Muchos son los artistas que se están
solidarizando con la crisis tan brutal que está sucediendo con
los refugiados, son tantos los que huyen de la barbarie que cualquier
ayuda es poca. Pero no sólo es la ayuda que aportan estas iniciativas
lo importante, es darle visibilidad al problema que subyace: la falta
de sensibilidad, de humanidad que el resto de los que no sufren esta
sin razón tienen.
Pero sin duda, el más comprometido con esta causa es el artista
chino Ai Weiwei (Pekín, 1957), instalado en Berlín desde
que el régimen de su país le devolvió el pasaporte
tras cuatro años retenido.
Su involucración
comenzó el 17 de septiembre del pasado año, cuando junto
al artista angloindio Anish Kapoor, lideraron una marcha por el centro
de Londres exigiendo “respuestas humanas y no solo políticas”.
Cerca de un centenar de manifestantes caminaron más de 11 kilómetros,
desde la Royal Academy of Arts, donde Ai inauguraba una exposición
ese fin de semana, pasando por delante de enclaves como el número
10 de Downing Street, residencia del primer ministro británico,
la plaza de Trafalgar o la catedral de San Pablo, para terminar en la
torre Orbit, en el parque olímpico de Stratford, obra de Kapoor.
A principios de año abrió un estudio en Lesbos, en el
mar Egeo, donde desembarcan más de la mitad de refugiados que
llegan desde Turquía. En él quiere desarrollar distintos
proyectos que den fe de esta crisis, además de erigir un memorial
“para suscitar una toma de conciencia”. "Estamos viviendo
un momento histórico desde cualquier punto de vista. Como artista,
quiero implicarme más, quiero crear obras que guarden relación
con la crisis y concienciar sobre la situación".
La polémica restricción de derechos de los refugiados
aprobada el 26 de enero por el Parlamento danés, por la que confiscarán
los bienes a los solicitantes de asilo indignó a Ai Weiwei. Como
protesta cerró su exposición Rupturas, que albergaba
la Faurschou Foundation de Copenhague: "Tendré que retirarme
de la exposición para expresar mi protesta contra la lamentable
decisión del Gobierno danés", escribía el
artista en sus perfiles de Instagram y Facebook, donde también
dijo estar "muy sorprendido con la medida". También
retiró Yu yi, una figura humana de 12 metros hecha de
bambú expuesta en el museo de Aros, al oeste del país.
A
comienzos de febrero, Weiwei se fotografió como Alan Kurdi, el
niño sirio de tres años que apareció muerto en
una playa cerca de la localidad turca de Bodrum en septiembre del año
pasado, tras el naufragio del bote en el que intentaban llegar a Grecia.
La fotografía que reproduce aquella trágica imagen fue
tomada en la isla de Lesbos, donde el artista está creando un
monumento en memoria de los refugiados con el que busca resaltar las
dificultades por las que atraviesan.
La imagen formaba parte de una iniciativa de la revista India Today,
cuyo equipo pasó 48 horas con el artista trabajando en la producción
de la fotografía, a la que califican como un tributo a la "trágica
y eterna" imagen de Alan Kurdi. "De alguna manera, todos somos
refugiados. No soy un artista chino sino un artista humano, un defensor
de los derechos humanos y eso es una cosa hermosa para defender y una
condición que no podemos permitirnos el lujo de perder",
dijo Ai en una declaración a la revista.
Durante la gala
del Cinema for Peace que forma parte de la Berlinale de este año
que se llevó a cabo en el Konzerthaus berlinés, Ai repartió
a los ilustres invitados, entre los que se encontraban Charlize Theron,
Nadya Tolokonnikova de Pussy Riot, Mirja du Mont o Regina Halmich, mantas
térmicas como las que se les entregan a las miles de personas
que llegan a Idomeni y les pidió que se hicieran selfies, todo
ello para poner de nuevo el acento sobre las penalidades de los refugiados
y que no se olviden de ellos. Está claro que es simplemente una
llamada de atención, aunque en muchos medios esto no ha sido
entendido y fue muy criticado. El artista, sin embargo, sostiene que
estas acciones son "un gesto en la defensa de la dignidad de los
refugiados."
