1.
Introducción
La afirmación, que nadie rebate, de que el arte constituye un
lenguaje bien parece una verdad asentada ya como concepto en la sociedad
de la que nadie duda pero de la que nadie parece saber nada más
aunque se presente como innecesario todo intento de dar ulteriores explicaciones
–y el atenderlas.
Nuestro empeño en resucitar esta cuestión nace de nuestra
oposición a las numerosas teorías que identifican el arte
del siglo XX con la subversión y llegan a la conclusión
de que toda manifestación de un artista plástico debe
ser corrosiva si quiere ser arte.
No ocultamos nuestro desconsuelo por el hecho de que se haya visto en
una manifestación tan noble un uso tan interesado y que se haya
llegado a identificar los fines con los medios y, más aún,
que, se haya conseguido establecer esta forma de analizar el arte como
la única forma, si no posible, si admisible por la sociedad en
la que el cargo de sus defensores convierte sus deseos en leyes.
=
Hemos manifestado en varias ocasiones,
y seguiremos haciéndolo, pues es ejemplo es suficientemente convincente,
que güelfos y gibelinos utilizaban el gótico con fines opuestos,
de lo cual no cabe sino deducir que la intención de aquellos
nada dice del gótico, que se extendía por encima de sus
disputas. Esta forma de utilización de un estilo demuestra también
que el arte no siempre ha sido corrosivo, y la historia enseña
que, al contrario, el arte se ha empleado secularmente para ensalzar
el poder, solo recientemente para cuestionarlo. Aunque esta afirmación
constituye más bien descripción pues, bien mirado, es
el pueblo el que últimamente parece poseer el poder y el empleo
del arte es una de las formas que utiliza para reclamar sus derechos.
2. La comunicación
La existencia de una información que se quiere trasmitir es el
origen de la comunicación. Esa información puede tratar:
a) de sentimientos, b) de sucesos y c) de datos o conclusiones. Veremos
que al igual que existen tipos de información existen tipos de
mensajes, por cierto, que serán los mismos tipos y consecuencia
de ellos.
De lo dicho se puede deducir la diferencia entre información
y comunicación, la comunicación es la forma de trasmitir
información. El mensaje es otro de los elementos de la comunicación.
El mensaje es la forma en la que se contiene la información.
La trasmisión es la forma de hacer llegar el mensaje a un tercero:
Comunicación, es el hecho de trasmitir una información;
Trasmisión, es el hecho de entregar un mensaje; y Mensaje, es
la forma en la que se presenta la información.
3. La información
La existencia de la comunicación corresponde a una necesidad,
el deseo de trasmitir una información. Entonces, la información
es un elemento previo a la comunicación. Pero, a la vez, la información
era el contenido del mensaje. Finalmente, la información acabará
en poder de un tercero. La comunicación es un medio para lograr
un objetivo.
Podemos entender este proceso de traslación de un conocimiento
de una persona a otra como el sentido de la comunicación que
es lo que la da origen, por lo tanto, el fundamento es la capacidad
del hombre para expresar y recibir una información.
4. El mensaje
La causa de que se produzca la comunicación debe ser algo empírico,
la traslación del mensaje, que debe ser algo real susceptible
de manipulación.
A) La información es solo un conocimiento. El emisor debe trasformarla
en objeto real (aunque puede ser inmaterial), en voz, escritura, pintura…
para poder trasmitir algo cierto, es decir, debe configurar el mensaje.
El mensaje puede configurase de tres formas distintas según el
principio que se elija para su confección.
a) La primera, seguirá el principio espiritual e imitará
las reacciones humanas.
b) La segunda, seguirá el principio material y representará
las acciones humanas
c) La tercera, seguirá el principio racional y argumentará
los actos del hombre
A efectos de aclarar esta cuestión y desarrollarla plenamente
podemos añadir que en el mensaje podemos distinguir, como en
el arte, la materia, la técnica y la figura o bien, eligiendo
unos términos adecuados a la cuestión, los elementos,
las formas y los medios.
Los elementos son: a) el concepto abstracto, b) la forma representada
y c) la imagen sensible.
Las formas del mensaje son tres, a) la forma verbal, b) la forma figurativa
y c) la forma figurada.
Los medios de mensaje son, también, tres pues son consecuencia
de las formas y son: a) El lenguaje, hablado y escrito; b) La representación,
mediante signos o formas; Y, c) la mímeis, por medio de gestos
(la mímica) o de señales.
La comunicación se ejerce, como hemos dicho, por distintos medios:
Lenguaje, representación y simulación. Los medios poseen
tipos: hablado o escrito, para el lenguaje; formas o signos, para la
representación; y gestos o señales, para la mímesis.
Existen modos distintos en la ejecución, por ejemplo, prosa y
verso, estos producen los ‘estilos’. Dentro de estos también
encontramos diversas formas de expresión, por ejemplo un lenguaje
culto y otro vulgar, lo que denominaremos ‘modos’.
B) El ser humano, que es quien nos interesa, trasmite información
de diversas formas. Por ello, veremos, a continuación, los tipos
de trasmisión:
La primera de ellas es a partir de sus propios actos, esto es, de su
existencia. Lo particular de este caso es que el mérito de la
trasmisión está en la capacidad del receptor de interpretar
los actos: a) muestra su estado de ánimo; b) realiza actividades
propias de la existencia material; y c) realiza acciones que indican
una consideración de sus efectos.
La segunda forma de trasmisión es la trasmisión deliberada,
esto es, el hombre, consciente de la existencia de una trasmisión
natural de información, sustituye los actos naturales por otros
que logren el mismo fin, es decir, materializa la información
creando el mensaje: a) hace gestos para indicar algo a sus congéneres;
b) hace marcas con la misma finalidad; y c) se expresa mediante conceptos.
