Esta
serie empezó como un ejercicio para rescatar los mejor del
cine del milenio en curso, pero en cada entrega sentía que
muchos films valiosos habían quedado afuera. En esta cuarta
entrega, me acompaña la misma sensación, aunque las
diez cintas elegidas exudan calidad e ingenio, hay otras que no he
podido incluir, por lo que sospecho que habrá una quinta entrega.
Por ahora disfruten de estas diez críticas de films que marcaron
pauta y que vale la pena rescatar del olvido.
The 25th Hour (2002):
New York, Hora 25, Zona cero
Spike
Lee, ha sido uno de los directores que más polémica ha
despertado dentro del cine norteamericano. Acusado de panfletario y
provocador, de la mano de este director afroamericano, se han abordado
grandes temas: los derechos civiles desde diferentes ángulos,
la sectorización de las minorías, las relaciones interraciales,
los inicios del jazz, la NBA con sus miserias y virtudes, etc. Definitivamente
es un realizador que cuando filma, es porque tiene algo que decir. No
se trata, simplemente de un narrador de historias sino de un realizador
con voz propia y sentido social. ¿Hay que criticar su cine en
función de sus ideas? No lo creo. Su obra exuda calidad tanto
en su realización como en su contenido. El hecho que nos exponga
a verdades que son difíciles de tragar, es otra historia: la
de nuestra propia conciencia social. Su gran película, ‘The
25th Hour’ (La hora 25), no escapa del ojo del huracán
sino que explota en su mero medio. Un film con un ritmo fascinante,
donde por momentos las imágenes y la música conspiran
contra nosotros, observadores atónitos de una danza sin igual
de todos los componentes creativos. A la cabeza del reparto, encontramos
un Edward Norton impecable que se luce a lo largo de todo el metraje.
Ya desde el principio del film, una interesente mezcla de imágenes
abstractas de luces azules sobre fondo negro van formando diferentes
figuras que poco a poco se definen como dos enormes torres de luz, ubicadas
en la zona cero. Spike Lee, hace las tomas típicas de noche en
la ciudad de Manhattan, pero los enormes ases de luz que súbitamente
se apagan dando lugar al vacío, nos muestran, desde el principio,
que esa Nueva York es otra: le falta algo y ha sido herida, premisa
que se siente a lo largo de toda la cinta.Basándose en la novela
original de David Benioff, quien también elaboró el guión,
se nos muestran las últimas 24 horas de libertad de un hombre:
Monty Brogan (Edward Norton) condenado a siete años de prisión
por narcotráfico. En su último día en libertad,
Monty intentará reunirse con sus dos mejores amigos de juventud,
Jacob (Philip Seymour Hoffman) y Slaughtery (Barry Pepper) y con su
novia, Naturelle (Rosario Dawson), de la cual sospecha lo ha denunciado
a la policía. Así mismo volverá a encontrarse con
su padre (Brian Cox), quien nunca lo ha abandonado, ni en las buenas
ni en las malas, siendo, como todos sus seres queridos, cómplices
del destino que le espera, al haber permanecido callados con respecto
a su ‘profesión’, aceptando los beneficios que ese
dinero generaba. Monty se verá enfrentado, en esas últimas
horas con toda clase de sentimientos encontrados: rabia, miedo, desesperación,
arrepentimiento, desconfianza etc. Toda esa gama de emociones son explotadas
al máximo por Edward Norton, quien nos lleva al extremo en un
monólogo cargado de rabia hacia todo lo que New York representa,
que fluye a partir de un espejo que tiene escrito la palabra ‘Fuck
you’ .Monty ve su rostro joven y bien parecido reflejado y a sabiendas
de lo que le espera en la prisión, explota en una verborrea mental,
con una edición rítmica, imágenes crudas de la
ciudad y frases que nos cachetean el rostro. La cinta, acompañada
de una banda sonora cálida e hipnótica, sitúa su
eje en el personaje de Norton, quien se encuentra bajo una situación
limite a partir de la cual se desatará un drama de sentimientos,
que nos lleva irremediablemente a la reflexión acerca de temas
como la legalización de la marihuana, la amistad a través
de los cambios, la lealtad, el falso pudor y otros dilemas morales de
esta nueva sociedad que nos toca vivir. En el frío invierno de
una Manhattan distinta, Monty deambula por las calles que se conoce
de memoria, deseando haberse retirado cuando la conciencia lo exigía,
reflexionando sobre el pasado y la incertidumbre del presente donde
cada tic tac del reloj es el recordatorio de lo inevitable. Se sienta
en el parque y piensa ‘Si tan solo el día tuviese 25 horas,
si tan solo me dieran una segunda oportunidad…’ Spìke
Lee nuevamente enciende la llama, con este poderoso drama existencial
que nos recuerda uno de sus primeros y geniales trabajos: ‘Do
the right thing’ (Haz lo correcto). Ambas películas transcurren
en 24 horas y en ambos casos pasan varios días y uno sigue recordando
el film porque nos desafían a pensar y re pensar nuestros valores
éticos.
