Jorge Restrepo, es colombiano radicado
en Honduras. Es artista y Master en Administración Pública
de la Universidad Harvard, MBA de la Universidad ICESI, Especialista
en Proyectos de Desarrollo de la ESAP y agrónomo Zamorano. Director
del Instituto Regional de Biodiversidad de la Comisión Centroamericana
de Ambiente y Desarrollo y del Centro Zamorano de Biodiversidad. Ademas,
tiene una larga trayectoria internacional como artista.
- Existe un debate en tu trabajo
sobre la interdisciplinariedad. El artista como educador, como crítico
social, como creador de relaciones con otros artistas, como investigador,
como curador, todas son facetas de tu trabajo. ¿Qué es
lo que más te motiva a hacer estos movimientos? ¿Sientes
que esto es parte de una tendencia del arte contemporáneo en
general?
Al leer tu pregunta lo primero que se me ocurre es parafrasearla y encontrar
una respuesta: ‘el educador, el investigador, el crítico
social…como artista’…. La verdadera motivación
interdisciplinaria en mi trabajo nace de mi naturaleza, de mi formación
profesional interdisciplinaria, de la necesidad que tengo de establecer
relaciones de cooperación con otros seres humanos y de integrar
distintos campos del conocimiento. Esto lo he hecho por años
en el arte, como profesor, como gestor de ciencia y de desarrollo socioeconómico
y en lo personal.
No sólo hago representaciones de las redes, de la inclusión,
de lo colectivo… sino que vivo, practico y necesito el trabajo
de grupo, el trabajo interactivo y la convergencia de distintas disciplinas
para sentirme productivo, ya sea que los demás se involucren
interviniendo la obra, tocándola, aportando su cuerpo o contribuyendo
en su construcción. Ya que en el trabajo incluyo distintas miradas
o fundamentaciones filosóficas o biológicas, esto es más
sólido si se hace con invitación directa a los expertos.
En conclusión, lo que más me motiva y fortalece es la
interacción con los demás.
No creo que la interdisciplinariedad sea una tendencia generalizada
en la actualidad, sino una opción que algunas personas tomamos,
como parte de la apertura que da el arte contemporáneo para trabajar
de manera innovadora.
- ¿Consideras tu trabajo como políticamente activo?
¿Por qué sí o por qué no?
Todo trabajo debe analizarse en un
contexto. Durante mi estadía en Honduras, siendo profesor de
Zamorano, hice una serie de acciones que hacían referencia al
momento político que vivía el país (el ‘golpe’),
y que a la vez eran un sano cuestionamiento a Zamorano en relación
con la no promoción activa de discusiones sobre lo que ocurría
en ese momento en el país; desde este punto de vista algunas
de mis acciones eran activismo no de confrontación sino pedagógico.
De otra parte, en el mismo Zamorano, las acciones que hablan sobre lo
ambiental no sólo eran pedagogía sino un llamado, un reclamo,
a la institución en el sentido de que debería tener políticas
más definidas sobre la enseñanza agrícola en un
marco más fuerte de filosofía ambiental.
- ¿Por qué es
importante crear trabajos colaborativos con otros artistas, educadores
o científicos? ¿Este desplazamiento es hacia una versión
del arte más utópica, es decir, eliminar el individualismo
de nuestra sociedad o es alguna razón más bien estética?
¿Intentas ampliar el campo de los artistas o confirmar la amplitud
del mismo?
Para mí es indudable la riqueza que se obtiene en la cooperación,
no sólo como aporte a la obra sino el crecimiento personal de
todos los que participan. Esta cooperación puede ser muy amplia,
y en la medida en que integra personas con conocimientos más
profundos y especializados, genera un camino más estructurado
y consistente hacia la formación del pensamiento complejo, competencia
que considero es vital para edificar un desarrollo integral de la humanidad.
Hay también riqueza en la integración de personas con
diferentes conocimientos, pero principalmente diversidad, que es lo
que busco. No confirmo la amplitud del arte, pues a ésta la respalda
toda la gama de expresiones plásticas que estamos viendo en la
actualidad, lo que promulgo es la profundidad de los conceptos que deben
mover a un artista; creo que un artista debe ser, hoy más que
nunca, alguien ilustrado y en permanente búsqueda de un respaldo
muy sólido para su obra.
