Diez
películas. Diez historias intenta rescatar lo mejor del cine
de esta última década, a través de varias entregas.
En esta primera he escogido películas que ya sea por la calidad
de la trama, la cuidada realización, la fotografía,
la cinematografía o el montaje, resaltan entre el resto. La
idea es buscar en el pasado alternativas ante la falta de buenos estrenos.
En épocas de escasas producciones nuevas de calidad, es indispensable
tener presente títulos que a lo mejor pasamos por alto y no
vimos o que definitivamente valen la pena volver a ver.
Una Historia de Violencia
(2005): Buen cine de autor
Mal
nos pese, la violencia es inherente al ser humano y es justamente la
delgada línea entre el bien y el mal dentro de nosotros mismos,
el tema de este film del polémico director David Cronenberg.
Esta película protagonizada por un soberbio Viggo Mortensen y
la solvente actriz Maria Bello, es la adaptación de un cómic
escrito por John Wagner y dibujado por Vince Locke, cuya versión
en pantalla grande nos deja reflexionando sobre la naturaleza de la
violencia a través de una historia tan dinámica como extraña
que logra captar al espectador de principio a fin. Cuando hablamos de
David Cronenberg, hablamos, sin duda, de cine de autor. Más allá
de las críticas que ha recibido por su obsesividad con lo bizarro,
este es un creador que siempre intenta romper los límites y abordar
temas tabú de forma descarnada. A través de su obra, ha
sabido ser fiel a su lenguaje, más influenciado por lo literario
que por lo cinematográfico, que le permite profundizar en la
siempre extraña psicología de sus personajes. A History
of Violence, es uno de los trabajos más sólidos de
este director. El cine de Cronenberg es definitivamente denso, pero
posee la coherencia de quien ha sido fiel a sus propias ideas. Se hace
a veces difícil de ver y entender, pero el talento de su creador
amerita el intento. Una Historia de Violencia no es la excepción,
a la calidad de su filmografía.
Muchas preguntas surgen a partir de esta historia ¿Es la violencia
inherente a la raza humana al punto de ser más poderosa que el
bien? ¿Se puede dejar de ser un asesino y convertirse en un hombre
normal, con valores y principios éticos? ¿Es el comportamiento
violento hereditario o aprendido? ¿Es posible vivir en Estados
Unidos y permanecer inmune a la violencia que parece poseer a esa sociedad
como una plaga? Sin duda, un film que nos deja reflexionando acerca
de los valores de las grandes sociedades modernas y acerca de nuestros
relación personal con la violencia que todos llevamos dentro.
Children of Men (2006): Desesperanzada humanidad
Se
trata de un film muy interesante que paso bajo la mesa, dirigida por
el talentoso Alfonso Cuarón y protagonizada por Clive Owen y
Julianne Moore. Estamos frente a un thriller futurista lleno de contenido
intelectual, no es una típica película del género,
rompiendo patrones y presentándonos una historia interesante
y una filmografía exquisita, de hecho estuvo nominada para los
premios Oscar 2007 en los renglones de mejor Guión Adaptado,
Mejor Edición y Mejor Fotografía. La película nos
presenta un futuro oscuro donde las mujeres no pueden concebir y la
raza humana ha perdido la esperanza de supervivencia.. El film cuenta
con consistentes actuaciones y funciona tanto como un trhiller trepidante
a la vez que nos hace reflexionar sobre la raza humana. Con una realización
muy cuidada, recordemos que Alfonso Cuarón, fue director de ‘Y
tu mamá también’ y ‘Harry Potter
y el prisionero de Azkabán’, por lo que no es de extrañar
que estemos frente a una buena cinta. Otro punto a destacar es la impecable
Banda Sonora que sabe acompañar magistralmente las imágenes.
Es un film sin duda algo desolador en su temática lo que es apoyado
en la forma en que esta filmado, transmitiendo bastante desasosiego,
sin embargo es una gran película que merece la pena verla.
Munich (2005): La futilidad del odio
Steven
Spielberg, considerado uno de los directores más poderosos de
la meca del séptimo arte, abandonó su cine de 'taquilla'
para realizar un film maduro que puso el ojo en el conflicto palestino-israelí.
Inspirada en hechos reales ocurridos tras el asesinato de 11 atletas
israelíes a manos de terroristas palestinos durante las olimpíadas
de 1972, el film se centra en la ‘Operación Ira de Dios’,
un complot antiterrorista que nunca fue reconocido oficialmente por
las autoridades de Israel y que tenía como meta asesinar a los
11 supuestos responsables del ataque. Como era de esperarse la cinta
despertó duras críticas, que acusaban a Spielberg, entre
otras cosas, de tratar superficialmente y sin bases sólidas un
conflicto milenario. Más allá de toda la controversia
que despertó, Munich, es una excelente película
que retoma el cine político-social, que se compromete y reflexiona
sobre la realidad que vivimos, a través de la mirada a un acontecimiento
terrorista sin precedentes y retrasmitido en directo a todo el mundo.