Lost in Translation (2003): La magia de Sofía
El
Segundo largometraje de la talentosa Sofía Coppola: Perdidos
en Tokio (Lost in Translation) no solo recibió el elogio unánime
de la crítica internacional, sino que fue ganadora Globo de Oro
como mejor película en la categoría de comedia-musical
y del mejor guión y fue nominada para cuatro Oscares como mejor
película, dirección, actor y guión original, oscar
que la joven directora se llevó a casa. Vale decir, que Sofía
es la tercera mujer y la primera norteamericana en ser nominada en la
categoría de mejor película, después de la alemana
Lina Wertmuller por Siete Bellezas en 1976 y de la neocelandesa Jane
Campion por ‘El Piano’ en 1994. Este film se aleja, por
sobre todas las cosas, de los convencionalismos, siendo un drama combinado
con situaciones de ligera comicidad, que nos deja una profunda emoción
por su lucidez, intensidad y capacidad para conmovernos. Es una trama
verdaderamente humana, de comprensión y fuerte vinculación
afectiva entre personajes aparentemente opuestos, pero íntimamente
atados en sus soledades y vacíos. Sofía escribe, dirige
y produce, un film que tiene la capacidad de captar a los seres cotidianos
y crear atmósferas surrealistas, poéticas, por momentos
imprecisas, que nos conmueven al punto de convertirse en anexos de nuestra
memoria. Sus películas poseen un toque único, la huella
de una realizadora con un impactante ojo fotográfico capaz de
crear en imágenes y evidenciar un talento independiente y profundamente
artístico. ‘Perdidos en Tokio’ nos cuenta la historia
de un actor cincuentón, Bob Harris (Bill Murray), con la carrera
en baja, que decide aceptar filmar un comercial de whisky en Tokio.
Impactado por esa gran ciudad, se recluye en su hotel donde conoce a
Charlotte (Scarlett Johansson), una
joven mujer, cuyo marido es un importante fotógrafo cumpliendo
una labor profesional. Bob y Charlotte se encontrarán en su soledad
y a medida que se atreven a explorar juntos la acelerada urbe japonesa,
van acercándose entre sí, reflexionando sobre sus vidas,
anhelos, vacíos, desarrollando un intenso vínculo, que
demuestra el abanico de las emociones en las relaciones humanas. Es
una hermosa historia de amor, sustentada en un ingenioso y sólido
guión, que toca el ámbito de lo profundo. Se complementa
con un excelente reparto, donde a mi criterio más que el aclamado
y ganador del Globo de Oro, Bill Murray, la que verdaderamente destaca
es la joven Scarlett Johansson. Este film es capaz de traspasar la barrera
entre creador y espectador, quizás porque recurre a temas elementales
intrínsecos al ser humano como la pareja, la soledad y esa angustia
existencial que en mayor o menor medida todos tenemos. Esto logra que
sintamos que la cinta nos habla directamente a la cara, sin hipocresías,
moviendo nuestro mundo emocional. Esta es la magia que Sofía
le imprime a sus trabajos, la sutileza de los personajes y escenarios,
las imágenes etéreas, las circunstancias apenas insinuadas
y una niebla poética que lo envuelve todo, inclusive a nosotros
mismos…
Babel (2006): Impactante Laberinto
Según
el director González Iñárritu esta es su última
colaboración con el guionista Guillermo Arriaga, en lo que el
llama el cierre de un trilogía, por lo que Babel es la última
entrega, al menos por ahora, de este conjunto tan prolífico y
profesional. Todo empieza a girar con un disparo, emitido por un niño
jugando con un rifle en el desierto de Marruecos que desencadenará
una serie de hechos aparentemente fortuitos que conectarán a
una pareja de norteamericanos que entrarán en una lucha por sobrevivir
y trascender terribles circunstancias. Por otra parte, nos encontramos
con la niñera de origen mexicano que cuida a los niños
de la pareja, que cruzará ilegalmente la frontera junto a los
infantes y a una adolescente japonesa sordo-muda y rebelde cuyo padre
es investigado por la policía. A pesar de las culturas distintas
que los separan así como las distancias geográficas, este
grupo de seres comparten un hado de aislamiento y dolor que los lleva
a sentirse perdidos: en el desierto, dentro de sí mismos, dentro
del mundo que los rodea para lentamente sumergirse en el abismo de la
confusión y el miedo, mientras navegan las profundidades de las
relaciones. Si bien como en las películas anteriores de este
director, hay varias historias, en esta ocasión ocurren en tres
continentes diferentes y es multilingüe, por lo que fue un reto
rodarla, logrando tanta precisión en la recreación de
los distintos ambientes. El realizador sale airoso en el sentido estético
aplicado a cada cultura, con el inteligente uso del color y los movimientos
de cámara logran hacernos sentir el caluroso desierto marroquí
con la misma veracidad que la urbe japonesa. Como en sus anteriores
films revela una pericia técnica sobresaliente en el uso de efectos
de cámara y los visuales recursos narrativos. Logra además,
incluir al espectador en el mundo emocional de los personajes, con impactantes
primeros planos y una edición precisa en un desarrollo no lineal.
Con
un sólido reparto el film se apoya en excelentes actuaciones.
Estamos sin duda frente a una gran obra que desborda creatividad e ingenio.
