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David Fincher: Maestro del suspenso
Fernanda Bargach-Mitre
03/08/2007




El director norteamericano David Fincher, proviene del mundo del video-clip, en 1986 fundó la productora Propaganda Films, dirigiendo videos de alto presupuesto para artistas como Madonna, George Michael, Aerosmith y los Rolling Stones. En 1995 dejó a la crítica y al público impactados con su segunda película ‘Seven’ que marcaría un corte en el género del suspenso policial, en un film excelentemente realizado, con una fotografía exquisita y una trama sorprendente. Fincher demostró en este segundo largo que tenía pasta como director de firma y lo ratificó en sus siguientes películas, todas imperdibles. Sin duda se trata de un creativo que le ha dado un nuevo empuje al cine de suspenso psicológico, incluyendo su última y solvente entrega ‘Zodiac’ (2007), una película magistral, que ratifica el talento de este director de vanguardia.


La tensión como premisa


   A finales de los ochenta Fincher era muy reconocido dentro del mundo del video-clip. Su primera película fue un film ‘por encargo’, es decir una cinta de alto presupuesto como era ‘Alien 3’ (1992) para la que él fue elegido como director, pero en la cual no tuvo mucha injerencia creativa. De hecho el film es bastante mediocre, exceptuando su fotografía y la versión que se estrenó formalmente no tuvo mucho éxito ni con la audiencia ni con la crítica. Hay otra versión en dvd con el corte del director que se acerca mucho más a lo que realmente quería hacer Fincher y que resulta un planteamiento más interesante. Pero sería en 1995, cuando se topo con el guión de Andrew Kevin Walker, quien recibió una nominación al BAFTA al Mejor Guión Original, que realmente pudo proyectar su cine negro, de sugestivos y oscuros fotogramas en la impactante ‘Seven’. Se trata de un film contundente, hilado a la perfección, sin huecos argumentales y con una trama sumamente atrapante en la que el espectador queda absorto hasta el sorprendente y sublime final. El film cuenta la historia de dos detectives, el veterano y a punto de retirarse, Sommerset (Morgan Freeman) y el novato Mills (Brad Pitt) encargados de atrapar a un asesino serial que mata en función de los siete pecados capitales. Vale destacar la excelente fotografía, de una ciudad siempre gris y lluviosa plagada de claroscuros, donde la imagen se convierte en otro elemento narrativo. Podemos afirmar que Seven es unos de los films más ingeniosos de los últimos tiempos, que acompañado de solventes actuaciones y con una dosis gota a gota de suspenso, se convierte en una cinta perfectamente narrada, pulcramente realizada que genera un gran impacto en la audiencia. Terrorífica y perturbadora, desde sus créditos iniciales nos hace sentir incómodos, sensación que se agudiza a lo largo del metraje. Sin duda estamos frente a un film que marcó pauta y que quedará como referente del género policial a través de los años.

En 1997, nos entregó ‘The Game’, otra obra de suspenso trepidante. Esta vez, nos introducimos en la vida de Nicholas Van Orton (Michael Douglas) un multimillonario hombre de negocios que lo tiene todo en la vida. En el día de su cumpleaños Nicholas recibe el regalo de su hermano para participar en un juego, juego que desconoce, pero que poco a poco se ira apoderando de su vida hasta que la línea entre lo real y lo irreal comienza a hacerse intangible. En una carrera contra reloj, vemos como un hombre acostumbrado a manejar el poder se ve a la merced de lo desconocido y comienza a sentir lo que es ser manipulado. En este punto encontramos si se quiere una visión filosófica sobre el poder y su significado.
Al igual que en ‘Seven’ el final lo revela todo, pero hasta que llegamos a él vivimos una atmósfera del más impactante suspenso. Es en suma un film muy recomendable, un thriller arrollador, que no da respiro, cuidadosamente realizado, con buenas actuaciones pero que carece de la maestría de su predecesora.

