Aquí es donde alzarían la ‘Tollan
Xi cocotitlán’, de la que nos hablan las fuentes históricas
(en el actual municipio de Tula de Allende, en el estado de Hidalgo,
México).
El gentilicio deriva del náhuatl toltécatl, que
originalmente designa a los nativos de los lugares llamados Tollan,
pero que después, durante la época mexica, pasó
a ser sinónimo de artesano o artista.
La historia de los Toltecas comienza
con una leyenda: Cuauhtitlán, un guerrero y conquistador,
llamado Mixcóatl, tuvo un hijo con Chimalma. El niño,
al nacer, recibió el nombre de Ce Acatl Topiltzin (Señor
Una Caña), seguido del título de Quetzalcóatl,
que era la divinidad que debía representar. Ce Acatl creció
en la región de Morelos; ya mayor, pasó a tierras de Guanajuato
y Huasteca y allí fueron a buscarle los toltecas (artesanos y
artistas) para fundar e iniciar el reinado en la ciudad de Tollan.
No se sabe con exactitud si Mixcóatl existió o fue solo
leyenda, pero su hijo Topiltzin si existió con seguridad y es
el primer personaje real aparece en la Historia de México.
Los toltecas reunieron a otomíes, teotihuacanos, chichimecas
y fundaron la ciudad en un lugar situado entre El Corral y las zonas
destinadas a las grandes edificaciones de poniente. Actualmente es muy
poco lo que se sabe sobre los primeros tiempos de la ciudad, y en cambio
se conoce más el período de máximo auge del culto
a Quetzalcóatl, bajo la influencia de la cultura maya.
Arte tolteca
La escultura y el relieve están
muy ligados a la arquitectura; destaca el Chac Mool, una gran
figura sentada en forma reclinada, sosteniendo en el vientre un recipiente
y con la cabeza mirando hacia un costado.
También realizadas en piedra
destacan esculturas que muestran escenas militares y de sacrificios
humanos. Un ejemplo de ello es el coatepantli, un friso labrado
en piedra que muestra una sucesión de serpientes que persiguen
y devoran esqueletos. Otro elemento arquitectónico tolteca fue
el tzompantli, o altar de cráneos, una plataforma baja,
cercana a la pirámide principal, provista de soportes para apilar
o ensartar las cabezas cercenadas de los sacrificados. El arte tolteca
muestra una faceta de vigor en las formas que anuncian el predominio
del guerrero sobre el sacerdote, una visión que se mantendría
a lo largo del horizonte posclásico mesoamericano.
Es importante también, su cerámica.
El estilo cerámico tolteca más antiguo y que antecede
a la fundación de Tula, conocido como Coyotlatelco,
se caracteriza por el color rojo y café de sus vasijas. Más
tarde, se desarrolla un tipo de cerámica conocida como estilo
Mazapa, cuya dispersión por gran parte de Mesoamérica
se asocia a la expansión política de los toltecas. Sus
formas alfareras más sobresalientes son escudillas con su interior
decorado con líneas rectas u onduladas, pintadas de rojo intenso.
A la par del estilo Mazapa, existe una cerámica llamada ‘Plumbate’,
originaria de Guatemala, que es una de las pocas alfarerías del
Nuevo Mundo con superficies que aparentan estar vitrificadas, gracias
a la pintura con pigmentos minerales y su cocción a altas temperaturas.
En
arquitectura introdujeron la forma característica
do toda la arquitectura mexicana precolombina: la estructura en forma
de tronco de pirámide, que servía de base a templos, palacios,
etc. Estas estructuras poseían unas escalinatas que, partiendo
de la base, ascendían hasta la plataforma superior y su finalidad
no era otra que la de servir de base o pedestal al templo o palacio
que se construía sobre ella.
Muy característico de las construcciones toltecas (y de las aztecas)
era la falta de ventanas, empleándose sólo puertas bajas.
Otro elemento que introdujeron el uso de pilares en forma de serpiente
y los atlantes, grandes pilares esculpidos que representan a guerreros.
Los toltecas habitaban pueblos fortificados constituidos por complejos
de construcciones cívico-ceremoniales, cuya plaza con altar en
el centro estaba rodeada de palacios, pirámides escalonadas y
canchas para el juego de pelota.
La capital de la cultura tolteca: Tula
La ciudad de Tula (Tollán) se encuentra sobre un promontorio
que domina el río Tula y presenta buenas condiciones defensivas.
