Fotografías
Rafael J. Pedregosa
La
Peña de los Gitanos, es un paraje natural y arqueológico
declarado BIC desde 1996,destacando como Zona Arqueológica
que se encuentra a unos 4 Kilómetros del municipio de Montefrío
(Granada), por la carretera A-335 a unos 40 minutos de Granada.
La
Peña de Los Gitanos recibe su nombre a la ocupación por
parte de los gitanos que habitaron en la zona después de la Guerra
Civil. Es un rico paraje habitado por la mano del hombre desde tiempos
remotos, con una cronología que va del IV milenio a. C. hasta
el siglo X d. C., conocido desde 1868, cuando Don Manuel de Góngora
dio a conocer la zona y desde entonces no ha dejado de ser estudiada,
a través de distintas excavaciones y estudios, para mostrar la
riqueza de la zona.
Este
paraje habitado a lo largo del tiempo, cuenta con una serie de restos
arqueológicos importantísimos para el estudio de la historia
granadina así como andaluza, destacan sus dólmenes, su
muralla y poblado ibero-romana, el poblado prehistórico de los
Castillejos, sus cuevas como la de Las Tontas, Las Cabras, La Raja de
la Mora, Cueva Alta, así como el poblado y necrópolis
del Castillón de época medieval.
Las
Peñas cuentan con una rica vegetación mediterránea
de monte bajo y encinas, destacan dos grandes llanos, que ofrecen al
visitante un lugar idóneo (para comer, pasear, disfrutar del
entorno), así como unas grandes rocas calizas conocidas por los
lugareños como "tajos", por la altura que ofrecen,
dándole una magnificación al conjunto, también
se encuentra el "moco del pavo", una gran estalagmita, que
da al visitante una sensación de bienestar.
La
zona cuenta con una gran cantidad de abrigos y cuevas que fueron ocupadas
por los primeros pobladores de la zona, conocidos como Cultura de
las Cuevas, entorno al IV milenio a. C., que
posteriormente abandonaran para asentarse al aire libre, en la Zona
de Los Castillejos, cambiando su progresiva economía de caza
y recolección por una cerealística y pastoril. En un principio
las casas eran circulares con un zócalo de piedra y mampostería,
recubiertas por ramaje, pero las que se conservan son de algo más
tarde, ya ibero-romanas y de forma rectangular aprovechando mejor la
terraza inexpugnable, defendida por una muralla de grandes sillares
unidos por grapas con una decoración en almohadillado, donde
se ubica el poblado. El poblado ha sido recientemente excavado consolidando
la fase ibero-romana, apreciando distintas estructuras y habitaciones,
de las culturas que ocuparon la terraza sobre la que se asienta destacan
los agujeros realizados en el farallón que sirve de pared a las
casas, para colocar las vigas de la techumbre de las casas, así
como alguna hornacina excavada en la roca.
Quizás lo que más llama la atención es la estratigrafía
de ocupación del paraje, con seis metros de ocupación
ininterrumpida que va de finales del IV milenio hasta el Bronce Inicial
siglo XIX a. C.
Sin duda lo que más destaca por la gran cantidad y envergadura
son los más de 100 dólmenes que se ubican en las distintas
necrópolis que conforman el paraje, la Camarilla, el Rodeo, Castellón
y los Guirretes. Estos dólmenes son para la gente no experta,
unas tumbas de grandes piedras, con una especie de corredor y una cámara
trapezoidal, cubiertos por una gran losa de piedra, a la vez recubiertos
por un túmulo de tierra, son de carácter colectivo, a
veces tienen grabados en su interior. En
ellos se enterraban los muertos en posición fetal acompañados
por el ajuar funerario que le acompañaba al otro mundo, sus vasijas,
collares, pulseras, armas, etc. Estas grandes construcciones megalíticas
(de grandes piedras) aparecen en el III milenio a. C.
En
otra zona de Las Peñas de los Gitanos, se localizaron también
un poblado y una necrópolis altomedievales, conocida como el
Castellón. De gran valor en la provincia, por sus dimensiones
tanto de ocupación humana como de los restos de una necrópolis
de más de 100 tumbas excavadas. En la ladera del poblado medieval
a su paso por un carril que conduce a cortijos cercanos, se encuentra
la necrópolis visigoda con tumbas en cista, es decir, compuestas
por piedras con forma rectangular recubiertas por losas de piedra, donde
se enterraban acompañados por su ajuar, algunas fíbulas,
pendientes, collares, pulseras, sus adornos personales. Destaca la forma
en la que se ubican las tumbas muy próximas unas a otras de diferentes
tamaños.
En
lo alto de la ladera, en el cerro, se ubica el poblado del Castellón
o Castillón de época
medieval, al cual se accede por un camino empedrado estrecho que hay
que surcar entre piedras y encinas que van abriendo el camino, atravesando
las encinas y bordeando una gran roca que sirvió de defensa natural
a las gentes que ocuparon el cerro, dominadapor los cimientos de una
torre defensiva que controlaría la entrada al poblado. Una vez
surcado el camino se llega a la meseta conocida como el Castellón,
ocupado en toda su extensión. En
la zona más baja destacan los restos excavados del poblado, estructurados
en tono a dos calles paralelas que redefinen el espacio de las viviendas.
Las casas son rectangulares, siendo las alturas conservadas diferentes
oscilando de los 30 centímetros a los 60 o 70, en su interior
se puede observar los hogares donde estas gentes cocinaban los alimentos
que iban a degustar. También se pueden observar algunos desagües
para evacuar las aguas de lluvia y que no penetraran en la vivienda.
A escasos metros del poblado excavado en dirección a Montefrío
se puede observar una piedra que formo parte de un molino aceitero de
grandes dimensiones que escapa a los visitantes que no conocen la zona.
Desde el cerro se controla el paso por río de los Molinos que
da acceso a la vega granadina y que comunicaría Montefrío
con la zona de Alcalá la Real en la provincia de Jaén.
Los restos materiales
de las culturas que se asentaron en la zona de la Peña de los
Gitanos de Montefrío, se exhiben en el Museo Arqueológico
y Etnológico de Granada, siendo destacables en la sala II del
Neolítico y en la sala VI de la época visigoda.
Pero
a pesar de su importancia, destacada por los distintos investigadores,
así como por distintas instituciones, la gente de Montefrío
no conoce su origen histórico, y lo que resulta más grave
no lo respetan y degradan la zona.
La
visita puede durar tranquilamente unas tres o cuatro horas, por lo que
se recomienda que el visitante lleve un calzado cómodo, así
como agua y algo para protegerse del sol si va en verano. Además
en este paraje se puede practicar la escalda y el rappel, lo cual aumenta
el valor y riqueza de la zona de La Peña de los Gitanos.