La muestra, abierta hasta el próximo
25 de marzo, recupera 82 fotografías de Berenice Abbott, fotógrafa
nacida en Ohio en 1898, en la sala Artegunea de Tabakalera, propiedad
de la Fundación Kutxa. La exposición producida junto con
diChroma photography y comisariada por Anne Morin, está compuesta
por fotografías y algunos materiales complementarios, que hace
que nos acerquemos a las tres grandes etapas de la trayectoria de Abbott
que ejerció como fotógrafa durante seis décadas.
Organizada en cuatro secciones. La primera, Retratos,
fotografías de las personas y personajes que formaron parte de
su círculo intelectual y personal. Esta sección está
integrada por 17 retratos. Se incluyen cuatro retratos de la propia
Berenice Abbott realizados por otros fotógrafos, Lotte Jacobi
(1896-1990), Consuelo Kanaga (1894-1978), Man Ray (1890-1976) y Walker
Evans (1903-1975).
El conjunto más numeroso de imágenes, treinta y nueve
para ser exactos, es el de la sección Changing New York,
que muestra fotografías de paisajes urbanos en las que se recogen
los cambios vividos en las décadas centrales del siglo XX en
la ciudad de Nueva York. Además de por su carácter documental,
de valor indudable, destacan sus propuestas técnicas en lo relativo
al encuadre, con perspectivas forzadas que ponen al espectador en un
punto clave para entender la importancia de lo que ve.
Otra de las
secciones, Ciencia, revela una faceta tan sorprendente
y moderna como es la fotografía científica. A través
de catorce imágenes nos acerca a distintos fenómenos,
como el paso de la luz por un prisma, el movimiento de caída
de las gotas de agua o de un péndulo, la belleza plástica
de un campo magnético o de la electricidad generada en un Van
der Graaff.
La exposición se completa con US Route One, 1954,
una pequeña muestra de ocho fotografías realizadas por
Abbott en 1954 en un viaje desde Maine a Florida por la Route One, un
acercamiento a diversos lugares de Estados Unidos.
Berenice
Abbott (1898-1991) es una de las fotógrafas más importantes
del siglo XX. Nacida en Springfield (Ohio, Estados Unidos), estudió
primero periodismo en la Universidad de Ohio, Columbus, antes de trasladarse
a Nueva York en 1918 para reorientarse y formarse en el arte de la escultura.
A los 22 años se fue a París, en busca de la vanguardia
artística, y allí conoció a Man Ray, con el que
trabajó en su estudio, donde "nunca le enseñó
a tomar una fotografía", según ha explicado la comisaria
de la exposición, Anne Morin. No obstante, Abbott sí pudo
utilizar el estudio de Man Ray para dar sus primeros pasos como fotógrafa,
hasta que abrió su propio negocio en París, donde se dedicó
fundamentalmente a retratar a figuras como James Joyce, Djuna Barnes,
André Gide, Cocteau, Peggy Guggenheim y Dorothy Whitney, entre
otros. Realiza su primera exposición en 1926, en la galería
parisina Le Sacre du Printemps, con los retratos de estos artistas y
escritores de la vanguardia parisina. De ellos, diecisiete pueden verse
en esta exhibición.
A través de Man Ray conoció a su maestro,
el fotógrafo francés Eugène Atget, a quién
el Gobierno galo había encargado captar imágenes de edificios
para documentar el patrimonio de ese país. Tras la muerte de
Atget en 1927, Berenice Abbott adquirió gran parte de su obra,
unas 7.000 placas y 10.000 positivos, y se propuso difundir su trabajo,
para lo que volvió a Nueva York en busca de editor.
Una vez allí, Abbott, profundamente influida por
Atget, se dedicó a documentar la gran transformación arquitectónica
y urbana que estaba experimentando Nueva York a raíz de la revolución
industrial, cuando pasó de ser una ciudad "horizontal"
a crecer en "vertical" hasta adquirir la dimensión
que exhibe ahora.
En las fotografías de esta etapa, encontramos ruinas y edificios
que van a ser próximamente demolidos, situados junto a los rascacielos
y anuncios publicitarios que son símbolos de la gran ciudad moderna,
pero también de la decadencia y la pobreza. Berenice utiliza,
así, el lenguaje de las imágenes de la modernidad, y opta
por un estilo sencillo y dinámico, con puntos de vista en picado
o contrapicado, fuertes contrastes y efectos de borde dramáticos.
Changing New York (Nueva York transformándose) es el título
que Abbott da a esta crónica, que ve la luz entre 1935 y 1939,
y que es publicada en un libro en 1939. En la muestra de la sala Artegunea
se pueden ver 39 de estas fotografías.
La exposición, como ya hemos comentado, reúne
también ocho fotografías inéditas de un viaje que
Abbott emprendió en 1954 desde Maine a Florida por la Route One
y que muestran distintos aspectos de los Estados Unidos al más
puro estilo de su amigo Walker Evans.
En esa misma década Abbott dio un gran giro en
su obra para centrarse en la fotografía científica, "el
único modo de documentar lo invisible", y se convirtió
en editora de la publicación especializada "Science Illustrated".
El paso de la luz a través de un prisma, la caída de gotas
de agua o la plasticidad de un campo magnético fueron algunos
de los motivos que sirvieron a la fotógrafa estadounidense para
crear imágenes artísticas de inusual belleza.
En 1960 cerró el capítulo científico y seis años
después se retiró tras la muerte de Elisabeth McCausland,
su compañera sentimental durante más de 30 años.
Desde entonces centró su esfuerzo en promocionar la obra de su
admirado Eugène Atget, aunque nunca dejó de coger su cámara
para fotografiar la realidad que le rodeaba, en Maine, donde se refugió,
hasta su muerte el 9 de diciembre de 1991.
Topografías. Berenice
Abbott
- Tabakalera - Kutxa Kultur Artegunea
Plaza de las Cigarreras, 1 Donostia / San Sebastián. España
Desde el 24 de noviembre de 2017 hasta el 25 de marzo de 2018
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