Ridley
Scott, un señor director que ha dejado su sello en la historia
de la cinematografía con films de ciencia ficción como
‘Alien, el octavo pasajero’,y ‘Blade Runner’
que influyeron en la estética y la narrativa de los posteriores
films del género. Así mismo ha marcado pautas con películas
épicas como la galardonada ‘Gladiador’ y ‘El
Reino de los Cielos’. Amado y odiado a la vez, este visionario
sabe hacer tanto cine de autor como cine de taquilla y se caracteriza
por su agudo sentido estético. Su última entrega ‘American
Gangster’, un exitazo de taquilla protagonizada por Denzel Washington
y Russell Crowe presenta una excelente factura, que combinado con
una historia fascinante dan a luz uno de los films más interesantes
estrenado este año en el mercado americano.
El Personaje
Ridley
Scott, es un director que despierta controversia entre los críticos.
Algunos lo adulan en casi todo lo que hace, pero un grupo bastante mayoritario
parece establecer estándares especiales para juzgar el trabajo
de este artífice del séptimo arte, con críticas
quisquillosas que al lado de los logros del director parecen más
bien pequeñeces. Es como si el grado de exigencia que le imponen
a sus films estuviera por encima de películas de otros realizadores,
a los cuales alabarían por el mismo trabajo. Una de las razones
que encuentro a este desacierto de la crítica es la propia historia
de este multifacético director definitivamente atípico:
estudió arte y cine antes de iniciarse como diseñador
de escenarios para la BBC. Fue en esta misma cadena de televisión
donde comenzó su carrera como director, encargándose de
varios capítulos de series y programas. Poco después abandonó
ese trabajo para montar su propia productora, con la que realizó
multitud de spots comerciales antes de emprender su primer proyecto
en el cine, en 1977, con ‘Los Duelistas’. Como realizador
de spots publicitarios ha sido incluso galardonado en varias oportunidades,
siendo muy cosechado en ese ámbito. También ha emprendido
numerosos proyectos exitosos como productor. Pareciera que ‘los
entendidos’ del cine no le perdonan su lado comercial, con el
que sin duda ha hecho mucho dinero. Algunos lo tratan de director vendido,
que solo hace películas complacientes para su público
a fin de preservarse como máquina generadora de dólares
y ganadora de premios. Más allá de cuales sean las verdaderas
motivaciones de Scott, no puede negarse su indudable talento como cineasta
y como creativo en todas las áreas en las que ha incursionado.
Podríamos catalogarlo de realizador versátil, que sabe
adaptarse a los tiempos y que en base a su exitosa compañía
productora puede darse el lujo de hacer las películas que quiere
cuando quiere, teniendo en su haber varias obras del mejor cine de autor,
que han marcado hitos en la historia del séptimo arte.
FICHA
TÉCNICA DE 'AMERICAN GANGSTER'
+ Dirección: Ridley
Scott.
+ País: USA.
+ Año: 2007.
+ Duración: 157 min.
+ Interpretación: Denzel Washington,
Russell Crowe, Josh Brolin, Chiwetel Ejiofor, Carla Gugino, John Hawkes,
Ted Levine, RZA, T.I., Yul Vazquez.
+ Guión: Steven Zaillian.
+ Fotografía: Harris Savides.
+ Música: Marc Streitenfeld.
Historia basada en hechos reales que narra el éxito de un héroe
callejero del Harlem de los años 70. Nadie se fijaba en Frank
Lucas (Denzel Washington), el silencioso chofer de uno de los jefes
mafiosos negros del centro de la ciudad. Pero cuando el jefe muere inesperadamente,
Frank decide aprovechar la puerta que ha quedado abierta en la estructura
de poder para construir su propio imperio y hacer realidad su versión
del sueño americano. Gracias a su ingenio y a una estricta ética
de los negocios, se hace con el control del tráfico de drogas
en el corazón de la ciudad, inundando las calles con un producto
de mayor calidad a mejor precio. Lucas es más listo que todos
los demás grupos mafiosos y trata directamente con los grandes
vendedores y utiliza a los militares en plena guerra en Indochina para
transportar la heroína sin sospecha y no solo acaba convirtiéndose
en uno de los mayores narcotraficantes de la ciudad, sino también
en una de sus superestrellas cívicas. Richie Roberts (Russell
Crowe) es un policía marginado y honesto que conoce bien las
calles y nota que el poder del hampa está cambiando de manos.
