Desde siempre,
el arte, en todas sus manifestaciones (pintura, escultura o fotografía)
ha estado interesado en el culto al cuerpo humano. Tal vez este sea
el mismo motivo por el cual una de las manifestaciones artísticas
que con más fuerza irrumpen en la actualidad sean las fotografías
de desnudo.
Para hablar de fotografía artistica
de desnudos, es importante marcar una seria distinción en las
clasificaciones que se otorgan a la fotografía de temas que se
vinculan con la sexualidad. Pasa con bastante frecuencia que los espectadores
cargados de tabúes sobre el sexo clasifican erróneamente
las imágenes que observan. Hay una enorme confusión entre
lo que es desnudo y lo que es el erotismo, lo mismo que lo obsceno y
lo sexual o lo pornográfico. En el terreno de la fotografía
artística se debe considerar muy acertadamente la intención
del autor y a través de ella determinar con buen criterio cuales
son las categorías bajo las que se observa y valora una obra.
Una de las circunstancias más
determinantes ante la obra que presenta cuerpos desnudos tiene que ver
con una postura conservadora y rígida. Durante el siglo XIX la
pintura, como en épocas precedentes, mostraba desnudos. Los cuerpos
sin ropa se han presentado en grabados, dibujos, pinturas, esculturas
sin mayor problema, pero la fotografía es otra historia, se trata
de un ‘testimonio de la realidad’, es decir es la captación
de un instante de la vida tal cual la vemos, sin pasar por el filtro
del pincel, de la gubia o del lápiz.
Es a partir de la segunda década
del siglo XX, cuando las costumbres se vuelven más naturales,
la mentalidad más abierta y la fotografía se beneficia
de los influjos de ese cambio postulándose como un género
artístico autónomo. Abriendo nuevas vías de experimentación
creativa en las que el desnudo se desliga de la censura moral, de la
clandestinidad, hasta llegar en los últimos años a una
situación, de normalidad y aparente asunción de este género
por el público, en la que proliferan las publicaciones y ediciones,
se realizan gran número de exposiciones y subastas y han surgido
infinidad de páginas web que tratan este tema.
Pero esta evolución no implica una total aceptación, aún
hoy en día sigué manejando cierto tabués, prueba
de ello es la desmedida expectación que ha causado la subasta
de una fotografía de la modelo y actualmente primera dama de
Francia, Carla Bruni, desnuda en Christie’s. Un ejemplo como cualquier
otro, pero que retratra el frágil desarrollo cultural de la sociedad.
Ante esto cabría preguntarse,
cuál es nuestro criterio ante este géreno. Una fotografía
artística que presente un desnudo generalmente será aceptado
por el gran público si lo insinúa desde una visión
estética y poco esplícita, ya que de otra forma puede
ser considerada obscena. Y sin embargo, en muchos casos, la consideración
artística y el valor económico de un cuerpo desnudo estará
condicionado, en gran medida, por la notoriedad del fotógrafo
y del modelo fotografiado, dejando atrás cualquier tipo de convencionlismo
o prejuicio.
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DATOS
DE LOS AUTORES:
Marc Montijano Cañellas (n. 1978, Vic,
Barcelona) es licenciado en Historia del Arte por la Universidad de
Málaga, y Experto en Organización y Gestión de
Empresas Culturales por la Universitat Oberta de Catalunya. Tiene
una amplia experiencia académica y profesional en diversas
instituciones y empresas culturales. Es fundador y codirector del
portal de Arte y Cultura Homines.com.
Susana Hermoso-Espinosa García (Málaga,
España) es licenciada en Historia del Arte por la Universidad
de Málaga, y Master en Museología por la Universidad
de Granada. Tiene una amplia experiencia profesional en diversas instituciones
y empresas culturales. Directora de la Revista Científica
de Estudios Histórico Artísticos SUMA. Es fundadora
y codirectora del portal de Arte y Cultura Homines.com.