‘Lee Miller y Picasso: evocación
y recuerdo’, la exposición que abre el XXI Octubre Picasiano
de la Fundación Picasso, recoge fotografías de la polifacética
amiga de Picasso, Lee Miller, con un montaje novedoso a modo de antiguo
cliché fotográfico. La muestra ha sido especialmente seleccionada
para la ocasión entre las más de 1.000 fotografías
de Picasso existentes en ‘The Lee Miller Archives’ y ‘The
Penrose Collection’.
Elizabeth Miller nació en Poughkeepsie,
Nueva York, en 1907, y es uno de los grandes nombres de la fotografía
del siglo XX. Lee Miller era ante todo fotógrafa. Lo fue de moda,
corresponsal de guerra y retratista de los horrores del nazismo, amante
de Man Ray (con quien descubrió la técnica de la solarización),
amiga de las vanguardias, y una de las artistas más desinhibidas
de todos los tiempos. También fue modelo, quiso ser actriz y
al final de sus días escritora de recetas.
Lee Miller era hija de un ingeniero
e inventor que le inculcó la pasión por la fotografía,
algo que más tarde se convertiría en su mejor forma de
expresión. Lee era el tema central del trabajo de su padre, Theodore,
que fotografió a su hija miles de veces, la mayor parte desnuda.
La infancia de Miller fue dura. A los 7 años fue víctima
de una violación, supuestamente a cargo de un amigo de la familia,
aunque muchos textos apuntan a Theodore como responsable. Su madre,
Frances, no fue precisamente una ayuda, sometió a Lee a regulares
e insoportables duchas vaginales con un potente desinfectante químico.
En 1925 Lee Miller salió de
Nueva York, y se refugió en París, donde comenzó
a estudiar teatro. Su padre le subvencionaba su ‘huida’,
hasta que seis meses más tarde dejó de mandarle dinero
para obligarla a volver. Fue cuando casi estuvo a punto de tener un
trágico accidente, en un descuido casi la atropella un taxi.
Pero el Conde Nast, editor de la revista Vogue, logró ayudarla
apartándola a tiempo. En ese instante quedó prendado de
la belleza de la joven y la reclutó como modelo.
Después de un tiempo, Miller
pasó de modelo a redactora de la revista, pero sus problemas
para cumplir los plazos de entrega convencieron a Nast de que era más
valiosa como investigadora de moda. Por ello visitó cientos de
museos y palacios dibujando las muestras de los vestidos que veía,
hasta que descubrió que era mejor fotógrafa que dibujante.
Trabajando como fotógrafa de colecciones de moda, conoció
al neoyorquino que marcaría su vida, Emmanuel Radnitzky, más
conocido como Man Ray. Este artista abandonó a su modelo y musa
Kiki de Montparnasse para convertirse en amante y mentor de Miller,
y le presentó a grandes artistas como: Duchamps, Picasso, Magritte,
Cocteau y su futuro marido, Roland Penrose.
Lee se convirtió en la modelo
favorita de Man Ray. Fue una relación fructífera para
ambos, juntos descubrieron la famosa técnica de solarización.
Pero esta relación acabó en una ruptura, hecho que atormentó
a Man Ray hasta el punto de llegar a acosarla por las calles de Paris,
provocando que Miller se trasladara a Alejandría. En la ciudad
egipcia, contrajo matrimonio con un antiguo amante, el millonario Aziz
Eloui Bey. Cansada de su vida tranquila en ese país, Miller se
divorcia y vuelve a París en 1939 y se casa con el pintor y crítico
de arte inglés Roland Penrose en 1947. El 9 de septiembre de
ese mismo año nacía su primer y único hijo, Anthony
Penrose.
Comienza la II Guerra Mundial y el matrimonio Penrose-Miller huye a
Londres. Pero ella quería acercarse a la primera línea
de fuego y se convirtió en corresponsal fotográfica para
Vogue. En esta revista publicó imágenes de los campos
de exterminio de Dachau y Buchenwald, con sus cadáveres apilados
detrás y los hornos de incineración. En Munich le pidió
al fotógrafo David Scherman que la retratara dentro de una bañera,
la del führer. En definitiva Lee Miller se reveló como una
reportera temeraria, algo que le llevó a conseguir algunas imágenes
únicas. El trabajo de Miller, unido al de la también estadounidendse
Margaret Burke-White, ayudó a definir lo que hoy conocemos como
fotoperiodismo. Ella escribió ‘No me gusta fotografiar
horrores, pero no creo que haya ciudad o área que no estén
repletas de ellos.’.
El matrimonio adquirió una granja
en Sussex, en la que Lee morirá en 1977, que se convirtió
en punto de reunión del surrealismo internacional, contándose
entre sus invitados a Picasso, Man Ray, Henry Moore, Jean Dubuffet,
y Max Ernst.
En los años 50, dejó de fotografiar y prohibió
toda exposición de sus obras, probablemente uno de los motivos
por los que el trabajo más serio de Miller no es lo suficientemente
conocido y valorado. A partir de entonces, se centró en el mundo
de la cocina y se dedicó a seleccionar recetas y a entrevistar
a chefs de Europa.
E n 1973 realiza lo que será uno de sus últimos trabajos,
las fotografías de Antoni Tapies que ilustrarán la biografía
del artista que prepara su esposo, Roland Penrose.
Poco después de su muerte su hijo, Antony Penrose, fruto de la
relación de Miller con Roland Penrose, descubrió en su
antiguo apartamento una caja con más de 500 imágenes y
40.000 negativos, junto a cartas y manuscritos.
Las imágenes que presenta en
esta exposición la Fundación Picasso, testimonian la larga
amistad de Lee Miller y Roland Penrose con Picasso. Se trata de imágenes
que son el resultado de visitas del matrimonio al pintor malagueño,
de visitas de Picasso a la granja inglesa de sus amigos e incluso de
una visita de Lee en 1955 a la ciudad natal de Picasso para conocer
las raíces del mayor creador de su siglo. La naturalidad, la
familiaridad y el afecto de décadas de diálogo y confidencias
se despliegan aquí para mostrar el lado oculto, el más
cercano, del pintor malagueño más universal.
Desde la mirada privilegiada y excepcionalmente
libre de Lee Miller, esta exposición se centra en sus retratos
intimistas de Picasso y su mundo, logrando capturar algunas de las imágenes
del artista que han dejado huella en la imaginación popular,
más allá de la identificación de las mismas con
su autora. Por otro lado, están las fotografías realizadas
por Miller después de la Segunda Guerra Mundial cuando colaboró
con su marido, Roland Penrose, documentando sus visitas a Picasso, mientras
él redactaba el libro Picasso: His Life and Work, una
de las biografías de referencia de Picasso desde su publicación
en 1958.
‘Lee Miller y Picasso: evocación
y recuerdo’ podrá visitarse en la sala de exposiciones
de la Fundación Picasso-Casa Natal hasta el 15 de febrero de
2009, de 9.30 a 20.00 horas, todos los días, excepto festivos.
_______________________
Para
saber más
__________________________
DATOS
DE LA AUTORA:
Susana Hermoso-Espinosa García (Málaga,
España) es licenciada en Historia del Arte por la Universidad
de Málaga, y Master en Museología por la Universidad de
Granada. Tiene una amplia experiencia profesional en diversas instituciones
y empresas culturales. Directora de la Revista Científica
de Estudios Histórico Artísticos SUMA. Es fundadora
y codirectora del portal de Arte y Cultura Homines.com.