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ARCO 2008. ¿Un arte anclado?
Rafael López Borrego
19/02/2008


ESTAMOS DE ANIVERSARIO

Este año 2008 se cumplen 40 años de lo que conocemos popularmente como ‘revolución del 68’. En ese momento un grupo de estudiantes universitarios iniciaron una protesta en forma de huelga a la que, en principio, no se le dio mucha importancia, pero que poco a poco se fue contagiando hasta otros sectores, atrayendo más estudiantes y trabajadores, sumiendo en el caos a Francia a lo largo del mes de Mayo y demostrando el verdadero potencial que tiene el pueblo cuando se decide a iniciar una reivindicación.

Se protestaba contra un sistema anclado donde los medios de comunicación estaban manipulados, se criticaban los abusos del capitalismo que había multiplicado por tres la producción y las ventas pero que mantenía unos sueldos míseros para unos obreros que veían que el reparto no se hacía de forma correcta y digna para sus personas y su trabajo, había una verdadera explotación laboral.

Lo que en su comienzo parecía un hecho aislado en la Sorbona se fue extendiendo como la pólvora culminando en huelgas generales que paralizaron el país y dieron un fuerte toque de atención a los gobernantes sobre su forma de desarrollar una política más social y más justa.

Muchos de los estudiantes que participaron en las revueltas estaban influenciados por las ideas de la Internacional Situacionista, a la cabeza de la misma se encontraba Guy Debord y entre sus ideales propugnaban un tipo de marxismo que acabara con la dominación capitalista y con la sociedad de clases empezando desde cero. Me refiero a que eran conscientes no solo del desigual reparto que estaba haciendo el capitalismo sino de las atrocidades perpetradas por Stalin en la Unión Soviética, de sus asesinatos indiscriminados, de los Gulag y de la caída de un sistema que no se había desarrollado correctamente sino que se había convertido en una dictadura perversa y asesina [Nota 1].

Este espíritu de protesta general será el que poco después se materialice en el surgimiento de movimiento punk, popular pero no masivo, que supo hacerse con un espacio alternativo y que influyó a otros estilos artísticos como el happening o el conceptual, gracias a su mezcla de inconformismo radical y sus dosis de espectáculo. Uno de sus grupos mas representativos sino el que más fueron los Sex Pistols, cuyo director artístico, Jamie Reid había participado como un estudiante más en la revuelta del 68. La ‘actitud’ del grupo, la rebeldía de las letras de sus canciones representan a la perfección el espíritu del movimiento situacionista.

En el ámbito artístico la revolución del 68 también tuvo una gran importancia, el arte debía servir como método de movilización e información, ya que los medios de comunicación estaban controlados por el poder y publicaban aquello que a los que mandan les convenía para orientar a la masa. Había que moverse rápido y llegar a la mayoría de público posible. El cartel era la forma más rápida y barata de poder desarrollar un trabajo escueto que tuviera la capacidad de movilización necesaria para que las diferentes convocatorias tuvieran éxito. Dibujos primero en papel, pero cuando este se agotó en hojas de periódico, invitaban junto con los lugares de encuentro y alguna que otra frase, a participar de forma activa y conseguir ‘cambiar el mundo’.

Las propias galerías también se implicaron en esta reivindicación favoreciendo la difusión de los carteles y exponiendo algunos de los artistas que ofrecieron a los estudiantes su valiosa colaboración para transmitir su mensaje.

Con ello podemos atisbar el nacimiento de un arte reivindicativo (que ya da sus primeros pasos con el manifiesto por el nuevo realismo firmado en 1960 y algunas manifestaciones pop y neodadá), de un arte que no se mantiene indiferente, que no busca solo lo decorativo o lo estéticamente bello sino que intenta transmitir un mensaje, tocar la fibra sensible, atraer al espectador sobre aquellos aspectos que los medios de comunicación ocultan, sobre aquellas cosas o hechos que el poder no quiere que lleguen a la opinión pública. Un arte que incita a la reflexión, que busca la participación activa del espectador, que debe pensar lo que ha ocurrido antes y lo que viene después, de multitud de artistas que además de crear una obra transmiten un mensaje que no deja indiferente al que lo contempla [Nota 2]. Un arte que agita socialmente y que es capaz de construir una sociedad futura mejor.