La visión de Spielberg del conflicto en Medio Oriente le ha ganado
ataques de una parte de la poderosa comunidad judía en los Estados
Unidos y de los palestinos. Ninguno de los dos ‘bandos’
estuvo conforme con la versión de los hechos. Y es que Munich
intentó ser lo más imparcial posible, mostrando que un
acto terrorista, cometa quien lo cometa, es un acto repugnante e injustificable.
Munich estaba destinada a ser una obra incomprendida por muchos.
Tratar el conflicto palestino-israelita trae consigo indudable controversia
al existir tantos y distintos puntos de vista. Sin embargo, celebro
la osadía del director en afrontar este tema espinoso y exponer
al mundo las terribles consecuencias de la intransigencia y el odio
entre los hombres en un conflicto donde no hay ni buenos ni malos, pero
sí mucho fanatismo.
Collateral (2004): Aterradora Intimidad
Collateral,
film del director Michael Mann (El Informante / Alí ), es mucho
más que un ‘thriller’ convencional. Con un excelente
manejo del discurso narrativo y visual, la historia gira alrededor de
dos personajes, que por un hecho colateral, se verán involucrados
en una carrera por sobrevivir. La trama arranca cuando un asesino a
sueldo se sube a un taxi para comenzar su recorrido mortal. Con un guión
magistral, la excelsa construcción de roles y un estilo que le
provee sustancia al film, el director logra construir una sólida
y buena película, donde la otra protagonista es la ciudad de
Los Angeles, que nunca duerme, que nunca se relaja. Luego del atardecer,
comienza el recorrido de nuestros protagonistas por una urbe extrema,
plagada de personajes salvajes, ruido, música, charlas inentendibles
y ocasionales disparos. Mann se apoya en excelentes tomas aéreas
para denotar lo desolado que son los lugares en que los personajes transitan.
Tom Cruise, ofrece una actuación brillante, como el cínico
asesino absolutamente convencido de su profesión, sin falsos
remordimientos. Con el pelo plateado, logra un personaje que trasmite
físicamente su frialdad, en su manera de caminar, de hablar,
de entonar la voz. Definitivamente un destacado trabajo en los detalles
que hacen al asesino que interpreta. Sin embargo, Vincent no evoluciona
a lo largo de la película, es el mismo de principio a fin. Por
el contrario, el personaje de Max cambia: De un tipo temeroso , atascado
en una vida rutinaria y plagado de sueños inconclusos, pasa a
ser un tipo medianamente rudo, capaz de enfrentar inteligentemente a
su captor y asimilar la situación de modo que progresivamente
le sirve de remedio para 'despertar' de una existencia pasiva. El ojo
fotográfico del director junto a elecciones musicales arriesgadas,
crean una atmósfera operática. El ritmo incesante, el
tratamiento del color y su belleza visual, se conjugan para recrear
no solo lo que está en el guión, sino una sinfonía
de imágenes, con la luz de la luna sobre las calles semidesiertas
y surrealistas de Los Angeles. Un film que vale la pena ver.
A los trece (2003) ¿Retrato de una generación?
Además
de su calidad, este es un film independiente, escrito y dirigido por
mujeres de diferentes generaciones. Catherine Hardwicke, nos entrega
su opera prima ‘Thirteen’ (A los trece) que destila
el profesionalismo de una producción de alta factura. Su directora
no es nueva en el mundo del cine, aunque sea novel en la dirección
durante muchos años se ha desempeñado como diseñadora
de producción de películas como ‘Three Kings’
‘Vanilla Sky’ y The Newton Boys, entre
otras. Luego de varios guiones denegados, Catherine, quien mantenía
una cercana relación con la hija adolescente de su ex novio,
comenzó a barajar la idea de escribir la historia sobre los primeros
pasos de la chica hacia la adultez, habiendo sido testigo colateral
de los hechos. Con una compañera entusiasta, ya más madura,
dispuesta a revelar la verdad sobre sus experiencias con el sexo, las
drogas, la popularidad, la experimentación, la confusión,
la frustración y la relación con las figuras de autoridad,
entre otros miles de detalles que componen el complejo mundo emocional
de una joven de trece años en la descarnada sociedad moderna,
lograron, entre ambas, una película cruda y creíble.