Cree que una persona ajena a los clanes conocidos trepa por la escalera
del poder. Tanto Richie Roberts como Frank Lucas comparten un estricto
código ético que les aparta del resto de sus coetáneos,
transformándolos en dos figuras solitarias en lados opuestos
de la ley. Al cruzarse sus destinos no tarda en estallar una confrontación
de la que solo uno saldrá ganando.
La factura del film es impecable,
la ambientación en los años setenta magistral, el ritmo
algo pausado pero lo suficientemente tenso para mantenernos alertas,
las actuaciones de Washington y Crowe soberbias y son el corazón
de la película. Tiene cierto sabor a Los Infiltrados de Scorsese
en la forma vívida en que son retratadas las calles de la violencia.
Sin duda se trata de una buena cinta pero en sus casi dos horas y media
de duración va decayendo el ritmo y el interés del espectador
lo que se compensa dado los excelentes performances. Frank Lucas es
un personaje controversial y dual, por un lado abnegado hombre de familia
por otro lado asesino y traficante que logra el sueño americano
de ser un don nadie a pasar a ser un figura pública de envergadura
y multimillonario. Esto ha sido criticado duramente, ya que el 'malo'
logra conseguir triunfar, gracias al inteligente uso del capitalismo,
la corrupción y la demagogia. Yo lo veo como una interesante
crítica al tan sobrevalorado sueño americano y a una sociedad
en crisis de valores.
Esta cinta tiene sin duda mucha
energía, se siente el calor de las calles de Harlem, la violencia
imperante, el mundo del narcotráfico, la vibración de
los convulsionados años setenta, todo perfectamente recreado
con detalles muy cuidados. Se puede afirmar que el director enfrenta
este género con solvencia que no ha sido característico
de su filmografía lo que resalta la versatilidad de este realizador
que nos ha impactado tanto con films de ciencia ficción como
con cintas épicas o películas de acción, drama
y suspenso. Podemos afirmar que se trata de un creativo integral. Actualmente
produce con éxito para televisión junto a su hermano,
el director Tony Scott (‘Deja Vu’, ‘Enemigo Público’)
la serie Numb3rs, que parte del planteamiento de usar las matemáticas
para resolver asesinatos o casos policiales. Tras un primera temporada
de éxito y calidad esperamos ver pronto la segunda temporada
producida por estos prolíferos hermanos. Se trata de un hombre
emprendedor, tan involucrado en la producción además de
la dirección, lo que ya se percibía desde sus inicios.
Un pionero en búsqueda
Su primer gran primer éxito fue con su segundo film: ‘Alien,
el octavo pasajero’ (1979), película de terror y ciencia
ficción protagonizada por Sigourney Weaver que dio lugar a varias
secuelas cinematográficas y cuyos efectos de montaje de imágenes
fue especialmente bien recibido por el público y marcó
un quiebre dentro de la estética del género. Una obra
innovadora, visualmente de corte gigeriano que se convirtió en
un perdurable clásico del cine como una asombrosa historia de
terror y primigenio miedo humano. El mismo Alien es en sí mismo
uno de los grandes logros técnicos de la película. Concebido
y diseñado por el aclamado pintor surrealista de origen suizo
H.R. Giger, el Alien estaba basado en el personal mundo visual del pintor
conocido como ‘biomecánico’. Giger trabajó
estrechamente con Ridley Scott a lo largo de toda la producción,
diseñando la criatura en sus diversas formas y fabricando personalmente
trajes y decorados a escala real. Además, Giger fue responsable
de la realización del planeta alien y de la misteriosa nave abandonada
en la cual el Alien es descubierto por primera vez. Destaca una excelente
dirección de actores que se siente en la solvencia y ensamble
del elenco y la atmósfera asfixiante y opresiva de una historia
llena de ritmo con extremas situaciones de tensión que conforman
un film del más puro suspenso. Por su estética, temática
y ritmo narrativo, ya es considerada una cinta de culto, que influyó
en las siguientes películas que se hicieron sobre el tema.