LA CRUDA REALIDAD

Cuarenta años después nos enfrentamos a una nueva edición de la Feria de ARCO y repasamos si queda algo de la influencia de la revolución del 68 y del giro que supone en el ámbito artístico este hecho para una nueva concepción de las obras. Y el paseo por los diferentes pabellones es decepcionante. A lo largo de los últimos cinco años los movimientos de los galeristas han sido mínimos, las apuestas arriesgadas han dejado de verse, el arte parece amanerado, lleno de colores cada vez más llamativos y con un mensaje exiguo o inexistente. Parece que de miedo ese riesgo, tanto que es muy difícil encontrar alguna novedad, algo distinto, que llame realmente nuestra atención. Los artistas son los mismos, repetidos unos y otros, ya conocidos, [Nota 3] algunos con buenos trabajos, pero ya los hemos visto [Nota 4]. Ese espíritu que acompañó a los estudiantes en mayo del 68, esas galerías que se atrevieron, que arriesgaron y dieron carta libre difundiendo los trabajos de esos artistas ha desaparecido por completo, se ha sustituido por un conformismo donde el capitalismo ha triunfado de forma rotunda, donde solo importa salvar la cara con un stand decente y llenarlo de puntos rojos.

- Pero tú, ¿en qué mundo vives?

Quizás podría preguntar alguien con toda razón. Pues tal vez en uno imbuido por un espíritu de inconformismo, donde se ven los defectos del sistema y se busca cualquier forma o medio para poder expresarlo. Un mundo rebelde.

Pese a esta desazón general apuntemos algunas de las obras o artistas más destacados de esta feria del año 2008 con nuevos pabellones a medio rematar, pasillos mas anchos para los VIP (clientes y galerías) y separados del mundanal ruido en el piso primero un ‘totum revolutum’ de galerías menos VIP (pero quizás con trabajos más interesantes), revistas, instituciones y espacios para conferencias y performances.

Uno de los stands más interesantes, no por la novedad de sus obras ha sido el de la Galería Espacio Mínimo, Enrique Marty siempre sorprende en la feria, sus figuras desnudas y laceradas no paraban de recibir fotografías, incluso uno de sus personajes en el aire con el estomago abierto recordaba la escena donde el protagonista de la película ‘El Silencio de los Corderos’ da buena cuenta de los órganos internos de uno de los policías que le custodia antes de emprender la fuga.
Junto a Marty, las fotografías de Erwin Olaf y una impresionante instalación de uno de los triunfadores (en cuanto a presencia y contundencia de la las obras) de esta feria, el flamenco Jan Fabre. A medio camino entre la taxidermia y la obra de arte nos presenta una instalación que ya pudimos contemplar en la pasada Bienal de Venecia con multitud de gatos clavados o atrapados por cristales junto a cuencos de leche, trozos de metal y un sonido realmente inquietante.

En la Galería T20 Eugenio Merino lleva varios años mostrándonos esculturas a medio camino entre el realismo, la ironía y el nulo posicionamiento político por parte del artista, lo cual se agradece bastante. Este año nos presenta una escultura hiperrealista del Fidel Castro como un zombie, una pieza impactante que muestra a un artista cuya evolución es la correcta tanto en el campo artístico como en el específicamente escultórico.

Eugenio Merino   Manolo Bautista

La Galería Rafael Ortiz de Sevilla presentaba una serie de fotografías donde el español Manolo Bautista introduce elementos extraños en una imagen en la que aparentemente no ocurre nada, por ejemplo la obra ‘Meeting Point’ donde aparece sobre un paisaje nevado una bicicleta apoyada en una farola cuya parte superior está decorada como si fuera una lámpara de diseño, llena de cristales excesivamente bonitos para ser un elemento que está en la calle o bien la obra ‘The New Era’ se muestra una caravana que en vez de estar habitada por humanos parece ocupada por un montón de cactus gigantes. La descontextualización de objetos es una seña de identidad de una obra que merece la pena seguir.

The New Era

La Galería Sikkema Jenkins de Nueva York tiene en su estupenda nómina de artistas a la Keniata Wangechi Mutu que presentaba una serie que lleva por título ‘Histología de las diferentes clases de tumores Uterinos’, una obra del año 2006. En ella la artista se sirve de un libro autentico de este tipo de enfermedades para en las hojas que representan este tipo de dolencias realizar un collage con recortes de diferentes revistas que forman figuras humanas, animales o bien simples composiciones que sin duda hacen interesante o diferente la obra.

