DATOS
TÉCNICOS:
+
Dirección: Alberto Rodríguez.
+ País: España.
+ Año:2002.
+ Duración: 102 min.
+ Interpretación: Eugenio
José Roca (Patricio), Manuel Morón (Panconqueso), Vanesa
Cabeza (María), Mulie Jarjú (Roland).
+ Guión: Alberto Rodríguez
y Santiago Amodeo.
+ Producción ejecutiva: José
Antonio Félez.
+ Música: Lavadora.
+ Fotografía: Álex
Catalán.
+ Montaje: José Manuel García.
+ Dirección artística:
Satur Idarreta.
+ Vestuario: Fernando García.
+ Más información:
www.tesela.com/eltraje/
A veces,
los bajos presupuestos en las películas dan mucho más
de si que los grandes. La escasez en todos sus campos desarrolla el
intelecto, nos hace buscar más soluciones a los problemas que
se nos plantean., ya sea haciendo un potaje, cuyos orígenes suelen
ser "a ver que hay en la despensa
, un trozo de jamón,
garbanzos, un poco de carne y patatas
lo juntamos todo y ya tenemos
un cocido" (por ejemplo); o haciendo una película como es
el caso.
Después
de codirigir el corto Bancos y el largo El factor Pilgrin,
Alberto Rodríguez decide rodar por primera vez en solitario.
El resultado no es para nada despreciable, aunque a toda luz le falten
esos ingredientes que hacen que una película sea "la revelación".
El trabajo actoral sobresale en la figura de Manuel Morón (Panconqueso
en la película), ya destacado por su papel en El Bola
de Achero Mañas. Eugenio J. Roca (Patricio), el protagonista,
sostiene el peso de la película sin grandes problemas.
Patricio
es un inmigrante africano que reside en España, tiene trabajo,
pero su jefe no es ningún santo, además cobra poco. Se
encuentra en una situación desgraciadamente común a la
de muchos inmigrantes. A sus manos llega un traje que le hará
ver la otra cara de la moneda, cuando lo lleva puesto la gente le sonríe,
no se cambia de acera y mucho menos mira con cara de asco, da la sensación
de que tiene dinero. Pero con solo un traje, no se puede alcanzar más
que la simple apariencia. En este punto la importancia del traje queda
reducida al mínimo, y toma el testigo la relación entre
Patricio y Panconqueso.
Realmente
el racismo, la xenofobia y demás idioteces, están presentes
en nuestra sociedad, y lo están con mucha más frecuencia
que la retratada en el film. Quizás el fallo esté en que
todo sea tan "limpio". Es una pena, pero el racismo es cruel
y desagradable, y esto casi no se ve en la película.
El poso
que El traje te deja al final no es sólo el de la reflexión,
también es el de saber que has visto algo que realmente merece
la pena, algo que realmente se puede llamar cine. Todo esto regado con
una notable banda sonora, con canciones en varios idiomas a cargo de
Lavadora.
Como muchas veces me pasa, cuando fui a ver la película, éramos
solo dos personas en la sala, seguro que en ninguna sesión de
Titanic llegaron a haber menos de diez. Con esto quiero decir
que se deberían, si no promocionar menos las grandes producciones
estadounidenses, intentar hacer un hueco, dejar asomar, a los pequeños
caramelos que muchas veces nos perdemos por estar atiborrados de pastel.