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Un día en las Peñas de los Gitanos, Montefrío (Granada)
Rafael J. Pedregosa Megías
9/5/2004


Fotografías 
Rafael J. Pedregosa


La Peña de los Gitanos, es un paraje natural y arqueológico declarado BIC desde 1996,destacando como Zona Arqueológica que se encuentra a unos 4 Kilómetros del municipio de Montefrío (Granada), por la carretera A-335 a unos 40 minutos de Granada.

La Peña de Los Gitanos recibe su nombre a la ocupación por parte de los gitanos que habitaron en la zona después de la Guerra Civil. Es un rico paraje habitado por la mano del hombre desde tiempos remotos, con una cronología que va del IV milenio a. C. hasta el siglo X d. C., conocido desde 1868, cuando Don Manuel de Góngora dio a conocer la zona y desde entonces no ha dejado de ser estudiada, a través de distintas excavaciones y estudios, para mostrar la riqueza de la zona.

Este paraje habitado a lo largo del tiempo, cuenta con una serie de restos arqueológicos importantísimos para el estudio de la historia granadina así como andaluza, destacan sus dólmenes, su muralla y poblado ibero-romana, el poblado prehistórico de los Castillejos, sus cuevas como la de Las Tontas, Las Cabras, La Raja de la Mora, Cueva Alta, así como el poblado y necrópolis del Castillón de época medieval.

Las Peñas cuentan con una rica vegetación mediterránea de monte bajo y encinas, destacan dos grandes llanos, que ofrecen al visitante un lugar idóneo (para comer, pasear, disfrutar del entorno), así como unas grandes rocas calizas conocidas por los lugareños como "tajos", por la altura que ofrecen, dándole una magnificación al conjunto, también se encuentra el "moco del pavo", una gran estalagmita, que da al visitante una sensación de bienestar.

La zona cuenta con una gran cantidad de abrigos y cuevas que fueron ocupadas por los primeros pobladores de la zona, conocidos como Cultura de las Cuevas, entorno al IV milenio a. C., que posteriormente abandonaran para asentarse al aire libre, en la Zona de Los Castillejos, cambiando su progresiva economía de caza y recolección por una cerealística y pastoril. En un principio las casas eran circulares con un zócalo de piedra y mampostería, recubiertas por ramaje, pero las que se conservan son de algo más tarde, ya ibero-romanas y de forma rectangular aprovechando mejor la terraza inexpugnable, defendida por una muralla de grandes sillares unidos por grapas con una decoración en almohadillado, donde se ubica el poblado. El poblado ha sido recientemente excavado consolidando la fase ibero-romana, apreciando distintas estructuras y habitaciones, de las culturas que ocuparon la terraza sobre la que se asienta destacan los agujeros realizados en el farallón que sirve de pared a las casas, para colocar las vigas de la techumbre de las casas, así como alguna hornacina excavada en la roca.

Quizás lo que más llama la atención es la estratigrafía de ocupación del paraje, con seis metros de ocupación ininterrumpida que va de finales del IV milenio hasta el Bronce Inicial siglo XIX a. C.

Sin duda lo que más destaca por la gran cantidad y envergadura son los más de 100 dólmenes que se ubican en las distintas necrópolis que conforman el paraje, la Camarilla, el Rodeo, Castellón y los Guirretes. Estos dólmenes son para la gente no experta, unas tumbas de grandes piedras, con una especie de corredor y una cámara trapezoidal, cubiertos por una gran losa de piedra, a la vez recubiertos por un túmulo de tierra, son de carácter colectivo, a veces tienen grabados en su interior. En ellos se enterraban los muertos en posición fetal acompañados por el ajuar funerario que le acompañaba al otro mundo, sus vasijas, collares, pulseras, armas, etc. Estas grandes construcciones megalíticas (de grandes piedras) aparecen en el III milenio a. C.

En otra zona de Las Peñas de los Gitanos, se localizaron también un poblado y una necrópolis altomedievales, conocida como el Castellón. De gran valor en la provincia, por sus dimensiones tanto de ocupación humana como de los restos de una necrópolis de más de 100 tumbas excavadas. En la ladera del poblado medieval a su paso por un carril que conduce a cortijos cercanos, se encuentra la necrópolis visigoda con tumbas en cista, es decir, compuestas por piedras con forma rectangular recubiertas por losas de piedra, donde se enterraban acompañados por su ajuar, algunas fíbulas, pendientes, collares, pulseras, sus adornos personales. Destaca la forma en la que se ubican las tumbas muy próximas unas a otras de diferentes tamaños.

En lo alto de la ladera, en el cerro, se ubica el poblado del Castellón o Castillón de época medieval, al cual se accede por un camino empedrado estrecho que hay que surcar entre piedras y encinas que van abriendo el camino, atravesando las encinas y bordeando una gran roca que sirvió de defensa natural a las gentes que ocuparon el cerro, dominadapor los cimientos de una torre defensiva que controlaría la entrada al poblado. Una vez surcado el camino se llega a la meseta conocida como el Castellón, ocupado en toda su extensión. En la zona más baja destacan los restos excavados del poblado, estructurados en tono a dos calles paralelas que redefinen el espacio de las viviendas. Las casas son rectangulares, siendo las alturas conservadas diferentes oscilando de los 30 centímetros a los 60 o 70, en su interior se puede observar los hogares donde estas gentes cocinaban los alimentos que iban a degustar. También se pueden observar algunos desagües para evacuar las aguas de lluvia y que no penetraran en la vivienda. A escasos metros del poblado excavado en dirección a Montefrío se puede observar una piedra que formo parte de un molino aceitero de grandes dimensiones que escapa a los visitantes que no conocen la zona. Desde el cerro se controla el paso por río de los Molinos que da acceso a la vega granadina y que comunicaría Montefrío con la zona de Alcalá la Real en la provincia de Jaén.

Los restos materiales de las culturas que se asentaron en la zona de la Peña de los Gitanos de Montefrío, se exhiben en el Museo Arqueológico y Etnológico de Granada, siendo destacables en la sala II del Neolítico y en la sala VI de la época visigoda.

Pero a pesar de su importancia, destacada por los distintos investigadores, así como por distintas instituciones, la gente de Montefrío no conoce su origen histórico, y lo que resulta más grave no lo respetan y degradan la zona.

La visita puede durar tranquilamente unas tres o cuatro horas, por lo que se recomienda que el visitante lleve un calzado cómodo, así como agua y algo para protegerse del sol si va en verano. Además en este paraje se puede practicar la escalda y el rappel, lo cual aumenta el valor y riqueza de la zona de La Peña de los Gitanos.