María AA, María Alvarado
Aldea, María Aldea Alvarado, María AA. Sin preferencias,
sin primacías, sin prelaciones. Nacida en Sevilla el 19 de Marzo
de 1968. Es una artista andaluza dedicada al arte de acción desde
1999, si es que el arte debe encerrarse en una serie de nomenclaturas.
Se expresa con su cuerpo, en ocasiones con la palabra, crea con el aire;
con la complicidad del público, juega con sus sensaciones para
engendrar arte, o lo que es lo mismo, hacer performances.
En La huella que dejaste en mí (2006), María
AA se desprende de su albornoz negro y uno a uno, un grupo de hombres
y mujeres mojan su dedo en tinta y van dejando su huella dactilar marcada
en la piel de la artista, a la vez que firman en un libro de visita.
Su cuerpo desnudo como el gran lienzo que es, en el que quedan marcadas
las muescas de la vida. Huellas internas y externas que irremediablemente
nos regala nuestra existencia.
Sin duda, la mejor forma de conocer
el grado de honestidad de un artista es a través de su obra,
es la custodia de su verdad o de su gran mentira. Las palabras de la
crítica adornan y pueden engrandecer las mayores miserias; los
comisarios edulcoran y maniobran para construir su discurso; y los museos
y galerías confunden para sustentar su castillo de naipes. Es
la obra, por si sola, donde reside la verdad, el único elemento
sincero del universo del arte, la que convence o decepciona cuando se
prescinde de todo lo demás. Y María AA sin duda convence.
Adentrarse en su universo creativo sin palabras, sin conocer que se
desata detrás de la artista, resulta complejo y sin embargo es
sólo así cuando se puede comprender sin adulteraciones
su trabajo. En Las prendas de mi historia (2007), una acción
que dura treinta y tres minutos, las palabras las pone la propia María
AA. Nos cuenta la historia de su vida a través de una serie de
prendas que le han regalado diferentes personas. Va quitándose
por este orden guantes, abrigo, rebeca, jersey, botas, pantalón,
calcetines, camiseta, bragas y pendientes, y colgándolas en una
cuerda de tender cada vez más cargada de historias. Llena de
los pequeños recuerdos y anécdotas que sumados configuran
su gran historia.
Poco a poco va deshojando la margarita,
hasta quedarse completamente desnuda ante un grupo de personas que escuchan
su historia. Los segundos acarician su piel, el cuerpo es el soporte,
pero también su voz, una voz más trémula al inicio
de la acción y que se afianza conforme avanza el reloj. Un ritmo
imitado por las almas de quienes contemplan su hacer, deseosos de conocer
que guarda para ellos la siguiente prenda. En un clima de total sinceridad
expone con desnudez y cercanía su historia, una biografía
construida con retazos, en la que nos desvela, sin la protección
que da la vestimenta, quien es ella.
Con estas dos pinceladas se pueden entretejer algunas de las características
básicas de su obra: el cuerpo de la artista como herramienta
expresiva y el componente oral. Este último elemento, la palabra
hablada que hila sinuosa los pensamientos de los espectadores en sus
trabajos, aunque no lo emplea de modo inquebrantable, es tal vez una
de sus marcas más singulares. Cuando habla durante las performances
humaniza su obra, la desacraliza y vivifica mucho más. Introduce
irremediablemente al espectador en la acción y, lo que es más
importante, en la frecuencia emocional que la artista ha preestablecido.
Embriagados por el clima creado, la
artista arropa a los espectadores. Y en este juego de seducción
artístico la temática autobiográfica, que sale
a la luz en muchas de sus performances, favorece que se mantenga el
hechizo. En Naranjas amargas (ni contigo ni sin ti), acción
realizada por María AA en diciembre de 2008 confluyen prácticamente
todos estos elementos.
Tras extender un lecho de naranjas
amargas sobre el suelo, en una superficie rectangular, la artista vestida
con un traje de flamenca rojo, narra su relación conflictiva,
de amor-odio, con la ciudad que la vio nacer y las dificultades que
experimenta un creador en Andalucía. Sus primeras palabras son:
“Me llamo María AA y hace cuarenta años nací
en Sevilla…”. Su voz conduce la acción mientras aplasta
naranjas amargas con sus zapatos de tacón y el olor de esta fruta
característica de Sevilla invade la estancia.
Para sumergirnos lo más posible en la acción nos lanza
sonidos, colores, aromas, recuerdos, palabras e imágenes. Pisotones
de rabia e impotencia resuenan, mientras el zumo resbaladizo de la fruta
se esparce al relatar el provincianismo y la mentalidad anticuada con
los que se tiene que enfrentar en su ciudad. Un lugar dotado de gran
hermosura, en la que sus habitantes hacen que se sienta extraña
en su tierra y más extraña fuera de ella.
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Para
saber más
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DATOS
DEL AUTOR:
Marc Montijano Cañellas (n. 1978, Vic, Barcelona)
es licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Málaga,
Experto en Organización y Gestión de Empresas Culturales,
y Postgrado en Gestión Cultural por la Universitat Oberta de
Catalunya. Tiene una amplia experiencia académica y profesional
en diversas instituciones y empresas culturales, así como un
extenso currículum como investigador y crítico de arte.
Es fundador y codirector del portal de Arte y Cultura Homines.com
y corresponsal de la revista ART NOTES.