M.
Night Shyamalan, director, guionista actor, y productor, nació
el 6 de agosto de 1970 en la India. Sus padres, ambos médicos,
se trasladaron en su infancia a la comunidad de Philadelphia que servirían
de escenario para algunas de sus películas. Salto súbitamente
a la fama con sus tercer y excelente film ‘El Sexto Sentido’
(The Sixth Sense) en 1999. Con un guión inteligente y un inesperado
giro final, este realizador dejó a más de uno impactado
con esta película que se convertiría, tanto en estilo
como en formato en un referente de cintas posteriores de un género
que se encontraba bastante gastado. Con su último trabajo ‘La
joven del Agua’ (Lady in the Water) ha sido destrozado por la
critica norteamericana, quienes venían siendo duros con sus
posteriores producciones a su obra cumbre, pero nunca al punto de
catalogar de realmente malo a uno de sus filmes. ¿Es Shyamalan
un hombre que tuvo un golpe de suerte o es un cineasta verdaderamente
talentoso y arriesgado? Esa es la pregunta…
Perfil cinematográfico
de un visionario
Shyamalan fascinado por el séptimo arte desde su juventud estudió
cine en la Tisch School of Arts de Nueva York. Su primer largo se titulo
‘Praying with anger’, el cual escribió, además
de dirigirlo. La historia, con un toque autobiográfico, versaba
sobre un joven hindú, criado en Estados Unidos que decide retornar
a su país para tomar un curso universitario en una clara búsqueda
de sus raíces. En todos los festivales en fue presentada fue
alabada por la crítica. En 1998 filmó ‘Los primeros
amigos’ un drama familiar que pasaría sin pena ni gloria.
Cuando en 1999 apareció ante nosotros ‘El Sexto Sentido’,
quedamos impresionados ante un guión inteligente, un excelente
manejo del suspenso, una fotografía exquisita, planos con reminiscencias
de Hitchcock y Spielberg, actuaciones de lujo y un final verdaderamente
inesperado. El elemento sorpresa, el tratamiento de la tensión
dramática y el mundo de lo extraño se convirtieron en
el cameo de este director en sus posteriores pero no tan exitosas producciones.
Este creativo es víctima del síndrome del genio que no
puede superarse a sí mismo. El haber logrado un film que marcó
una tendencia y que quedará en la historia de la cinematografía
como un punto de quiebre en el género, es difícil que
las películas posteriores alcancen el mismo nivel, lo cual no
significa que sean malas, como insinúa la crítica nunca
conforme con Shymalan, a quien parecen exigirle más que a otros
directores.
Fueron bastante injustos con
‘El Protegido’ (Unbreakable), un film interesante, con una
intrigante visión sobre los súper héroes en una
cinta que es un homenaje al mundo del comic. Con largos planos secuencias,
los personajes logran traspasar la pantalla y crear una relación
con el espectador, manteniendo a la vez un ambiente de suspenso. Con
un sentido narrativo asertivo y un resaltante trabajo de cámara,
es un su realización una joyita del cine. Su argumento también
resulta fascinante: Por un lado tenemos el personaje de David Dunn (Bruce
Willis), único sobreviviente de un accidente ferroviario catastrófico.
En contraposión se encuentra el personaje de Elijah Price (Samuel
L. Jackson) quien padece una rara enfermedad ósea que lo hace
ser prácticamente un hombre de vidrio que ante cualquier caída
sufre múltiples fracturas. Entre ambos se entablara una relación
intensa a partir de la cual descubrirán su esencia y su destino.
Hay como en sus filmes anteriores un elemento sorpresa que se revela
al final pero para la critica el nivel de tensión no fue suficiente,
cito ‘…en comparación trabajo anterior del director
y guionista hindú, Shymalan despliega un sentido menos intenso
de la intriga y el suspenso…’ (El Criticon). Me pregunto
¿Por qué todas sus obras son juzgadas en función
del Sexto Sentido? ¿Acaso no pueden ser vistas como obras únicas?
Es indudable que este director tiene sello propio y ha impuesto un estilo
imitado por muchos pero sin su maestría. Es un mago de lo insólito,
del suspenso y un cuidadoso del aspecto estético y cinematográfico,
ámbitos en los cuales siempre es reconocido por su encomiable
labor.
En el 2002 estrenó ‘Señales’
(Signs) una obra con un guión brillante, una dirección
excelente, un manejo de cámara resaltante en cada decisión
de encuadre, nuevamente maravillosa en el manejo del suspenso y que
además logra explorar en el mundo emocional de los personajes.
La historia versa sobre como el concepto de la realidad que tiene Graham
Hess (Mel Gibson) da un giro extremo cuando descubre un inquietante
mensaje: un extraño dibujo de círculos y líneas
tallado en los campos de sus cosechas. Y mientras investiga este incomprensible
misterio, descubre algo que va a cambiar para siempre las vidas de su
hermano Merrill (Joaquin Phoenix) y de sus hijos. Con un ambiente denso
de tensión y una constante sensación de amenaza y solventes
actuaciones, este film logra captar toda la atención del espectador
y deja como moraleja que nuestra segura visión del mundo en que
vivimos puede cambiar radicalmente ante lo inesperado.
Nuevamente en ‘La Aldea’
(The Village), estrenada en el año 2004, desplegó su estilo
del final sorpresa y de la constante presencia del suspenso amenazador.
Dentro de un ambiente gótico, espléndidamente recreado,
con una fotografía magistral, a nivel visual no tiene desperdicio.
