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Monet coleccionista en el Musée Marmottan de Paris
Redacción Homines.com
18/09/2017


Claude Monet llegó a acumular gran cantidad obras de artistas contemporáneos, pero apenas las enseñó, ni tampoco habló de ellas. Solo lo hizo en 1924, dos años antes de su muerte en una conversación con el escritor Marcel Tendron, que trabajaba en un libro sobre él, donde dijo: “Yo también tengo mi colección. Durante mucho tiempo tuve que contentarme con ver esos cuadros de paso, porque no podía comprarlos. Pero soy un egoísta. Mi colección es solo para mí… y para algunos amigos. La guardo en mi habitación, alrededor de mi cama”.

La exposición del Museo Marmottan de París expone ahora este aspecto desconocido de su vida, la de coleccionista. La muestra ha conseguido reunir gran parte de esa colección, en la que pueden verse lienzos de Delacroix, Manet, Caillebotte, Pissarro, Rodin, Signac, Toulouse-Lautrec, Cézanne o Renoir. Reunir estas piezas no ha sido nada fácil, tal y como explicó Marianne Mathieu, conservadora jefa del museo y comisaria de la muestra, “ha sido casi una investigación policial”. “Tras la muerte del pintor, su colección quedó desmembrada. Muchos de los cuadros que la integraban fueron vendidos por su hijo”. Sobre todo las piezas más cotizadas, como los Corot, los Renoir o los Cézanne. Lo que le quedó, lo legó íntegramente al morir en 1966 al museo Marmottan, que alberga el mejor fondo mundial de la obra de Monet.

  

Otro obstáculo con el que se han encontrado ha sido la desaparición de la lista de obras que formaban parte de la colección. Desapareció en 1940 en el bombardeo de los archivos notariales donde se guardaba durante la Segunda Guerra Mundial. Por lo que se tuvo que empezar casi de cero, “Revisamos inventarios previos, correspondencia privada, catálogos de subastas y artículos de prensa”, explica la comisaria. Mathieu, junto a Dominique Lobstein, historiador del arte, han dedicado más de tres años en realizar un nuevo inventario, localizando las obras y tramitando préstamos que muchos daban por casi imposibles. Lograron cerrar un listado de 125 obras, que forman parte de colecciones públicas y privadas. La muestra ha conseguido concentrar 77 de ellas. Proceden de instituciones como el Museo de Orsay, la National Gallery de Washington, el Moma o el Metropolitan de Nueva York. Hay que destacar el préstamo del Museo de Bellas Artes de San Francisco que ha cedido La argelina, exuberante retrato de Renoir. Por su parte, el Museo de Arte de Sao Paulo ha accedido a ceder El negro Escipión, un impresionante óleo de Cézanne.

La muestra también reúne obras que, hasta ahora, se desconocía que formaban parte de la colección de Monet. Este es el caso de una pequeña escultura de Rodin que se ha hallado en una colección privada francesa, y que se expone ahora en público por primera vez. En el reverso, cuenta con una dedicatoria que confirma su procedencia: “Al gran maestro Monet. De su amigo, Rodin”.

  

El recorrido refleja las distintas etapas con las que se fue haciendo la colección. Monet formó su colección en tres tiempos. Primero con los regalos de otros artistas, luego con los intercambios entre colegas y finalmente con las compras cuando ya era un pintor famoso y adinerado.

Las primeras salas recogen retratos familiares regalados por otros pintores. Destaca la única representación de Monet con su esposa, Camille, obra inconclusa de Manet. Posan en el barco-taller en el que el artista vivía y trabajaba; o el retrato que le realizó Carolus-Duran,donde lo inmortaliza con un sorprendente uniforme militar.

También pueden verse las donaciones de su amigo Caillebotte, como unos crisantemos testimonio de su afición conjunta a los jardines, o 'Campesinas plantando ramas' con que Pissarro pagó parte de un préstamo que le concedió Monet para que construyera su casa. También figuran dos pequeñas esculturas eróticas de Rodin.

    

Cuando tuvo suficientes medios para empezar a comprar obras, se decidió por sus maestros: acuarelas del romántico Delacroix, pero también pequeños formatos de Jongkin y Boudin, considerados precursores del impresionismo por haber sido de los primeros en pintar al aire libre. Después, se centró en Renoir y Cézanne .“En esas obras busca una mirada complementaria. Compra cuadros de quienes tienen las mismas preocupaciones pictóricas, aunque encuentren soluciones diferentes a las suyas. En toda la colección no hay una sola obra que se parezca a lo que hace Monet”, asegura Mathieu. Sin embargo, su curiosidad no fue más allá, en la colección no hay ni rastro del cubismo, el fauvismo, y todavía menos del dadaísmo.

En definitiva, esta muestra permite conocer los gustos y debilidades de este genial pintor francés, a través de su colección secreta de la que poco se conocía hasta ahora.


Monet coleccionista (Monet collectionneur)

Musée Marmottan Monet
2 rue Louis Boilly, 75016 Paris, Francia
Desde el 14 de septiembre de 2017 hasta el 14 de enero de 2018

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