Luisa Ignacia Roldán de Mena-Ortega,
nació en Sevilla el 8 de Septiembre de 1652. Era la cuarta de
los ocho hijos que tuvo el matrimonio formado por Pedro Roldán
y Teresa de Mena. Fue bautizada en la iglesia de Santa Marina, en Sevilla.
Su padre, Pedro Roldán (1624-1699) era un afamado escultor del
barroco andaluz. Se formó en Granada con Alonso de Mena. Un escultor
vinculado estrechamente con la obra de otros artistas como Murillo y
Valdés Leal. En 1647, se traslada a Sevilla donde abre su propio
taller. De todos sus hijos fue Luisa la que mejor captó sus enseñanzas,
pero no fue la única en dedicarse al oficio de la escultura puesto
que sus hermanas, Francisca y María también lo hicieron.
En el taller de su padre aprendió las técnicas del trabajo
en madera, piedra y barro y el empleo de la pintura, el dorado y el
estofado de las imágenes.
Luisa siempre fue una niña algo despierta y a la que no le gustaba
mucho obedecer de forma ciega a todo lo que le dijesen. Tanto es así,
que decide casarse con un asistente del taller de su padre, Luis Antonio
de los Arcos, con la oposición absoluta de su progenitor. El
asunto de su boda llegó incluso a los tribunales, pero estos
a pesar de la época en la que sucedió, le dieron la razón
a ella y terminó contrayendo matrimonio el 25 de diciembre de
1671 en la Iglesia de San Marcos de Sevilla.
Una vez casada abre su propio taller, donde ella es la maestra y su
marido el ayudante. Entre 1675 y 1683, cuatro de sus seis hijos mueren,
la mayoría apenas alcanzó el segundo año de vida.
Los que sobrevivieron, Francisco José Ignacio y Rosa María
Josefa, no se dedicaron al oficio materno.
En el año 1684, esculpe para el Convento de los Carmelitas en
Cádiz, su primera obra maestra documentada, un Ecce Homo (hoy
día en la catedral de Cádiz). La figura muestra a Cristo
como víctima de torturas que está sufriendo, con las facciones
del rostro descompuestas y la boca abierta para lanzar un grito desesperado
de dolor, las manos atadas agarran el manto de púrpura.
En 1687 es contratada por el cabildo
de la Catedral de Cádiz para hacer las figuras para el nuevo
monumento de la Templo.
Entre 1687 y 1700 realiza numerosas obras entre las que caben destacar:
Virgen de la Soledad de la Cofradía del Santo Entierro de Puerto
Real (Cádiz); San Servando y San Germán; María
Magdalena para la Hermandad del Nazareno de Cádiz o Jesús
Nazareno de Sisante (Cuenca).
En
1688 se trasladan a Madrid. Son años difíciles donde ella
trabaja para ganarse un puesto en el difícil mundo de la escultura,
un mundo hostil y competitivo, y aun más si hablamos de una mujer.
Pero sus esfuerzos se ven recompensados, ya que el día 15 de
octubre de 1692, se convierte en escultora de cámara del último
rey de los Habsburgo, Carlos II. Pasa a ser la primera mujer en conseguir
tal puesto. A pesar de todos los reconocimientos y fama, nunca tuvo
una posición económica holgada. España en esos
tiempos estaba sumida en una tremenda crisis, la desastrosa situación
económica y la crisis política y social heredadas del
reinado de su padre Felipe IV unida a la ineficacia e incapacidad de
los gobernantes acrecentaron la crítica situación de España
y en especial de Castilla dando lugar a una serie de devaluaciones monetarias
que alcanzaron la cima con la deflación de la moneda de vellón
en 1680 y la posterior caída de la actividad económica,
a todo esto hay que sumarle las numerosas guerras y la pompa desmesurada
de la Corte, todo ello contribuyó a vaciar las arcas. La escultora
escribió varias misivas al rey pidiéndole en un principio
un sueldo, más tarde le solicita un lugar donde vivir puesto
que al no ser pagada no tiene como costear un lugar donde habitar con
su familia, por último, al no ver respondidas sus cartas, escribe
a la reina Mariana de Neoburgo: ‘que por estar pobre y tener dos
ijos lo pasa con gran estreches pues muchos dias le falta para lo preciso
del sustento de cada dia y por esto mas precizada a pedir a Vuestra
Majestad se tenga por serbida mandar se le de una racion de especies
para que tenga su nesecidad algun alibio’, la reina otorgó
que se la concedieran 25 doblones. Pero las penurias de ‘La Roldana’
continuarán, ya que el 1 de noviembre de 1700, Carlos II muere,
por lo que queda sin mecenas.
En octubre de 1701, es nombrado rey de España a Felipe V, quien
será el primer rey de la Casa de Borbón en reinar en España.
El nuevo rey, también deposita su confianza en la escultora y
le otorga nuevamente el puesto de escultora de Cámara, aunque
si bien es cierto no es por motu propio, sino que es ella quien lo solicita
y el Marqués de Villafranca intercede por ella. Pero las penurias
económicas siguen exactamente igual que con Carlos II, la situación
de la familia de Luisa empeoraba cada vez más. De nuevo, la escultora
escribió cartas a la Casa Real, pidiendo el pago de obras de
arte que ya habían sido entregadas.
La gran escultora del siglo XVII murió según un escrito
de Palomino, ‘por los años de 1704 en esta Corte, y apenas
a los cincuenta años de edad’, a pesar de sus éxitos
y fama, en la pobreza.
De su estilo como escultora, se puede decir que es barroquizante, esta
característica la aprende en el taller de su padre, sin embargo
ella la lleva a unas formas de expresión más marcadas,
más sentimentales, a veces tierna, siempre selladas por un barroquismo
dinámico, logrado con melenas de cabello y ropajes ondeando.
Trabajó el barro y la madera, material con el que ella logra
sus mayores logros. Sabe imprimir a las imágenes un tono humano
y sensible, es perceptible en la delicadeza con que trabaja las carnaciones
de los personajes bien en las manos bien en los rostros. Sus temas son
eminentemente religiosos, esculpe belenes, ángeles, temas marianos...
Inmersa en el ambiente contrarreformista español, su producción
escultórica se centra en la temática religiosa representando
temas de la Pasión de Cristo, de Jesús Niño, de
la Vida de la Virgen, la Sagrada Familia y los Santos.
Son muchas las esculturas que realizó, pero no todas han sido
reconocidas, algunas se las han atribuido a otros artistas y otras aún
no están claras. Lo que si es seguro que se trató de una
de las mejores artistas del barroco español.
Bibliografía
- GARCÍA OLLOQUI, María
Victoria.: La iconografía en la obra de Luisa Roldán,
Sevilla, A. G. Rodriand, 1989.
- GARCÍA OLLOQUI, María Victoria.: Luisa Roldán,
la Roldana, Nueva Biografía, Sevilla, Guadalquivir, 2000.
- GARCÍA OLLOQUI, María Victoria.: La Roldana,
Sevilla : Diputación de Sevilla, 2003.
- MARTÍN GONZALEZ, Juan José.: Escultura barroca en
España, 1600-1770, Manuales de Arte Cátedra, Madrid,
1983.
- PALOMINO DE CASTRO Y VELASCO, Antonio.: El Museo Pictórico
y Escala Óptica, Madrid, 1715. Edición Aguilar, Madrid,
1947.