La tercera forma es una forma elaborada de la trasmisión deliberada,
lo que llamamos arte. Por ello, tenemos: a) artes temporales: música,
baile, poesía; b) artes espaciales: arquitectura, escultura,
pintura; y c) artes virtuales: Performance, cine, arte conceptual.
El arte, como se puede apreciar, es una forma elaborada de la trasmisión
deliberada de información entre hombres, cada una de las cuales
dispone de sus medios particulares que generan códigos. Hablar
del arte como de un lenguaje ni es una expresión poética
ni metafórica, es una verdad absoluta. El arte es un conjunto
de códigos que al utilizarlos configuran el mensaje cuyo fin
es el de trasmitir una información.
5. El contenido
La razón de la comunicación es alcanzar un fin determinado.
El emisor pretende convencernos de que aquellas ideas que nos presenta
son ideas universales cuando quizás solo expresan su interés
aunque es cierto que ese interés se corresponde con la corriente
del pensamiento de su tiempo y, entonces, queda confundido lo universal
con lo coyuntural y, por ello, la información no posee un valor
superior a la “verdad” que pretende destronar y casi siempre
ocurre que la vieja verdad era superior, en cuánto idea, a la
nueva pero sus protectores la corrompieron en la búsqueda de
su beneficio personal.
El fin de la creación artística, como la creación
de cualquier mensaje, es expresar un determinado modo de sentir, mientras
que el fin de la comunicación, que pudiera parecer algo más
aséptico pues parece que se limita a trasmitir una información
sin valorarla o defenderla, insiste en ese mismo pensamiento pues el
artista le ha reafirmado al crear su obra de acuerdo con el estilo de
su tiempo. Esta ambivalencia de contenido y medio que aparece en el
arte no resulta tan evidente en el lenguaje y es tan profunda en la
simulación que parecen confundirse.
Que ese contenido posea un valor universal, temporal o personal, dependerá
de la percepción que el artista tenga de la existencia. El artista
hace dos cosas, crea una información y la trasmite mediante la
elaboración de una obra de arte ejecutada a su manera. La relación
entre el pensamiento general de un tiempo y el modo de representación
artística están tan íntimamente ligados que, en
general, todo artista expresará mediante un estilo temporal los
valores de su época. Las ideas universales son muy elevadas pero
no son útiles a la vida, son hitos sobre los que tomar medida
del pensamiento de cada tiempo. Y, en cuanto al interés personal,
aparentemente despreciable, goza de gran éxito y, desde un punto
de vista artístico, ello no impide que se pueda analizar el medio
empleado para trasmitir ese contenido. La trasmisión, como se
puede entender, no constituye objeto de nuestro interés, es la
simple exposición de la obra.
6. La intención
Cuando Manzoni dice ‘mierda’ produce un efecto corrosivo
contra lo que la cultura tradicional entendía por buenas formas
pero no por ello se ha dicho nada acerca del lenguaje pues el señor
Manzoni ha podido decir 'oro' ya que el lenguaje del arte se lo permitía
y, en cualquiera de los dos casos, podríamos analizar su arte.
El artista que quiere trasmitir una información elige los conceptos
con los que configurarla. Si el artista desea ser corrosivo dirá
‘mierda’, si desea ser diplomático dirá 'oro'
pero cualquiera que sea la intención del artista esa no debe
extenderse al arte.
La escatología manzoniana no significa que el arte sea escatológico
y solo demuestra la capacidad de expresión del arte, es decir,
que el arte puede expresar cualquier cosa que desee trasmitir el artista.
El efecto corrosivo no pertenece al arte, pertenece al artista. El arte
es aséptico, no existe un arte en sí corrosivo, lo que
se ha producido es, por parte de los sabios, una interpretación
corrosiva del arte y, en algunos casos, por parte de los artistas, una
utilización corrosiva de sus obras.
Pero incluso esta interpretación que han hecho los sabios de
asignar un efecto destructor al arte como ingrediente necesario de la
creación es una descripción parcial, luego esa interpretación
es falsa, ya que la corrosión solo se produce en las personas
que tienen una ideología contraria a la del artista y entre sus
correligionarios su obra no produce malestar sino satisfacción.
Con su astuta interpretación del arte, los sabios se han asegurado
de que sus oponentes no pretendan utilizar el arte en su contra.
Por un lado, tenemos la información que se trasmite, por otro,
el mensaje. Lo primero, es el contenido, lo segundo, es la forma. Muchos
perciben la información e identifican el arte con la información
y se olvidan de la existencia evidente de la forma en que ha sido construido
el mensaje.
El hecho de que en el idioma español exista la palabra mierda
no significa que nuestro idioma sea corrosivo. Lo corrosivo será
el uso de ciertas palabras por ciertos artistas de forma inoportuna.
Y el hecho de que la teoría artística haya definido el
arte del siglo XX como corrosivo solo demuestra una cosa, que quienes
se ocupan del arte son hombres muy comprometidos políticamente
pero muy poco teóricos. Diga lo que diga el artista, bien mierda,
bien oro, la labor teórica debe ser analizar la forma y el origen
de ese lenguaje, no algunos de sus efectos, nunca las intenciones personales
de su empleo.
El reto al que se tienen que enfrentar los sabios, una vez descubierto
que la corrosión no es una definición del arte, es, no
qué cosa es entonces el arte porque nosotros ya lo hemos establecido,
el reto es aceptar nuestra conclusión, que el arte del siglo
XX solo es ciencia.