De Banksy, apodo por el que se conoce al artista
del graffiti más reconocido de los últimos tiempos, se
sabe poco o nada, solo se lo conoce gracias a sus obras cargadas de
criticas ácidas al ‘establishment’ o por sus mensajes
políticamente subversivos que transmite a través de sus
esténcils (graffitis hechos con plantillas), como el de las niñas
abrazando bombas e intentando volar globos rojos o el de un policía
cacheando a una niña; o gracias a sus esculturas como la que
realizó a escala humana de un preso de la cárcel de EE.UU
en Guantánamo, en medio de Disneyland en California.
Banksy, como suele suceder con este
tipo de artistas, es un personaje desconocido, aunque se cree que es
de Bristol, Reino Unido, lugar donde se encuentran mayor número
de sus obras. Utiliza su arte urbano y callejero para promover visiones
distintas a las de los grandes medios de comunicación. Esta intención
política detrás de su llamado ‘daño criminal’
puede estar influida por los Ad Jammers (movimiento que deformaba imágenes
de anuncios publicitarios para cambiar el mensaje).
Pero Banksy también trabaja
cobrando para organizaciones benéficas como Greenpeace y para
empresas como Puma y MTV, e incluso, vende cuadros en circuitos comerciales
o en la galería de su agente, Steve Lazarides, en el Soho londinense.
Aquí reside la contradicción de este artista, lo que ha
suscitado cierta polémica y el nacimiento de opiniones encontradas
sobre el compromiso ético de su trabajo. Incluso, se le ha llegado
a acusar de ‘vendido’ por otros artistas y activistas, al
incurrir en una evidente contradicción, ya que por un lado va
contra el sistema que ahoga a la sociedad y por otro, forma parte de
eso que tanto critica en sus graffitis.
En 2004 el colectivo de anarquitectos
Space Hijackers repartió octavillas frente a una exposición
de Banksy para resaltar el irónico uso que el artista hace del
imaginario anticapitalista y de protesta, mientras trabaja para grandes
empresas y galerías de arte. Otros, como Peter Gibson, portavoz
de la campaña Keep Britain tidy, consideran que su obra, como
la de otros grafiteros es simple vandalismo.
En esta espiral de amor-odio, debemos
ser cautos y medir las críticas al respecto con inteligencia,
ya que entre otras cosas, rentabilizar sus creaciones le permite financiar
nuevos proyectos. Porque en definitiva es simplemente un artista, ni
más ni menos, que actúa como crítico de un sistema
del que participa y alimenta, como todos. ¿Acaso los que prejuzgamos
su trabajo y predecimos su advenimiento por haber caído en las
redes del capitalismo, no nutrimos este sistema a diario?
Superando estas críticas sobre
la idoneidad de comerciar con un arte anticapitalista, técnicamente
se trata de un talentoso artista del graffiti, con una obra con un fuerte
contenido social, ácida, inteligente y mordaz, que merece la
pena tener muy presente. Banksy sabe poner el dedo en la llaga y procura
sacarle los colores a un occidente bienpensante que mira casi siempre
para otro lado. En agosto de 2005 realizó murales sobre el Muro
de Cisjordania, construido por Israel en los territorios ocupados (concretamente
en Belén, Ramala y Abu Dis).
Aparte de su obra en la calle, Banksy
es conocido por colgar sin autorización algunas de sus obras
en museos. Sus primeras intervenciones consistieron en producir parodias
de obras de arte o antigüedades que logró colocar en museos
sin que nadie en un principio las descubriera. De este modo, ha expuesto
su obra en la Galería Tate Modern de Londres; el MOMA (Museum
of Modern Art), Museo Metropolitano de Arte, el Museo de Brooklyn, y
el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, y el Museo Británico
de Londres.
Otras de sus ocurrencias la realizó
en 2006, cuando reemplazó los CD de Paris Hilton por otros con
sus propias mezclas musicales a las que tituló con preguntas
como ‘¿Por qué soy famosa?’, ‘¿Qué
he hecho yo?’ y ‘¿Para qué sirvo?’.
También cambió las fotografías de la portada del
disco y del folleto interior donde aparecía Paris con cabeza
de perro o su cabeza con cuerpo de maniqui.
Banksy se ha autopublicado varios libros
con fotografías de su obra en varios países, además
de sus obras en lienzo y sus exposiciones, acompañadas de sus
subversivos y a menudo agudos escritos. Su primer libro, publicado en
blanco y negro es Banging your head against a brick wall (‘Golpeando
tu cabeza contra una pared de ladrillo’) seguido de Existencilism.
En 2004 publicó Cut it Out y en 2006, Wall and Piece.
Policías que se besan, La Mona
Lisa sonríe con un bazooka, ratas que cortan candados y cadenas,
un tigre que escapa de su cárcel-código de barras, pájaros
que destrozan cámaras de seguridad… Probablemente Banksy
sea el principal exponente del arte callejero actual, por su capacidad
para crear un discurso crítico, por su interacción con
la ciudad y por su pericia a la hora de buscar el más difícil
todavía y seguir conservando el anonimato, aunque esto último,
y a luz de unas fotos publicadas en los medios de comunicación
en noviembre de 2007, cada vez le sea más difícil.
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Para
saber más
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DATOS
DE LA AUTORA:
Susana Hermoso-Espinosa García (Málaga,
España) es licenciada en Historia del Arte por la Universidad
de Málaga, y Master en Museología por la Universidad de
Granada. Tiene una amplia experiencia profesional en diversas instituciones
y empresas culturales. Directora de la Revista Científica
de Estudios Histórico Artísticos SUMA. Es fundadora
y codirectora del portal de Arte y Cultura Homines.com.