Puede pensarse que el guión y el montaje, critica que han hecho
muchos, responden a una forma artificial que solo busca el exceso de
drama. Sin embargo su estructura es una opción válida
para llegar a lo más hondo de los personajes, cometido que se
logra gracias a los recursos usados por el director como la cámara
en mano, composiciones tipo descuidadas, aceleramiento de la imagen
y un excelente manejo del sonido que juega magistralmente, con los silencios
y la banda sonora. Vale destacar el maravilloso trabajo de Gustavo Santaolalla
en la música de la cinta. Toda esta conjugación de elementos:
el inteligente y sólido guión de Arriaga, la dirección
eficaz y sobresaliente Iñárritu., las maravillosas actuaciones
y en suma el gran trabajo de todo el equipo detrás de cámara,
dan a luz un brillante film que se nos mete en la piel a través
del sufrimiento existencial de sus personajes en un época contradictoria,
seres enfrentados al miedo, el vacío, la soledad, la inadecuación
y otros sentimientos inherentes a la vida contemporánea. Seres
que se que nos quedan en la memoria y que nos hacen reflexionar sobre
el dilema de la existencia en un mundo globalizado, pero plagado de
sectarismos y separación.En suma se trata de un film profundo
que además resalta por su impecable factura. Babel es en suma
un film que plasma el mundo polarizado en el que vivimos, reflexión
que se hace a través del acercamiento a distintos dramas existenciales.
Definitivamente un tema interesante pero es la forma en que está
contada y filmada lo que hace que esas diversas historias nos lleguen
adentro, en un laberinto como la Torre de Babel. Se trata de cine de
autor, con un sello claramente definido. Para algunos es una formula
repetida, para mi es un vehículo adecuado, una forma para contar
distintos contenidos y considero que cada uno de sus films podrán
parecerse en su estructura pero son por separado obras que valen por
sí mismas. Sin duda estamos frente a un director de alto calibre,
que con Babel ratifica que esta dejando huella en el cine contemporáneo.
About Schmidt (2002): La búsqueda de sentido
Alexander
Payne, escribe y dirige esta obra que es un viaje acerca de la condición
humana, del propósito de la existencia, de la soledad interior
y de tocar fondo para volver a pararse ante la vida. Dicho viaje lo
hacemos a través de la vida de Warren Schmidt, magistralmente
interpretado por Jack Nicholson, un hombre corriente, vendedor de seguros
recién jubilado, casado desde hace cuarenta y dos años
y con una hija a punto de contraer matrimonio. Como primer paso para
dar un nuevo sentido a su vida, Schmidt decide apadrinar a un niño
africano llamado Ngudu Ubu, al que comienza a escribir cartas exagerando
notablemente todo aquello que tiene que ver con su vida y su trabajo.
En estas largas cartas llenas de una vida de cosas no expresadas, Warren
empieza, quizás por primera vez, a conocerse a sí mismo
y la vida que ha llevado. La odisea personal de Schmidt comienza cuando
su esposa muere inesperadamente. Días después, revisando
los objetos personales de ella, descubre unas cartas que demuestran
que hace veinticinco años tuvo una aventura con su mejor amigo.
Decide entonces hacer un viaje en carro a Denver donde se casa su hija,
en el cual vivirá muchas situaciones vitales, que maquilladas
con una buena dosis de humor negro le dan a la cinta un carácter
interesante sin perder el sentido dramático. Al igual que su
vida, el trayecto que emprende el protagonista, está lleno de
frustraciones, rechazos, humillaciones y fracasos. Schmidt se da cuenta
de que nunca ha hecho nada destacado en la vida, ni tampoco ha hecho
nada por mejorar la vida de los demás... hasta que recibe una
carta del pequeño Ngudu Ubu, que le cambiará el sentido
a las cosas. Resalta un guión certero muy bien escrito y una
pulcra realización este drama comedia que destaca las capacidades
de su autor para poner el dedo en la llaga con humor en las miserias
de la sociedad norteamericana, retratando a un individuo si se quiere
patético con una vida mediocre. Es una cinta
verdaderamente inteligente en la cual sentimos empatía por el
perdedor Schmidt porque de alguna manera nos representa un poco a todos,
dentro de una sociedad que deja pocas salidas creativas, que emula el
conformismo y margina lo diferente. ‘Material tan dramático
y lúgubre adquiere una fluidez, una complejidad y una gracia
notables en manos de un director que sabe alternar las luces y las sombras,
explotar el lado cómico de situaciones trágicas, combinar
la piedad con la sorna, el realismo con el humor negro. Alexander Payne
dispone de un transmisor excepcional de esas sensaciones, de un Nicholson
en permanente estado de gracia que enriquece al personaje hasta extremos
geniales, que lo hace patético y adorable, cercano y conmovedor,
jocoso y profundamente humano. Interpretación comparable a la
que logró en la preciosa comedia ‘Mejor imposible’;
te hace reír, te emociona, te enamora’ (Carlos Boyero:
Diario El Mundo). Estamos frente a un film difícil, ya que esta
plasmado en él un cierto desasosiego y un alto grado de frustración,
sin embargo es un retrato crítico sobre el hombre en el mundo
globalizado y moderno, una sociedad normativa que deja pocas salidas
y poco tiempo para el autoconocimiento.
