CÓDIGOS
CARACTERÍSTICOS DEL VIDEOCLIP
El
componente especial de este tipo de videoclips son los códigos
connotativos, con diferentes usos y funciones.
-
El código de la imagen. Según Jesús García
Jiménez, la imagen del clip es de tipo abisal autorreferencial,
y queda definida por el proceso al que es sometido para desplegar su
identidad, a través e múltiples efectos.
La tecnología utilizada para filmar suele ser cinematográfica,
de excelente calidad, por lo que los presupuestos de algunos videoclips
a veces superan al de los largometrajes. La imagen fotográfica
se combina con la imagen en movimiento, así como con otras variaciones
que inciden en el atractivo del producto: infografía y sobre
todo, dibujos animados.
El
cartoon añade un carácter informal, a veces humorístico,
introduciendo personajes, situaciones, espacios y efectos que seria
difícil conseguir de otra manera. Las imágenes diseñadas
por ordenador se utilizan frecuentemente con la misma meta: hacer posibles
lugares imposibles, como otros planetas, ciudades imaginarias y connota
valores relativos al futuro, como son diseño, tecnología,
progreso...
El realizador de videoclips suele modificar los aspectos cromáticos
para conseguir tonalidades irreales, contrastes y una saturación
recurrente y llamativa en los colores. Es de destacar la gran cantidad
de clips que se filman en blanco y negro, muy por encima de otros formatos,
aunque en la actualidad suele combinarse la monocromía y policromía
dentro del mismo vídeo.
Esta utilización de los colores suele marcar dos niveles diegéticos
distintos y sirven para separar el presente del pasado, o dos partes
dentro de la misma narración. Otro recurso es el insertar objetos
de color dentro de espacios en blanco y negro. El objetivo no es otro
que el de llamar la atención, proponiendo un mensaje semántico
asociado a un objeto concreto.
-
El código del espacio. ¿Cómo se construye el escenario
un clip? La riqueza del medio electrónico se torna decisiva en
muchos casos. Es frecuente la creación de un espacio construido
a través de capas o niveles, en los que la imagen será
desestructurada o reestructurada. Se crean varios planos espaciales
mediante efectos como la incrustación, el crhoma key o
a partir de medios infográficos. El videoclip lleva las técnicas
a la radicalidad: acelera el cambio de plano, de situación y
espacios, provocando una constante transformación de cada los
elementos y parámetros que lo forman. Ej. BORN SLIPPY. La imagen
se divide, contando con diversos centros. Para lograrlo se crea espacios
virtuales (fondos), donde la figura se sucede rápidamente, se
divide la pantalla y los flashes de luz se vuelven múltiples,
fugaces y muy veloces.
-
El código de la transición. Si algo es peculiar en este
género es el número de cambios visuales que se producen,
marcados por el plano, el cual resulta a veces, difícil de determinar.
Las transiciones más utilizadas son dos:
1. El corte o transición no gradual. Es el cambio hecho sin efectos
de ninguna clase. Se trata de una sucesión rápida e impactante
que no concede respiros al espectador, obligándole a estar más
atento y a la rapidez de asimilación de información.
2. El fundido encadenado de imágenes o transición gradual.
Un elemento dentro del plano se desvanece y aparece poco a poco otro
plano. Al contrario de la lógica cinematográfica, el fundido
no significa un salto en el tiempo, simplemente sirve para pasar a otro
espacio o secuencia diferente.
Hay que señalar también que el ritmo de transición
depende en gran medida del tema musical. Si éste es lento, los
cambios visuales no serán tan seguidos como en un tema rápido.
-
El código del plano. No suelen ser continuos ni elaborados, ya
que retardaría un formato que se define por su celeridad. Se
prefiere por tanto la irregularidad de los planos, siendo frecuente
la cámara al hombro, movimientos irracionales acusados a veces
de atentar contra el buen gusto estético. La oscilación
y el cabeceo se combinan con planos cortos y medio cortos, que suelen
ser frecuentes. En cuanto a la angulación, muchas veces se opta
por un ligero contrapicado que otorga mayor importancia a la figura.
-
Código de composición y centros de interés. En
la composición se marca el lugar que va a ocupar el centro de
la imagen, en el que se intenta focalizar la atención del espectador.
