ESTAMOS DE ANIVERSARIO
Este año 2008 se cumplen 40
años de lo que conocemos popularmente como ‘revolución
del 68’. En ese momento un grupo de estudiantes universitarios
iniciaron una protesta en forma de huelga a la que, en principio, no
se le dio mucha importancia, pero que poco a poco se fue contagiando
hasta otros sectores, atrayendo más estudiantes y trabajadores,
sumiendo en el caos a Francia a lo largo del mes de Mayo y demostrando
el verdadero potencial que tiene el pueblo cuando se decide a iniciar
una reivindicación.
Se protestaba contra un sistema anclado donde los medios de comunicación
estaban manipulados, se criticaban los abusos del capitalismo que había
multiplicado por tres la producción y las ventas pero que mantenía
unos sueldos míseros para unos obreros que veían que el
reparto no se hacía de forma correcta y digna para sus personas
y su trabajo, había una verdadera explotación laboral.
Lo que en su comienzo parecía un hecho aislado en la Sorbona
se fue extendiendo como la pólvora culminando en huelgas generales
que paralizaron el país y dieron un fuerte toque de atención
a los gobernantes sobre su forma de desarrollar una política
más social y más justa.
Muchos de los estudiantes que participaron en las revueltas estaban
influenciados por las ideas de la Internacional Situacionista, a la
cabeza de la misma se encontraba Guy Debord y entre sus ideales propugnaban
un tipo de marxismo que acabara con la dominación capitalista
y con la sociedad de clases empezando desde cero. Me refiero a que eran
conscientes no solo del desigual reparto que estaba haciendo el capitalismo
sino de las atrocidades perpetradas por Stalin en la Unión Soviética,
de sus asesinatos indiscriminados, de los Gulag y de la caída
de un sistema que no se había desarrollado correctamente sino
que se había convertido en una dictadura perversa y asesina [Nota
1].
Este espíritu de protesta general será el que poco después
se materialice en el surgimiento de movimiento punk, popular pero no
masivo, que supo hacerse con un espacio alternativo y que influyó
a otros estilos artísticos como el happening o el conceptual,
gracias a su mezcla de inconformismo radical y sus dosis de espectáculo.
Uno de sus grupos mas representativos sino el que más fueron
los Sex Pistols, cuyo director artístico, Jamie Reid había
participado como un estudiante más en la revuelta del 68. La
‘actitud’ del grupo, la rebeldía de las letras de
sus canciones representan a la perfección el espíritu
del movimiento situacionista.
En el ámbito artístico la revolución del 68 también
tuvo una gran importancia, el arte debía servir como método
de movilización e información, ya que los medios de comunicación
estaban controlados por el poder y publicaban aquello que a los que
mandan les convenía para orientar a la masa. Había que
moverse rápido y llegar a la mayoría de público
posible. El cartel era la forma más rápida y barata de
poder desarrollar un trabajo escueto que tuviera la capacidad de movilización
necesaria para que las diferentes convocatorias tuvieran éxito.
Dibujos primero en papel, pero cuando este se agotó en hojas
de periódico, invitaban junto con los lugares de encuentro y
alguna que otra frase, a participar de forma activa y conseguir ‘cambiar
el mundo’.
Las propias galerías también se implicaron en esta reivindicación
favoreciendo la difusión de los carteles y exponiendo algunos
de los artistas que ofrecieron a los estudiantes su valiosa colaboración
para transmitir su mensaje.
Con ello podemos atisbar el nacimiento de un arte reivindicativo (que
ya da sus primeros pasos con el manifiesto por el nuevo realismo firmado
en 1960 y algunas manifestaciones pop y neodadá), de un arte
que no se mantiene indiferente, que no busca solo lo decorativo o lo
estéticamente bello sino que intenta transmitir un mensaje, tocar
la fibra sensible, atraer al espectador sobre aquellos aspectos que
los medios de comunicación ocultan, sobre aquellas cosas o hechos
que el poder no quiere que lleguen a la opinión pública.
Un arte que incita a la reflexión, que busca la participación
activa del espectador, que debe pensar lo que ha ocurrido antes y lo
que viene después, de multitud de artistas que además
de crear una obra transmiten un mensaje que no deja indiferente al que
lo contempla [Nota 2].
Un arte que agita socialmente y que es capaz de construir una sociedad
futura mejor.