Excepto un artista intimista o que se dedique a presentar sus experiencias
contemplativas, todo el que en este momento dé un paso fuera
de sí, y aborte temas económicos, sociales o ambientales,
requiere insumos especializados. La provisión de estos insumos
puede lograrse en proyectos interdisciplinarios que articulan el pensamiento
y conocimiento de distintos especialistas.
- ¿Cuál debería
ser el rol del artista en nuestra sociedad latinoamericana contemporánea?
¿Debería haber un rol en particular?
Creo que cada artista es libre al definir su rol, lo que no es válido
para mí es un artista que produce sin tener consciencia de su
aporte. Es claro que por los avances que tiene la humanidad en este
momento, esos roles son cada día más difíciles
de definir, para que con el paso del tiempo se le dé un reconocimiento
a un artista. Tu pregunta hace referencia a lo latinoamericano; me cuesta
trabajo pensar en un artista trascendente, que haga arte para un territorio
limitado, el mundo hoy es abierto, por lo cual creo que los artistas
debemos considerar nuestro impacto a escala global.
- ¿Existe, a tu criterio, un deber político en
los artistas contemporáneos de Latinoamérica? ¿Cuál
sería?
Creo que todo artista debe ser consciente de su realidad, del momento
histórico y de asuntos geopolíticos y tendencias del mundo.
Pero no todo artista tiene desde su arte un deber político, mas
sí –como ya lo expresé anteriormente-, una necesidad
de respaldar su obra con una formación seria e integral, que
por naturaleza debe incluir al menos información política,
social, ambiental y económica.
- Existe tanto comentario sobre la educación en tu trabajo,
pero crees en la educación formal artística como necesaria
para el desarrollo de los mismos?
Creo que la educación formal
artística es ideal, siempre que el graduado en artes plásticas
se complemente con otras disciplinas que lo enriquezcan y que le den
un bagaje general. También creo que una persona con educación
formal en carreras distintas a las artes, puede ser un buen artista
contemporáneo, siempre que no lo haga de manera intuitiva sino
que construya un proceso de ilustración y de sustentación
de su propuesta plástica.
- ¿Cómo ves
el rol de la pintura y el dibujo en relación con tus trabajos
más inclinados hacia el performance y la estética relacional?
Yo soy un pintor
y dibujante, desde niño. La pintura y el dibujo siempre están
directamente relacionados con mis trabajos de acción. La neurociencia
trabaja de manera constante en explicar las relaciones de los procesos
cognitivos y el cuerpo; experimento en cada proceso creativo que el
pintar, dibujar, hacer objetos me lleva a los momentos creativos en
que defino qué acciones hacer con grupos humanos. Cuando la mano
está dibujando…la mente está dejando fluir muchas
ideas creativas…es la ‘recuperación de los pensamientos
sutiles’.
Mis acciones tan tenido siempre el mismo concepto y lenguaje visual
que el dibujo y la pintura, van de la mano.
- La pintura y el dibujo en
tu trabajo, ¿pudieran ser igualmente colaborativos e interdisciplinarios
o son, a tu criterio, más limitados en este sentido?
Yo nací y fui educado como dibujante
y pintor desde muy niño, y es algo que hago de manera constante.
Si bien he hecho acciones colaborativas en la pintura, en varios casos,
sigo disfrutando el trabajo individual en estas dos disciplinas. En
la obra ‘Expolio’ que presenté en el Museo del Hombre
Hondureño, los delantales fueron realizados por muchos artistas,
y como éste he hecho otros proyectos. En ‘Historia’
varios pintores trabajamos sobre el mismo lienzo, así he hecho
también series de pinturas colaborativas con otros artistas como
César Reglero (España) y Eduardo Acosta Bentos (Uruguay).
Los resultados son muy satisfactorios visual y conceptualmente.
- Alguna vez han mencionado
tu trabajo como un paralelo al de Santiago Sierra. ¿Te parece
que tiene validez este argumento?
Creo que estamos en procesos paralelos.