Para conseguir la coexistencia de varios centros de interés,
hay que valerse de la profundidad de campo. A través de técnicas
informáticas se hace posible situar en cada uno un centro independiente
de los demás, pero relacionados entre sí. El problema
llega con la ya nombrada celeridad de cambios visuales. Al ojo humano
no le da tiempo a situar los centros ante tanto cambio de imagen.
La antigüedad clásica sugería la sección áurea
o regla de los tercios: las intersecciones de las líneas que
dividen en tres partes la horizontal y diagonal de un rectángulo
son los tercios: Los cuatros puntos donde se concentra la mirada, siendo
el superior derecho el que consigue la mayor atracción.
El uso de estos puntos de atención, cercanos unos a otros, conseguirá
que el espectador reconozca rápidamente los nuevos centros de
interés ante el fugaz cambio de imágenes. Para que el
espectador no se pierda, el centro de interés deberá ser
colocado en un punto áureo y en el siguiente cambio, en otro
punto que quede cerca del anterior.
-
Código de iluminación. Se trata de un elemento expresivo
base de todas las técnicas audiovisuales e imprescindible para
sugerir la sensación de tridimensionalidad: el encuadre, la perspectiva,
la forma y la distribución inteligente sirve para aportar sensación
sensible sobre estados de ánimo, preparando al espectador ante
lo que va a suceder. Su utilización creativa ayuda a distinguir
a un videoclip de otro, potencia unos colores sobre otros y otorga una
textura particular a la imagen.
Un recurso muy utilizado es el uso de flash de luz, rápido e
irregularmente orientado sobre los elementos del campo. Es otra forma
de desestabilización y sirve para cambiar de plano.
En relación con los anteriores códigos, la iluminación
debe desempeñar un papel principal a la hora de centrar y dirigir
la atención de los espectadores, así como determinar la
profundidad del campo y estar en consonancia con la ambientación
elegida.
-
Código de efectos visuales. Con claros antecedentes en el video
artístico y experimental, el videoclip es el principalheredero
en la actualidad de este tipo de experimentación. La gran diversidad
de efectos visuales posibilitan la coexistencia de imágenes de
diferentes orígenes. Cumplen funciones como:
a) Ampliación o disminución de una parte de la imagen,
provocando cambios de tamaño en personas u objetos.
b) Alteración de la relación figura y fondo, normalmente
con el procedimiento chroma-key: la figura posee el don
de la ubicuidad y no está condicionada por los parámetros
espaciotemporales.
c) Simultaneidad de escenas y lugares, con la creación de entornos
ficticios.
Efectos visuales:
- Incrustación: consiste en incluir una imagen en el interior
de otra. Refleja el origen electrónico
y se tornan perfectas como elementos retóricos dentro del videoclip.
- Sobreimpresión: fusión de dos puntos de vista diferentes
en un mismo plano. Esto provoca una gran tensión visual que surge
de la contradicción de lo que se percibe en cada uno.
La principal función de los dos efectos descritos es la de poner
en escena recuerdos, sueños, fantasías, deseos.
- Collages electrónicos: incrustaciones de perfiles caprichosos
o regulares que se interfieren de manera múltiple.
- La fragmentación, que permite la generación de sección,
giro, desplazamiento, del punto de vista.
- Uso de distintos formatos (fotografías, pantalla múltiple)
aumentan el nivel de imprevisibilidad, fragmentación y dinamismo.
-
Código de relación. El videoclip es creado a partir de
la elección de una canción, que marca su duración
y el ritmo o tempo. La función sintagmática que cumple
asociado a la música lo hacen un todo, una sola obra que consta
de un significado concreto o abstracto. Cada imagen debe adaptarse a
las características del fragmento con el coincide.
La música parece actuar como base de las imágenes, revelándose
distintos modelos de compenetración:
1. Yuxtaposición. Simplemente consta de imágenes con música.
2. Divagación. Imagen en contacto con la música, se libera
de objetos y narraciones, integrándose en un ambiente polisensorial.
3. Coincidencia: Se da una concordancia perfecta de la imagen con la
música. Los movimientos de cámara, montaje, se acomodan
perfectamente a las vicisitudes del tema musical. Lo cual, no implica
que a imagen deba ilustrar la música.
4. Complementariedad. La imagen ayuda a entender el sentido, mensaje
o intención que la canción quiera transmitir.
