La mayor muestra en Europa de Fernando
Botero puede visitarse en Madrid desde mediados del mes de septiembre.
La exposición, comisariada por Cristina Carrillo de Albornoz
con el apoyo de Lina Botero, hija del artista, y la aprobación
del propio Botero. Está producida por Arthemisia en colaboración
con el Ayuntamiento de Madrid. Compuesta por 67 obras de gran formato,
recorre sesenta años de producción dle artista colombiano,
así como sus obras inéditas más recientes de acuarelas
sobre lienzo.
La elección de Madrid para esta exposición no es casual.
Botero vuelve a la ciudad en la que vivió en su juventud y que
marcaría su trayectoria después de conocer los originales
de las obras maestras del Museo del Prado y de estudiar en la Real Academia
de Bellas Artes de San Fernando.
Fernando Botero (Medellín,
Colombia, 1932) comenzó a pintar a los 15 años de forma
incansable, siempre desde un compromiso con sus estrechas convicciones
sobre la estética, la excelencia y la defensa de una coherencia
artística. El resultado de todos estos años es una nutrida
producción compuesta por más de 3.000 óleos, más
de 200 esculturas y más de 12.000 dibujos a lápiz, carboncillo,
pastel y sanguina.
La exposición, dividida en siete secciones, correspondientes
a los temas más característicos de su trabajonos, permite
bucear e su forma de crear, original y nueva. A través de un
lenguaje de volúmenes monumentales y vibrante color, hace que
su obra sea inmediatamente reconocida. En palabras de Botero: “Sin
un estilo propio un artista no existe. Todos los buenos pintores han
conseguido crear un estilo propio coherente con sus ideas, inmediatamente
reconocible… Van Gogh, Botticelli, Ingres, Piero della Francesca,
Vermeer, Velázquez, Giacometti o Tàpies… Si de algo
estoy feliz es, primero, de haber vivido siempre de la pintura, incluso
muy pobremente en mis primeras épocas, en Nueva York, cuando
vendía dibujos a 10 dólares. Y, sobre todo, de haber encontrado
un estilo propio. Una visión del mundo que no existía
y que soy yo, porque yo lo hago. El estilo es la capacidad creadora
de hacer algo distinto, que está dentro de uno y se plasma con
gran emoción en el cuadro. Un ejemplo que ilustra esto es la
forma más simple de la naturaleza: una naranja, que sin embargo
es muy difícil de pintar. Lo magnífico es que cuando alguien
vea una naranja en un cuadro, reconozca automáticamente que es
una naranja de Van Gogh, de Picasso, de Cézanne o de Botero”.
América Latina es la sección
que recibe al público, porque su ciudad natal, Medellín,
Colombia, es el punto de partida de la producción artística
de Fernando Botero. También lo es el encuentro con la pintura
mexicana en 1956 que permitió a Botero volver la mirada hacia
sus propias raíces para transformar ese universo inagotable en
materia digna de su propia obra y en el tema central de su creación.
Aquí vemos personajes cotidianos de ese mundo los que habitan
sus lienzos: músicos, bailarines, monjas, militares, señores
de la alta sociedad, hombres de poder y hasta las prostitutas. Entre
las obras que se pueden admirar en estas salas se encuentran: “Mujer
sentada” (1997), “El presidente/La primera dama” (1989),
“El final de la fiesta” (2006), “Mujer cayendo de
un balcón” (1994) o “Bailarina en la barra”
(2001).
La siguiente
sección, Religión aborda su interés religioso,
una sola excusa para explorar pictóricamente las situaciones,
las formas, los colores, el vestuario y el mundo plástico y poético
del clero, abordando a sus personajes con humor y sátira como
ocurre en “El baño del Vaticano” (2006) y “Cardenal
durmiendo” (2004). La habilidad de Botero radica en extraer imágenes
religiosas y adaptarlas al imaginario boteriano, como es el caso de
“Nuestra Señora de Colombia” (1992), también
presente en la exposición. Esta temática está influida
por sus recuerdos de juventud, en concreto por el lugar que ocupaban
los miembros eclesiásticos en el ámbito provincial de
Medellín de los años treinta y cuarenta.
Versiones comprende obras que
el artista ha realizado en homenaje a los grandes maestros de la historia
del arte universal como Diego Velázquez, Piero della Francesca,
Jan van Eyck y Pieter Paul Rubens, entre otros, cuya obra le cautivó
a raíz de su primer viaje a Europa en 1952. En esta sección
puede verse como se apropia de temas que han sido recreados por otros
y los transforma con su estilo en una obra de arte propia y singular.