Fue así como Catherine Hardwicke y la joven Nikki Reed decidieron
revelar sin tapujos en un guión bastante sólido, las experiencias
de esta última quien pasó de ser una buena estudiante,
de trenzas y gran ingenuidad a ser parte de la pandilla más popular
del colegio. Si bien no es una película generacional, refleja
una problemática actual que viven los jóvenes occidentales
ante una sociedad que les ofrece pocas opciones, dominada por la moda
y los estereotipos estéticos. Un mundo 'moderno' que glorifica
la vacuidad espiritual e intelectual. Con una estética interesante
al estilo Dogma, con mucha cámara en mano, se introduce la historia,
también utilizando recursos del video clip. A medida que se profundiza
en el relato el ritmo se torna menos frenético en un acorde compás
con la narración. Los más grandes podrán recordar
la primera gran etapa de cambio y recuperar algo de su sabor que les
brinde una mayor comprensión por los que la están atravesando
y estos últimos se verán en un espejo que les permitirá
volver a mirarse más allá de ‘lo que se espera’
que vean…..hay que ser valiente para aceptar lo que se ve, pero
es allí donde radica la sabiduría para poder ser con mayor
plenitud.
V de Vendetta (2005): ¿Hay excusas válidas
para matar?
Basada
en el cómic de Alan Moore, considerado uno de los más
impactantes de los 80s, aparece V de Venganza, ambientada en
un futuro próximo cuando Inglaterra se ha convertido en un estado
fascista y totalitario. La película narra la historia de Evey
(Natalie Portman), una joven de la clase baja que es rescatada antes
de ser violada, por un misterioso enmascarado conocido como V. Se trata
de un hombre verdaderamente complejo, instruido y educado, extravagante,
tierno e intelectual, que dedica su vida a liberar a los ciudadanos
de las garras de aquellos que les someten mediante el terror. Pero al
mismo tiempo es amargo, solitario y violento, y está obsesionado
por la venganza personal y con llevar a cabo una revolución que
haga despertar al pueblo de su letargo y levantarse contra el autoritarismo.
Sin embargo, este personaje romántico y libertario, no duda en
utilizar la misma arma de su enemigo: la violencia. Surge la pregunta
¿Está justificada la violencia dependiendo de los fines?
¿Hay excusas válidas para matar? Notemos que el plan final
de V es consumar su venganza volando el parlamento británico
presentándonos la violencia como la única salida frente
al totalitarismo. Envuelta en un manto de inconformismo social, la película
nos presenta demasiada información pseudo-intelectual y personajes
unidimensionales. La temática de fondo es pretenciosa, especialmente
considerando los tiempos que vivimos, con el resurgimiento de movimientos
totalitarios, populistas militaristas, nacionalistas extremos, fanatismos
religiosos, por lo que no se logra una profundización en el tema.
Sin embargo, es un film valiente, provocador , que si bien no indaga
más allá de la superficie, genera reacción en el
espectador, llevándolo a reflexionar sobre el tema de las libertades
individuales frente a un resurgimiento mundial de fascismos basados
en distintas ideologías, pero injustificables cualquiera sea
su origen de pensamiento. La realización es exquisita y como
siempre la fotografía toma un rol fundamental, con excelentes
ambientes densos, unos contrastes marcados y un inteligente uso del
color que apoya el desarrollo de la trama. Si bien es impresionante
visualmente, su sentido narrativo es algo irregular, con un guión
meramente funcional, que la convierte en un film políticamente
comercial dada la importancia del tema. Los hermanos Wachoski (Matrix)
conforman una dupla creativa definitivamente excéntrica en todos
sus aspectos pero sumamente prolífica que está dejando
huella en el séptimo arte con su estilo visual particular, pero
que aún carecen de la suficiente profundidad intelectual como
para considerar sus cintas obras maestras.
Memento (2000): ¿Se puede vivir sin recuerdos?
