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Ciudad de Dios
Arturo Marcos Merelo
5/5/2004


DATOS TÉCNICOS: 

+ Dirección: Fernando Meirelles.
+ Codirección: Katia Lund.
+ País: Brasil.
+ Año: 2002.
+ Duración: 135 min.
+ Interpretación: Matheus Nachtergaele (Sandro Cenoura), Seu Jorge (Mané Galinha), Alexandre Rodríguez (Buscapé), Leandro Firmino da Hora (Zé pequeño), Phellipe Haagensen (Bené), Jonathan Haagensen (Cabeleira), Douglas Silva (Dadinho), Roberta Rodríguez Silvia (Berenice), Gero Camilo (Paraíba), Graziela Moretto (Marina), Renato de Souza (Marreco).
+ Guión: Bráulio Mantovani; basado en la novela de Paolo Lins.
+ Producción: Andrea Barata Ribeiro y Maurício Andrade Ramos.
+ Música: Antonio Pinto y Ed Côrtes.
+ Fotografía: César Charlone.
+ Montaje: Daniel Rezende.
+ Dirección artística: Tulé Peake.
+ Vestuario: Bia Salgado e Inés Salgado.
+ Más información: www.cidadededeus.com.br


He de confesar que no conozco bien el cine brasileño, no por que no quiera, sino por la sempiterna ocupación de películas estadounidenses -que no americanas, puesto que los americanos son muchos más aparte de los EEUU- del mercado cinematográfico. A pesar de eso Brasil tampoco destaca por su producción de películas (por lo mismo de antes: no por que no quieran, sino porque no pueden).
Uno de los filmes brasileños más conocidos de los últimos años es la magnífica Estación central de Brasil de Walter Salles, y desde este no se nos ha vuelto a avisar de casi ningún estreno de este país. Hasta ahora que llega Ciudad de Dios de Fernando Meirelles, un magnífico retrato de lo que puede ser la vida en una favela para unos niños totalmente indefensos y con una educación social muy perjudicada por el ambiente que les rodea.

                                                            

Es una película dura, muy dura, tanto que es casi irreal, pero no es así, te das cuenta cuando te encuentras a ti mismo pensando "y lo triste es que todo esto sucede".
Visualmente es extraordinaria, con aires a Pulp Fiction pero mucho más exagerado y continuo, y rastros de El Padrino y otras películas de la cosa nostra. No sé dónde leí que "esta película es de denuncia social con efectos a lo Matrix", esta afirmación no es del todo acertada, pero sí es cierto que los efectos son de lo mejorcito y de lo más útiles en el desarrollo del film, no están puestos para impresionar, sino para cumplir una función, como dejarnos ver todo lo que sucede alrededor de algo o lograr hacernos sentir la angustia de alguien obligado a ver algo que no quiere.

La historia se estructura en tres partes, finales de la década de los 60, los 70 y principios de los 80. Los protagonistas son, entre otros, Buscapé y Dadinho, uno honrado y con miedo cuyo sueño es ser fotógrafo y otro salvaje y despiadado, dispuesto a conquistar y controlar toda la favela. Hay tráfico de droga, de armas, de vidas. Una vida en la favela de Ciudad de Dios no vale nada.

                                                            

En épocas como esta en la que surgen aires belicistas y violentos nos son mucho más útiles películas como esta que hacen que uno decida ser mejor persona.
Sería un fallo darle valor a este film solo por ser de denuncia social, lo cierto es que tanto la realización como la interpretación son magníficos y absolutamente realistas. Debe ser, es cierto, una de las películas con más contenido violento del último año, pero esa violencia, aquí y sólo aquí, es totalmente necesaria para conseguir el sentimiento de asco, de impotencia y de asombro que seguro Meirelles estaba buscando al adaptar la novela de Paolo Lins, también llamada Ciudad de Dios.