1. Introducción a la cultura
islámica.
El
Islam, tras el judaísmo y el cristianismo, es la tercera de las
grandes religiones monoteístas, surgidas en el Próximo
Oriente. Su irrupción en la historia se computa a partir del
día 16 de julio del año 622 de la era cristiana, fecha
en que Mahoma (Muhammad ibn Addallah) se expatrió desde la Meca
hasta Yatrib (Medina). Esta expatriación o 'hégira' es
el acontecimiento que determina el inicio del calendario religioso islámico.
El libro sagrado del Islam es el Corán, donde se contiene la
palabra de Dios (Allah), revelada por medio del arcángel Gabriel
al profeta Mahoma.
Si ninguna cultura puede comprenderse
sin considerar el hecho religioso, en el mundo islámico el fenómeno
religioso impregna toda la vida de la comunidad. No existe diferencia
entre lo laico y lo religioso. Por la misma razón los rasgos
esenciales del arte islámico están configurados por la
fe musulmana, son consecuencia directa del concepto de divinidad.
El concepto de la divinidad en el Islam
no permite su representación en imágenes, aunque no lo
prohíbe expresamente el Corán. Dios es inasible por los
sentidos, su esencia es inaprensible. De Él sólo conocemos
sus nombres y sus atributos. Pero la inexistencia de imágenes
de la divinidad se suple con la presencia de uno de sus atributos divinos,
la palabra contenida en el Corán y revelada en lengua árabe.
Las inscripciones en árabe juegan en el arte islámico
el papel equivalente al de las imágenes en el arte cristiano.
La decoración islámica se sobrepone a todas las superficies,
creando un continuo decorativo sobre suelo, muros y techos, a la vez
que se prolonga en el mobiliario, alfombras y tapices. En la decoración
lo esencial es el ritmo, de carácter repetitivo, basado en series,
una repetición rítmica de los mismos motivos. Todo transmite
sensación de reposo, de armonía interior.
Los elementos básicos de la
decoración musulmana son tres: la caligrafía, los motivos
vegetales y los motivos geométricos. Pero las inscripciones árabes
no juegan sólo un papel ornamental sino también iconográfico,
funcionando como sucedáneo de la imagen religiosa.
2. El arte hispano-musulmán
En España, la rápida
caída del reino visigodo en el año 711, permite el asentamiento
del Islam en la península ibérica durante ocho siglos,
hasta el año 1492 en el que el reino nazarí de Granada
capitula ante los Reyes Católicos.
La presencia del Islam sobre el solar
hispánico diferencia en profundidad la historia medieval española
de la europea occidental. Durante estos ocho siglos, España queda
dividida entre la Cristiandad y el Islam, dos mundos política
y religiosamente enemigos, que se enfrentarán militarmente sobre
las tierras hispánicas. Pero la historia de la Reconquista enmascara
otra historia más rica y enriquecedora, la de los contactos de
civilización entre musulmanes y cristianos. En un primer momento
comunidades de cristianos (mozárabes) y de judíos vivirán
como tributarios bajo dominio musulmán, mientras que bastantes
cristianos se convertirán al Islam (muladíes). Con posterioridad,
cuando la balanza política se inclina al lado cristiano, serán
los musulmanes (mudéjares) y los judíos quienes vivan
sometidos a los reyes castellanos y aragoneses.
Los tres primeros siglos de la presencia
del Islam en España (VIII al X) suelen dividirse desde le punto
de vista de la historia política en tres periodos. El primer
periodo, el más corto (711-756), suele conocerse como el emirato
dependiente de
Damasco, porque al-Andalus [Nota
1] es gobernada por walíes con poder delegado del
califato omeya; son los momentos de la conquista, y de la expansión
del Islam en España, así como de las luchas y rivalidades
entre los diferentes clanes árabes.
Este periodo termina con la llegada a al-Andalus de Abderraman I (Abd
al-Rahman I). Aprovechando las fuertes luchas internas entre los clanes
árabes Abderraman I entra en Córdoba en el año
756, haciéndose proclamar emir, fecha con la que se inicia el
periodo conocido como emirato independiente de Córdoba. Era un
sistema de gobierno de poder político absolutamente autocrático
e independiente del califato abbasí de Bagdad, al que sin embargo
se le reconocía la jerarquía religiosa del Islam.
Esta situación termina en el año 929, cuando Abderraman
III se proclama califa y príncipe de los creyentes, concentrando
en la figura del califa el poder político y religioso. Se inicia
así el periodo de esplendor del califato cordobés, que
se mantiene hasta el año 1008, con la muerte de Abd al-Malik,
el hijo de Almanzor, que dará lugar a las guerras civiles y a
la descomposición del califato cordobés.
3. La Mezquita como lugar de oración
La palabra deriva del árabe
maschid, que significa 'un lugar donde uno se postra (frente
a Dios)'.