Su siguiente película,
‘Blade Runner’ (1982), hipnótica y tenebrosa
historia de ciencia ficción, acción y drama, se convirtió
en éxito y película de culto a la vez. Su agobiante clima,
su poético sentido de la tragedia y su nunca gratuita violencia
componen una obra fascinante que toca la temática de la replicación
de humanos. Existe una raza de robots, idénticos a los hombres
que se han convertido en un peligro con libre albedrío y que
Harrison Ford, antiguo cazador de replicas, debe perseguir por una deshumanizada
y mestiza megalópolis, sin sospechar que terminará enamorado
de uno de sus objetivos a eliminar. Excelente en su desarrollo e inquietante
en su trasfondo, esta obra se convirtió en un referente, en otro
clásico del cine de ciencia ficción. Scott tuvo serias
diferencias con los ejecutivos de la Warner, que luego de un test de
audiencia, decidieron cambiar a un final más complaciente. El
director no pudo evitar que fuera exhibida de esa forma pero años
más tarde (1992) re editó la obra, la digitalizó
, le quitó la narración en off y le puso el final original,
no tan feliz pero mucho más coherente. Según algunos críticos
la obra es sobrevalorada por su impactante efecto visual y esconde la
poca capacidad narrativa de Scott. Esta observación es repetida
en cada uno de sus films. A mi criterio, la cinta está excelentemente
concebida y realizada y más allá de toda la parafernalia
de su estilo, se esconde un relato que habla de la condición
del hombre y despliega una melancólica y atrapante historia de
amor.
Un realizador constante
Durante los años ochenta se produjeron diversas obras que mostraban
mundos irreales poblados de seres fantásticos. Inspirado en esta
tendencia Ridley Scott, se embarcó a realizar ‘Legend’
(1985), un cuento de hadas escrito por William Hjortsberg y producido
por la Universal. Al igual que ya le ocurrió con Blade Runner,
los problemas y exigencias impuestos por el estudio no pararon de sucederse,
y lo que había de ser una obra especialmente personal y bien
acabada, acabó deparando en un film bastante mediocre, que sin
embargo impactaba en su belleza visual.
Dos años
más tarde, en 1987, realizó ‘La sombra del testigo’
que dejó por sentado que este realizador es principalmente un
esteta, con una cierta tendencia al exhibicionismo cinematográfico
y a la grandilocuencia visual a veces a costa de la profundización
de la historia. La película, tristemente protagonizada por Tom
Berenguer, pasó sin pena ni gloria, resultando en otro trabajo
un tanto mediocre.
En 1989 con ‘Black Rain’, un thriller protagonizado
por Michael Douglas en sus mejores épocas y un naciente Andy
García, logró un buen film de acción, que si bien
no alcanzaba los niveles de sus primeras producciones funcionaba perfectamente
como película taquillera, para pasar un buen rato y disfrutar
de algunas escenas memorables. ‘Black Rain’ resalta por
su ambientación: una atmósfera tensa y macabra, que proporcionaba
un aire misterioso y un grado de asfixia. Una película oscura,
donde sólo resaltan algunas de las luces de los nigthclubs de
la urbe japonesa. Describe muy bien el ambiente de esa ciudad, donde
se pueden ver muchas de sus tradiciones, pero siempre desde el punto
de vista occidental. Este film solo sería el canapé que
predeciría a una de las obras más populares de Ridley:
‘Thelma y Louise’ (1991).
