Podríamos tomar como punto de
partida a una de las grandes revoluciones del siglo XIX como fue la
Revolución francesa donde se formaron batallones de mujeres durante
1972 y en la que las mujeres tuvieron un papel igual de activo que sus
compañeros, veían que no podían quedarse pasibles
y neutrales ante lo que estaba aconteciendo [Nota
1].
La artista española Cristina Lucas nos enfrenta ante este hecho
con su obra "La liberté raisonnée" (La libertad
racionada) en la que nos expone una de las escenas más famosas
de Eugene Delacroix “La libertad guiando al pueblo” pero
de una forma más dinámica y visual, ella lo convierte
en un video donde los personajes avanzan encabezados por la Libertad
pero con un final que desconocemos en la obra de Delacroix y que ella
nos lo incluye, la Libertad encabezada por una mujer acaba siendo atacada
por sus compañeros de lucha como un enemigo más. La mujer
sigue siendo vista como un “enemigo” que hay que derrotar,
para asegurarse de que no rompa con el rol para la que ha sido educada:
la sumisión.
Parece que la historia nos habla siempre
en masculino, quizás porque siempre ha sido escrita por hombres
como la forma de contarla, al ver esto podríamos pensar que no
hubo mujeres luchando por sus derechos como trabajadoras, que ninguna
de ellas se hubiesen reunido para ir a la huelga y formar piquetes como
es un ejemplo de ello “Pan y Rosas” en donde italianas,
rusas, polacas, etc. desfilaron con sus hijos con temperaturas por debajo
de 0º llevando estas pancartas donde exigían a grito de
¡Queremos el pan, pero también las rosas! Luchaban
no solo por el pan sino porque se reconociesen sus derechos como trabajadoras.
Otro de los ejemplos fue durante la Bauhaus donde muchas mujeres
eran admitidas pero en rango inferior al de sus compañeros, y
a realizar tareas que ellos entendían como propiamente y de naturaleza
femenina, la cerámica y lo textil era lo más apropiado
para las mujeres. Pero muchas de ellas no permitieron esta subordinación
y relegación, cabe destacar la labor de Marianne Brandt que entró
en el taller de metal desafiando así las medidas de la Bauhaus
ya que este taller no era apto para mujeres, durante su estancia realizó
diversos objetos entre los que se encontraban teteras y cafeteras. Alma
Buscher que comenzó su labor en el taller de tejido pero que
sus dotes para trabajar la madera la llevaron a este taller y a diseñar
todo tipo de objetos infantiles y mobiliario, también poco apropiado
para mujeres.
Avanzando hasta llegar al periodo
de dictadura franquista en España vemos como muchas mujeres que
habían sido del bando republicano tuvieron que exiliarse o en
cambio como muchas otras quedarse dentro del infierno del silencio y
la censura. Todos los avances de derechos para las mujeres que se habían
conseguido en la II República poco a poco se iban perdiendo,
se redujo a una finalidad, la de engendrar hijos para la patria. Pilar
Primo de Rivera fue la encargada de fundar la Sección Femenina
en la cual las mujeres realizaban tareas para la falange y en apoyo
a la militancia masculina del partido y apoyaban la labor de los hombres
como dirigentes, tarea que ellas nunca podían realizar. Aun viviendo
esta situación de opresión y abnegación muchas
mujeres supieron cuestionar y desafiar estos dictámenes una de
ellas fue la sevillana María Laffitte Pérez conocida como
María del Campo Alange que con sus escritos sobre las relaciones
entre los sexos [Nota
2], siendo pionera del feminismo filosófico
mucho antes que Simnoe de Beauvoir. Desafiaba a la hora de cuestionar
el papel masculino y femenino [Nota
3] como también a usa lenguaje poco apropiado
como la palabra sexo [Nota
4]. Seguidora de la pintora María Blanchard
sobre la que escribió su primer ensayo que desató gran
polémica. Junto a ella, una artista como tantas otras que vivieron
durante este periodo de represión fue Paz Muro que desde su perspectiva
como artista plástica que posteriormente abandonará en
favor de la experimentación interdisciplinar como la fotografía
o el cine. En sus trabajos vemos una crítica a la situación
que se estaba viviendo en aquellos momentos en donde la mujer estaba
a la sombra y a la condición del hombre, por lo tanto Muro usando
la ironía y la critica llevará a su obra al desmantelamiento
de los estereotipos femeninos a través de la parodia. Todo ello
lo podemos comprobar en su intervención de 1974 en la revista
Nueva Lente titulada Textos de Fotos-Fotos de textos:
William Shakespeare-Paz Muro, Paz Muro-William Shakespeare.