En 1999, el director generó un clima polémico con su sorprendente y poderoso film ‘El Club de la pelea’ (The Fight Club) una película basada en la novela homónima de Chuck Palahniuk y protagonizada por Brad Pitt, Edward Norton, y Helena Bonham Carter en la que Fincher supo marcar nuevamente pauta tanto por el aspecto visual, magistrales movimientos de cámara, un excelso trabajo fotográfico combinado con un contenido trasgresor. Al momento de su estreno causo gran revuelo y con los años se ha convertido en una película de culto que es considerada una de las mejores cintas de la última década. Sin duda estamos frente a un film controversial, al que se catalogó de gratuitamente violento, lo que es una lectura simplista de una cinta altamente compleja. Jack (Edward Norton) es un personaje insomne y desesperado por escapar de su fatal y aburrida vida. Se hace adicto a los grupos de apoyo de diferentes enfermedades, seminarios a los cuales asiste regularmente. En un viaje en avión conoce a Tyler Durden (Brad Pitt), un carismático vendedor de jabón con una filosofía de vida muy particular; Tyler es subversivo e irreverente y cree que el perfeccionismo es para los débiles y que es a través de la violencia que se valida la existencia para despertar de la pesadilla que nos impone la sociedad, viviendo como autómatas en un sistema castrador que estimula el conformismo y castiga el pensamiento crítico. Jack y Tyler forman un club de lucha, en una manera de canalizar sus sentimientos más extremos, este clan secreto se convierte en un éxito arrollador, los hombres acuden a pelear como una manera de combatir sus frustraciones, de liberarse, de escapar de la soledad, de darle sentido a su vida. Esta cinta es un canto al inconformismo y su reflexión sobre la violencia es mucho más profunda de lo que aparenta. Habla, realmente, de la violencia implícita en la esencia de los seres humanos, la violencia interior, la que puede atormentarnos o destruirnos. Para captar la esencia del mensaje concientizador y más bien crítico de la sociedad moderna, nada mejor que una cita de la propia película: ‘La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco nos estamos dando cuenta, lo que hace que estemos muy, muy cabreados.’ A mi criterio una obra maestra, que genera amantes y detractores por igual pero sin duda da mucho para polemizar. Un cine que nos despierta del letargo cotidiano con una dosis alta de adrenalina, suspenso y una temática retadora que nos invita a reflexionar sobre el mundo en que vivimos.

En el 2002 nos presentó ‘La habitación del pánico’ (The Panic Room), otra película de resaltante suspenso que se basa en una simple premisa: La recién separada Meg Altman (Jodie Foster) y su hija Sarah (Kristen Stewart) se mudan a una lujosa mansión en Nueva York. Pero cuando tres intrusos invaden súbitamente su hogar, las dos se encierran en 'la habitación del pánico', una cámara oculta construida como refugio, con cuatro muros de cemento, línea de teléfono independiente, un grupo de monitores que controlan todos los rincones de la casa y una impenetrable puerta de acero. Sin embargo, lo que buscan los ladrones está precisamente allí donde ellas se han refugiado y entre ambos bandos, ‘el del bien y el del mal’, iniciarán una lucha de 112 minutos de duración, que se desarrolla casi completamente en el espacio cerrado de la casa dándole a la cinta un toque claustrofóbico y una atmósfera sombría. A pesar de estar rodada en un espacio reducido, el director logra sacar provecho de la situación y gracias a una excelente ambientación y a inteligentes movimientos de cámara logra incrementar la tensión a medida que avanza la cinta. Aunque que el elemento del suspenso está presente como en sus anteriores producciones, esta no posee una trascendencia filosófica de peso, siendo uno de los films más impersonales de Fincher. Toda la fuerza de esta película reside en un sólido guión, una realización impecable que juega magistralmente con la cámara y los efectos visuales a fin de aumentar la tensión narrativa, cometido que se logra para dar a luz una excelente cinta, que si bien no será una obra maestra, logra mantener al espectador con todos los sentidos alertas.


Zodiac: Un policial realista


Se podría decir que 'Zodiac' marca el regreso de David Fincher a sus orígenes, ya que retoma el género policial con mayor madurez y lo redefine basándose en un caso real aún no resuelto por las autoridades. Se trata de la historia del ‘Asesino del Zodíaco’ quien cometió al menos siete sádicos crímenes ,aunque él se atribuye más de 37. La película se centra en tres hombres que quedarán obsesionados con este asesino que enviaba cartas a los periódicos jactándose de los asesinatos que cometía además de mandar mensajes encriptados retando a la policía en una investigación que duró tres décadas. Durante la primera hora la cinta se adentra en los crímenes perpetuados para darnos una visión del asesino, así como el manejo que él mismo supo hacer de los medios y la policía a través de sus irreverentes cartas. En la segunda mitad nos adentramos en la investigación, centrada en tres personajes fundamentales: El policía Dave Toschi (Mark Ruffalo), el famoso reportero Paul Avery (Robert Downey Jr.) y el caricaturista Robert Graysmith (Jake Gyllenhaal). Vale destacar las excelentes actuaciones de los tres protagonistas así como el sólido repartos de secundarios entre los que encontramos a: Brian Cox, Elias Koteas, Anthony Edwards, Chloë Sevigny y Dermot Mulroney entre otros.