LA CRUDA REALIDAD
Cuarenta años después
nos enfrentamos a una nueva edición de la Feria de ARCO y repasamos
si queda algo de la influencia de la revolución del 68 y del
giro que supone en el ámbito artístico este hecho para
una nueva concepción de las obras. Y el paseo por los diferentes
pabellones es decepcionante. A lo largo de los últimos cinco
años los movimientos de los galeristas han sido mínimos,
las apuestas arriesgadas han dejado de verse, el arte parece amanerado,
lleno de colores cada vez más llamativos y con un mensaje exiguo
o inexistente. Parece que de miedo ese riesgo, tanto que es muy difícil
encontrar alguna novedad, algo distinto, que llame realmente nuestra
atención. Los artistas son los mismos, repetidos unos y otros,
ya conocidos, [Nota 3]
algunos con buenos trabajos, pero ya los hemos visto [Nota
4]. Ese espíritu que acompañó a los
estudiantes en mayo del 68, esas galerías que se atrevieron,
que arriesgaron y dieron carta libre difundiendo los trabajos de esos
artistas ha desaparecido por completo, se ha sustituido por un conformismo
donde el capitalismo ha triunfado de forma rotunda, donde solo importa
salvar la cara con un stand decente y llenarlo de puntos rojos.
- Pero tú, ¿en qué mundo vives?
Quizás podría preguntar alguien con toda razón.
Pues tal vez en uno imbuido por un espíritu de inconformismo,
donde se ven los defectos del sistema y se busca cualquier forma o medio
para poder expresarlo. Un mundo rebelde.
Pese a esta desazón general apuntemos algunas de las obras o
artistas más destacados de esta feria del año 2008 con
nuevos pabellones a medio rematar, pasillos mas anchos para los VIP
(clientes y galerías) y separados del mundanal ruido en el piso
primero un ‘totum revolutum’ de galerías menos VIP
(pero quizás con trabajos más interesantes), revistas,
instituciones y espacios para conferencias y performances.
Uno de los stands más interesantes, no por la novedad de sus
obras ha sido el de la Galería Espacio Mínimo, Enrique
Marty siempre sorprende en la feria, sus figuras desnudas y
laceradas no paraban de recibir fotografías, incluso uno de sus
personajes en el aire con el estomago abierto recordaba la escena donde
el protagonista de la película ‘El Silencio de los Corderos’
da buena cuenta de los órganos internos de uno de los policías
que le custodia antes de emprender la fuga.
Junto a Marty, las fotografías de Erwin Olaf
y una impresionante instalación de uno de los triunfadores (en
cuanto a presencia y contundencia de la las obras) de esta feria, el
flamenco Jan Fabre. A medio camino entre la taxidermia
y la obra de arte nos presenta una instalación que ya pudimos
contemplar en la pasada Bienal de Venecia con multitud de gatos clavados
o atrapados por cristales junto a cuencos de leche, trozos de metal
y un sonido realmente inquietante.
En la Galería T20 Eugenio Merino lleva varios
años mostrándonos esculturas a medio camino entre el realismo,
la ironía y el nulo posicionamiento político por parte
del artista, lo cual se agradece bastante. Este año nos presenta
una escultura hiperrealista del Fidel Castro como un zombie, una pieza
impactante que muestra a un artista cuya evolución es la correcta
tanto en el campo artístico como en el específicamente
escultórico.
La Galería Rafael Ortiz de
Sevilla presentaba una serie de fotografías donde el español
Manolo Bautista introduce elementos extraños
en una imagen en la que aparentemente no ocurre nada, por ejemplo la
obra ‘Meeting Point’ donde aparece sobre un paisaje nevado
una bicicleta apoyada en una farola cuya parte superior está
decorada como si fuera una lámpara de diseño, llena de
cristales excesivamente bonitos para ser un elemento que está
en la calle o bien la obra ‘The New Era’ se muestra una
caravana que en vez de estar habitada por humanos parece ocupada por
un montón de cactus gigantes. La descontextualización
de objetos es una seña de identidad de una obra que merece la
pena seguir.
La Galería Sikkema Jenkins
de Nueva York tiene en su estupenda nómina de artistas a la Keniata
Wangechi Mutu que presentaba una serie que lleva por
título ‘Histología de las diferentes clases de tumores
Uterinos’, una obra del año 2006. En ella la artista se
sirve de un libro autentico de este tipo de enfermedades para en las
hojas que representan este tipo de dolencias realizar un collage con
recortes de diferentes revistas que forman figuras humanas, animales
o bien simples composiciones que sin duda hacen interesante o diferente
la obra.