Él habla de la explotación del hombre por el hombre, entonces
en sus obras compra, utiliza, humilla y lastima física y psicológicamente
a algunas personas. En mi caso hablo del desarrollo de competencias,
por lo cual busco que todos quienes participan en mis trabajos crezcan
como seres humanos. En esto hay una relación entre los dos, pero
inversa. También manejamos gamas de color similares, lo cual
en mi caso no responde a un concepto, sino a generar una propuesta visual
atractiva, limpia .Sierra publica sus fotografías en blanco y
negro, y las mías son casi siempre el color real de la escena,
que construyo en una gama de grises.
Él hace acciones puntuales y basadas en una logística
muy ordenada, tienes logística, planeación, convocatorias,
lo mismo hago yo.
- El simbolismo y la metáfora
juegan un papel importante dentro de tu obra. ¿Es el deber del
espectador descifrar estos símbolos y metáforas recurrentes?
Creo que sí, es importante dejar
retos para el observador, además de esta manera se crean lecturas
muy distintas y enriquecedoras. A veces escribo algo sobre un proyecto,
y pienso que es mejor no entregarlo ‘masticado’. Entonces
limito la explicación a los objetivos…
De otra parte, y de manera contradictoria con la no explicación
de la metáfora o la simbología, sí me interesa
orientar al participante en algunos casos, sobre cómo la obra
contribuye a su desarrollo de competencias, y por supuesto cada vez
quiero integrar a mi trabajo a otros profesionales que me ayuden en
esta explicación.
- Tu trabajo trata sobre el
medio ambiente, tanto en lo científico como en lo ético.
Hay otros artistas, como Keith Tyson, Matthew Ritchie, o incluso el
post impresionista Georges Seurat, quienes a través de su interés
por los descubrimientos de la ciencia hacen indagaciones sobre nuestro
entorno. ¿Consideras tu trabajo una indagación de algún
tipo o extensión científica?
Mi trabajo aporta en lo científico
una serie de experiencias que cada día podrán ser leídas
con mayor atención desde la neurociencia, como por ejemplo: ¿qué
pasó en la mente de las personas que tuvieron una experiencia
corporizada en una acción colectiva que representa el cambio
climático? Esa es la lectura que me interesa. En lo ambiental
no aporto conocimiento a esas ciencias, sino en la pedagogía
de lo ambiental. También aporto en la sociopsicología,
en el entendimiento de cómo interactúan los humanos, en
la economía: ¿hay una representación que puede
ser modelada matemáticamente con algún interés
sobre la formación de redes?
- ¿Consideras el término ‘artista’
como desfasado para nuestra percepción de un artista contemporáneo?
Creo que sería interesante que cada artista nos dijera lo que
entiende por ‘artista’, lo cual es utópico. Yo te
puedo decir cuál sería para mí el ideal de un artista
contemporáneo, lo que me lleva necesariamente a generar una distancia
con un artista ‘moderno’. Los artistas del modernismo, por
lo general, desarrollaban una fórmula exitosa y se mantenían
en ésta, repitiéndola… no existía la experimentación
y el cambio constantes como ahora; esto último es una característica
del arte contemporáneo pero a la vez un reto para saber si lo
que vemos es o no arte….y si el que lo hace es alguien en búsqueda
o si es un proceso continuo, sólido…
- ¿Cómo crees que se pudiera cerrar la brecha
entre audiencia y espectador de arte contemporáneo en Latinoamérica?
Ésta ha sido una constante preocupación para mí,
y no sólo por Latinoamérica, sino por el mundo entero.
Creo que hay múltiples formas de hacerlo, entre éstas,
hacer que la enseñanza de la historia del arte en los colegios
sea atractiva, que los líderes entiendan qué importancia
tienen los lenguajes de arte contemporáneo en el desarrollo de
la humanidad y explicar de forma didáctica lo que es el arte
hoy. Hay una convivencia permanente con arte de mala calidad que también
confunde a las personas, por ejemplo en ciertas ciudades turísticas
hay zonas de galerías de arte, vendiendo miles de obras de pésima
calidad, cuyos compradores en cierta forma están pagando por
algo que no tiene valor a futuro.
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Para
saber más
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DATOS
DE LA AUTOR:
Federico Rosa (Tegucigalpa, Honduras). Licenciado
en Bellas Artes con especialización en Pintura por la City and
Guilds of London Art School en 2003, y MA Sculpture, Slade School of
Fine Art en 2005. Es profesor de una reconocida universidad hondureña
y promueve con sus propios recursos y esfuerzos una pequeña sala
de arte contemporáneo.