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Thomas Ruff, muestra su visión de Marte
Redacción Homines.com
13/11/2011


La exposición que hasta el 29 de enero podemos ver en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, M.A.R.S, nos lleva hasta la superficie marciana gracias al fotógrafo alemán Thomas Ruff, uno de los fotógrafos más destacados del momento actual.

La muestra, comisariada por Fernando Francés director del Centro, reúne treinta y una fotografías obtenidas por Ruff en la web de la NASA, en concreto de la misión realizada por la sonda MRO, y que se divide en tres series en las que se pueden apreciar las diferentes técnicas que el artista ha aplicado a las imágenes.

  

Ma.r.s., acrónimo de mars reconnaissance survey (sonda de reconocimiento espacial) cuenta con tres series: ma.r.s. (2010-2011), una selección de obras de la serie más amplia jpeg (2004-2010), y Sterne (1992). Como sus nombres indican, la primera está dedicada al planeta Marte, la segunda son cohetes y la tercera estrellas. El propio artista se encarga de explicar la unión entre las tres series: ‘la conexión entre las tres partes de la exposición y que se resume en que los paisajes marcianos no se pueden fotografiar sin un cohete, y las estrellas son las que rodean el planeta Marte’.

Para la serie ma.r.s. (2010-2011), el artista ha transformado las imágenes captadas por satélite desde un ángulo recto de forma que la perspectiva es similar a la que se puede tener desde un avión que sobrevuela un paisaje. Este juego visual es capaz de producir en el espectador la sensación de que está viendo Marte desde cerca. Además, aplica colores a las fotos, resaltando características de estos paisajes sin alterar su carácter.

Dentro de la serie jpeg (2004-2010), elige las imágenes de cohetes, que son obras realizadas en 2007, y que también han pasado por un proceso técnico.

Por último, Sterne (1992) (estrellas) representa estampas del universo, que el artista alemán acerca desde el Observatorio Espacial La Silla en Chile.

  

Para Thomas Ruff, ‘la fotografía sólo puede reproducir la superficie de las cosas’, con esta frase, resume su interés a la hora de enfrentarse al negativo de una imagen. Persigue ir más allá del instante, del momento que recoge. Se adentra en un mundo paralelo, buscando una lectura diferente a la convencional. El artista multiplica las experiencias visuales del espectador, extendiendo sus marcos de referencia más allá de la superficie de la fotografía, más allá del primer nivel o la primera impresión que dan sus imágenes. Por lo que la fotografía de Ruff se caracteriza por su persistente experimentación en torno a las propiedades del medio. Se aleja de la fotografía documental, presta especial atención a la manipulación de esa imagen ya obtenida, como él mismo dice 'sólo quiero aprender cómo valorar las imágenes, cómo saber cuánto hay de verdad en ellas’. El origen de las imágenes pasa a un segundo plano con la intervención de Ruff en todo el proceso creativo. La postproducción es lo que realmente importa en el trabajo del artista alemán, con unos resultados inesperados y con una visión sorprendente de paisajes marcianos.

No es la primera incursión de Thomas Ruff en imágenes captadas del universo, pero si es la primera vez que completa la secuencia de fotografías de una forma tan perfecta, con un comienzo (los cohetes), un nudo narrativo (los matices, colores y texturas de Marte) y un final (las estrellas orbitando en el universo a modo de conclusión). Una vez que han pasado el proceso creativo de Thomas Ruff son fotografías diferentes, inquietantes, que no dejan impasible al espectador.

        

Thomas Ruff (Zell am Harmersbach, 1958) llegó a Dusseldorf para estudiar fotografía en 1977 con unas pretensiones muy simples, convertirse en fotógrafo, viajar mucho y hacer fotos bonitas de gente guapa. Procedía de un pueblecito del sur de Alemania y ha contado en repetidas ocasiones que no tenía ni idea de arte contemporáneo. Pero se topó con los Becher, artífices de buena parte del éxito de la fotografía alemana de los noventa, que habían ingresado en la Academia de Dusseldorf el año anterior, por lo que su concepto cambió por completo.

Su trayectoria está vinculada a la generación de los fotógrafos alemanes que promovieron una nueva corriente: Cándida Höffer, Thomas Struth, Axel Hütte y Andreas Gursky, entre otros. Si bien en la actualidad el arte contemporáneo no se concibe sin la fotografía, el mérito de estos artistas es que lograron que sus trabajos tuvieran la consideración de disciplina artística, consiguiendo que se expusieran en galerías y museos.

   

Durante la década de los ochenta inicia su relación con la arquitectura a raíz de sus trabajos con fotografías de viviendas sociales alemanas. En 1992 comienza a colaborar con el estudio de arquitectura de Herzog y Meuron, fotografiando sus edificios y estudiando su interacción con el entorno. Sus imágenes arquitectónicas de carácter serial, formato monumental y extrema precisión ya son parte del legado visual de los años ochenta, pero además cultiva otros géneros como el interior, el retrato, el desnudo etc. Se adentra en el mundo de la fotografía, pero lejos de los cánones convencionales y apartado de la fotografía documental.

Su trabajo está vinculado al campo de la producción mecánica de imágenes y cómo la técnica puede influir en el resultado final de lo que expresa la fotografía. Las visiones telescópicas del cielo nocturno impresas sobre negativos, los provocativos desnudos extraídos de páginas webs pornográficas, sus coloridas manipulaciones de los cómics manga y sus series jpeg demuestran la constante intención de Thomas Ruff de reinventar imágenes ya existentes.

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