El film se enfoca en cómo la vida de los tres principales investigadores del caso se ve afectada ante la constante frustración de no poder encontrar al asesino. Es así como junto a ellos emprendemos un viaje complejo que va de pista en pista, casi todas callejones sin salida que acrecientan el desasosiego así como la obsesión por atrapar al culpable. La historia está estructurada de manera lineal, y es muy minuciosa en su previo trabajo investigativo lo que se ve reflejado en la complicada enredadera en que se convierte la investigación. Esto le resta un poco de suspenso a la cinta, elemento que Fincher ha sabido manejar con maestría en sus anteriores producciones y que esta vez pierde fuerza en función de una historia de carácter realista. Sin embargo, estamos frente a una gran película que no hace concesiones con el espectador y lo obliga a estar atento por más de dos horas a los innumerables detalles que rodean la investigación.

      

Esto genera que por momentos el film decaiga un poco en ritmo en aras de la verosimilitud, pero es una elección del director que empapa a la cinta de un carácter semi documental. Todos los personajes son creíbles y cercanos, inclusive el despistado caricaturista, que será el que no decaerá en su misión de perseguir al asesino. De hecho el representa a Robert Graysmith en cuyo libro se baso la cinta. El periodista Paul Avery, en una demostración de talento de Robert Downey Jr, con los años se va encadenando a sus adicciones para escapar de la impotencia y el policía Dave Toschi poco a poco baja los brazos frente a lo que parece un caso imposible y será el determinado Graymith quien lo despertará para que se convierta en aliado de su búsqueda. Se trata de una cinta de corte clásico en su factura en donde destaca la recreación del San Francisco de hace casi cuarenta años, con secuencias realmente impresionantes, como la construcción paso a paso del famoso edificio Transamérica. San Francisco deja de ser la ciudad siempre soledad llena de hermosas colinas para convertirse en un lugar peligroso acechado por un asesino serial. Así mismo destaca el sólido guión que no permite que el film caiga en los típicos clichés del género. Se trata de una película difícil, de narrativa compleja, que deja un sabor árido, una sensación de agobio y decepción. Justamente esta es la clave que la hace brillante, no se trata de un paquete de suspenso efectista, sino de una historia muy bien documentada que nos presenta de manera realista un caso fascinante aún no resuelto. A mi criterio una de las películas más maduras de Fincher que supo combinar los elementos a su alcance para crear una cinta imperdible, que dejará una huella indeleble en la cinematografía de esta última década.

Definitivamente estamos frente a un director de alto calibre, que ha demostrado con su filmografía que es capaz de crear historias que permanecen en la memoria del colectivo. Un maestro del suspenso, cuyo estilo visual y narrativo es impecable, siempre al servicio de sus historias, intrincados laberintos por los que es apasionante viajar. Sin duda, un director con visión y sello de autor.


Filmografía Completa de David Fincher:

  • Rendezvous with Rama (2009) (aNUNCIADA)
  • The Curious Case of Benjamin Button (2008) (post-producción)
  • Zodiac (2007)
  • Video Hits: Paula Abdul (2005) (V) (videos ‘Straight Up’, ‘Forever Your Girl’ and ‘Cold Hearted’)
  • Panic Room (2002)
  • Madonna: The Video Collection 93:99 (1999) (V) (video ‘Bad Girl’)
  • Fight Club (1999)
  • Ladies & Gentlemen: The Best of George Michael (1999) (V) (video ‘Freedom '90’)
  • The Game (1997)
  • Se7en (1995)
  • The Best of Sting: Fields of Gold 1984-1994 (1994) (V) (video ‘Englishman In New York’)
  • Aerosmith: Big Ones You Can Look at (1994) (V)
  • Dangerous: The Short Films (1993) (V) (video ‘Who Is It’)
  • Alien³ (1993)
  • Madonna: The Immaculate Collection (1990) (V) (videos ‘Express Yourself', ‘Oh Father’ and ‘Vogue’)
  • The Beat of the Live Drum (1985)