Elabora una especie de metrónomo con la singularidad de que a
cada lado del instrumento hay un personaje con una palabra No o Si.
El No lo tiene inscrito la figura de William Shakespeare y el Si la
escritora Corín Tellado. En ella pone de entredicho la relación
y el concepto de artista mujer y de la idea tradicional de mujer/musa.
Usando el lenguaje
artístico como denuncia tenemos a la artista Marisa González
con su serie La Descarga, 1975-77, realizadas en una novedosa
técnica de fotocopias impresas en acetato y luego montadas en
paneles de madera, en ella aparecen rostros de mujeres violentadas.
Marisa nos habla de torturas que pudieron sufrir estas mujeres durante
la dictadura franquista.
Analizando estas situaciones podemos comprobar cómo estas
mujeres partían de una unidad igualitaria con el rechazo de todo
líder con el mismo fin de construir y reivindicar sus derechos
y valores como ciudadanas y trabajadoras. No solo luchaban contra un
enemigo común, sino también contra otro más invisible
y camuflado como era el machismo y los dictámenes impuestos por
la sociedad tradicional patriarcal que era un lastre que aun seguía
perpetuo en la realidad. Se enfrentaron a los estereotipos y roles,
asumiendo las consecuencias de ser llamadas locas, desventuradas, promiscuas,
maniáticas, desequilibradas, etc. pero aun así fueron
muchas las que no se mantuvieron impasibles ante todo ello y quisieron
hacer ver que eran tan iguales que sus semejantes en derechos y valores
[Nota 5].
Nota
1: “La revolución empieza a sacar a las mujeres
de su pasividad, introduciéndolas en el papel activo y consciente
de militantes, cuando empiezan las burlas, las caricaturas y las risas
con fuertes connotaciones sexuales: una de las armas más eficaces
contra los movimientos de mujeres” ROWBOTHAM, Sheila, Feminismo
y revolución. Debate, Madrid, 1978, pag. 157.
Nota 2: “Laffite,
como Spengler, plantea la pugna entre lo femenino y lo masculino, lo
patriarcal frente a lo matriarcal como una dialéctica antropológica
en la que necesariamente debe buscarse un mayor equilibrio entre los
sexos”. CABALLÉ, Ana, El feminismo en España.
La lenta conquista de un derecho. Cátedra, Madrid, 2013.
Pág.251.
Nota 3:
“La tesis de Laffite es heredera de la de Concepción Arenal
en relación con la idea de la falta de libertad en la que ha
vivido el ser femenino. La mujer no ha podido ser nunca ella misma porque
se ha visto deformada por siglos de dominio masculino”. Ibíd.
Nota
4: LAFFITE, María, La secreta guerra de los sexos,
Madrid, 1948.
Nota 5:
“[…] La mujer actual no corresponde ya como la de antes
a un ideal masculino. Su formación no está ya, como lo
estuvo otras veces, sujeta a una disciplina rigurosa, sino que, por
el contrario, es consecuencia de una libertad adquirida, de una franquía
moral que le permite nuevos y espontáneos movimientos antes reprimidos
y hasta ahora por todos ignorados”. Ibíd. Pág.
132.
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DATOS
DE LA AUTORA:
Alba Carrasco Quintana graduada en Historia del
Arte por la Universidad de Málaga (2009-2013). Se encuentra cursando
actualmente diversos cursos sobre arte latinoamericano. Su campo de
estudio es el Arte del siglo XX, en concreto el Arte Político
y las cuestiones de género y feminismo en el arte y la sociedad.