La
memoria, los recuerdos, el pasado, son elementos que nos definen como
lo que somos. ¿Qué pasaría si no pudiéramos
formar nuevos recuerdos? ¿Qué sucedería si viviéramos
en el presente absoluto? En Memento se capta una interesante
reflexión acerca de la memoria, la identidad, la pérdida
y la futilidad de la venganza. Este film de suspenso psicológico
es un rompecabezas, un reto a resolver que nos obliga a estar siempre
alertas durante 1 hora y 53 minutos. Christopher Nolan, se destacó
en el mundo del cine gracias a esta película (basado en una historia
corta de su hermano Jonathan). Actualmente el director esta en la cresta
de su carrera habiendo sido elegido para la saga de Batman ‘Batman
Begings’ y su continuación a estrenarse próximamente
y también dirigió otra película soberbia en el
2006 ‘El gran Truco’. Esta es una cinta audaz,
presentándonos una estructura narrativa de avanzada, que jamás
pierde el ritmo ni la lógica a pesar de ser una historia contada
en reverso. Esto es posible dada la condición del personaje central:
Leonard Shelby (Guy Pierce) quien sufre una lesión cerebral que
no le permite crear recuerdos nuevos y cuya atención dura entre
10 a 15 minutos, luego de los cuales no sabe dónde está,
con quién está hablando o de qué tema. Leonard
recuerda todo lo acontecido en su vida hasta el trágico incidente
donde su esposa fue violada y brutalmente asesinada y el fuertemente
golpeado en la cabeza, lo que le causó la condición de
‘desmemoriado’ que padece. El logró más interesante
del director, es que si bien la historia empieza por el final y termina
en el principio, el viaje circular, como la serpiente que se muerde
la cola, es lo que sostiene el film. La narrativa es presentada en segmentos
de tres a ocho minutos. Cada uno termina donde el previo comienza, en
un constante movimiento regresivo. Para proveernos de mayor información
sobre el personaje, el director utiliza distintas escenas en blanco
y negro, que ocurren en un tiempo no definido y que están estratégicamente
colocadas en el film. Si bien al comienzo la narrativa puede confundirnos,
rápidamente se logra incorporarla como algo natural. El que la
historia esté contada al revés, nos permite entender al
protagonista. Como Leonard, no sabemos claramente que pasó antes
del segmento actual. Tenemos algunas referencias del pasado, pero no
del pasado reciente. Como él, nos vamos enfrentando a diferentes
pistas encriptadas, que quizás no son lo que parecen ser. Nolan
sabía que la única forma de contar esta historia era en
primera persona pero para evitar el lugar común de este tipo
de películas como el flashback, voz en off,
o un narrador poco confiable, el director utilizó la estructura
y el trabajo subjetivo de cámara como elementos que nos permiten
entrar en la mente del protagonista. Para aquellos que prefieren las
películas que no terminan siendo un paquete explícito,
particular tendencia del cine norteamericano, Memento será un
film que seguramente disfrutarán, ya que desafía al espectador
minuto a minuto involucrándolo en un laberinto fascinante.
Sin City (2005): La cruda urbe del pecado
Robert
Rodríguez y Frank Miller se atrevieron a llevar a la pantalla
grande, la famosa ciudad del pecado, cómic que Miller impusiera
por su estilo oscuro, de personajes violentos dibujados en explotado
blanco y negro. El film firmado en formato digital y con una sutil presencia
de color, logra ser una de las adaptaciones del género del cómics
más fiel que se haya llevado al cine en los últimos tiempos.
En Sin City Robert Rodríguez comparte los créditos
de dirección con el propio Frank Miller y entre ambos logran
recrear a la perfección ese submundo oscuro, que literalmente
transporta al espectador con su imponente estética y sus entrelazadas
historias a un lugar lleno de seres marginales, olvidados, sumergidos
en un mundo amoral plagado de alcohol, prostitución y violencia.
Al margen, vale decir que Quentin Tarantino se desempeña como
director invitado y quien mejor que él para tratar ‘tiempos
violentos’ como los que caracterizan a esta urbe. Fiel al cómic,
la cinta es en blanco y negro, con un inteligentísimo uso del
color en escenas claves a través de ocurrentes recursos. Sus
contraluces impactan tanto como sus sugestivos grises en un homenaje
al film noir, de crímenes y detectives, típico de la era
de los cuarenta, en el periodo de la post guerra y caracterizado por
la belleza oscura de sus fotogramas. La película obtiene la mejor
puntuación en la recreación de esta ciudad corrupta, con
una excelente fotografía y un montaje interesante, ambos a cargo
de Robert Rodríguez. Es un film para amar u odiar, como sus escenas
cargadas de contraluces y contrastes, sus historias son crudas y sus
personajes extremos. Una cinta que plantea un acercamiento distinto
al cómic, cargado de originalidad con una propuesta estética
y narrativa novedosa en la pantalla grande, que se convierte en un libro
de historietas con vida propia. Definitivamente una opción con
sello de autor.
Las Vírgenes Suicidas (2000): Poderosa nostalgia
La
historia de las hermanas que se suicidan inesperadamente y el misterio
que las envuelve, es una sorpresiva narración sobre los supervivientes,
y no sólo las víctimas, centrándose en lo que implica
la pérdida tan repentina y dramática de un ser querido.