Tal es el caso de “La Fornarina según Rafael” (2008),
“Los Arnolfini según Van Eyck” (2006) o el díptico
“Según Piero de la Francesca” (1998).
A continuación el espacio dedicado a Naturaleza muerta,
uno de los temas constantes de la obra de Botero gracias al que nace
su estilo. Claros exponentes de esta serie son “Naranjas”
(2008), “Pera” (1976) o “Flores” (2006), entre
otras.
Pasamos a la seccón dedicada a La Corrida, temática
que surge de nuevo de sus recuerdos de niñez, de pequeño
su tío lo inscribió en la escuela taurina del banderillero
Aranguito. Descubrió en este tema una infinidad de posibilidades
plásticas que le permitieron jugar de manera sorpresiva con la
composición, el color, la luz y las formas, como podemos ver
el obras como “El arrastre” (1987), “La muerte de
Ramón Torres” (1986), “Caballo de Picador”
(2002) o “Rafaelín y su mujer” (2012).
La penúltima de las secciones está decida
al Circo, tema descubierto por Botero en 2006 durante una visita
a un humilde circo en Zihuatanejo, México. En ella descubre las
oportunidades estéticas de este tema, a sus personajes, que mostraban
una tristeza contenida. Pero fundamentalmente descubre su poesía
y la plasticidad de sus formas y colores. Obras como “Payaso de
blanco” (2008), “Contorsionista” (2008), “Músicos”
(2008) o “Circo” (2007), presentes en la exposición,
son buena muestra de ello.
La última sección, reúne su reciente producción.
Obras que inició en septiembre de 2019 y que contienen la fuerza
de sus dibujos y la transparencia y delicadeza de sus acuarelas. Una
vuelta a los orígenes como dibujante en la que experimenta con
la acuarela, no sobre papel sino sobre lienzo de gran formato.Sus temas
son los mismos que conforman el imaginario boteriano, pero el desenlace
sorprende por la decisión del dibujo y la sensualidad de las
formas. Algunas de ellas son: “Carnaval”, “Picnic”,
“Una pareja de músicos” o “Familia”.
Datos biográficos
Fernando
Botero (19 de abril de 1932, Medellín, Colombia) Pintor y escultor.
Desde niño fue influenciado por el estilo barroco de las iglesias
coloniales. En 1944, su tío lo envió a una escuela de
tauromaquia donde permaneció durante dos años. A los dieciséis
años publicó sus primeras ilustraciones en el suplemento
dominical del El Colombiano, uno de los periódicos más
importantes de Medellín.
En 1948 se trasladó a Bogotá donde celebró su primera
exposición individual. En 1952 viaja a España y cursa
estudios en la Academia de San Fernando de Madrid, además asiste
al Museo del Prado como copista de Diego Velázquez y Francisco
de Goya.
Entre 1953 y 1955 recorre Francia e Italia, estudia pintura al fresco
en Florencia. Vuelve a Bogotá donde su obra no tuvo buena acogida.
Viaja a México donde conoce a Rufino Tamayo y José Luis
Cuevas, y en 1957 visita Estados Unidos, donde celebra su primera exposición
individual en la Pan-American Union de Washington.
Con 26 años se convierte en profesor de pintura en la Escuela
de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Bogotá; en 1960
se trasladó a Nueva York y en 1973 fijó su residencia
en París. En 1980 instala una residencia y un estudio de escultura
en Pietra- santa, Italia. No deja de crear y realizar innumerables exposiciones
entre las que caben destacar la del Centro de Arte Reina Sofía,
en Madrid, en 1987; la del Museo de Arte de Helsinki en 1994; la de
la Plaza de la Señoría, en Florencia en 1999; la del Palazzo
Bricherasio de Turín en el 2000 o la realizada en 2011 en la
Galería Marlborough de Nueva York.
Contrajo matrimonio con Gloria Zea, en 1955 con quien tuvo tres hijos:
Fernando, Lina y Juan Carlos, de quien se divorcia en 1960 .En 1964
contrae matrimonio con Cecilia Zambrano, con quien tiene a su hijo Pedro
que murió en un accidente de tráfico en España,
en el que Botero también resultó herido. Botero y Zambrano
se divorciaron en 1975. En 1978 Botero se casa con la artista griega
Sophia Vari.
Botero es hoy uno de los artistas más cotizados de la actualidad
y sin duda el pintor colombiano de mayor resonancia internacional. Su
estilo figurativo tiene nombre oficial: el “boterismo”,
un personalísimo estilo en el que las figuras son más
robustas y gruesas de lo habitual.
Botero. 60 años
de pintura
CentroCentro
Plaza de Cibeles, 1, Madrid, España
Desde el 17 de septiembre de 2020 hasta el 7 de febrero de 2021