War of the Worlds (2005): Genuina Angustia
En
una adaptación libre y moderna del clásico literario de
H:G: Wells, Steven Spielberg nos recuerda su maestría para realizar
películas taquilleras que preservan su calidad como obras de
arte llenas de entretenimiento. ‘La Guerra de los Mundos’
es una cinta capaz de helarle los nervios a cualquiera, posee excelentes
actuaciones y un manjar de efectos especiales para una recreación
acuciosa y angustiante de un posible ataque extraterrestre. Steven Spielberg
vuelve a demostrar su carácter de director multifacético,
retomando la ciencia ficción y el tema de los extraterrestres,
esta vez no desde el punto de vista amable ofrecido en ET o Encuentros
Cercanos del Tercer Tipo, sino todo lo contrario, desde una perspectiva
amenazante Haciendo una versión contemporánea y bastante
libre del clásico literario de H.G. Wells, escrito originalmente
en 1898, el director recrea un ataque alienígena impresionante,
que sucede un día cualquiera y que arrasa con los humanos como
si estos fueran insectos. Nuestra especie, presa del pánico se
ve obligada a intentar sobrevivir de cualquier manera. Para humanizar
la historia, el film se centra en una familia disfuncional, con un padre
prácticamente ausente y distante, que se ve obligado a cuidar
a su hijo adolescente y a su pequeña niña por un fin de
semana. Tom Cruise es Ray Ferrier, un descargador de muelle, que poco
sabe de la paternidad responsable o afectiva ya que es un tipo tosco
emocionalmente. Sus hijos acostumbrados a una vida cómoda que
les proporciona su padrastro, tampoco están felices de estar
allí y ninguno de ellos sospecha que en cuestión de horas
vivirán las circunstancias más extremas y extraordinarias
juntos que cambiarán su relación para siempre. Impacta
la escena donde aparece por primera vez una enorme maquina de tres patas,
que emerge del suelo y antes de que alguien pueda hacer algo, arrasa
con todo lo que está a su alcance. Esto sucede ante los ojos
de Ray, a unos pocos kilómetros de su casa. De pronto este hombre
que caminaba tranquilamente quejándose por tener que estar con
sus hijos, presencia unas circunstancias insólitas, el primer
ataque extraterrestre contra la tierra, que de manera brutal evapora
humanos y destruye todo a su paso. Ray escapa milagrosamente y corre
a su casa para proteger a sus hijos, pero llega totalmente fuera de
sí. El director refuerza de forma inteligente una completa identificación
del espectador con la experiencia de Ray cuando la locura se desata,
en base a planos subjetivos y una convincente puesta en escena nada
confusa que permite seguir con detalle todo lo que va pasando, hasta
tal punto que su impotencia y su angustia es también la nuestra.
Destaca el carácter humano del personaje y la excelente calidad
de matices que le imprime Tom Cruise, que nos muestra un ser en schock
que solo sabe instintivamente que debe proteger a su familia y no tiene
idea de cómo hacerlo. ¿Acaso alguno de nosotros sabría
qué hacer ante una situación similar? y es que esa es
la premisa básica que caracteriza al film, imprimirle veracidad
y humanidad
a los personajes, seres normales que deben afrontar lo que creían
imposible para vivir un experiencia transformadora. Este tema de las
familias disfuncionales y el desarraigo viene apareciendo en los últimos
títulos de este genial director en películas como La Terminal,
Atrápame si puedes y AI Inteligencia Artificial, que cuestionan
las relaciones humanas, poniendo el acento final en la confianza sobre
un mundo compuesto por mejores personas. Es inconfundible el sello de
Spielberg, en la narrativa, el carácter estético, el montaje
y la excelente dirección de actores que logra arrancar impactantes
performances de Tom Cruise y Dakota Fanning, ambos creíbles y
desgarradores en sus papeles. En suma esta es una película que
vale la pena ver, propone una buena dosis de entretenimiento y tensión
que logra mantener la atención del espectador, produciendo una
angustia genuina. Spielberg consigue dejar en nuestras retinas imágenes
de una contundencia difícil de olvidar. La ausencia de explicaciones
científicas y/o mágicas incrementa ese miedo a lo inexplicable,
como el simple porqué de cualquier guerra, nunca explicado en
detalle, aunque los escépticos lo vean como una laguna argumental,
los verdaderos amantes del cine dramático de ciencia ficción
lo verán como un mero detalle. El punto no esta puesto en un
complicado guión que intente explicar las causas de esta invasión.
El film se mete de lleno en el hecho mismo, en la celeridad de los acontecimientos,
en la carrera por la supervivencia de sus protagonistas y nosotros,
los espectadores, permanecemos igual de atónitos que los personajes
ante los eventos increíbles que suceden.’La guerra de los
mundos’ es una película convincente, una obra angustiosa
que consigue de sobra su propósito de hacernos sentir esa necesaria
impotencia ante la enormidad de todo lo que acontece, recordándonos
lo valioso de lo simple de la vida, de todo aquello que damos por sentado
y que inequívocamente terminamos por no valorar. Este brutal
ataque, de seres superiores en tecnología, nos arranca todos
los sueños de eterna tranquilidad y superioridad del hombre en
el espacio, dejándonos dentro un gusanito que se pregunta ¿Y
que pasaría si algo así sucede repentinamente? Definitivamente
un film que sabe combinar el drama con la acción, al mejor estilo
de Spielberg, quien despliega sus mágicas dotes de director de
grandes películas para ofrecernos una visión descarnada
de la debilidad y fortaleza humana.
