El
director norteamericano David Fincher, proviene del mundo del video-clip,
en 1986 fundó la productora Propaganda Films, dirigiendo videos
de alto presupuesto para artistas como Madonna, George Michael, Aerosmith
y los Rolling Stones. En 1995 dejó a la crítica y al
público impactados con su segunda película ‘Seven’
que marcaría un corte en el género del suspenso policial,
en un film excelentemente realizado, con una fotografía exquisita
y una trama sorprendente. Fincher demostró en este segundo
largo que tenía pasta como director de firma y lo ratificó
en sus siguientes películas, todas imperdibles. Sin duda se
trata de un creativo que le ha dado un nuevo empuje al cine de suspenso
psicológico, incluyendo su última y solvente entrega
‘Zodiac’ (2007), una película magistral,
que ratifica el talento de este director de vanguardia.
La tensión como premisa
A
finales de los ochenta Fincher era muy reconocido dentro del mundo
del video-clip. Su primera película fue un film ‘por
encargo’, es decir una cinta de alto presupuesto como era ‘Alien
3’ (1992) para la que él fue elegido como director,
pero en la cual no tuvo mucha injerencia creativa. De hecho el film
es bastante mediocre, exceptuando su fotografía y la versión
que se estrenó formalmente no tuvo mucho éxito ni con
la audiencia ni con la crítica. Hay otra versión en
dvd con el corte del director que se acerca mucho más a lo
que realmente quería hacer Fincher y que resulta un planteamiento
más interesante. Pero sería en 1995, cuando se topo
con el guión de Andrew Kevin Walker, quien recibió una
nominación al BAFTA al Mejor Guión Original, que realmente
pudo proyectar su cine negro, de sugestivos y oscuros fotogramas en
la impactante ‘Seven’. Se trata de un film contundente,
hilado a la perfección, sin huecos argumentales y con una trama
sumamente atrapante en la que el espectador queda absorto hasta el
sorprendente y sublime final. El film cuenta la historia de dos detectives,
el veterano y a punto de retirarse, Sommerset (Morgan Freeman) y el
novato Mills (Brad Pitt) encargados de atrapar a un asesino serial
que mata en función de los siete pecados capitales. Vale destacar
la excelente fotografía, de una ciudad siempre gris y lluviosa
plagada de claroscuros, donde la imagen se convierte en otro elemento
narrativo. Podemos afirmar que Seven es unos de los films más
ingeniosos de los últimos tiempos, que acompañado de
solventes actuaciones y con una dosis gota a gota de suspenso, se
convierte en una cinta perfectamente narrada, pulcramente realizada
que genera un gran impacto en la audiencia. Terrorífica y perturbadora,
desde sus créditos iniciales nos hace sentir incómodos,
sensación que se agudiza a lo largo del metraje. Sin duda estamos
frente a un film que marcó pauta y que quedará como
referente del género policial a través de los años.
En
1997, nos entregó ‘The Game’, otra obra
de suspenso trepidante. Esta vez, nos introducimos en la vida de Nicholas
Van Orton (Michael Douglas) un multimillonario hombre de negocios
que lo tiene todo en la vida. En el día de su cumpleaños
Nicholas recibe el regalo de su hermano para participar en un juego,
juego que desconoce, pero que poco a poco se ira apoderando de su
vida hasta que la línea entre lo real y lo irreal comienza
a hacerse intangible. En una carrera contra reloj, vemos como un hombre
acostumbrado a manejar el poder se ve a la merced de lo desconocido
y comienza a sentir lo que es ser manipulado. En este punto encontramos
si se quiere una visión filosófica sobre el poder y
su significado.
Al igual que en ‘Seven’ el final lo revela todo, pero
hasta que llegamos a él vivimos una atmósfera del más
impactante suspenso. Es en suma un film muy recomendable, un thriller
arrollador, que no da respiro, cuidadosamente realizado, con buenas
actuaciones pero que carece de la maestría de su predecesora.
En 1999, el director generó un clima polémico con su
sorprendente y poderoso film ‘El Club de la pelea’
(The Fight Club) una película basada en la novela homónima
de Chuck Palahniuk y protagonizada por Brad Pitt, Edward Norton, y
Helena Bonham Carter en la que Fincher supo marcar nuevamente pauta
tanto por el aspecto visual, magistrales movimientos de cámara,
un excelso trabajo fotográfico combinado con un contenido trasgresor.
