Tamara
Gorska nace en Varsovia en 1898, o al menos eso se cree. Su infancia
transcurre entre San Petersburgo, Karlsbad, Marienbad, Montecarlo e
Italia donde visita los museos de Florencia, Roma y Venecia. Se integró
en la rica sociedad de San Petersburgo y allí, en una fiesta
de disfraces conoció al que llegó a ser su marido Tadeusz
Lempicki, al que debe su apellido. Se casan en 1916 en la capilla de
los Caballeros de la Orden de Malta, en Petrogrado. Les sorprende la
revolución bolchevique y él es hecho prisionero, Tamara
consigue sacarlo de la cárcel y huyen a París. En esta
ciudad, Tamara comienza a dedicarse a la pintura formándose al
lado de Maurice Denis (artista próximo a los Nabis) y André
Lothe (de formación cubista). Desarrolla un estilo enigmático
y personal adscrito al Art Decó y en los años veinte
se convierte en retratista de moda de la aristocracia, deslumbrando
con la deliberada sensualidad de su arte.
Entre 1918 y 1923 viven en París, donde nace su hija. Pero Tadeusz
no consigue encontrar trabajo. Pero a Tamara le empiezan a ir bien las
cosas, da clases de pintura y su obra empieza a ser comprada, asi consigue
recuperar su tren de vida, lleno de lujo y riquezas.
En 1925 tiene lugar la primera exposición de Art Decó
donde expone con gran éxito. Consigue realizar una exposición
en Milán y participa también en el Salón de Otoño
de París. Conoce al poeta italiano Gabrielle d"Annunzio,
con quien inicia una corta relación. Su matrimonio con Tadeusz,
del que pinta su Retrato de Hombre Inacabado, cuadro que abandona
cuando, en 1928, él le anuncia que se separa de ella.
En un viaje a Nueva York, descubre Harlem, un barrio con los mejores
clubes del mundo, y los rascacielos de Manhattan, que encajan de maravilla
en sus pinturas. De vuelta en París pinta algunos de sus mejores
cuadros, entre ellos una obra clave, Adán y Eva (1931),
dibuja la portada de la revista alemana de moda Die Dame y En 1933 se
casa con el barón Kuffner, un aristócrata alemán
y cinco años después se trasladan a Estados Unidos.
En 1941 su hija Kizette, se traslada a vivir con ellos, más tarde
se casa con el geólogo texano Harold Foxhall, con el quetiene
dos hijas. Dos años después la pareja Kuffner, se traslada
a vivir a Nueva York. Continúa pintando pero en 1943 se presentan
los primeros síntomas de arteriosclerosis. En 1962, Raoul Kuffner
sufre un infarto. La muerte de su marido le provoca un desequilibrio
psicológico. Por ello su hija decide que se traslade cerca de
ella, en Houston. Pero su convivencia no es muy buena, Tamara domina
la vida de su hija y tras varios enfrentamientos, Tamara se traslada
a Cuernavaca (México) en 1974.
Cinco
años más tarde muere el marido de su hija y al saber la
grave enfermedad de su madre, se establece con ella en Cuernavaca. Finalmente,
Tamara de Lempicka muere el 18 de marzo de 1980, mientras dormía.
Sus cenizas por expreso deseo de la pintora, son esparcidas sobre el
volcán Popocatepetl. Hermosa y elegante, mundana y sofisticada,
se convirtió en el fascinante símbolo de toda una época.
El resurgimiento de esta pintora se
dio el 19 de marzo de 1994 gracias a la subasta de la colección
de arte de Barbra Streisand cuando, en la sala Christie's de la Quinta
Avenida, apareció el cuadro Adán y Eva, pintado por De
Lempicka en 1931. Esta increíble pintura fue comprada por dos
millones de dólares. Con esto, el afán de poseer un Lempicka
se apoderó de Hollywood, muchos actores como Jack Nicholson o
Madonna ya han comprado sus obras.
Tamara de Lempicka es una de las principales pintoras del siglo XX,
pero también una de las más olvidadas. Su nombre no aparece
en ninguna de las principales enciclopedias de arte moderno. Influenciada
por los cubistas franceses y por los maestros del Renacimiento, se inventó
su estilo propio que etiquetaron como Art déco. Cuando vivía
en París se pasaba horas y horas en el Museo del Louvre delante
de los cuadros de sus admirados Bellini y Caravaggio para intentar captar
el efecto translúcido de sus pinturas, recordando el viaje que
a la edad de 12 años hizo con su abuela desde su Polonia natal
hasta el sur de Italia. El descubrimiento de Boticcelli fue para su
mirada ingenua un fogonazo, y su influencia la marcó para el
resto de su vida. Eso, y las clases de pintura que recibió en
Montecarlo mientras su abuela jugaba a la ruleta en el casino.
Los últimos años de su vida los pasa con más penas
que glorias. Ya no es una mujer fatal, sino una vieja ridícula.
Dejó como legado unas quinientas pinturas que han entrado en
la Historia del Arte.
Índice bibliográfico
- NERET, Gilles, Tamara de Lempicka, 1898-1980, Cologne, Taschen,
1992
- Tamara de Lempicka, Milano, Franco Maria Ricci, 1988
Índice iconográfico
1. Fotografía de Tamara con dos años junto
a su hermano Stanczyk, en Riga 1900
2. Fotografía de Tamara, años treinta
3. Fotografía de Tamara, años treinta
4. Tamara fotografiada en los años treinta
5. Tamara en los años setenta
6. Las muchachas jóvenes, 1928, óleo sobre lienzo,
126 x 82 cm., Colección Particular.
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Para
saber más
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DATOS
DE LA AUTORA:
Susana Hermoso-Espinosa García (Málaga,
España) es licenciada en Historia del Arte por la Universidad
de Málaga, y Master en Museología por la Universidad de
Granada. Tiene una amplia experiencia profesional en diversas instituciones
y empresas culturales. Directora de la Revista Científica
de Estudios Histórico Artísticos SUMA. Es fundadora
y codirectora del portal de Arte y Cultura Homines.com.