Ese mismo mes, cubrió las columnas de la Konzerthaus,
la más importante sala de conciertos de la capital alemana, con
chalecos de salvamento usados por los refugiados para alcanzar la isla
griega de Lesbos, en recuerdo a millones de personas que huyen de la
guerra. En Praga Ai Wei envolvió su obra Cabezas del Zodiaco,
instaladas frente a la National Gallery, y que forman parte del 220
aniversario de la institucióncon, con mantas térmicas
para protestar por la pasividad de Europa ante el sufrimiento de los
refugiados.
El 12 de marzo llevó
al campamento de Idomeni un piano blanco que dispuso en mitad del barro,
bajo la lluvia y tapado con una lona de plástico para que una
joven refugiada siria pudiera tocar, Ai advirtió de que no se
trataba de "ninguna actuación ni de ningún concierto"
sino de la vida en sí misma. "Esta chica estudió
piano durante mucho tiempo y hace tres que tuvo que dejar de tocar a
causa de la guerra". "El arte vencerá a la guerra",
expresó Ai Weiwei ante los periodistas.
La última llamada de atención
hasta la fecha de Weiwei fue el pasado 17 de marzo cuando, como cualquier
otro integrante del campamento de Idomeni [Nota
1], hizo cola para que Majet Fehan, un barbero sirio,
que pidió le cinco euros, le tallarse la barba y recortarse el
cabello: "Necesitaba cortarme el pelo, hacía tiempo que
no lo había hecho y creo que era un buen momento. Por supuesto,
es simbólico. Todo lo que hacemos es simbólico"."Para
mí, significa dejar un poco de mi cabello en esta tierra",
añadió.
Índice iconográfico
1.Ai Weiwei y Anish Kapoor liderando la marcha por los refugiados en
Londres
2. Ai Weiwei y Anish Kapoor liderando la marcha por los refugiados en
Londres, fotografía deBen Pruchnie/Getty Images Europe.
3. Ai Weiwei y Anish Kapoor liderando la marcha por los refugiados en
Londres, fotografía de Mat Smith.
4-5. Ai Weiwei y Anish Kapoor liderando la marcha por los refugiados
en Londres, fotografía deBen Pruchnie/Getty Images Europe.
6. Ai Weiwei y Anish Kapoor al término de la marcha por los refugiados,
fotografía de P A Black © Artlyst 2015.
7. Exposición Rupturas, en la Faurschou Foundation de
Copenhague clausurada por el propio artista en respuesta a la ley aprobada
por el Parlamento danés por la que confiscarán los bienes
a los solicitantes de asilo.
8. La obra de Ai Weiwei Yu Yi, una figura humana de doce metros
hecha de bambú.
9-10. Ai Weiwei como Alan Kardi, fotografia de Rohit Chawla para India
Today.
11-13. Cientos de los chalecos salvavidas usados por los refugiados
para alcanzar las costas europeas cubren las columnas del Konzerthaus
de Berlín, como parte de una instalación de Ai Weiwei.
14-16. Ai Weiwei en Praga con sus Cabezas del Zodiaco cubiertas
con mantas térmicas.
15. Invitados a la Cinema for Peace Festival, Konzerthaus,
Berlín, 2016 durante la intervención artística
de Ai Weiwei.
16. Charlize Theron, Nadya Tolokonnikova de Pussy Riot, Sarah Wiener
y otros invitados durante la intervención artística de
Ai Weiwei en Cinema for Peace Festival, Konzerthaus, Berlín,
2016.
17. Mirja du Mont y Regina Halmich envueltas en mantas térmicas
durante la intervención artística de Ai Weiwei en Cinema
for Peace Festival, Konzerthaus, Berlín 2016, fotografía
de Brewer.
18-20 Ai Weiwei en Idomeni donde hizo cola para que Majet Fehan, un
barbero sirio le cortase el pelo.
21-23. Ai Weiwei en Idomeni donde llevó un piano para que una
chica tocase.
Nota
1: Idomeni en una pequeña localidad del municipio griego
de Peonia, situado en la frontera de este país con la República
de Macedonia. Es aquí donde se ha dispuesto un campamento donde
al menos catorce mil personas continúan bloqueadas, viviendo
en condiciones durísimas, a la espera de una hipotética
reapertura de la frontera con Macedonia.
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