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Resquicios interiores: la insistencia de los recuerdos
Joel Flores
03/08/2007


Recuerdo/Memoria:

Resquicios interiores oscila entre dos interpretaciones personales: la deformidad de las imágenes causadas por el olvido, y la distorsión de las imágenes gracias a la imaginación. La imagen como un conjunto de objetos, personajes y episodios que suceden en la cotidianeidad o en los sueños y se transforman en estas piezas pictóricas como símbolos que nuestra memoria e imaginación podrá identificar: la pared descarapelada, la cortina vieja, el vidrio roto, la madera hinchada, la tinta sobre la tela raída, la lágrima infantil al caer al suelo, el caballito de madera de la infancia, el granero donde lográbamos desfogar nuestra amargura, la cita en la azotea como nuestro primero encuentro amoroso y el desequilibrio invernal sin aviso previo.

La rosa de las bocas   El mecanismo de la memoria   Grito ahogado en el cadalso

La memoria, como se logra descifrar en uno de los cuadros de esta colección, muestra un mecanismo delicado: almacena fragmentos del tiempo. Fragmentos que se convierten en recuerdos y se abultan en las filas doradas de nuestra mente. Recuerdos que se compactan y se agolpan en un sólo recuerdo para conformar Resquicios interiores.

Por ejemplo/configuración de varios recuerdos en uno:

En ‘Camino a Nostic’
tuve la ‘Sinopsis de un encuentro’
conocí ‘La rosa de las bocas’
en un ‘Paseo dominical’
lo llevo en mí como un ‘Último presente’
‘Un grito ahogado en el cadalso’
Conocimos a ‘Un burro de dos mundos’
y lo capturamos con la ayuda de un ‘Tripié bajo un cielo de verano, una postal para Lilia’
El ‘Desequilibrio invernal’ nos tomó por sorpresa
Nos refugiamos en ‘La luz interior de un granero’
como dos peces desprotegidos en una ‘Pecera de cristal’
Influidos por una larga ‘Sinfonía batracia’
formamos el ‘Resquicio de un camino interrumpido’.

Yo/tú, mi rostro en tu rostro:

Para disfrutar Resquicios interiores el espectador tiene que poner de sí. Néstor Medina nos invita a adentrarnos a esta colección de veinte cuadros como si se tratara de un bosque poblado de símbolos escondidos. En cuanto menos lo esperemos saldrán a flote para convertirse en lo que nuestra imaginación pueda descifrar. Néstor no utiliza formas definidas, ni una intención por adentrar a su público en una figura humana. Su propuesta es crear personalidades y espacios vacíos para que cualquiera pueda ocuparlas u ocuparlos. Este sistema creativo está vinculado con las teorías donde emisor y receptor se funden para ser uno solo: la imagen siempre va adoptar la forma que el espectador quiera interpretar o el personaje que quiera ser. No existe obra si el espectador no descifra el mensaje del creador. El artista en el lugar del 0tro. Aventurémonos a pensar que Néstor Medina le otorgó un sentido preciso a su obra, pero no único. El espectador siempre va a completar mentalmente la figura que terceros le invitan a ver, y así ser parte del otro.

Ecos ajenos en tu voz:

En Resquicios interiores escuchamos la voz dulce, alegre y codificada de tres artistas: el realismo pictórico y las tonalidades alegres de Chagall; el geometrismo no muy explícito y difuminado de Picasso; la expansión y deformidad de figuras de Lilia Carrillo. Las voces se unen para crear una sola melodía. La melodía mágica y alegre de Resquicios interiores. Hay una justificación velada. Los cuadros de Néstor se perfilan en esta máxima: cualquier creador, por más talento que se jacte de tener, siempre terminará bebiendo, de manera directa o indirecta, de los elixires de sus sucesores. No olvidemos que esta es la historia del arte: la tradición está para ser retomada, jugar con ella, obviarla y configurarla en la actualidad con un estilo propio, individual. De lo contrario, cualquier creador está condenado a repetir los moldes que nunca se atrevió a conocer y a vivir con una voz indefinida.

La apuesta de Néstor apunta a tener una voz propia entre los ecos que la cubren. No obstante ser ésta su primera exposición individual, el aroma de sus cuadros es agradable: persiste en invitarnos a hacer un viaje a nuestros recuerdos y a reflexionar sobre que el humano esta construido por ellos.

Larga vida a nuestros Resquicios interiores.

Joel Flores
20 de julio de 2007
Zacatecas, Zac.

  

Índice iconográfico

1. MEDINA, Néstor, La rosa de las bocas.

2. MEDINA, Néstor, El mecanismo de la memoria.

3. MEDINA, Néstor, Grito ahogado en el cadalso.


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Para saber más
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DATOS DEL AUTOR:
Joel Flores. 1984. Zacatecas, México. Narrador. Durante el año 2002 al 2004 fue parte del consejo editorial de la revista Finisterre (Beca Edmundo Valadés a Revistas Independientes). Sus cuentos y crónicas han sido publicadas en Acento, de La voz de Michoacán, Barca de Palabras, La cabeza del moro, Espiral, Prisma volante, Homines, La Agenda Cultural; y en Son de marzo (Antología de Escritores Jóvenes editada en Guanajuato). Su trabajo ha merecido los siguientes premios y apoyos: La Beca del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes del Estado de Zacatecas (FECAZ 2004-2005), la del Fondo Nacional Jóvenes Creadores (FONCA 2006-2007) y el tercer lugar en el IX Concurso Nacional e Iberoamericano 'Leamos la Ciencia para Todos' 2005-2006. Actualmente trabaja en dos libros de cuentos: Simulador y Relatos reales.