Al momento de su estreno causo gran revuelo y con los años
se ha convertido en una película de culto que es considerada
una de las mejores cintas de la última década. Sin duda
estamos frente a un film controversial, al que se catalogó
de gratuitamente violento, lo que es una lectura simplista de una
cinta altamente compleja. Jack (Edward Norton) es un personaje insomne
y desesperado por escapar de su fatal y aburrida vida. Se hace adicto
a los grupos de apoyo de diferentes enfermedades, seminarios a los
cuales asiste regularmente. En un viaje en avión conoce a Tyler
Durden (Brad Pitt), un carismático vendedor de jabón
con una filosofía de vida muy particular; Tyler es subversivo
e irreverente y cree que el perfeccionismo
es para los débiles y que es a través de la violencia
que se valida la existencia para despertar de la pesadilla que nos
impone la sociedad, viviendo como autómatas en un sistema castrador
que estimula el conformismo y castiga el pensamiento crítico.
Jack y Tyler forman un club de lucha, en una manera de canalizar sus
sentimientos más extremos, este clan secreto se convierte en
un éxito arrollador, los hombres acuden a pelear como una manera
de combatir sus frustraciones, de liberarse, de escapar de la soledad,
de darle sentido a su vida. Esta cinta es un canto al inconformismo
y su reflexión sobre la violencia es mucho más profunda
de lo que aparenta. Habla, realmente, de la violencia implícita
en la esencia de los seres humanos, la violencia interior, la que
puede atormentarnos o destruirnos. Para captar la esencia del mensaje
concientizador y más bien crítico de la sociedad moderna,
nada mejor que una cita de la propia película: ‘La
publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos
para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de
la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran
guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual,
nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión
que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios,
dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a
poco nos estamos dando cuenta, lo que hace que estemos muy, muy cabreados.’
A mi criterio una obra maestra, que genera amantes y detractores por
igual pero sin duda da mucho para polemizar. Un cine que nos despierta
del letargo cotidiano con una dosis alta de adrenalina, suspenso y
una temática retadora que nos invita a reflexionar sobre el
mundo en que vivimos.
En
el 2002 nos presentó ‘La habitación del pánico’
(The Panic Room), otra película de resaltante suspenso que
se basa en una simple premisa: La recién separada Meg Altman
(Jodie Foster) y su hija Sarah (Kristen Stewart) se mudan a una lujosa
mansión en Nueva York. Pero cuando tres intrusos invaden súbitamente
su hogar, las dos se encierran en 'la habitación del pánico',
una cámara oculta construida como refugio, con cuatro muros
de cemento, línea de teléfono independiente, un grupo
de monitores que controlan todos los rincones de la casa y una impenetrable
puerta de acero. Sin embargo, lo que buscan los ladrones está
precisamente allí donde ellas se han refugiado y entre ambos
bandos, ‘el del bien y el del mal’, iniciarán una
lucha de 112 minutos de duración, que se desarrolla casi completamente
en el espacio cerrado de la casa dándole a la cinta un toque
claustrofóbico y una atmósfera sombría. A pesar
de estar rodada en un espacio reducido, el director logra sacar provecho
de la situación y gracias a una excelente ambientación
y a inteligentes movimientos de cámara logra incrementar la
tensión a medida que avanza la cinta. Aunque que el elemento
del suspenso está presente como en sus anteriores producciones,
esta no posee una trascendencia filosófica de peso, siendo
uno de los films más impersonales de Fincher. Toda la fuerza
de esta película reside en un sólido guión, una
realización impecable que juega magistralmente con la cámara
y los efectos visuales a fin de aumentar la tensión narrativa,
cometido que se logra para dar a luz una excelente cinta, que si bien
no será una obra maestra, logra mantener al espectador con
todos los sentidos alertas.
Zodiac: Un policial realista
Se
podría decir que 'Zodiac' marca el regreso de David
Fincher a sus orígenes, ya que retoma el género policial
con mayor madurez y lo redefine basándose en un caso real aún
no resuelto por las autoridades. Se trata de la historia del ‘Asesino
del Zodíaco’ quien cometió al menos siete sádicos
crímenes ,aunque él se atribuye más de 37. La
película se centra en tres hombres que quedarán obsesionados
con este asesino que enviaba cartas a los periódicos jactándose
de los asesinatos que cometía además de mandar mensajes
encriptados retando a la policía en una investigación
que duró tres décadas. Durante la primera hora la cinta
se adentra en los crímenes perpetuados para darnos una visión
del asesino, así como el manejo que él mismo supo hacer
de los medios y la policía a través de sus irreverentes
cartas. En la segunda mitad nos adentramos en la investigación,
centrada en tres personajes fundamentales: El policía Dave
Toschi (Mark Ruffalo), el famoso reportero Paul Avery (Robert Downey
Jr.) y el caricaturista Robert Graysmith (Jake Gyllenhaal). Vale destacar
las excelentes actuaciones de los tres protagonistas así como
el sólido repartos de secundarios entre los que encontramos
a: Brian Cox, Elias Koteas, Anthony Edwards, Chloë Sevigny y
Dermot Mulroney entre otros.