Adaptatión (2002): El ingenioso Kaufman
El
dúo, Spike Jonze (director) y Charlie Kaufman (guionista), quienes
ya en colaboración conjunta nos entregaron en el 2000, la disparatada
¿Quieres ser John Malkovich?, volvieron a unirse para traernos:
‘Adaptation’ (Adaptación). Todo comenzó en
1999 cuando se le pidió a Charlie Kaufman adaptar para el cine
"El ladrón de orquídeas", un libro de gran éxito
basado en la vida real y escrito por la escritora del New Yorker Susan
Orlean. El libro trata acerca del fanático injertador de orquídeas
John Laroche y su incansable pasión por dichas flores. Sin embargo
la estructura narrativa del libro no es nada convencional, por lo que
Kaufman, después de varios intentos, decidió abandonar
el trabajo, casi dándose por vencido. En algún punto de
su lucha creativa, tuvo la brillante idea de incluirse, junto con otros
elementos de ficción, dentro del guión, para un resultado
complicado pero fascinante. El film trata, en consecuencia, de un guionista,
inseguro y acomplejado, que tuvo un enorme éxito con su primer
guión y se encuentra en pleno bloqueo creativo mientras trata
de adaptar ‘El ladrón de orquídeas’ para el
cine. A la vez tiene que lidiar con su hermano gemelo, que además
de ser su antítesis: simpático y extrovertido, se encuentra
escribiendo fluidamente un guión superficial. Mientras afrontamos
el proceso de escritura de Kaufman se va colando la historia de John
Laroche y su mundo de orquídeas, la de la periodista que va siendo
atrapada poco a poco en la pasión de Laroche y la del guionista,
su hermano gemelo y el mundillo del cine. El resultado, es un guión
diferente, un film atrevido, que exuda originalidad y audacia narrativa.
Un film de alta costura, por momentos algo recargado, pero que sin duda
rompe todos los esquemas. Se trata de un cine que apuesta a nuevos caminos,
de hecho la cinta recibió con ovación el Oso de Plata
en el festival de Berlín. Para el papel del torturado guionista,
nos encontramos con un Nicolas Cage en una actuación impactante
haciendo de
Kaufman, que se ve a sí mismo: gordo, calvito, con un brillante
cerebro pero con la incapacidad de relacionarse con seres de carne y
hueso. Así mismo, representa con solvencia a Donald, el gemelo
antítesis: confiado, sereno, alegre y encantador. Como el amante
de la vida, John Laroche, nos encontramos con un Chris Cooper sorprendente.
Probablemente no les suene el nombre, pero este actor ha representado
incontables papeles secundarios a lo largo de su carrera. Apenas vean
su rostro lo reconocerán. Y para terminar el banquete, la periodista
Susan Orlean, es mágicamente representada por la siempre solvente
Meryl Streep. Como bien dice el título, la cinta versa sobre
distintas adaptaciones, no solo del proceso de adaptar una novela, problema
del guionista, sino de seres solitarios que buscan una pasión
para sus vidas y lo hacen a través de la reformulación
de sus mundos creativos, readaptándose a raíz de sus experiencias.
Un elenco de lujo, una acertada dirección y un excéntrico
y complicado guión, dan como resultado un film muy interesante,
con muchos puntos de giro, especial para los amantes de lo diferente
en materia de cine.
The Departed (2006): La Maestría de Scorsese
Los
Infiltrados (the Departed) es la última y genial película
de un maestro del séptimo arte como Martin Scorsese, que por
sus 40 años de carrera y films emblemáticos que han marcado
pauta como ‘Taxi Driver’ (1976), ‘Toro Salvaje’
(1980) ‘La última tentación de Cristo’ (1988),
‘Buenos Muchachos’ (1990), por solo citar algunos, genera
un nivel de expectativa verdaderamente alto. El realizador sale airoso
generando una gran cinta, que lo devuelve a la trama del thriller gansteril
que con tanta maestría sabe recrear. Los Infiltrados es un film
consistente que no decepciona ni cansa a pesar de sus dos horas y media
de duración y que recalca el talento de un director de auténtico
sello. Atención ojos ávidos de buen cine, Scorsese ataca
de nuevo y no da tregua en base a un film cargado de suspenso, tensión
dramática, humor negro y la dosis justa de violencia. ‘The
Departed’ es la tercera colaboración de Scorsese con Leonardo
Di Carpio quienes ya habían demostrado ser una dupla creativa
interesante, tanto en ‘Ganster de Nueva York’ como en ‘El
Aviador’, pero que desbordan ingenio en esta última producción
adaptación de la película taiwanesa ‘Infernal Affairs’
realizada por Andrew Lau y Andy Mak en el 2002.El guión fue adaptado
magistralmente por William Monahan, generando una película tan
vertiginosa como la original pero con claras diferencias. : Los Infiltrados
resulta una ola refrescante dentro de un género que ha tendido
a repetirse hasta el cansancio, rescatándolo, actualizándolo
para terminar con un producto sólido que nos remonta a las mejores
películas de su director pero claramente modernizado en trama
y factura. Con su acostumbrada y exquisita filmografía, cada
detalle cuidado a la perfección estamos ante un film de excelente
realización y que arrolla con su elenco actoral y que a la vez
demuestra la excelente dirección de actores de la que es capaz
Scorsese .Los Infiltrados nos introduce en el corazón del crimen
organizado y en el universo de la corrupción policial, tanto
en la doble moral del discurso oficial como en la desgarradora realidad
del mundo gansteril. La trama se centra en El Departamento de Policía
de Massachussets que se ve envuelto en una guerra sin cuartel para atrapar
a la mayor banda de crimen organizado de la ciudad. El plan es acabar
con el poderoso jefe de la mafia Frank Costello (Jack Nicholson) desde
dentro. Para eso reclutan al joven policía Billy Costigan (Leonardo
DiCaprio), criado en el sur de Boston, a quien logran manipular para
que asuma el riesgo de infiltrarse en la organización y ganarse
la confianza de Costello. Por otro lado otro joven policía que
también ha surgido de las calles del sur de la ciudad, Colin
Sullivan (Matt Damon), sube rápidamente de categoría dentro
de la policía del Estado. Colin, que se ha ganado un buen puesto
en la unidad de Investigaciones Especiales, forma parte de un grupo
de oficiales de élite cuya misión es acabar con el mafioso.