Rafael Lozano Hemmer es un artista de origen mejicano que ha desarrollado su trabajo en torno a las nuevas tecnologías, en la feria tenía un gran pantalla de plasma dividida en dos partes donde se colocaban en cada una de ellas 432 pequeñas imágenes de presentadores de televisión, principalmente de programas de información, todos hablando al mismo tiempo con lo que es imposible enterarse de nada. La masificación de los programas informativos y la transmisión de la información están presentes ante un espectador abrumado por la contundencia de la pieza y que cuando la contempla su propia sombra se proyecta sobre la pantalla iluminando con la forma de su cara o de sus brazos a un número limitado de presentadores.

Wangechi Mutu   Marina Nuñez

Divertido sin duda es uno de los cuadros de Marina Nuñez en Salvador Diaz donde aparece el icono Damien Hirst secuestrado por un grupo anarquista o el video de Teresa Margolles en la misma galería que tiene una lectura interesante sobre los desaparecidos y asesinados en las ciudades de Mexico.

De las galerías del primer piso me permito destacar a dos artistas, Rebeca Menéndez en Espacio Líquido, con una siniestra imagen de varias niñas que están jugando y de forma intrigante, podemos observar como una cuerda se mete dentro de una pared e intenta llevarse una de las decoraciones del vestido de una de las chicas representadas en la pared del stand. Por otro lado Diego del Pozo, en la Galería Adra Calvo, una de las instalaciones más interesantes de la feria que lleva por título ‘El Topo y la Anguila’, dos proyecciones, dos dibujos de gran formato y 29 dibujos pequeños nos hablan sobre el intercambio de afectos de dos personajes anónimos.


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Nota 1:
‘Los propios situacionistas se dan cuenta de los fallos y errores cometidos por los marxistas en la Unión Soviética, no dejan de reparar en los crímenes de Stalin y entonces lo que hacen es plantear de nuevo el sistema Marxista, intentando darle otra oportunidad después del fracaso obtenido en la URSS, vuelven la cara de nuevo a las teorías de Marx e intentan aplicarlas de la mejor manera posible, llegando incluso a establecer diferentes organizaciones en caso de que el estado capitalista les ofreciera la oportunidad de hacerlo.’ T.J. Klarc y D.N. Smith ¿Porqué el arte no puede acabar con la internacional situacionista? Publicado en la revista Oktober 79, 1997 pag 15-31.


Nota 2:
‘De esta manera el arte de los 60 pasa a ser un arte comprometido y reivindicativo con representaciones en diferentes países, manifestaciones pacifistas, contra la esclavitud, contra el excesivo consumo, contra su propio pasado como en Alemania, contra la ruptura de un compromiso social, la utilización del arte como mercancía…’ Baldenes Salazar, P., La estética en las barricadas. Biblioteca de la Universidad Jaume I. Castellón de la Plana 2006.


Nota 3:
Guy Debord plasma claramente sus ideas de crítica artística frente a una sociedad donde lo importante es el movimiento de materias de todo tipo y donde el espectáculo comienza a plantarse como consumo. Por tanto, para el autor, el espectáculo debe dar al público elementos de reflexión que no le ayuden a consumir sino a pensar sobre la situación de la sociedad que construyen. Debord, G, ‘La sociedad del espectáculo’. Ed. Pre-Textos. Valencia 2002.



Nota 4:
‘Los que vienen a recoger el fruto del coleccionismo snob o del simple complejo de inferioridad no se cortan un pelo y así vemos mucha obra decorativa insulsa y bastante fotografía estéticamente estandarizada junto a obras lamentables’. Castro Florez, F. Del Infierno al Cielo. ABCD de las Artes y las Letras n 837. Pag 42.


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DATOS DEL AUTOR:

Rafael López Borrego es licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Salamanca, Premio Extraordinario de Licenciatura, ha trabajado durante 8 años como profesor de Historia del Arte Contemporáneo en la Universidad de Salamanca. Actualmente es Coordinador de Exposiciones del Domus Artium 2002.