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La paradoja de Escher llena el Palacio de Gaviria de Madrid
Redacción Homines.com
13/03/2017


La exposición, comisariada por Mark Veldhuysen, CEO de la M.C. Escher Company, y el coleccionista Federico Giudiceandrea, está producida y organizada por el grupo italiano Arthemisia, empresa que ya organizó otra gran muestra en Madrid: Kandinsky, una retrospectiva en Centro Centro Cibeles (20 octubre 2015 – 28 febrero 2016) y que fue todo un éxito, con más 200.000 visitas.

La muestra está compuesta de 200 obras del visionario holandés Maurits Cornelis Escher (Leeuwarden 17 de junio de 1898-Laren 27 de marzo de 1972), cuyas creaciones han marcado las mentes de los científicos y el imaginario de los diseñadores, además de haber ejercido una fuerte influencia en el mundo del arte. La completa una serie de experimentos científicos, áreas de juego y recursos educativos que contribuyen a que comprendamos sus perspectivas imposibles, sus imágenes desconcertantes y sus universos aparentemente inconexos.

  

El señorial Palacio de Gaviria es el lugar escogido. Una construcción con 170 años de antigüedad, que fue residencia principal del banquero Manuel Gaviria Donza, marqués de Casa Gaviria, e inaugurado por la Reina Isabel II con un baile en el salón de los espejos, en 1851. A pesar de toda su historia y estar blindado por Patrimonio (desde que en 1977 la Comunidad de Madrid incoara un expediente de protección para declarar el Palacio de Gaviria como Bien de Interés Cultural), llevaba casi en estado de abandono desde hace 10 años, cuando cerrara la discoteca, del mismo nombre, sin licencia de actividad. Antes, en los ochenta se ubicó allí el Centro Asturiano, con mesa de billar y bingo, lo que lo convirtió en un destacado centro social de Madrid.

Pero dejemos de lado toda la historia que envuelve a este singular inmueble, para centrarnos en esta exposición que llena este espacio, a su vez lleno de espejos, cortinas y frescos, un ambiente tan anacrónico como cautivador para revisar las visiones paradójicas de Escher.

La exposición se divide en siete ámbitos, dispuestos de manera cronológica. En ellos se muestran obras (xilograbados, litograbados, etc.) que van desde la principiante etapa italiana, cuando aún era estudiante, y su relación con el Art Nouveau, hasta sus célebres imágenes de geometrías imposibles, infinitas cintas de Moebius, paradojas espaciales, espejos convexos, teselaciones y otras obras desconcertantes que, a través de los artificios de la percepción, deja asombrado al espectador. Enriqueciendo esa imagen colectiva que poseemos de Escher, como autor de arquitecturas casi mágicas, pobladas de escaleras que suben y bajan al mismo tiempo, y techos que son suelos o viceversa.

Especial hincapié se hace en su visita a Granada. Según Veldhuysen, “es en su visita a la Alhambra cuando su carrera da un giro y deja los paisajes para iniciar su obra más intelectual basada en la teselación”. El artista empieza a abarrotar sus imágenes de aves, peces o mamíferos sin que quede un solo resquicio libre, en algunas de sus obras, incluso, los pájaros negros se convierten en peces blancos, como por arte de magia. “La obsesión de Escher era llenar el plano”, explica el catedrático de Geometría de la UNED Antonio Félix Costa, “y en la Alhambra vio como se hacía”.

  
  

Otro elemento al que dedicó horas de estudio y numerosas obras fue la esfera, que refleja los rayos procedentes de cualquier dirección, representa íntegramente el espacio que la rodea, con la particularidad de que el que la mira siempre está en el centro, y esto para Escher significaba que “el Yo es protagonista indiscutible, a cuyo alrededor gravita el mundo”. Pero no fue el único también le obsesionaban los cristales, con sus leyes de organización molecular en el espacio.

La línea que separa a Escher de los matemáticos es sutil, pero determinante. Una atracción recíproca y provechosa, hasta el punto de que el genio holandés fue el único capaz de plasmar en imágenes las paradojas geométricas. Ejemplo de ello o vemos en Galería de grabados (1956), una tamizada versión del artificio de la “imagen dentro de otra imagen”, llamado también “efecto Droste” (por la caja del famoso cacao holandés), origen de cuarenta y siete años de debates en el mundo científico, sin que se lograse resolver un problema que de tan enigmático y complejo parecía insoluble [Nota 1].