Pero lo que sus superiores no saben es que Colin trabaja para Costello
y lo mantiene un paso delante de la policía. Mientras se desarrollan
las historias paralelas
de los dos jóvenes, cada vez sus caminos se verán más
entrecruzados hasta que los dos bandos se dan cuenta que cada uno tiene
un infiltrado y ambos protagonistas tendrán que correr para develar
la identidad del otro primero y así recuperar sus vidas. El film
nos ataca con un incesante bombardeo de imágenes cruzadas, que
con ritmo vertiginoso logran introducirnos en la acción. Apoyada
en un guión inteligente las conversaciones llevan algunas veces
moralejas con un toque de humor negro que se agradece. Apoyada en un
elenco fenomenal, forma un paquete compacto de suspenso inteligente.Una
y otra vez me pregunté porque esta película me había
gustado tanto y logrado atraparme totalmente. Evidentemente no fue solo
por la calidad de su realización sino por el alma de los personajes,
seres oscuros, atrapados entre el bien y el mal, donde nadie es totalmente
bueno o malo y la línea entre lo correcto e incorrecto comienza
a hacerse invisible. Esa dualidad con que Scorsese pinta ambos mundos
supuestamente antagónicos: los ganster vs la policía nos
hace ver que no hay mucha diferencia entre unos y otros, que ambos manejan
el poder a su antojo, mienten, engañan, manipulan, asesinan…Entonces
la pregunta que surge inevitablemente en mi mente es: ¿hay excusas
validas para matar? ¿Esta el hombre capacitado para manejar el
poder con integridad? ¿Es el poder una droga que deforma a las
personas? Sin duda este film nos deja pensando sobre eso y otras cosas.
Fue allí que encontré la clave de mi fascinación:
como amante del suspenso esta obra logra el cometido de manejarlo magistralmente,
como exigente de la fotografía la factura del film es impactante,
como interesada en las temáticas retadoras esta cinta es sin
duda controversial en su contenido y en su forma realista de pintar
a ladrones y policías, como observadora obsesiva de las actuaciones
la película logra el cometido de que resalten todos sus actores.
La única crítica que tengo es la subtrama creada entre
una psicóloga policial y ambos protagonistas, que genera un triangulo
amoroso que parece un barco a la deriva y no aporta nada trascendental
a la trama agregándole minutos de más al film. La única
explicación que encuentro para la presencia de la psicóloga
es que se convierte en la única testigo silente de la historia.
Nosotros, la audiencia somos los testigos de lujo, que vemos las tramas
en paralelo y vivimos la verdad de ambos personajes al extremo. Este
es definitivamente un film que vale la pena y que tiene muchas lecturas
además de acción y suspenso, es en suma un thriller inteligente
y provocador que deja otro indeleble sello en la excelente filmografía
de este grande del cine como es Martin Scorsese.
Lord of War (2005): Escalofriante realidad
Nicolas Cage refuerza su faceta dramática, en este excelente
y provocativo film de corte independiente, del director Andrew Niccol
(Gattaca, Simone) que nos relata los inicios de un joven emigrante ucraniano
en el tráfico de armas hasta convertirse en un poderoso del ramo
acosado por débiles pero consecuentes dilemas morales. Sin convertirse
en un panfleto sensiblero, la película expresa una decadencia
existencial y moral difícil de ignorar y pone sobre la palestra
un tema candente. ‘El señor de la guerra’, basada
en hechos reales, nos presenta la historia de Yuri Orlov, un insatisfecho
inmigrante ucraniano, que lleva una vida gris trabajando en el restaurante
de su familia, hasta que un día, la violencia que lo rodea lo
lleva a concluir que el mejor negocio consiste en suministrar armamento
para los odios y las guerras, no importa entre quienes sea, ya que estas
siempre existirán entre la raza humana. Partiendo de esta triste
conclusión sobre la ‘normalidad’ de la intolerancia
entre sus congéneres pasa de vender su primera arma, hasta convertirse
en uno de los más grandes traficantes de armas del mundo. El
film está narrado en primera persona por su protagonista Nicolas
Cage, cuya voz profunda y su hablar pausado le agrega un toque sombrío
a la película, lado oscuro que este versátil actor maneja
a la perfección, brindándonos un performance de excelente
factura que sin duda quedará como una de sus mejores actuaciones.
La película tiene su toque irónico y nos presenta con
notable naturalidad la inhumanidad brutal de este comercio, el cual
las grandes potencias dicen combatir, siendo estas mismas la que lo
estimulan. Impecablemente hilada, su realización visual es precisa
y original. De entrada el director hace una subjetiva de una bala, desde
su fabricación, su traslado, su venta y su destino final: la
cabeza de un joven de menos de 15 años. Con la bala nos adentramos
en un recorrido fatídico, que nos introduce sin anestesia en
la cultura de la muerte. El trafico de armas lo contamina todo y hace
que predomine la mentira y la hipocresía ya que detrás
de este se encuentran los intereses de los países más
poderosos del mundo, así como los de cada mini guerra, cada bando
con sus ideales extremistas. Hay suficiente odio en el mundo como para
hacer el negocio de venta de armas altamente lucrativo. Muchas fibras
delicadas son tocadas en la cinta, como la venta de material bélico,
residuo de la guerra fría por kilo como si fuera arroz, hasta
la venta de armas a déspotas africanos a cambio de drogas y diamantes.