Con dos actrices
de alta factura como Susan Sarandon y Geena Davis,las dos fantásticas
y ambas nominadas al Oscar, esta película se convirtió
en un éxito total, en base a la romántica y emocional
historia de dos amigas que emprenden uno de los viajes de carretera
más famosos del cine. Con este film Scott logra recuperar el
prestigio de saber combinar comercialidad con el carácter de
director de culto. ‘Thelma y Louise' no es una historia
de seres desesperados, aunque pueda parecerlo. Por eso el tono del film
ofrecía grandes dificultades. Me propuse, ante todo, lograr una
mezcla sutil de comedia y tragedia’. El film posee una cinematografía
de carácter publicitario que logra el objetivo de atrapar el
ojo del espectador, y por muchos lugares comunes dentro del guión,
la química entre el director y sus dos musas provocó que
se filmara una película inolvidable, para volver a ver cualquier
día a cualquier hora. Así mismo esta película abrió
el mundo de la acción para las féminas, poco aprovechadas
en este género. La película marcó un corte que
le permitió a muchas actrices ser consideradas para roles arriesgados,
antes reservados para los hombres. Este film fue además fue su
primer éxito como productor y de allí en adelante todos
sus films han sido producidos por él.
En 1996 produce
y dirige ‘Tormenta Blanca’ (White Squall) drama
marítimo, sobre las desventuras de un barco para formar jóvenes
marinos, capitaneado por Jeff Bridges, quizás lo mejor de la
película. El film demostraba la eficacia de Rydley como director
con una realización impecable, que implicaba grandiosas escenas
de acción en el mar, pero planteaba una historia llena de huecos
y lecciones morales, difíciles de digerir. Como siempre a nivel
de realización y estéticamente fue resaltante. Al año
siguiente, dirigió quizás uno de sus peores desaciertos,
‘La teniente O'Neil’ (G. I. Jane, 1997) que cuenta
la historia de la teniente Jordan O´Neil, que tras las presiones
de una senadora del Congreso Norteamericano, se convierte en la primera
mujer de una unidad de élite del ejército estadounidense,
reservada solo para hombres. Todos esperaban verla fracasar, y Scott
lleva al límite el mito del héroe, en un film desarticulado,
distante y que exalta hasta las nauseas los valores de los militares
norteamericanos.
Durante el 98
y 99 se dedicó a la producción, hasta su triunfal retorno
con la súper producción épica ‘Gladiador’
(Gladiator), que vuelve a reafirmar su talento visual, su solvencia
como realizador y recreador de grandes escenarios de carácter
histórico. Scott se tomó varias licencias creativas a
la hora de elaborar la historia, tratando de resumirla a un enfrentamiento
entre buenos y malos Un Marco Aurelio que se pinta como un santo pacifista
y un hijo extremadamente malvado, casi hasta la caricatura. En cuanto
al rol del héroe, encarnado soberbiamente por Russell Crowe,
está exaltado exageradamente. Sin embargo, Scott no es un documentalista,
por lo cual aceptamos su versión de una de las épocas
más decadentes del Imperio Romano que nos permite ver a través
de la vida de un gladiador como la injusticia, la corrupción
y la decadencia humana no son características exclusivas del
mundo moderno. Resulta aleccionador y da tema para la reflexión
la representación del Coliseo Romano, al cual la gente iba a
observar violentas muertes como mera diversión. Si bien el film
puede ser acusado de simplista en su guión, es una película
con ritmo, apasionada, un tanto maniqueísta pero atrapante donde
todo el aspecto esteta está extremadamente cuidado al punto de
trasportar al espectador de su butaca a otra época. En cuanto
a las peleas y combates cuerpo a cuerpo, estos están caracterizados
por una edición rápida, casi feroz y primerísimos
primeros planos que se van colando en el todo. Con este estilo marco
nuevamente pauta, aunque muchos criticaron que su forma no permitía
disfrutar realmente de los detalles de dichos combates. A mi parecer,
la crudeza del montaje ayuda a percibir lo que significaban las peleas
en ese tiempo, trasmitiendo la extrema violencia sin regodearse en ella.
