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12 años de esclavitud: Vivir o sobrevivir
Julio Rodríguez Chico
18/01/2014



FICHA TÉCNICA DE '12 AÑOS DE ESCLAVITUD'

12 Años de esclavitud (2013)+ Dirección: Steve McQueen
+ Guión:
John Ridley, basado en la biografía de: Solomon Northup
+ País: EE.UU.
+ Año: 2013
+ Duración
: 133 min.
+ Interpretación: Chiwetel Ejiofor (Solomon Northup); Michael Fassbender (Edwin Epps); Brad Pitt (Samuel Bass); Lupita Nyong'o (Patsey); Sarah Paulson (Mary Epps); Benedict Cumberbatch (William Ford); Paul Dano (John Tibeats); Adepero Oduye (Eliza); Paul Giamatti (Theophilus Freeman); Garret Dillahunt (Armsby); Scoot McNairy (Brown); Taran Killam (Hamilton); Chris Chalk (Clemens Ray); Michael K. Williams (Robert); Kelsey Scott (Anne Northup); Alfre Woodard (Mistress Harriet Shaw); Quvenzhané Wallis (Margaret Northup); Devyn A. Tyler (Margaret Northup de mayor); Cameron Zeigler (Alonzo Northup); Rob Steinberg (Parker); Jay Huguley (Sheriff Villiere); Christopher Berry (James Burch); Bryan Batt (Judge Turner);Bill Camp (Radburn); Dwight Henry (el Tío Abram); Ruth Negga (Celeste).
+ Producción: Brad Pitt, Dede Gardner, Jeremy Kleiner, Bill Pohlad, Steve McQueen, Arnon Milchan y Anthony Katagas
+ Fotografía: Sean Bobbitt
+ Música: Hans Zimmer
+ Montaje: Joe Walker
+ Vestuario: Patricia Norris

Basada en la historia de Solomon Northup, que en 1850, era un culto músico negro -y hombre libre- que vivía con su familia en Nueva York. Tras compartir una copa con dos desconocidos, Solomon descubre que ha sido drogado y secuestrado para ser vendido como esclavo en una plantación de Louisiana. A pesar de todo no abandona la esperanza. Solomon deberá luchar no sólo por continuar vivo sino también por preservar su dignidad frente a la crueldad de su amo. Su esperanza, alimentada por inesperados gestos de amabilidad y ayuda, no le abandonará a lo largo de su odisea de doce años.


Tener paciencia y esperar en la justicia divina o rebelarse con fortaleza ante una situación inmoral que clama al cielo. Ese es el dilema que atormenta al protagonista de 12 años de esclavitud, Solomon Northup, un hombre negro y libre que es secuestrado en el estado de Nueva York para después ser vendido como esclavo en el Sur.

  

Entre la consternación y la indefensión, Salomon pierde su condición, su familia y hasta su nombre… pero no la dignidad ni la esperanza de recobrar su libertad y de reencontrarse con su familia. Aunque debe pasar por analfabeto y silenciar su pasado, aunque tenga que soportar humillaciones y torturas, aunque se le obligue a actuar contra su conciencia, Solomon es un hombre íntegro que entiende lo que son las leyes humanas y las divinas… y por eso espera el día en que la Historia haga justicia con tan lamentables barbaridades.

Al comienzo de la película, Steve McQueen nos advierte que la historia está basada en hechos reales, a partir de la autobiografía del propio Solomon publicada en 1853. Eran momentos previos a la Guerra de Secesión estadounidense y la cuestión esclavista/abolicionista estaba a la orden del día. En las plantaciones de algodón o de caña de azúcar y en las explotaciones de madera, los trabajadores de color eran considerados propiedad de sus amos… que les trataban como mano de obra sin derecho alguno o como mercancía para satisfacer sus propios instintos más primarios. Por esas difíciles y penosas situaciones tuvo que pasar Solomon, y dar muestra de aguante físico, de astucia e inteligencia, y también de personalidad y estabilidad emocional.

En esa historia épica, McQueen consigue ir cargando poco a poco de tensión a su protagonista, mientras que un genial Chiwetel Ejiofor sabe transmitir con su semblante esa angustia creciente… y el espectador espera el momento en que las cuerdas se tensen demasiado y se rompan, como sucede a las del violín.

  

La fuerza de la historia y del guión es innegable, mientras que la estética realista hace que resulte muy dura y en ocasiones espeluznante. Se suceden momentos de crudeza como el azote hasta la rasgar la piel de la joven, con otros de angustia como el del ahorcamiento interminable, o de íntima dureza emocional como el de la carta (en un alarde fotográfico). De cualquier forma, se nos da mucha violencia y brutalidad solo suavizada con algún apunte de humanidad porque siempre hay algunos hombres buenos… también en el Sur, y porque una familia que le espera en un emotivo -aunque no demasiado- encuentro final.

Por otro lado, la historia está bien contada en sus saltos temporales -buen trabajo de montaje- y mantiene un constante ritmo narrativo, mientras que el espectador sufre con Salomon al vivir su misma tragedia y encontrarse en la encrucijada de callar o gritar. La cuestión moral y la oportunidad de actuar se la plantea el protagonista y quien está sentado en la butaca… que no sabe cuál será el menor mal y hasta dónde se puede ceder.

Entre seres despiadados que descargan su ira con el látigo y su lujuria con cualquier indefensa jovencita -Michael Fassbender resulta creíblemente sádico y banal-, entre mujeres orgullosas que liberan sus celos y su vanidad con los más inocentes, entre capataces que arrastran un ego o un sentido de culpa que ahogan con el alcohol o con violencia… aparecen algunos individuos que aún creen en la humanidad, en la igualdad y en la libertad. Por otra parte, esa tensión social que se vive en algunos momentos cruciales de la Historia es acertadamente recogida en la película de McQueen, para trasladar ese universo en conflicto y lleno de paradojas a la cabeza de un Salomon que debe debatirse entre vivir o sobrevivir, entre velar por los de su condición o salvar los muebles de su casa.

  

La película es una de las favoritas a los principales premios del año y, aparte de su buena factura técnica e interpretativa, tiene a su favor tratar temas de vital importancia y hacerlo con profundidad moral… y también de nadar a favor de la corriente.

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Para saber más

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DATOS DEL AUTOR:

Julio Rodríguez Chico, natural de Gijón (Asturias). Licenciado en Historia y máster en Historia y Estética de la Cinematografía por la Universidad de Valladolid. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos (CEC) y de la Asociación SIGNIS-España. Editor del blog La Mirada de Ulises, incluida en las plataformas digitales Paperblog y Globedia. Crítico de cine y colaborador de las revistas La Butaca, Film Historia (Univ. de Barcelona), Cinemanet, La peli que quieres ver, y En taquilla.
Autor del libro Azul, Blanco, Rojo. Kieslowski en busca de la libertad y el amor (Ediciones Internacionales Universitarias, Madrid 2004), de En busca del hombre y de la libertad. El cine polaco en la Seminci (Ed. Polonica Matritensis, Madrid, 2009), así como de artículos publicados en revistas y congresos especializados, sobre todo en torno al cine de autor. Desde el 2002, he participado en cine-forum y ciclos de cine entre universitarios, y cubierto el Festival de Cine de Valladolid (SEMINCI).