Varias
funciones o tipos de música:
- Música diegética: brota de forma natural del nivel figurativo
y del espacio-tiempo de la imagen.
- Música extradiegética: no parte de la acción
representada, sino que sirve como fondo y acompañamiento.
- Música diegética y extradiegética. Combinación
de las anteriores.
CLASES DE VIDEOCLIP
Para empezar con este apartado, debo señalar que no me ha resultado
fácil el hacer una división exacta entre tanta diversidad.
Sin embargo, después de consultar libros especializados y algunas
páginas web, he comprobado que existe una clasificación
previa, muy general, pero que puede servir. En ella, los videoclips
pueden ser de tres clases: del tipo A, del tipo B y mixtos, que surgen
de sumar A y B.
Tipo
A. Anarrativos o descriptivos.
No
existe un programa narrativo como tal. Puede dar la sensación
de una cierta cronología o temporalidad en la sucesión
de imágenes, que serán los parámetros espacio-temporales
que marcarán la representación, pero no hay lugar para
la narración. El objetivo es crear cierto sentido de una experiencia.
Son los videoclips en los que observamos al cantante y a su grupo (con
mayor hincapié en el líder de la banda) sobre un escenario,
ya sea dentro de un estudio o en un concierto. Todo esto va acompañado
por imágenes asociadas de alguna manera entre sí, que
intentan mantener la atención del espectador e introducirlo en
la situación, dentro del discurso.
Tipo
B. Narrativos.
Son
aquellos en los que se presenta una secuencia de hechos donde se cuenta
al espectador una historia bajo la estructura dramática clásica.
Se desarrolla un programa narrativo, que puede ser protagonizado por
el cantante. La relación entre música e imagen puede ser
lineal (repite lo que la canción narra), de adaptación
(trama paralela a partir de la canción) o de superposición
(historia independiente de la canción, pero que funciona).
Estos mini-relatos suelen tener características comunes con los
filmes: elipsis, flujo continuo, ritmo, fundidos en negro como elemento
de puntuación... pero casi siempre intentará negar la
propia convencionalidad de la historia, saltándose muchas convenciones
espacio-temporales que en el cine no osarían tocar.
"El programa narrativo se define como la sucesión de estados
y cambios que se encadenan en la relación de un sujeto y un objeto
(no personajes sino roles, nociones que definen posiciones correlativas),
la relación de pasos o cambios de un estado (relación
de un sujeto y un objeto) a otro." Libro lenguaje del videoclip.
Pagina 65. Mirar!!
La
secuencia narrativa queda compuesta por cuatro fases, de las cuales,
algunas pueden ser omitidas o cambiadas de orden.
1. Fase de influjo. Se pone en marcha la narración, estableciendo
los términos a través de la instauración de papeles
o roles: un sujeto acompañado de uno o varios objetos.
2. Fase de capacidad. El sujeto se hace capaz de realizar el cambio
necesario para lograr el objeto y conseguirlo.
3. Fase de realización. Es la fase principal. Verdadero cambio
en la relación sujeto-objeto. Se produce la consecución
de los objetivos del sujeto.
4. Fase de valoración. Evaluación interpretativa del estado
final de la realización.
Este modelo de programa narrativo puede ser complementado por un antiprograma,
con antisujeto y oponente.
Tipo
A + B. Descriptivos - narrativos. Es una mezcla de las dos anteriores.
Suelen estar divididos en dos niveles: El nivel diegético, que
es el de la historia y el otro nivel en el que vemos al cantante o grupo
actuando sobre un escenario o en cualquier otro sitio. Este tipo de
videoclip suele emplearse cuando se quiere contar una historia y además,
crear una imagen.
VIDEOS QUE MARCARON EPOCA
"Bohemian
Rhapsody" de Queen. (1975)
Considerado
el primer videoclip de la historia, esta canción se convirtió
rápidamente en un hit en su tiempo. Parece que el director, Bruce
Gowers, y el líder del grupo, Freddy Mercury, tuvieron
mucho que ver en ello. Cuenta la leyenda, que la excesiva duración
del tema (6 minutos) llevaron a la productora a cortarlo para lanzarlo
como single promocional. A Mercury no le sentaron nada bien los recortes
y decidió llevar la canción original a un disc jockey
londinense muy famoso, Kenny Everett, que fascinado por la complejidad
del tema lo pasó aquel mismo día catorce veces en la emisora
que lo tenía contratado. Desde entonces, las radios del país
comenzaron a pasar la canción entera. Ese hecho, añadido
a la realización del clip por parte de Gowers la llevaron al
número uno durante nueve semanas seguidas, lo que incidió
en los altos niveles de ventas del álbum que la incluía,
"A night at the opera".