Es verdaderamente una extrema sátira sobre el comercio ilegal
de armas, cuyo personaje principal es moralmente inhumano y aun así
tiene dilemas éticos, siempre teñidos de cierto toque
sardónico, que en la persona de Nicolas Cage encajan a la perfección
logrando un personaje detestable pero entendible y hasta
simpático dentro del humor negro de sus reflexiones. Es justamente
la frialdad de los razonamientos de Yuri y lo que ve a lo largo de su
carrera como contrabandista, lo que toca indiscutiblemente nuestra conciencia.
Escuchar el narrador hablar del negocio del tráfico de armamento
como si estuviera comentando sobre cualquier tema banal, mientras vamos
observando las sucesivas y múltiples guerras alrededor del globo
y la cotidianidad de la muerte en personas de todas las edades y culturas
es lo que verdaderamente nos hiela la sangre. Sentados en nuestra realidad,
ignoramos que de cada 12 personas una tiene un arma, olvidamos que se
libran varias guerras en el mundo día a día, que esa bala
pulcra que nos introduce en la película es un símbolo
de poder que decide entre la vida y la muerte de un ser humano. Sin
duda la mejor película de este director hasta el momento, que
si bien es acusada de maniqueísta por sus efectos de edición
y su ritmo frenético, es precisamente este último el que
termina de completar el perfil cinematográfico de la trama. No
se trata de un drama denso a pesar de la gravedad del tema cosa que
se agradece como espectador con ganas de reflexionar en base a propuestas
originales y no a formulas sensibleras. La crítica ha sido bastante
dura con la cinta, catalogándola de mediocre, yo los invito a
conseguirla en dvd y formarse su propia opinión. Es de esas películas
que deben ser vistas y no contadas y de la que habrá opiniones
disímiles y controversiales.
United 93 (2006): Minutos de terror
El
director británico Paul Greengrass, decide recrear en este film
los eventos ocurridos dentro del avión ‘United 93’
(Vuelo 93), el único que no alcanzó su objetivo en los
atentados del 11 de Septiembre, gracias a la determinación de
los pasajeros y el personal de vuelo, personas comunes y corrientes
que se vieron enfrentados a una situación de vida o muerte. Con
el aire documental de este director, que suele darle a todas sus películas,
aunque sabemos el desenlace final, en este film los minutos pasan rápido,
dejando un hueco en el pecho y la sensación de haber presenciado
los hechos. Realizada en tiempo real, la narración es impecable
al igual que la factura para lograr finalmente una cinta sobrecogedora
que quedará estampada en la historia de la cinematografía
de este milenio. ¿Es Paul Greengrass un oportunista? Esta es
una pregunta que ha surgido inevitablemente con la aparición
del polémico film, en un momento en que los norteamericanos se
planteaban si los eventos del 11 de Septiembre debían o no debían
ser recreados en el cine, si había pasado el tiempo suficiente,
si las heridas estaban ya cerradas. Sin embargo, el director estadounidense,
Oliver Stone, ya recreó la tragedia de las Torres Gemelas en
el reciente film ‘World Trade Center’, basado en una historia
real. Los hechos del 11 de Septiembre forman parte de la historia de
la humanidad, como otros atroces actos y las muchas injusticias que
pueblan nuestro existir y que gracias al arte: literatura, fotografía,
cine, etc., uno puede recrear y así entender mejor el presente.
El cine crítico, representa a través de la imagen, el
reflejo de los tiempos y de nuestra golpeada condición humana.
En Vuelo 93, los hechos son presentados con respeto a las victimas y
nos permite un acercamiento a un acontecimiento que cambio el curso
de la historia contemporánea. En este film del cual fue también
fue el guionista, Paul Greengrass se mantuvo fiel al estilo documental
que lo ha caracterizado, logrando una historia tensa que se desarrolla
en tiempo real y que logra atraparnos a pesar que conocemos el desenlace
de los hechos. ‘United 93’ recrea el fatal vuelo, partiendo
del despegue, pasando por el secuestro, hasta el momento en que los
pasajeros se dan cuenta de que forman parte de un plan de ataque terrorista
perfectamente hilado. Ante la cruda verdad deciden unirse y el film
explora el miedo, el terror y las valientes decisiones de esas personas
que, en 90 minutos, pasaron de ser meros pasajeros de un avión
a convertirse en íntimos compañeros y héroes enfrentados
a una situación impensable. Como no existe un informe exacto
que describa realmente el secuestro ni el comportamiento de los rehenes,
el director improvisa con sumo cuidado los hechos utilizando un reparto
de actores desconocidos, mas idóneos para representar a las personas
reales que estuvieron allí, seres comunes y corrientes dentro
a una situación extrema. La genialidad y quizás integridad
de Greengrass, radica en que de un tema del que podría haberse
explotado el lado trágico y dramático, cayendo en una
sensiblería malévola, por el contrario el director es
comedido con una narración que discurre con sobriedad. El realizador
comenta 'Cuarenta personas tuvieron treinta minutos para comprender
la realidad que vivimos actualmente, tomar una decisión y actuar.
