El embajador ruso en Turquía,
Andrei Karlov, murió asesinado el pasado lunes 19 de diciembre
de 2016 en una sala de exposiciones de Ankara. Un joven policía
turco, de aspecto impecable, le quitó la vida delante de las
cámaras. Como era de prever el vídeo y las fotografías
que inmortalizaron la escena dieron la vuelta al mundo en pocas horas.
Por fortuna o por desgracia el reportero gráfico Burhan Ozbilici,
de la agencia Associated Press (AP), estaba en el evento y
logró capturar brillantemente el desarrollo del asesinato [Nota
1]. En las imágenes se ve al autor de la muerte,
Mevlüt Mert Altintas, un policía de 22 años, con
traje oscuro, corbata y un revólver en la mano, descerrajándole
varios tiros por la espalda al embajador.
El asesinato del embajador ruso en
Turquía nos ha llegado a través de una serie de imágenes
estéticas, extremadamente pulcras, más propias a priori
del mundo del arte. Sin duda, la escena encajaría perfectamente
en una performance. Incluso el propio fotógrafo creyó,
en un principio, que se encontraba ante una actuación teatral:
“Lo primero que pensé fue que todo era parte de un teatro”,
ha afirmado Burhan Ozbilici [Nota
2].
Sin duda, si se hubiera tratado de un asesinato burdo, cometido por
un asesino de aspecto descuidado no habría causado ninguna atracción.
Nos seduce la belleza del conjunto, auque se trate de una atrocidad.
Siguiendo esta hipótesis, el célebre crítico de
arte estadounidense Jerry Saltz, en la revista Vulture, ha
publicado un texto titulado Considering the Ankara Assassination
Photos As History Painting [Nota
3]. Afirmando que “Las fotografías mismas
parecen sorprendentemente surrealistas y, de alguna manera muy dolorosa,
hermosas”. Y en él pueden leerse frases como: “La
escena podría ser un martirio moderno por el pintor más
teatral de todos ellos, Caravaggio; el preludio del Juramento de
los Horacios de David; o uno de los grandes dibujos en blanco y
negro de Robert Longo”.
Según puede percibirse en el
video, el atacante gritó: "¡No se olviden de Aleppo!
¡No se olviden de Siria! A menos que nosotros estemos todos seguros,
ustedes tampoco sentirán seguridad." [Nota
4]. Pero realmente poco importa, a nadie le interesan
los motivos, las razones que movieron a este joven policía turco
a cometer un asesinato. Vivimos en una sociedad donde el envoltorio
es lo principal, hasta el punto que si este crimen no hubiera dado en
las claves estéticas que seducen a nuestros ojos enfermos, ni
siquiera le hubiéramos prestado atención.
La vida es una “ficción”, una
impostura constante que sólo cobra valor cuando es compartida,
retransmitida, a propios y extraños. Nuestro día a día,
tristemente se ha vuelto una gran performance, en el sentido
más errado del término. Una actuación vulgar, sin
profundidad alguna, en la que hasta una muerte violenta se convierte
en un hecho estético que puede llegar a causar fascinación,
en vez de repulsión. Aceptamos esas imágenes terribles
porque nos han llegado envueltas en una estética fácil
de digerir, propia de los medios de masas. Solo hay que recordar las
atrocidades cometidas por el Dáesh, y el celo que dedican para
distribuirlas al mundo a través de videos de de una factura impecable.
Hace poco leí que en Rusia iban a realizar un reality
llamado Game2: Winter, en el que se permitirán las violaciones
y los asesinatos [Nota 5],
si es cierta la noticia aparecida en prensa, le auguro un éxito
rotundo. Devoramos imágenes con total irresponsabilidad, al igual
que consumimos cualquier otra cosa que llega a nosotros con la misma
falta de escrúpulos. Una sociedad moralmente arrasada como la
nuestra, no puede hacer otra cosa que pasar por todo epidérmicamente
y, porque no, disfrutar de la muerte ajena, siempre y cuando sea estéticamente
bella, la muerte como un hermoso espectáculo.
Nota
1: No fue el único fotógrafo, pero si el que tomó
las imágenes más icónicas y que más han
circulado en varios medios. Aunque también han tenido repercusión
las realizadas por Yavuz Alatan de AFP.
Nota 2:
H“El fotógrafo que retrató el asesinato del embajador
ruso en Turquía relata lo vivido”, La Vanguardia,
2016. <http://www.lavanguardia.com/internacional/20161220/412752039502/fotografo-asesinato-embajador-ruso-andrei-karlov-burhan-ozbilici.html>
[Consulta: 21 de diciembre de 2016].
Nota 3:
SALTZ, Jerry: “Considering the Ankara Assassination Photos As
History Painting” Vulture, 2016. <http://www.vulture.com/2016/12/those-harrowing-ankara-assassination-photos.html>
[Consulta: 21 de diciembre de 2016].
Nota
4: “El embajador ruso en Turquía, asesinado a tiros
en un centro cultural de Ankara”, Cadena SER, 2016.
<http://cadenaser.com/ser/2016/12/19/internacional/1482164907_251803.html>
[Consulta: 21 de diciembre de 2016].
Nota 5:
“Un reality ruso permitirá violaciones y asesinatos para
sobrevivir”, Clarín, 2016.
<http://www.clarin.com/sociedad/reality-permitira-violaciones-asesinatos-sobrevivir_0_1706229393.html>
[Consulta: 21 de diciembre de 2016].
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DATOS
DEL AUTOR:
Marc Montijano Cañellas
(n. 1978, Vic, Barcelona), artista visual y performer, es también
un destacado investigador. Doctor en Historia del Arte por la Universidad
de Málaga, Experto en Organización y Gestión
de Empresas Culturales, y Postgrado en Gestión Cultural por
la Universitat Oberta de Catalunya. Tiene una amplia experiencia académica
y profesional en diversas instituciones y empresas culturales. Sus
principales líneas de investigación en la actualidad
son: el arte de acción, con especial atención a los
trabajos realizados en España y Latinoamérica; el estudio
de los procesos creativos y el desarrollo del proyecto; y el papel
de las nuevas tecnologías en la difusión y autonomía
del arte actual.