En el video sobresale la importancia de la iluminación ya desde
el comienzo. Las figuras negras del grupo sobre un fondo blanco, se
aclaran cuando empiezan a cantar. Cuatro focos, conectados en cada uno
de los rostros, potencian la calidad de la imagen: dos pares de cabezas,
situadas de forma estratégica, comienzan a cantar - casi a capella
- en una sincronía que se funde con el segundo espacio que protagonizará
el clip.
Efectos como la sobreimpresión o la fragmentación embelesan
la mirada del espectador, transportándole directamente a los
años 70: cuando los trajes iban ajustados, el pelo se llevaba
largo y la ausencia de la informática hacía que la práxis
visual fuera mucho más simple, aunque no por ello perdiera significado.
A través de primeros planos, planos detalles y medios, el director
deambula entre dos atmósferas. La primera, es la ya descrita
estampa de los cuatro rostros. La segunda es el escenario, con luces
de colores al fondo y los componentes del grupo haciendo de las suyas,
ya sea con la guitarra, bateria o con la impagable voz de ese gran genio
que fue Freddy Mercury.
"Another
break in the wall" de Pink Floyd (1982)
Videoclip
que es una parte de un todo inmenso: The Wall, aquella magnífica
película que dirigía Alan Parker sobre el guión
y la música de Roger Waters. Un guión que se fundamentaba
en la propia infancia del escritor, describiendo la confusión
y demencia de una estrella del rock que materialmente lo posee todo,
pero que ha creado un muro a su alrededor formado por sus propias pesadillas
y temores que no le deja exteriorizar emoción ninguna clase de
emoción.
Profuso en simbologías y metáforas, el video se adentra
en la vida de un profesor, sirviendo éste como pretexto para
llegar a lo que realmente se quiere contar: la dominación que,
sobre los alumnos, ejercen las paredes de un colegio. Los niños,
sometidos a ese control, caminan como autómatas a lo largo de
pasillos, mutando sus rostros a máscaras monstruosas, que les
roban la identidad y los empujan al anonimato. Más tarde caerán
sobre una máquina de engranajes que los convertirá en
una especie de chorizos. No les queda otra que levantarse dentro de
las aulas y entonar a coro su himno de rebeldía. El final, les
llevará a la destrucción de las aulas en las que se hallaban
atrapados.
A nivel técnico, se observa claramente el cariz cinematográfico
del producto. Los planos utilizados, los decorados y la gran multitud
de actores y extras, le otorgan una dimensión que le separan
años luz de la estética del videoclip convencional.
"Thriller",
de Michael Jackson. (1986)
El
videoclip, que comienza como si de una película se tratase, cuenta
la mini historia de un chico negro que lleva a su chica (también
negra) a pasear y luego al cine. Antes de que comience la canción
se produce una conversación conciliadora que acercará
a los dos personajes. A medida que vaya discurriendo el clip, la relación
se irá distanciando. Michael Jackson le dice que es diferente
y se convierte en hombre lobo. La chica, como es normal, se asusta y
corre despavorida. Llevamos tres minutos y todavía nadie ha empezado
a cantar.
La historia se desdobla y aparecen otra vez los protagonistas, pero
desde una sala de cine, visionando la historia antes mencionada.
Salen
del cine y Jackson empieza a cantar y hacer sus bailes característicos.
La cámara, mientras tanto, sigue desde una perspectiva cinematográfica
aunque se va acercando poco a poco a los personajes. Ella está
contenta porque su novio canta y baila muy bien. Hasta que llegan al
cementerio. Es allí donde se desata el terror, por llamarlo así.
Los muertos se despiertan y caminan al modo zombie. La labor
de maquillaje resulta espectacular para una industria del videoclip
aún en pañales. La música se detiene por un momento
y los muertos vivientes comienzan a acercarse a la pareja. Jackson se
transforma en zombie y se pone a bailar con ellos, bajo los cánones
de una coreografía muy bien elaborada. La chica no aprecia los
pasos de baile de los zombies y se esconde en una casa abandonada.