Fueron los primeros en vivir la realidad posterior al 11S, mientras
nosotros mirábamos la televisión boquiabiertos, sin acabar
de entender lo que pasaba. En aquel momento, los pasajeros tuvieron
que tomar una terrible decisión, quedarse sentados sin hacer
nada y esperar que todo saliera bien, o hacer algo…' Así
mismo confiesa haber querido desde hace varios años tratar este
tema en el cine pero no sabía cuál sería el momento
oportuno hasta que se entrevistó con los familiares de las víctimas
y estos le dieron el visto bueno y desempeñaron un rol básico
para recrear los acontecimientos lo más cerca posible de la realidad,
manteniendo una constante comunicación con todo el equipo. En
el film, no solo presenciamos el drama de los pasajeros sino el caos
total que explotó en los centros de controladores aéreos
y militares. La película abarca dos escenarios: por un lado,
los incidentes de ese vuelo 93 y simultáneamente, se enfoca en
las actividades en las torres de control de los aeropuertos que supervisaban
dichos vuelos, en Nueva York, Newark, Cleveland y Boston, así
como en la base de control principal y en la comandancia aérea
militar. Greengrass, en una sabia decisión, se desvincula de
cualquier discurso político, sin nombrar religiones, mandatarios
o países. A nivel de realización el film no decepciona,
con una fotografía resaltante, cámaras nerviosas, súbitos
primeros planos e interesantes encuadres que logran construir a la perfección
el ambiente de tensión y resaltar su gran virtud: el toque realista.
Es en definitiva un film que hiela la sangre, que nos recuerda un momento
trágico de este milenio, que nos deja un nudo en el estomago
y nos hace reflexionar sobre el mundo en que vivimos. Cuando el cine
retoma su derecho a hacer algo más que entretenimiento, se torna
aún más interesante, porque intenta abrirnos los ojos
frente a realidades lejanas o silenciadas, a cuestionarnos la sociedad
que hemos forjado, el rumbo que llevamos y especialmente la amarga locura
que produce el odio y la violencia. Este es el caso de esta excelente
cinta.
The Butterfly Effect (2004): Causa y Consecuencia
Según
la teoría del Caos, el batir de las alas de una mariposa puede
producir un tornado en el otro lado de la tierra. La ‘mariposa’
no es un elemento aislado del sistema caótico sino que forma
parte de éste y por tanto todo lo que ella haga va a influir
a todo lo demás. De esta premisa parte esta cinta interesante,
que reflexiona sobre las causas y consecuencias de nuestros actos a
partir de la posibilidad de cambiar hechos del pasado. Escrita y dirigida
por Eric Bress y J. Mackye Gruber, ‘El Efecto Mariposa’
nos cuenta la historia de Ewan (Ashton Kutcher), quien mantiene la mayoría
de los recuerdos de su traumático pasado en un olvido involuntario.
Rodeado de fantasmas y de las vidas quebradas de sus amigos de la infancia,
se reencontrará con los diarios que escribía como niño
y a través de ellos hallará una grieta en el tiempo que
le permitirá volver a momentos de su niñez pero con su
mentalidad actual. Gradualmente nuestro protagonista va descubriendo
las situaciones más difíciles que vivió como infante
y tratando de enmendar el presente, comenzará a cambiar los hechos
en búsqueda de una justicia ideal que le permita a él
y sus amigos una realidad más feliz. Sin embargo, cada modificación
traerá consigo impredecibles consecuencias, generalmente desastrosas
lo que hará que Ewan se embarqué en una carrera de obstáculos,
viajando constantemente al pasado a fin de arreglar los desbarajustes
del presente. El tema de los viajes en el tiempo ha sido ampliamente
tratado en el séptimo arte, por lo que resulta fácil caer
en lugares comunes. Este film bien construido, se las ingenia para eludir
lo predecible, en base a una historia compleja bien sustentada y desarrollada,
que terminan por construir un film entretenido, con una buena dosis
de intriga, un suspenso trepidante y algunos efectismos típicos
del género. Resalta una estética innovadora, con interesantes
planos cenitales, situaciones que quedan fuera de pantalla pero que
se insinúan, una concepción luminosa y algo minimalista
y un guión con estimulantes giros inesperados. La primera media
hora es totalmente atrapante, luego la película pierde un poco
el ritmo y la cordura, presentándonos situaciones bastantes extremas,
alejadas de los grises y puntos medios que conforman la verdadera existencia.
La actuación de Ashton Kutcher es bastante mediocre, demostrando
que este ídolo juvenil no nació precisamente para el drama
( ¿o para la actuación…?). El resto del elenco,
en especial Amy Smart, quien desempeña con precisión cuatro
destinos y personalidades distintas, esta a la altura de una buena película.
Los guionistas desbordan
en imaginación para narrar las imprevistas consecuencias de los
actos de Ewan, logrando sorprender al espectador. A primera vista todo
mantiene coherencia, y verdaderamente hay que ponerse quisquilloso para
encontrar huecos argumentales, que sin duda los hay. No se trata de
un film genial, pero sin duda es una cinta interesante, que por sobre
todas las cosas ofrece pleno entretenimiento, en un género que
mezcla el suspenso con la ciencia ficción y que nos invita a
meditar sobre el poder que las elecciones que hacemos hoy tienen en
nuestro futuro, invitándonos a vivir con plenitud y responsabilidad
el día a día. Como toda producción hollywodense,
presenta un final bastante flojo, pero en vista del buen viaje que ofrece
durante su duración, esto pierde gravedad. Si tenemos en cuenta
que estamos ante una cinta con una temática bastamente visitada
por el cine, podemos afirmar que esta película sin ser una obra
de arte, ofrece buenos resultados. Se trata de un film que da tema para
conversar a su salida ya que la fascinación del hombre con viajar
en el tiempo sigue siendo una constante en nuestros días….interesante
opción.
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