Existe en el Corán la obligación colectiva de la plegaria
ritual, una vez a la semana, al mediodía del viernes. Para ello
el Islam ha creado un edificio, la mezquita. La mezquita del viernes
o gran mezquita, con capacidad para reunir a toda la comunidad, recibe
el nombre de mezquita aljama.
La mezquita no es un templo en sentido estricto, es tan sólo
un lugar para la oración, ya que el Islam es una religión
que carece de culto y de clase sacerdotal. Por ello el iman no
es otra cosa que el director de la plegaria colectiva.
Su estructura consta de:
a) Patio o Sahn,
porticado, con una fuente para las abluciones o sabil (palabra
árabe que significa fuente pública) servía para
purificarse antes de entrar en el haram. También, antes de entrar
al templo, hay que descalzarse para evitar la posibilidad de que sustancias
impuras se depositen en el suelo de la mezquita.
b) Sala de oración o
haram, generalmente estructurada en naves, paralelas y/o
perpendiculares al muro de la quibla, que a su vez está
orientado hacia la Meca.
En la quibla, generalmente en el centro,
se abre un santuario o nicho: el mihrab. Su función
no está clara, puede servir para señalar la dirección
hacia la que hay que orientarse al orar o, por otra parte, puede simbolizar
el lugar en el que se colocaba el primer imán para dirigir la
oración (Mahoma).
La macsura, se halla
delante del mihrab. Es un espacio pequeño y delimitado reservado
al príncipe o al califa, que está en el centro de la quibla,
lo más cerca posible al mihrab. Así evita posibles atentados
al príncipe y marca las diferencias entre el príncipe
y sus súbditos. Próximo al mihrab se halla el mimbar,
es un pulpito oficial desde el cual el imán predica y dirige
la oración.
c) El alminar o minarete desde
donde el almuédano o muecín llama a la oración.
Es el único elemento vertical de la arquitectura musulmana. Es
único y esta adosado a la mezquita
4. La Mezquita de Córdoba
Es uno de los edificios fundamentales
del arte islámico universal. Construida sobre una antigua iglesia
visigoda (San Vicente), la mezquita de Córdoba ha sufrido numerosas
alteraciones y adiciones hasta llegar a ser lo que es hoy.
Su
construcción fue iniciada a finales del siglo VIII (785), bajo
Abderraman I. Se Organiza un templo de 11 naves perpendiculares
a la quibla, y para ganar altura y obtener por tanto mayor luminosidad,
se disponen una serie de soportes superpuestos. Columnas que soportan
pilares enlazados con arcos de medio punto en la parte superior y de
herradura en la parte media.
En la primera mitad del siglo IX, Abderraman II, la amplia derribando
la antigua quibla.
Posteriormente, en el siglo X, Abderraman
III, amplia el patio (Patio de los Naranjos) y construye el alminar.
Más tarde, también en
el siglo X, Alhaquen II inicia la gran reforma de la mezquita,
se vuelve ampliar tirando el muro de la quibla. En la macsura se disponen
magníficas bóvedas de crucería y mosaicos de artistas
bizantinos y musulmanes. Al mismo tiempo que se prodiga una fastuosa
decoración con motivos vegetales y epigráficos.
Ya en los últimos decenios del
siglo, Almanzor amplia la mezquita en sentido lateral, añadiendo
8 naves, dando lugar a una mezquita de 19 naves, y sigue con la decoración
de la gran reforma de Alhaquen II. Los capiteles muestran una extraordinaria
variedad: jónicos, corintios, compuestos. Casi todos ellos eran
romanos o visigodos.
En el siglo XIII (1236) la mezquita
fue convertida en Catedral. La planta de la mezquita es un rectángulo
que mide 180 por 130 metros, tiene en total una extensión de
23400 m2.
Nota
1: Los escritores árabes utilizaron siempre le término
al-Andalus para referirse al territorio español dominado por
los musulmanes, de manera que la expresión al-Andalus equivale
estrictamente a la de España musulmana o a la de Islam español.
Bibliografía utilizada para
elaborar este escrito:
G. BANGO, I, y BORRÁS, G.: Arte
bizantino y Arte del Islam, Conocer el Arte nº 3, Historia
16, Madrid, 1996.
OLEG GRABAR.: La formación
del Arte Islámico, Cátedra, Madrid, 1990.
BORRÁS, G.: El Islám.
De córdoba la Mudéjar, Introducción al Arte Español,
Sílex, Madrid, 1997.
Índice iconográfico
1- Miniatura s XIII.
2- Pendon de Navas de Tolosa, 1212-50.
3- Yeseria con inscripciones cuficas, 1369, la Alhambra, Granada.
4- Vista de la Mezquita de Córdoba.
5- Interior de la Mezquita de Córdoba 785-988.
6- Mezquita de Córdoba, Arcos lobulados, 962-967.
7- Vista de una ventana de la ventana de Córdoba.