Pero los "malos" penetran y se acercan amenazantes a la chica.
Se produce el tercer desdoblamiento de la historia. La chica despierta
el sueño y Michael Jackson otra vez es normal y la recoge. Sin
embargo, antes de que aparezcan los créditos, dedica un guiño
al espectador sonriendo de manera thriller, sin que la chica
se entere.
El director fue John Landis, que firma el guión junto con el
propio Jackson. El videoclip ayudó a las ventas del álbum,
que se llama igual que el single, vendiendo más de 40 millones
de copias por todo el mundo. Resulta palpable la ausencia de unas reglas
claras para un género que estaba empezando y que por ello se
apoya en la industria con la que a priori tiene más conexiones,
el cine.
"Justify
my love", de Madonna (1990)
La
sensible moral norteamericana se encargó de catapultar este videoclip
a la fama, censurándolo íntegramente por las sucesivas
perversiones sexuales que en el video se suceden. Sin embargo no hay
sexo explícito, tan sólo una serie de matices que sugieren
sadomasoquismo, voyeourismo o simple satisfacción carnal.
Porque ese es el tema, de lo que trata la historia. De personajes que
buscan a otros personajes en los que llevar a cabo sus deseos más
ocultos.
La protagonista es Madonna, que a partir de este video, se convirtió
en un sex-symbol interplanetario. La acción transcurre
en el interior de un hotel y a Madonna se le despierta el lívido
en mitad del pasillo. Un amable y apuesto caballero se ofrece a complacerla,
lo que no se espera es que tendrá que compartirla.
La historia envuelve al espectador en una atmósfera de erotismo
y sensualidad, a través del blanco y negro y las contorsiones
de la carne semi-desnuda. El lenguaje del videoclip va tomando forma
y evoluciona. A pesar de ello, los planos y cambios visuales se vuelven
un tanto largos comparados con la rapidez que rige en la actualidad.
"Who
do you think you are?" de Spice Girls
Asentadas
ya las bases del videoclip descriptivo, con un lenguaje visual muy característico,
las chicas picantes se prestan a un ejercicio de egolatría suprema
que las hunde - aún más si cabe - en su propia miseria.
Victoria Adams llego a decir que "ya no nos interesa competir para
ser las mejores. Eso ya lo conseguimos y ahora sólo queremos
hacer cosas que vuelvan a significar algo para nosotras".
La imagen que construyen a su alrededor sugiere fiesta desenfreno, colorido,
escenarios de estética kistch y ropa ligera ideal para
la estación de verano. A medida que nos cuentan lo felices que
son y lo bien que se lo pasan, se van contoneando a ritmo frenético
en lo que al cambio visual se refiere.
Tal velocidad se traduce en 244 cambios de plano y sus tres minutos
y treinta segundos de duración. El corte de plano es tan evidente
que apenas se le da tiempo al espectador para que capte la imagen, la
cual tiene una duración media de 0,87 segundos antes de cada
cambio.
"Smack
my bitch up" de The Prodigy 1997.
La
ciudad de Londres es tomada por escenario en un vídeo que ha
recibido tantos premios, que muchos lo consideran el mejor clip que
se haya hecho jamás. Siendo de marcado carácter narrativo,
la cámara se sitúa en primera persona, aparentando ser
los ojos del protagonista que, a priori y según la información
que nos van suministrando (espuma de afeitar, brazos fuertes que meten
mano a las chicas...) lo identificamos con un hombre.
La velocidad de cambios visuales es vertiginosa, siendo más pausada
al principio. Pero una vez que se nutre del alcohol y cocaína
necesarios para funcionar, los cortes comienzan a ser más acusados,
invitando al espectador a una segunda y tercera revisión del
material en busca de curiosos detalles. La cámara gira, expandiendo
y contrayendo su imagen, aparentando ser las retinas vidriosas de un
alcohólico en celo, extremadamente violento, pero humano al fin
y al cabo. Los colores se vuelven turbios y los objetos inestables,
escurridizos y borrosos. La irracionalidad de sus actos unida a su profundo
descontrol lo llevan a deambular por los más variopintos tugurios.
