Marina Abramovic (Belgrado, Yugoslavia,
1946), es ante todo una performer. Su dilatada carrera se inició
a comienzos de los años 70, más concretamente en 1972
cuando comenzó a utilizar su cuerpo para explorar temas relacionados
con el dolor y la resistencia física. Lleva a sus espaldas infinidad
de acciones, y aún sigue activa. Recientemente se ha descrito
a sí misma como la ‘Abuela del arte de la performance’.
Abramovic utiliza elementos de su
biografía y los convierte en situaciones mentales fundamentales
a la vez que los exagera y dramatiza. Su cuerpo es su ‘material’
y, junto con el espacio que ocupa, forma lo que ella denomina su ‘campo
de representación’. A menudo lleva su cuerpo y su mente
más allá de los límites que se puede soportar.
La muestra que puede verse en el CAC Málaga, Holding Emptiness,
se trata de la primera exposición antológica de esta artista
en España. En ella se da un punto de vista nuevo de Abramovic,
‘no se trata de repetir exposiciones ya vistas, sino de crear
una nueva lectura de la obra de Marina’, según ha declarado
el comisario Fernando Francés.
Para ello se han expuesto algunos trabajos históricos con otros
actuales, pero a modo de confrontación. En sus primeras obras
exploraba la resistencia física, pero esto ha ido dando paso,
con una progresión a lo largo de los años, a un punto
más introspectivo, ahora explora los límites del alma,
o como el propio título de la exposición indica ‘Sosteniendo
el vacío’, que es difícil de captar.
Durante la presentación,
Francés ha contado que conoció a Abramovic hace 11 años
en Vejer de la Frontera y que desde entonces quería trabajar
con ella, pero no fue hasta hace 5 que comenzó una larga andadura
con galerías, coleccionistas y museos hasta conseguir traer al
CAC a la artista serbia.
En la exposición se pueden ver fotografías de sus primeras
performances, en blanco y negro, como Art must be beautiful, Artist
must be beautiful (1975/2010), en la que aparece cepillándose
el pelo de forma violenta, hasta hacerse daño, repitiendo la
frase del título; o Rhythm 10 (1973/2010), que consistía
en pasar un cuchillo entre los dedos, y cada vez que se cortaba, cambiaba
de cuchillo, el acto se repetía varias veces con ayuda de una
grabadora que registraba los sonidos.
También quedan reflejadas las performances realizadas con Ulay,
su pareja sentimental durante treinta años, y con el que trabajó
entre 1975 y 1988. Su complicidad dio lugar a una serie de trabajos
en los que se abordaba las relaciones de pareja y términos antagónicos,
como son la soledad/compañía; masculino/femenino y deseos/prohibiciones.
Con trabajos como Relation in Time (1977/2010), en la que ambos
permanecieron 17 horas de espaldas entrelazados por su pelo, o Anima
Mundi: Pietà (1983/2002), una fotografía a color,
en la que representa uno de los temas de la iconografía cristiana:
La Pasión.
Una
vez rota su relación con Ulay, se replantea su trabajo, esta
vez en solitario. Después de realizar sus viajes a China, India
y Brasil a finales de los ochenta y principios de los noventa crea los
objetos transitorios, que, según define la artista, son un grupo
de obras ‘diseñadas para provocar experiencias físicas
o mentales en el público a través de la interacción
directa. Cuando se logra la experiencia, los objetos pueden dejar de
utilizarse’. Chair for Human Use with Chair for Spirit Use
(I), (2012) son prototipos de estos objetos.
Su trabajo en solitario está
centrado en el cuerpo y en la energía con trabajos como el tríptico
The Artist is Present (2010/2013), realizada a partir de la
performance en el MoMA en la que invitó a los espectadores a
que se enfrentaran a su mirada en una de las salas de museo. Con esta
acción pretendía crear la sensecación del aqui
y del ahora. En una ciudad como Nueva York, en la que nadie tiene tiempo,
la gente hacía cola para pasar unas horas delante de la artista
mirándola, 'era una manera de estar consigo mis¡mo, ya
que no tenía escapatoria posible', según ha comentado
Abramovic.
También puede verse una serie de 30 dibujos que se exponen por
primera vez y que provienen de tres cuadernos realizados durante sus
viajes a Brasil en la década de los noventa.
La exposición se completa con dos vídeos que se muestran
enfrentados por primera vez en el que se representan dos realidades
bien distintas. En uno se ve el punto de vista más frío,
más calculador, mientras que el otro muestra algo efímero,
o como Francés ha denominado ‘algo, que podrí decirse
esotérico, espiritual’.
Marina Abramovic. 'Holding
Emptiness'
Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC Málaga)
c/ Alemania s/n Málaga, España
Desde el 23 de mayo hasta el 31 de agosto de 2014
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