La película es poética y femenina. Una visión de
la adolescencia y la pérdida, un juego constante de sensaciones
e imágenes narrativas, un rompecabezas que nunca encuentra respuesta.
He allí la nostalgia poderosa del film y quizás una de
las fallas que no la dejan convertirse en una obra maestra. No se profundiza
realmente en el mundo psicológico de las bellas hermanas, sus
motivaciones quedan perdidas en lo etérico. Más que un
análisis de las causas del suicidio hay una visión romántica
de ‘las heroínas suicidas’: un cuento de hadas verdaderamente
trágico. El film trasciende las barreras y nos deja una imagen
lacónica y adorable al mismo tiempo. Una imagen cazadora en blur
resume el clima logrado y la ambientación, a base de miles de
detalles, nos ubica plenamente en los suburbios de Michigan a finales
de los 70. Se nota aquí el ojo fotográfico de la realizadora
y el excelente trabajo de Edward Lachman (Dirección de Fotografía).
Por momentos logran trasladarnos absolutamente en una alegoría
a las famosas fotografías de David Hamilton. Mientras el libro
se regodea obsesivamente en detalles mundanos, la visión de Sofía
es mucho más ligera y femenina, apoyada por ‘Air’
en la banda sonora y efectos de cámara espectrales, crean en
conjunto, una atmósfera única. No se puede negar cierta
vaguedad en la historia así como la falta de profundización
en el drama central. Sin embargo se capta el sabor adolescente visto
desde la adultez y el recuerdo: el grupo de muchachos que espían
a las inalcanzables hermanas, el aire secreto y de aventura, la complicidad,
la travesura, la curiosidad por el mundo de las niñas. Así
mismo ejemplifica el poder de una pérdida súbita en esos
años de crecimiento, lo que se asienta en el narrador, que veinte
años después, aún recuerda esa etapa de su vida
con fervor y melancolía. La película por otra parte indaga
el lado oscuro de la familia norteamericana, un poco en la tradición
de ‘Magnolia’ y ‘Belleza Americana’
pero a diferencia de estas, las protagonistas son presentadas como seres
fantasmales, intangibles. La razón no tiene cabida; el misterio
del mundo femenino lo abarca todo, inclusive el trágico desenlace
que el mismo narrador (hombre) no logra explicarse a sí mismo,
evidenciando las diferentes visiones de los géneros. Las
Vírgenes Suicidas nos revela que vale la pena adentrarse
en el mundo de Sofía Coppola. Más allá de la celebridad
de su familia, esta joven directora tiene su propia luz, patente en
cada minuto de esta audaz opera prima y que ha sabido conservar en sus
siguientes películas, la excelente ‘Lost in Translation’
(2003) que le mereció el Oscar al Mejor Guión Original
y la reciente y atrevida ‘Maria Antoinette’ (2006).
El Ilusionista (2006): Muerte, amor
e intriga
El
Ilusionista, dirigida y escrita por Neil Burger (Interview
with the Assassin 2002) y protagonizada soberbiamente por Edward
Norton, si bien no es una obra maestra es una película sólida
y entretenida que se agradece ante tanta fórmula comercial. Su
premisa de partida es muy interesante, se trata de la historia de ‘Eisenheim’
un ilusionista en el siglo XIX, que logra impactar a todos los que ven
su actuación, la preguntas sin duda son ¿se trata de un
estafador con trucos baratos? ¿Es un investigador de la ciencia
que la aplica a sus shows? ¿o ¿posee poderes extrasensoriales
y es un elegido de la naturaleza? Su profunda mirada nos lleva por la
aventura de descubrir la verdadera esencia de este magnífico
personaje. El ilusionista es un film atrapante, si bien la critica ha
dicho que su final es obvio, a mi logró sorprenderme y me pareció
acorde con todo el planteamiento narrativo del film. Hay que considerar
la época en que está situada la cinta, finales del siglo
XIX donde la línea entre la ciencia y lo sobrenatural era muy
delgada y apenas comenzaban a surgir los principales inventos de la
humanidad, ese hecho proporciona aún más interrogantes
sobre las practicas y peripecias del ilusionista. Se trata de una historia
de intriga, amor y romanticismo, donde la muerte juega un rol fundamental
y donde nada es lo que parece. Vale destacar la excelente ambientación
de finales del siglo XIX, con la actitud ingenua de la gente frente
a la magia que genera un halo enigmático que acompaña
a todo el film. El Ilusionista es en suma una de esas películas
que vale la pena ver porque destaca dentro del montón de propuestas
comerciales. Si bien tiene algunas partes flojas en su concepción,
logra atrapar a la audiencia en base a una historia que desborda ingenio.
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