Un film que recuperó un género que estaba en baja y como
todo lo que hace Ridley, tenía que ser a gran escala.
En el 2001,
encaró el reto de dirigir y producir la secuela de El Silencio
de los Inocentes, Hannibal, esta vez sin Jodie Foster
y con el protagónico a cargo de Anthony Hopkins y Julianne Moore.
La película resulto entretenida, un tanto sádica, visualmente
atrapante pero como segunda parte de un film tan brillante, resultó
algo irregular. Es en suma, una puntillosa cinta de suspenso, hermosamente
fotografiada que si bien pierde un poco el camino durante la primera
mitad, logra llegar a una contundente conclusión. En la exquisita
cinematografía y los ambientes logrados, la cinta compone un
cuadro visual sorprendente. Bastante recomendable para recobrar la fe
en el género de suspenso o terror, que Scott afronto con éxito.
Ese mismo año
filmó el drama bélico ‘Black Hawk derribado’,
(Black Hawk Down) cuya historia es el heroico relato de un grupo de
soldados americanos de élite que fueron enviados a Mogadiscio,
Somalia, en octubre de 1993, como parte de una operación de paz
de las Naciones Unidas. ‘La Caída del Halcón
Negro’ muestra dramáticamente hechos verídicos
que tuvieron su origen en políticas sumamente 'dudosas', que
resultaron en centenas de muertes. Esta cinta es una interesante película
de guerra, cuyo mensaje es inequívoco en este clima de terror
que envuelve al mundo. Pero dejando la política aparte, se trata
de otra muestra de la destreza de Ridley Scott como director y artista
visual, que cuando tiene la oportunidad, deja en sus films una reflexión
sobre la condición humana en sus mejores y peores facetas.
En el año
2003, Scott nos sorprendió con una obra de corte personal, alejada
de los grandes decorados y efectos de computadora. 'Los Impostores'
(Matchsticck Men) protagonizada por Nicolas Cage y Sam Rockwell nos
narraba la historia de una pareja de profesionales de la estafa de poca
monta, que forman un dúo disparejo. Roy (Nicolas Cage), es un
obsesivo compulsivo, que busca la ayuda de un psiquiatra ya que su enfermedad
afecta su trabajo y que se enterará que tiene una hija adolescente.
Buen punto de partida para una historia entretenida, ingeniosa, que
no intenta moralizarnos, tan solo mostrarnos la entrada a una esfera
de personajes insólitos, en un tono de comedia dramática.
Otro ejemplo de la versatilidad de este director, que no teme experimentar
con los géneros.
En el 2005 este
realizador volvió a la carga con un film de época ‘El
Reino de los Cielos’ (Kingdom of Heaven) esta vez ambientado
entre la segunda y tercera cruzada, en un corto periodo de paz. Película
más espectacular que rigurosa, ya que se toma varias concesiones
dentro de la verdadera historia. Sin embargo como ya dijimos Rydley
Scott no es un documentalista por lo que los críticos deberían
dejar de señalar como punto débil de la película
sus imprecisiones ya que la narrativa histórica no consiste tanto
en explicar cómo fueron los hombres y mujeres de otras épocas
pasadas sino reflejar nuestro presente proyectado en situaciones semejantes.