El film se enfoca en cómo
la vida de los tres principales investigadores del caso se ve afectada
ante la constante frustración de no poder encontrar al asesino.
Es así como junto a ellos emprendemos un viaje complejo que
va de pista en pista, casi todas callejones sin salida que acrecientan
el desasosiego así como la obsesión por atrapar al culpable.
La historia está estructurada de manera lineal, y es muy minuciosa
en su previo trabajo investigativo lo que se ve reflejado en la complicada
enredadera en que se convierte la investigación. Esto le resta
un poco de suspenso a la cinta, elemento que Fincher ha sabido manejar
con maestría en sus anteriores producciones y que esta vez
pierde fuerza en función de una historia de carácter
realista. Sin embargo, estamos frente a una gran película que
no hace concesiones con el espectador y lo obliga a estar atento por
más de dos horas a los innumerables detalles que rodean la
investigación.
Esto genera que por momentos
el film decaiga un poco en ritmo en aras de la verosimilitud, pero
es una elección del director que empapa a la cinta de un carácter
semi documental. Todos los personajes son creíbles y cercanos,
inclusive el despistado caricaturista, que será el que no decaerá
en su misión de perseguir al asesino. De hecho el representa
a Robert Graysmith en cuyo libro se baso la cinta. El periodista Paul
Avery, en una demostración de talento de Robert Downey Jr,
con los años se va encadenando a sus adicciones para escapar
de la impotencia y el policía Dave Toschi poco a poco baja
los brazos frente a lo que parece un caso imposible y será
el determinado Graymith quien lo despertará para que se convierta
en aliado de su búsqueda. Se trata de una cinta de corte clásico
en su factura en donde destaca la recreación del San Francisco
de hace casi cuarenta años, con secuencias realmente impresionantes,
como la construcción paso a paso del famoso edificio Transamérica.
San Francisco deja de ser la ciudad siempre soledad llena de hermosas
colinas para convertirse en un lugar peligroso acechado por un asesino
serial. Así mismo destaca el sólido guión que
no permite que el film caiga en los típicos clichés
del género. Se trata de una película difícil,
de narrativa compleja, que deja un sabor árido, una sensación
de agobio y decepción. Justamente esta es la clave que la hace
brillante, no se trata de un paquete de suspenso efectista, sino de
una historia muy bien documentada que nos presenta de manera realista
un caso fascinante aún no resuelto. A mi criterio una de las
películas más maduras de Fincher que supo combinar los
elementos a su alcance para crear una cinta imperdible, que dejará
una huella indeleble en la cinematografía de esta última
década.
Definitivamente estamos frente a un director de alto calibre, que
ha demostrado con su filmografía que es capaz de crear historias
que permanecen en la memoria del colectivo. Un maestro del suspenso,
cuyo estilo visual y narrativo es impecable, siempre al servicio de
sus historias, intrincados laberintos por los que es apasionante viajar.
Sin duda, un director con visión y sello de autor.
Filmografía Completa de
David Fincher:
- Rendezvous with Rama (2009) (aNUNCIADA)
- The Curious Case of Benjamin Button
(2008) (post-producción)
- Zodiac (2007)
- Video Hits: Paula Abdul (2005) (V) (videos
‘Straight Up’, ‘Forever Your Girl’
and ‘Cold Hearted’)
- Panic Room (2002)
- Madonna: The Video Collection 93:99 (1999)
(V) (video ‘Bad Girl’)
- Fight Club (1999)
- Ladies & Gentlemen: The Best
of George Michael (1999) (V) (video ‘Freedom '90’)
- The Game (1997)
- Se7en (1995)
- The Best of Sting: Fields of Gold 1984-1994
(1994) (V) (video ‘Englishman In New York’)
- Aerosmith: Big Ones You Can Look at
(1994) (V)
- Dangerous: The Short Films (1993)
(V) (video ‘Who Is It’)
- Alien³ (1993)
- Madonna: The Immaculate Collection
(1990) (V) (videos ‘Express Yourself', ‘Oh
Father’ and ‘Vogue’)
- The Beat of the Live Drum (1985)