La trama se adentra en un pueblo, al estilo del siglo XIX, cuyos habitantes
viven una aparente existencia idílica. Sin embargo, esta comunidad
coexiste con el aterrador conocimiento de que una serie de criaturas
vive en el bosque que los rodea. La inocencia del pueblo se ve amenazada
por las criaturas, señaladas por los pobladores como ‘Aquellos
de quienes no hablamos’. Los habitantes comparten el miedo a la
maldad y a la fuerza que se presiente amenaza afuera. Tan aterradora
que nadie se atreve a aventurarse más allá del bosque.
A pesar de los consejos de sus mayores, un curioso y decidido Lucius
Hunt (Joaquin Phoenix) tiene el ardiente deseo de ir más allá
de los límites del pueblo y hacia lo desconocido. Pero será
la joven ciega Ivy Walker (Bryce Dallas Howard), de impresionante intuición
quien se adentrará en el temido bosque y develará el misterio.
Coincido con la crítica en que si bien el ambiente malevolente
se percibe con intensidad, la historia se hace más fácil
de adivinar antes de tiempo. Sin embargo es profunda en su discurso
argumental, presentando una analogía con la sociedad moderna
a través de esta comunidad cuyos rectores manejan secretamente
información que usan para infundir el miedo en el resto de los
pobladores para así manipularlos en su comportamiento. Un interesante
reflejo con la realidad que vivimos que al igual que en su film anterior
maneja el uso de lo 'desconocido' pero dentro de un guión con
mayor profundidad alegórica.
Lady in the Water ¿Una decepción o un hallazgo?
Su
última película 'La joven del Agua' (2006) ha sido destrozada
por la crítica norteamericana. Para mi se trata de otra joya
de Shymalan que solo exige al espectador la voluntad de iniciar un viaje
por una historia de fantasía y otro tipo de suspenso que demanda
una mente abierta ante la pantalla. Basada en una historia que le contaba
a sus hijas antes de dormir el director decidió llevar este cuento,
que será inverosímil para algunos y una aventura para
otros, a la pantalla grande. La historia gira alrededor de un encargado
de un edificio de apartamentos, Cleveland Heep (Paul Giamatti), que
trata de pasar desapercibido, llevando una existencia solitaria y gris
y que un día descubre a una joven chica (Bryce Dallas Howard)
bañándose en la piscina del complejo. La supuesta intrusa
no es lo que parece ser, se trata nada más y nada menos que de
una ninfa de un hábitat fantástico atrapada en la realidad
y que necesita volver a través de un ritual a su lugar de origen.
El señor Heep tomará la decisión de ayudar a la
chica a volver a casa interpretando la historia que se relata en un
antiguo cuento asiático junto con la ayuda de todos los vecinos,
creando un ambiente de solidaridad en la investigación conjunta,
que transformará al aburrido señor Heep para siempre.
Vale destacar una actuación fenomenal de Giamatti, que demuestra
que nunca defrauda y que a veces brilla. Esta vez el director nos sorprende
no con un revelador final sino a través de pequeñas pistas
a lo largo de todo el film. Esta película se sale con audacia
de los parámetros de sus cintas anteriores lo cual demuestra
que estamos ante un floreciente genio contemporáneo del séptimo
arte, que se atreve a ir más allá de lo que todos esperan
de él con una historia íntima fotografiada divinamente.
El guión es sólido, planteado tipo cuento, que como es
su estilo nos hace reflexionar sobre nuestro lugar en la vida, el significado
de la existencia, la necesidad de las relaciones profundas y la importancia
de lo fundamental que nos hace humanos.
Respondiendo
la pregunta de si esta cinta es un desastre o un diamante me inclino
por la segunda opción advirtiendo al espectador que no verán
una típica película de Shyamalan pero si un excelente
film de fantasía con una dosis dosificada de intriga. Con respecto
al cuestionamiento inicial de si este director era creador de un estilo
o había tenido un golpe de suerte, me inclino a contestar que
se trata de un cineasta visionario, que ratifica su talento cada vez
que compone un film: es un director de corte propio, envuelto completamente
en todas las facetas del complejo proceso de crear una película,
lo cual lo hace versátil y poseedor de un sello individual que
deja como una estampa en cada una de sus producciones.
Shyamalan es demasiado avanzado para el público y aparentemente
la crítica norteamericana, acostumbrados a ver repetirse la formulas
que han alcanzado éxito y reticentes a las propuestas arriesgadas,
diferentes y de calidad por prejuicios y una mala educación cinematográfica
de la cual la industria hollywoodense es ciertamente responsable.
Los invito de conocer a Shyamalan mas allá de la archiconocida
'El Sexto Sentido' para que encuentren un director con planteamientos
interesantes, arriesgados, un director talentoso que logra producciones
visualmente impactantes con un fondo filosófico ante la vida
que merece la pena un vistazo.Definitivamente se trata de un realizador
con firma, de esos que tanto amamos y que suelen escasear. Si no lo
conocen, este es el momento de recorrer la interesante y rica filmografía
de un versatil creativo del séptimo arte
FILMOGRAFÍA DE M. NIGHT SHYAMALAN:
2006 Lady in the Water: Director, Guionista,
Actor y Productor
2004 The Village: Director, Guionista, Actor
y Productor
2002 Sings: Director, Guionista, Actor y Productor
2000 Unbreakable: Director, Guionista, Actor
y Productor
1999 The Sixth Sense: Director, Guionista
y Actor
1999 Stuart Little: Guionista
1998 Wide Awake: Director y Guionista
1992 Praying with Anger: Director, Guionista
y Actor.