Cabe rescatar, de esta película, una trama que nos deja un profundo
mensaje sobre la importancia de la paz y la futilidad de la violencia
basada en ideales de cualquier tipo. Scott no se corta ni un pelo en
mostrarnos a los Cruzados no como los idealistas religiosos que nos
han querido vender, sino como un puñado de bandas de forajidos,
hombres de ninguna parte que encuentran su paralelo cercano en el western,
que explican muy a las claras que los asuntos de Dios no tienen nada
que ver con su presencia en Tierra Santa. Con este film Rydley Scott,
vuelve a demostrar su capacidad innata para las superproducciones, cuidadosamente
realizadas, con una historia simple pero con un despliegue visual de
alta factura. Si bien el film no es una obra maestra, esta muy acorde
con los tiempos que nos toca vivir (conflicto en el Medio Oriente),
rescatando valores como la lealtad, la tolerancia y la libertad, casi
deshechos en nuestro mundo moderno, que muestra un escalofriante paralelismo
con la época que se quiere reflejar, asomando la idea de que
la raza humana siempre se ha visto corrompida por los asuntos de poder.
A mi criterio un film que vale la pena y que ha sido criticado injustamente.
Esto suele pasar casi con todos los trabajos de este enigmático
director, de quien todos los críticos siempre esperan más
o tienen expectativas preconcebidas de lo que debe y no debe hacer,
debido al peso de su propia huella en el cine. Y vaya que huella.
En el 2006 dirigió
la comedia dramática ‘A Good Year’ (Un Buen
Año), la historia de un hombre inescrupuloso, con dinero, negocios
y mujeres, que en un viaje la Provenza para vender un pequeño
viñedo que ha heredado de su fallecido tío, emprenderá
un camino de autoconocimento. El personaje (Russell Crowe) embarca de
mala gana en lo que, definitivamente, resultará ser un nuevo
y estimulante capítulo en su vida, cuando empiece a darse cuenta
de que merece la pena saborearla cuando se descubren las pequeñas
cosas, los detalles de existir. Se trata de un film bastante clásico
en su factura y narrativa, predecible pero amenamente entretenido.
Se podrá
decir que Ridley Scott es un grandilocuente, anti-naturalista, efectista
y muchas otras cosas más, pero ha filmado más de 15 películas
como director y tres de ellas están entre las 100 más
memorables del pasado milenio: ‘Alien’, con la
cual impuso un semi género dentro de la ciencia ficción,
con un estilo y una estética imitada hasta el cansancio y que
hoy en día sigue vigente véase el caso de ‘Alien
Vs Depredador’. Con ‘Blade Runner’,
trato el tema de las réplicas de humanos, una especie de adelanto
a la clonación que conocemos hoy en día, que marco pauta
tanto por su factura como por su temática. ‘Thelma
y Louise’, fue completamente vanguardista mostrando mujeres
a cargo de la acción cosa que hasta la época no era común
y que actualmente es parte de la cinematografía como un género
más y usualmente exitoso como la recién estrenada ultima
entrega de ‘Resident Evil Extinction’ donde toda
la trepidante acción recae sobre Milla Jovovich, una entre varias
heroínas del cine contemporáneo. Ridley Scott ha destacado
especialmente por su sentido artístico y su corte de originalidad.
Obsesivo con la estética visual de sus films, ha logrado recrear
mundos, ya sean futuristas, actuales o pasados, que se quedan pegados
a nuestra retina, proporcionándonos un pequeño viaje a
otras épocas y ambientes dado el amplio registro de diferentes
géneros que este versátil realizador se ha atrevido a
afrontar. Produciendo y dirigiendo casi un film por año, este
hombre de casi setenta años, es una máquina creativa.
Actualmente se encuentra filmando ‘Body of Lies’ a estrenarse
en 2008 un historia sobre un periodista herido en Irak que es contratado
por la CIA para seguir miembros de Al Qaeda. En preproducción
se encuentra ‘Nottingham’ pautada para filmarse
el año entrante que trata de un triangulo amoroso entre Robin
Hood, Marion y el Sheriff de Nottingham. Para el 2009 veremos ‘Blood
Meridian’, aparentemente un western sangriento.
Sin duda, un controversial director y productor de lujo que no para
de reinventarse en una búsqueda constante detrás del lente.