Calles y calzadas ordenaban la urbe. Diferencias sociales se reflejan
en el tamaño, la distribución y el material de construcción
de las viviendas, desde las que se levantaban sobre un sistema de plataformas
cercanas al sector monumental, hasta conjuntos de departamentos o de
casas de tres habitaciones en torno a un patio central común
formando una L, donde se realizaban las actividades domesticas y las
rituales. Existían barrios que compartían actividades
productivas y ceremonias en un templo colectivo.
Su población, de hasta 60.000 habitantes, estaba diseminada en
zonas periféricas y vivía de la agricultura, la extracción
del basalto, la realización de utensilios de chert y el trabajo
con la obsidiana.
La historia de Tula (Hidalgo) se estima que duró desde el 900
al 1168 a.C. Ejerció su poder sobre pueblos menos adelantados
y firmó alianzas, como en el caso de la fundación de la
provincia de Tula-Jilotepec.
Tula era la capital de los militaristas toltecas. Poseía una
sociedad austera de guerreros más interesados por la función
que por la forma, de modo que produjeron pocos objetos lujosos. A pesar
de ello, su desarrollo contrastaba con el de las otras culturas del
Altiplano, por lo que los mexicas, al establecerse en Tula posteriormente,
pensaron que esa gente eran toltecas, o sea verdaderos artesanos.
Un grupo de ellos, a la caída de Tula, salió hacia el
exilio y con su señor Nauhyotzin se asentaron en Culhuacán.
De allí salieron princesas y nobles que emparentaron con los
mexicas. El último gobernante de Tula, llamado Huéniac,
terminó sus días suicidándose, según una
fuente histórica.
A este periodo pertenece el tipo de plaza con un altar en el centro;
al altar se sube por una escalera con frisos decorados a cada lado;
los altos muros están inclinados, o en talud, y rematados por
cornisas salientes.
A un lado de la plaza se construyó un gran basamento piramidal,
compuesto por varios cuerpos inclinados superpuestos, revestidos de
losas dispuestas en filas de cuatro. Al lado se construyó un
edificio con planta de escuadra y pórticos sostenidos por pilastras
recubiertas de losas. Los pórticos estaban contiguos a los edificios
principales, que cerraban un lado de la plaza.
El edificio principal es el llamado Templo de Tlahuizcalpantecuhtli
(Venus como señora del alba, la Estrella Matutina), que es un
basamento compuesto por varios cuerpos superpuestos, formados por bajos
muros inclinados, o taludes y altas cornisas o tableros, con una decoración
en relieve, a base de estuco, en la que predominan las procesiones de
jaguares y coyotes en sentido opuesto, águilas comiendo corazones
humanos y la efigie del hombre-pájaro-serpiente, es decir del
dios Quetzalcóatl.
En la parte superior se levantaba un templo que tenía en la fachada
dos columnas con forma de serpiente, con la cabeza hacia abajo y la
cola hacia arriba, que sostenían los arquitrabes. El resto del
templo tenía cuatro altas pilastras, labradas con figuras de
guerreros provistos de atlatl o estolicas, dardos, escudos y pectorales
en forma de mariposa; símbolos de la tierra, y otros motivos.
Por detrás de este edificio había un alto muro, rematado
con caracolas cortadas por la mitad (símbolo del viento) y un
ancho friso decorado con bajorrelieves y rematado con cenefas de grecas.
El motivo fundamental era una serpiente engulléndose a un ser
esquelético (simbolizando la Tierra tragándose a Venus).
Después del templo de la Estrella Matutina viene el llamado Palacio
Quemado, con su pórtico de pilastras recubiertas por cuatro
grandes losas. En su interior se observan dos modalidades: la presencia
de altares en cuyo frente hay un Chac Mool, y las banquetas adosadas
a los muros, formadas por talud, cornisa y friso con bajorrelieves pintados.
Los bancos o banquetas re producen procesiones de guerreros y sacerdotes
con lujosa indumentaria, mientras que los Chac Mool representan a guerreros
recostados, con un recipiente sobre el vientre, esperando los corazones
humanos del sacrificio.
Probablemente fue un edificio administrativo, utilizado para reuniones,
recepciones y asuntos tributarios. También debió de servir
de lugar para jugar al patolli, ya que en el suelo estan señaladas
tres planchas para este juego.
En el periodo de preeminencia de Tula, el asentamiento de Cholula,
en la región mexicana de Puebla, estaba en auge. La riqueza y
el prestigio de la ciudad eran tales que su pirámide fue reconstruida
hasta una altura de 55 metros. Esto hace pensar a algunos historiadores
si en realidad Cholula era una aliada o una rival de Tula.