El deseo desmesurado y la necesidad de sexo tienen por fin respuesta
ante tanta negativa. La música perfectamente sincronizada con
la historia sigue con su incesante ritmo: el protagonista conduce alcoholizado
por las aceras londinenses mientras una voluptuosa striper no
para de reírse en el asiento del copiloto. Las relaciones sexuales
se producen en la casa que da comienzo al videoclip. La censura hizo
estragos sobre todo en estas escenas y muchos estadounidenses se quedaron
sin ver el final con sorpresa incluida: la striper se larga y
el espejo nos revela que todo el tiempo ha sido una chica la protagonista
de la historia y no un chico, como nos habían hecho creer. Una
vuelta de tuerca que funciona y que ha dejado a más de uno algo
así como patidifuso.
"Do
the evolution" Pearl Jam 1998
Las
técnicas de animación audiovisual, permiten a Todd McFarlanne
y Kevin Altieri - sus directores - la elaboración de una historia
muy compleja que si no se hubiera rodado con dibujos hubiera sido imposible
producirla por su elevado coste.
El video comienza desde El principio: la denominada explosión
del Big-Bang que crea el universo y los planetas. Un viaje espacial
a velocidad vertiginosa transporta al espectador al planeta Tierra,
un planeta que resulta familiar. La vida en la Tierra no es fácil;
la dura realidad se rige por la máxima de que el pez grande se
come al más chico, y el pez más grande se come al que
es simplemente grande. Luego vendrán los dinosaurios hasta que
un meteorito enorme los extingue y será cuando surgirá
la raza de entre las razas (por valerme del sarcasmo): los humanos.
Gran multitud de analogías entre antigüedad y modernidad,
plagada de muerte, destrucción, violencia y muchas explosiones,
conducirán nuestras mentes a la reflexión final: ¿Es
esto la evolución, baby? ¿No sería más
correcto llamarlo "involución"? ¿Son estas las
respuestas que nos ofrece el progreso? La visión, sin duda, pesimista
llevarán a un final apocalíptico en el que no quedará
nada en pie. Ni siquiera la chica que hace cabriolas a expensas de la
historia protagonista. Este hilo conductor, que se contorsiona al ritmo
de la música, acabara mutando su rostro al de una calavera que
sólo puede significar una cosa: Muerte.
"Karma
Police" de Radiohead (1997)
Resulta
valiente y honroso que ante tanto frenesí visual modernista,
el director de este clip se haya atrevido con una estructura tan simple
como es utilizar dos únicos planos en todo el metraje. El ritmo
y tempo de la canción ayudan a que esto funcione, adaptándose
perfectamente el vídeo a las exigencias de una canción
que se ha convertido en todo un mito.
Huyendo de los efectos visuales estrambóticos, el clip narra
la historia de un coche, que deambula en la oscuridad por una calzada
recta e interminable sin saber muy bien porqué razón.
Poco a poco se descubre en el horizonte la figura de un supuesto policía
que corre exhausto delante del coche. Al espectador le da la impresión
de que si ese hombre deja de correr,
el vehículo no parará y se lo llevará por delante.
Toda esta tensión acoplada al ritmo pausado, tranquilo que Thomas
Edward Yorke, cantante y compositor de los Radiohead¸ le va dando
sentado apaciblemente en el asiento trasero del coche.
A pesar de su inminente atropello, el policía, al límite
de sus fuerzas se para y el coche le imita, para sorpresa del espectador.
¿Es que acaso no le va a atropellar? Todo indicaba que iba a
ser así... El automóvil da marcha atrás, para aclarar
nuestras mentes: está tomando carrerilla para atropellarlo mejor.
El único resquicio de este crimen perfecto, es el reguero de
gasolina que el coche ha ido dejando. El policía, astuto como
él sólo, lanza una cerilla entre nervios y temblores que
hace prender la gasolina de la calzada.
El coche da marcha atrás ante este giro inesperado de la historia.
Pero la velocidad de consumo de la gasolina es más rápida
que la del vehículo. Al final, éste queda envuelto en
llamas y la canción se termina. Todo filmado de la manera más
simple del mundo: una cámara que rota desde el asiento del conductor
y otra que se desplaza delante del policía tomando primeros planos
de su rostro descompuesto. Toda una obra de arte.