Casi llegando al final del recorrido, nos encontramos con una serie de delicados trabajos centrados en cumplir las exigencias del cliente, más que a su investigación artística personal. Encargos, principalmente Exlibris o tarjetas de visita, que el autor planteaba como oportunidades para experimentar con soluciones que más tarde le sirvieron en sus grandes obras maestras.

Por último, la muestra nos enseña la “Eschermanía”, es decir, la influencia que este artista ha tenido sobre la cultura popular. Portadas de discos como Umma Gumma, 1969 de Pink Floyd o Stairway to Escher, 2003, de Bauhaus; en películas como Dentro del laberinto (Labyrinth), 1986 dirigida por Jim Henson, y con David Bowie como actor; Noche en el museo 3 (Night at the Museum: Secret of the Tomb), 2014 dirigida por Shawn Levy, o las famosas escaleras mágicas del castillo de Hogwarts, de la saga de Harry Potter. En publicidad Mano con esfera reflectante, Otro mundo II y Belvedere se usaron en 2006 para un anuncio de los cafés Illy. Sus composiciones han llegado hasta las prendas de vestir.

   

La obra de Escher, caracterizada por el estudio detallado de los efectos ópticos y del motivo decorativo, constituye una de las más originales e idiosincrásicas del siglo XX. Espléndido dibujante, exploró las contradicciones de la perspectiva tradicional en la forma de paisajes e imágenes "imposibles" dotados de una insólita belleza.

Unas obras que en pleno 2017 siguen influyendo en los artistas contemporáneos que se rinden ante “su universo imaginativo”. Y muestran la misma intención de Escher, que en 1953 escribió: “El objetivo es representar sueños, ideas o problemas de un modo tal que otras personas puedas observarlos y ponderarlos”.

Maurits Cornelis Escher, (Leeuwarden, Países Bajos, 17 de junio de 1898-Hilversum, Países Bajos, 27 de marzo de 1972), artista conocido por sus grabados xilográficos, sus grabados al mezzotinto y sus dibujos, que consisten en figuras imposibles, teselados y mundos imaginarios.

No fue pun gran estudiante brillante, llegando a destacar tan sólo en dibujo. En 1919 y por presión paterna empieza los estudios de arquitectura en la Escuela de Arquitectura y Artes Decorativas de Haarlem, estudios que abandonó para pasar a ser discípulo de Jesserum de Mezquita, un profesor de artes gráficas. Alcanzó buenos conocimientos de dibujo, y destacó en la técnica de grabado en madera, la cual llegó a dominar con gran perfección.

Entre 1922 y 1935 se traslada a Italia donde realiza diversos bocetos y grabados principalmente de temas paisajísticos. Es en Roma, en 1924 donde se casa con Jetta, con quien tiene tres hijos, George, Arthur y Jan. Abandona Italia junto a su familia debido al clima político y se traslada a Suiza, pero sin dejar de frecuentar el sur de Italia. También viaja a España, y en particular a Granada, donde visita la Alhambra, de la que copia numerosos motivos ornamentales. Estos supusieron la base de sus trabajos sobre la partición periódica del plano.

En 1941 se mudan a Baarn (Holanda), tras una estancia difícil en Bélgica (plena 2ª Guerra Mundial). Hasta 1951 vivió básicamente dependiendo económicamente de sus padres. Es a partir de esta fecha cuando comienza a vender sus grabados y a obtener un buen dinero por ellos. Esto le permitió vivir sus últimos años con una economía personal excelente.

Abandona los motivos paisajísticos como modelos y se centra en su propia mente, encontrando en ella una impresionante fuente de inspiración. En este período su producción es muy fructífera y regular, y sólo se verá interrumpida por la operación que sufrió en 1962.

En 1970 se traslada a la Casa Rosa Spier de Laren, al norte de Holanda, donde los artistas podían tener estudio propio. En esa ciudad fallece dos años más tarde, en 1972.


El lugar paradójico de Escher

Palacio de Gaviria
C/ Arenal, 9, Madrid, España
Desde el 2 de febrero hasta el 25 de junio de 2017


Nota 1: El efecto Droste hace que la obra esté incompleta, debido a la dificultad de que los elementos encajen en el centro. Por eso Escher dejó un espacio vacío, que llenó con su firma. El misterio del "hueco" dejado por Escher, y de si era posible llenarlo, no fue resuelto hasta 2003 por Henrick Lenstra, matemático de la universidad de Leiden.

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