Después
de un año de descanso, tras cuatro seguidos de asistencia, ARCO
se muestra diferente, o al menos a mí me resulta distinta. Y
todavía no me refiero a la calidad de las obras, hablo de lo
más mundano y a la vez más básico, de la organización
espacial, pero de ello quiero hablar más tarde.
Esta 27ª edición de ARCO
(13 al 18 de febrero de 2008), ha contado con Brasil como invitado de
honor, y una selección de 295 galerías de 34 países.
El núcleo de la feria, ha estado situado en la gran planta baja
resultante de unir los pabellones 12 y 14 de IFEMA (el parque ferial
de Madrid), en un único espacio; mientras que la planta superior
de este último pabellón (14.1) ha acogido el resto de
programas, además de la ubicación del área destinada
a la presentación de Brasil como país invitado en esta
edición.
Como siempre el balance ha sido positivo,
por algo es la primera feria de arte contemporáneo de España
y una de las mejores del mundo. ARCO permite al visitante respirar,
con todos sus matices, el aroma del arte más actual de mercado
y mercaderes, el enlatado para comprar y consumir por los bienaventurados
administradores de la modernidad. Para quien no conozca este universo,
le pueden resultar altisonantes estas palabras, pero en realidad no
deja de ser como cualquier otra feria comercial (de ganado, maquinaria
agrícola, automóviles o turismo). Una feria con un gran
volumen de negocio y, como todas, con sus propios códigos e indumentarias,
con sus noblezas y también con sus grandes y pequeñas
miserias.
En esta ocasión, me resisto
ha hacer un análisis global, prefiero sumar diferentes pinceladas
subjetivas que desgranen mi vivencia, cincelada a base de las bofetadas
visuales recibidas, para bien y para mal. Me gustaría citar a
algunos artistas y nombrar una decena de obras que me ha cautivado y,
sobre todo, renunciaré a darle publicidad a las que me han parecido
mediocres o sobrevaloradas. De entre los reseñables, hay creaciones
de grandes firmas y de grandes artistas con la firma aún en desarrollo,
pero que desearía llevarme a casa y que a cualquier coleccionista
recomendaría que hiciera lo propio.
La obra Sombra Uriana (1978)
de Lucio Muñoz de la Galería Marlborough,
es una joya, no es ningún secreto que esta galería posee
piezas soberbias. En la Galería Leandro Navarro han exhibido
un grabado de Lucian Freud titulado Man Resting
(4/30) de 1980, sencillamente espectacular. Continuando con la obra
gráfica, la alemana Galerie Orangerie-Reinz ha traído
a ARCO magnificas piezas de Picasso a precios nada
desorbitados. Y la también alemana galeria Kicken Berlin, ha
expuesto entre otras, una gran fotografía de Helmut Newton,
titulada Big nude Yuko (1993-94), que deseo conservar el máximo
tiempo posible en mi memoria.
El siempre genial y ácido Eugenio
Merino y su Viva Fidel Zombie, versión de un
Fidel Castro que se cae a pedazos como su propia dictadura, en la galería
murciana T20, me ha vuelto a cautivar, adelantándose a la actualidad
política internacional. Las obras de Evan Penny
con sus espejismos de realismo cargado de irrealidad, nunca dejan de
sorprenderme por mucho que las contemple (Trepanierbaer Gallery, Canada).
El trabajo de Ruth Gomez, por la que siento una especial
fascinación y que desprende una compleja riqueza interior que
algún día indagaré, ha estado presente en diversas
galerías (Mário Sequeira Portugal y Oliva Arauna España);
y lo mismo ocurre con la espectacular y a veces corrosiva artista Marina
Abramovic, un clásico del panorama contemporáneo
y otra de mis debilidades (Beaumontpublic Bélgica, Galería
Brito Cimino Brasil, La Fábrica Galería España
y Lia Rumma Italia). Y cierro este bloque con la pincelada cargada de
Jaime Súnico, de la que sabe sacar soberbios
retratos, que ha venido de la mano de la barcelonesa Galería
Senda.
He dejado para el final de este somero
recuento, casi telegráfico, la pieza Gran Omo I (2007)
una obra que rebosa serenidad y elegancia de Santiago Serrano,
que ha traído la Galería Miguel Marcos (Barcelona-Zaragoza),
el más grato encuentro de ARCO 08 y para mí una de las
mejores obras de esta edición.
Como ya he mencionado, ARCO se ha trasladado
a los recién estrenados pabellones 12 y 14 de IFEMA. Esta migración
ha permitido la renovación y redistribución total de los
espacios de la feria, rompiendo los esquemas de los últimos años.
La nueva organización espacial y el diseño de la instalación
ha corrido a cargo del arquitecto Juan Herreros. Ha
ganando claridad y accesibilidad, buscando además no privilegiar
en demasía a unas galerías frente a otras, una intención
muy afortunada. Pero yo pondría un pero en lo concerniente a
la comodidad del profesional, no achacable necesariamente a Juan Herreros.
Cuando la saturación nubla el
discernimiento y todo, indiscriminadamente, te parece genial u horrible,
algo habitual en este tipo de eventos cuando llevas horas pateando pasillos
movido por una mezcla de trabajo y devoción; agradeces poder
salir unos minutos para tomarte un descanso en las inmediaciones, y
sentarte para reposar en algún espacio acondicionado para ello.
Inevitablemente añoré los bancos exteriores y los amplios
espacios para la prensa, en anteriores ediciones de ARCO.
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Para
saber más
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DATOS
DEL AUTOR:
Marc Montijano Cañellas (n. 1978, Vic,
Barcelona) es licenciado en Historia del Arte por la Universidad de
Málaga, y Experto en Organización y Gestión de
Empresas Culturales por la Universitat Oberta de Catalunya. Tiene
una amplia experiencia académica y profesional en diversas
instituciones y empresas culturales. Es fundador y codirector del
portal de Arte y Cultura Homines.com.