Rafael Lozano Hemmer es un artista de origen mejicano
que ha desarrollado su trabajo en torno a las nuevas tecnologías,
en la feria tenía un gran pantalla de plasma dividida en dos
partes donde se colocaban en cada una de ellas 432 pequeñas imágenes
de presentadores de televisión, principalmente de programas de
información, todos hablando al mismo tiempo con lo que es imposible
enterarse de nada. La masificación de los programas informativos
y la transmisión de la información están presentes
ante un espectador abrumado por la contundencia de la pieza y que cuando
la contempla su propia sombra se proyecta sobre la pantalla iluminando
con la forma de su cara o de sus brazos a un número limitado
de presentadores.
Divertido sin duda es uno de los cuadros
de Marina Nuñez en Salvador Diaz donde aparece
el icono Damien Hirst secuestrado por un grupo anarquista o el video
de Teresa Margolles en la misma galería que
tiene una lectura interesante sobre los desaparecidos y asesinados en
las ciudades de Mexico.
De las galerías del primer piso me permito destacar a dos artistas,
Rebeca Menéndez en Espacio Líquido, con
una siniestra imagen de varias niñas que están jugando
y de forma intrigante, podemos observar como una cuerda se mete dentro
de una pared e intenta llevarse una de las decoraciones del vestido
de una de las chicas representadas en la pared del stand. Por otro lado
Diego del Pozo, en la Galería Adra Calvo, una
de las instalaciones más interesantes de la feria que lleva por
título ‘El Topo y la Anguila’, dos proyecciones,
dos dibujos de gran formato y 29 dibujos pequeños nos hablan
sobre el intercambio de afectos de dos personajes anónimos.
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Para
saber más
Nota 1: ‘Los propios situacionistas se dan cuenta de los
fallos y errores cometidos por los marxistas en la Unión Soviética,
no dejan de reparar en los crímenes de Stalin y entonces lo que
hacen es plantear de nuevo el sistema Marxista, intentando darle otra
oportunidad después del fracaso obtenido en la URSS, vuelven
la cara de nuevo a las teorías de Marx e intentan aplicarlas
de la mejor manera posible, llegando incluso a establecer diferentes
organizaciones en caso de que el estado capitalista les ofreciera la
oportunidad de hacerlo.’ T.J. Klarc y D.N. Smith ¿Porqué
el arte no puede acabar con la internacional situacionista? Publicado
en la revista Oktober 79, 1997 pag 15-31.
Nota 2: ‘De esta manera el arte de los 60 pasa a ser un
arte comprometido y reivindicativo con representaciones en diferentes
países, manifestaciones pacifistas, contra la esclavitud, contra
el excesivo consumo, contra su propio pasado como en Alemania, contra
la ruptura de un compromiso social, la utilización del arte como
mercancía…’ Baldenes Salazar, P., La estética
en las barricadas. Biblioteca de la Universidad Jaume I. Castellón
de la Plana 2006.
Nota 3: Guy Debord plasma claramente sus ideas de crítica
artística frente a una sociedad donde lo importante es el movimiento
de materias de todo tipo y donde el espectáculo comienza a plantarse
como consumo. Por tanto, para el autor, el espectáculo debe dar
al público elementos de reflexión que no le ayuden a consumir
sino a pensar sobre la situación de la sociedad que construyen.
Debord, G, ‘La sociedad del espectáculo’.
Ed. Pre-Textos. Valencia 2002.
Nota 4: ‘Los que vienen a recoger el fruto del coleccionismo
snob o del simple complejo de inferioridad no se cortan un pelo y así
vemos mucha obra decorativa insulsa y bastante fotografía estéticamente
estandarizada junto a obras lamentables’. Castro Florez, F. Del
Infierno al Cielo. ABCD de las Artes y las Letras n 837. Pag 42.
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DATOS
DEL AUTOR:
Rafael López Borrego es licenciado en Historia
del Arte por la Universidad de Salamanca, Premio Extraordinario de Licenciatura,
ha trabajado durante 8 años como profesor de Historia del Arte
Contemporáneo en la Universidad de Salamanca. Actualmente es
Coordinador de Exposiciones del Domus Artium 2002.