La muestra, que reúne 78 imágenes,
está comisariada por Yuri Liscano, con el apoyo de la Colección
C&FE Caracas, la Fundación Bigott y el Archivo Fotografía
Urbana, está compuesta por materiales fotográficos emblemáticos
e inéditos, y un compendio de documentos, reconocimientos y fotografías
personales de la artista de origen rumano Thea Segall. El acceso a este
valioso legado ha sido posible gracias al apoyo y la complicidad de
su sobrina Iris Segall, quien ha estado a cargo de su cuidado desde
el fallecimiento de la autora.
La exposición es el resultado
de una aproximación a la trayectoria de Segall, fotógrafa
incansable, investigadora, editora y, sobre todo, una comprometida creadora.
Llevó una labor sistemática e ininterrumpida durante 50
años, contituyendo un importante archivo de imágenes,
publicaciones y documentos que se han convertido en un testimonio patrimonial
de su dedicación y del aporte creativo que realizó de
Venezuela. Exaltó los aspectos de la vida rural y del mundo indígena,
en un momento en que la economía petrolera y su modernidad irrumpieron
en las costumbres, oficios y símbolos del país. Así
como la enorme llegada de inmigrantes europeos, cuya presencia fue determinante
para la conformación de la historia contemporánea venezolana.
La fotógrafa, nacida en la ciudad de Burdujeni, Rumania, motivada
por conocer la luz del trópico emprendió un largo viaje
hasta Venezuela en 1958. “Quedó cautivada por la selva
venezolana pero, sobre todo, por su gente”, aclara el gerente
de la TAC, Felix Suazo, quien además explica que uno de los grandes
aportes de la creadora fueron sus registros, de corte etnográfico,
de los modos de vida y las tareas cotidianas de los pueblos originarios.
“De allí surgieron series muy importantes y reconocidas
como “Curiara”, “Tambor”, “Casabe”
y muchas otras que le dieron a ella una gran notoriedad como fotógrafo”,
continua Suazo.
Esta exhibición
presenta una particular visión de la obra de Thea Segall, quien
transitó por diferentes etapas, series, ensayos y géneros;
abordados magistralmente durante su labor como profesional de la fotografía
y como editora. Aquí, se reúnen momentos imprescindibles
de su carrera, cuyo legado está ineludiblemente unido con el
universo indígena que contempló, para capturar la fugacidad
de un instante de armonía, de un equilibrio formal que pone de
manifiesto su dimensión particular.
A partir de copias fotográficas, libros y documentos presentes
en su inmenso archivo, la intención es develar al público
su sensibilidad por el ser humano y la preocupación por dejar
un testimonio de aquello que puede ser olvidado. Segall, es una referencia
ineludible de la fotografía venezolana de las últimas
décadas y deja abierto un sinnúmero de investigaciones
por indagar.
Su legado reúne un sinnúmero de parajes, tradiciones y
costumbres autóctonas de esta geografía. Logradas con
una alta calidad estética, en blanco-negro y color, con formato
de narración visual, que estimulan el diálogo y la reflexión
en una obra que articula la curiosidad con la investigación social,
folklórica, antropológica y etnográfica.
Curiara, una de sus foto secuencias emblemáticas, es
la primera de la muestra al entrar a la sala. Las series de 15 imágenes,
tomadas en 1969, de la selva amazónica y la interacción
de la comunidad yekuana, registran, paso a paso, la elaboración
de una curiara, embarcación indígena, con un ritmo narrativo
que inmortaliza las costumbres de esa etnia y dan cuenta del interés
de Segall de poner a Venezuela en el centro de su imagen. También
pueden verse "Lana, desde la barbería hasta el telar"
(circa 1970-1977); "La arepa. El pan de mi tierra" (circa
1964), "Vivienda indígena" (circa 1964-1970) y "Alfarería"
(circa 1970-1977), foto secuencias que no se habían publicado
antes.
En definitiva, sus imágenes tomadas en momentos
muy precisos, de una forma auténtica, revelan su deseo de nombrar
más allá de la pura representación de la realidad,
documentan su propia experiencia de vida, a la par que desarrollan series
temáticas con una clara intención editorial. Sus obras
conmemoran la luz y las sombras del trópico, flujos vitales con
las que recorrió gran parte del país, prácticamente
hasta el día de su muerte en el año 2009.
La exposición se complementa con un catálogo
diseñado por Pedro Quintero, quien también se ha hecho
cargo de la museografía, donde se recoge un texto analítico
y una exhaustiva cronología de la actividad fotográfica
y editorial de la autora, así como imágenes de varias
de sus fotosecuencias y documentos relacionados con su trayectoria profesional.
Thea Segall nació en Burdujeni, Rumania en 1929. Se inició
en la práctica de la fotografía a los 19 años como
reportera gráfica de la Agencia Internacional de Noticias AgerPres
en Bucarest. En 1958 llega a Venezuela y abre el Studio Thea. Da el
salto de la fotografía comercial a la fotografía científica,
trabajando para el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas
(IVIC) entre 1964 y 1970. Más tarde realiza fotografía
corporativa, comercial propiamente, al sur del país, para industrias
básicas del Estado que desarrollaban actividades mineras, petroquímicas
e hidroeléctricas entre 1980 y 2007.
Recorriendo Venezuela, desarrolla un personal discurso
de autor centrado en temas etnográficos, como la elaboración
artesanal de alimentos, de transporte como la curiara y la carpintería
de rivera que la distingue. El hilado, la cestería y la alfarería
de los Andes y Barlovento.
Registra la arquitectura y las faenas femeninas en las
comunidades indígenas yekuana, yanomami, piaroa y wayúu.
Organiza estos “relatos” como libros que denominó
“fotosecuencias”, presentes en la trilogía El casabe;
La curiara y El tambor publicados en 1988. Publicó más
de veinte libros con diferentes tópicos, además de ilustrar
con fotografías textos antropológicos como Religions et
magiesindiennsa d´Amerique du Sud de Alfred Metreaux (Bibliotéque
des Sciences Humaines, París, 1967) y Las warao de María
Matilde Suárez (IVIC, 1968), entre otros.
Bajo su propio sello editorial “Imagen y Huella” publica
compendios sobre la vida y obra de científicos y humanistas venezolanos
entre 1981 y 1988.
Su obra fotográfica está recopilada en el libro Luz de
Venezuela (1978). Sus registros la convirtieron en una pionera del ensayo
fotográfico. En 2004 le fue conferido el Premio Nacional de Fotografía.
Muere en Caracas en el 2009.
Thea Segall. Tiempo,
memoria e imagen
- Sala TAC del Trasnocho Cultural
Av. Principal las Mercedes, Caracas 1060, Distrito Capital, Venezuela.
Desde el 29 de octubre de 2017 hasta el 28 de enero de 2018
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